Por las almas tibias
(Diario, N° 1228)
Jesús misericordioso, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu piadosísimo Corazón. Que estas almas frías que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia, se calienten con el fuego de tu amor puro.
Oh, Jesús compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, te suplico por la amarga pasión de tu Hijo, y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén.
Invocación para todos
los días de la Novena
los días de la Novena
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como manantial de misericordia para nosotros, en ti confío.
Texto tomado del Libro: Novena del Señor de la Divina Misericordia - Caballeros de la Virgen