lunes, 9 de diciembre de 2019

El Cardenal Zen acusa al Papa Francisco de impulsar un cisma

El Cardenal Zen acusa al Papa de impulsar un cisma




Por Carlos Esteban | 09 de diciembre de 2019


En una entrevista concedida a la publicación taiwanesa New Bloom, el cardenal José Zen Zekiun, obispo emérito de Hong Kong, ha vuelto a arremeter contra las trágicas consecuencias del pacto secreto firmado por la Santa Sede con el gobierno comunista chino y ha llegado a afirmar que Francisco está promoviendo un cisma.

“He oído que recientemente el Santo Padre, en un viaje de regreso (no recuerdo de dónde), ha dicho: “Claro que no quiero ver un cisma. Pero no tengo miedo de los cismas”, señala el arzobispo emérito de Hong Kong, cardenal Zen, en una entrevista concedida a New Bloom. “Pues yo le digo: “Usted está impulsando un cisma. Usted está legitimando la iglesia cismática en China”.

Zen lleva ya años denunciando la situación en su patria, China, donde el misterioso pacto suscrito con Roma ha dado todas las ventajas a la Administración comunista sin exigirle, aparentemente, nada a cambio. Roma ha levantado la condena sobre la Iglesia Patriótica, creada y gestionada por el Partido Comunista Chino, y reconocido incluso sus órdenes presbiteriales y episcopales, pero el acoso y la persecución a la Iglesia fiel, la que se ha mantenido durante décadas leal a Roma hasta el martirio, sigue implacable e incluso se recrudece.

Se presiona cada vez con mayor fuerza a los clérigos fieles para que se alisten a la Iglesia Patriótica, cuyo presidente, un obispo, acaba de recordar que el amor a la patria está por encima del amor a la Iglesia, y se sustituyen en los templos crucifijos e imágenes sagradas por retratos de Xi Jinping, pero desde Roma no se protesta contra estos abusos ni se explica el sentido del acuerdo. Incluso el Papa, de vuelta de Japón, encontró el modo de no condenar la represión de las protestas en Hong Kong.

Zen ve el principal culpable de este trágico asunto en el secretario de Estado, Pietro Parolin, del que tiene la impresión de que está “manipulando al Santo Padre”. Para el arzobispo emérito, “es un misterio real por qué un hombre de Iglesia, conocedor de China y del régimen comunista, hace lo que él está haciendo ahora. La única explicación es que no se trata de una decisión basada en la fe, sino en la búsqueda de un éxito diplomático. Es la vanagloria”.

Y concluye: “Este último acto es realmente increíble. El documento dice: “Para llevar a cabo el ministerio abiertamente, hay que estar registrado en el gobierno”. Y hay que firmar. Firmar algo en lo que se dice que tienes que apoyar a la iglesia independiente. […] El documento contiene cuestiones que son contrarias a nuestra ortodoxia y nos instan a firmar. Uno no se puede engañar a sí mismo. No puedes engañar a los comunistas. Estás engañando a todo el mundo. Estás engañando a los fieles. Firmar el documento no es firmar una declaración. Cuando firmas, está aceptando ser miembro de una iglesia que está sometida al partido comunista. Es terrible, terrible”.

Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
https://infovaticana.com/2019/12/09/el-cardenal-zen-acusa-al-papa-de-impulsar-un-cisma/





Cardenal chino denuncia acuerdo del papa Francisco con el Partido Comunista





Según el cardenal, el papa llegó a un acuerdo para el nombramiento de obispos en China.


Por Mamela Fiallo Flor - Octubre 26 de 2018

Junto con la lengua castellana, la fe católica está presente en toda América Latina. Pese a llevar un mensaje divino, no deja de estar influenciada por los hombres que —a menudo con buenas intenciones— la moldean a su modo. El papa Francisco ha sido uno de ellos.

Al «dar la otra mejilla» ha colaborado con regímenes totalitarios donde los católicos y cristianos de todas las variantes son perseguidos.

«La religión es el opio de los pueblos», decía Karl Marx, ideólogo del socialismo científico, por lo cual en todo régimen que adopta sus ideas materialistas se restringe toda devoción ajena al régimen, al partido y su líder.

Tanto es así que en Venezuela se hizo una adaptación del Padre Nuestro a «Chávez nuestro», donde en lugar de «líbranos de todo mal» se imploraba «líbranos del capitalismo».

Pese a ser una blasfemia e incluso un sacrilegio en términos estrictos, Francisco no sancionó ni excomulgó a nadie. Con total impunidad el Gobierno socialista elevó a un dictador a un estatus divino.

También calló cuando los obispos venezolanos imploraban ayuda, dado que no había trigo ni siquiera para la hostia de la eucaristía.


Contrario al texto bíblico donde se cita a Jesús indicando que «a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César», el mayor referente de la Iglesia católica fusionó ambas.

Al respecto, el Cardenal Zen, quien tuvo que huir de China cuando el comunismo tomó el poder hace más de medio siglo, publicó una columna de opinión en el New York Times, titulado «El Papa no entiende China», denunciando este hecho.




El Obispo Emérito de Hong Kong explicó que «los católicos y otros creyentes eran arrestados y enviados a campos de trabajo. Yo volví a China en 1974 durante la Revolución Cultural, y la situación era terrible, peor de lo que puedan imaginar. Era una nación bajo la esclavitud y olvidamos estas cosas fácilmente. También olvidamos que nunca se puede tener realmente un buen acuerdo con un régimen totalitario”.

La persecución contra toda denominación religiosa es una campaña vigente desde la llegada del comunismo al poder. Aunque ha habido cierta apertura, sobre todo económica, todavía es el Partido Comunista el regulador de toda interacción. Tanto que las cruces sobre las iglesias deben ser pequeñas, de lo contrario son removidas, pues se considera propaganda.

Y es que en la actualidad en China ya hay 5,7 millones de católicos, de modo que se distancian del materialismo marxista y esto pone en peligro la estabilidad del régimen que exige devoción única. Bajo el lema de la «unidad», se está purgando lo distinto a la hegemonía comunista.

De modo que es posible que el papa haya pactado con el Gobierno para proteger a los católicos de la persecución religiosa que resulta en la pérdida de sus derechos naturales a la vida, propiedad y libertad.

Al intentar comprender la posición tomada por el papa Francisco, quien llegó a ser la máxima autoridad de los jesuitas, fuertemente influenciados por la teología del pueblo, el cardenal Zen asegura que “Francisco puede tener una simpatía natural por los comunistas porque para él ellos son los perseguidos. Él no los conoce como los perseguidores en que se convierten una vez en el poder, como los comunistas de China”.

Por eso el Cardenal Zen indica que Francisco no comprende lo que sucede y que el pacto “es un paso importante hacia la aniquilación de la Iglesia verdadera en China”. Pues ahora solo quedarán en los púlpitos los clérigos serviles al régimen.

Entonces, el Cardenal hizo un llamado: “a los obispos y sacerdotes clandestinos (fieles) de China solo puedo decirles esto: por favor, no comiencen una revolución. ¿Ellos (las autoridades) toman sus iglesias? ¿Ya no pueden celebrar? Vayan a casa y recen con sus familias (…) Esperen mejores tiempos. Vuelvan a las catacumbas. El comunismo no es eterno”.

Pero no se limitó al caso chino, resaltó el abandono por parte de Francisco a sus fieles en el país más socialista de América, Cuba.

Francisco quiere ir a China. Todos los Papas han querido ir allá, comenzando por Juan Pablo II, pero ¿qué dejó para la Iglesia la visita a Cuba de Francisco en 2015? ¿Qué dejó al pueblo cubano? Casi nada. ¿Convirtió a los hermanos Castro?

Lo cierto es que el régimen cubano persiguió con más ferocidad a los practicantes para «limpiar las calles» de su presencia, dado que recibiría a comitivas diplomáticas y a turistas. Y los católicos y cristianos de todas las denominaciones sufrieron arrestos, expropiaciones y torturas a causa de ello.

Zen concluye que «la Iglesia oficial en China está controlada por la llamada asociación patriótica y la conferencia de obispos, y ambas son controladas por el partido”.

Por último, el Cardenal explica que “los sacerdotes clandestinos en el continente me dicen que están desalentando a los fieles a ir a misa para evitar que los arresten”.

Y los sacerdotes “se verán obligados a unirse a la llamada conferencia de obispos. Se verán obligados a unirse a los demás en esa jaula de pájaros, y se convertirán en una minoría entre ellos. El acuerdo del Vaticano, que buscaba la unificación de la Iglesia en China, significa la aniquilación de la Iglesia verdadera en China”.


Si fuera caricaturista, dibujaría al Santo Padre de rodillas ofreciendo las llaves del reino de los cielos al presidente Xi Jinping y diciendo: «Por favor reconóceme como Papa».


Fuente - Texto tomado de ES.PANAMPOST.COM: