miércoles, 10 de enero de 2018

Psiquiatra ha visto más posesos reales que casi cualquier exorcista: unos 100 en 25 años


P.J.G./ReL - 31 de octubre de 2017

Un exorcista diocesano puede recibir bastantes visitas de personas preocupadas, llegadas de distintos sitios de su diócesis, pero casi ningún caso es una verdadera posesión demoníaca, aunque los casos de opresión demoníaca (menos grave) son más frecuentes. Un exorcista, en muchos años, puede ver un puñado de casos de verdaderos posesos.

En cambio, en 25 años como psiquiatra asesor de exorcistas, el doctor Richard Gallagher, en Nueva York, ha recibido a varios miles de pacientes, remitidos desde numerosas diócesis, por multitud de exorcistas, novatos o veteranos, y dice que de esos miles de casos unos cien estaban "completamente" poseídos, además de los más numerosos casos de opresión. 

En el siglo XXI, exorcistas en red

Es una novedad del siglo XXI: exorcistas que trabajan en red, con más facilidad para enviar los casos a un psiquiatra que los centraliza y adquiere "mucho oficio". Esto antes no sucedía, cada exorcista (excepto algunos más notorios) apenas conocía algún caso y sus asistentes y consultores psiquiatras trataban el asunto solo de vez en cuando. 

En Estados Unidos, según Gary Thomas, exorcista en la diócesis de Saratoga, hoy hay unos 125 exorcistas oficiales de la Iglesia Católica, muchos más que hace apenas 10 años. Y están mejor formados, muchos acuden al seminario anual en Roma de la Asociación Internacional de Exorcistas. A ese seminario acude cada año el doctor Gallagher. Es difícil encontrar un laico y psiquiatra que haya atendido más casos sobre este tema. 

"Yo no me apunté"

"Yo nunca me apunté a hacer esto", dice el doctor Gallagher en una entrevista en el National Catholic Register. "Simplemente hace unos 25 años, dos de los exorcistas más ocupados del país me pidieron ayudar en unos pocos casos. Nos hicimos amigos y otros sacerdotes empezaron a pedir mi opinión". 

Hoy no solo le consultan numerosos exorcistas católicos, sino que a veces también le contactan pastores protestantes. "Una mujer que examiné se había educado como luterana, así que fue a un ministro luterano. Cuando un diácono luterano dijo unas oraciones sobre ella, el demonio se manifestó y ella agarró al sujeto y lo arrojó al otro lado de la habitación, aunque él tenía el doble de peso que ella". Fue en este punto cuando el marido de la mujer decidió llevarla al exorcista católico. 

¿Posesión o problema psíquico?
Hay que averiguarlo

La pregunta clave es si una persona que experimenta síntomas está poseída, sufre de opresión demoníaca, o es solo un problema de salud mental. O ambas cosas, que también puede ser. Es malo diagnosticar una causa espiritual o demoníaca a lo que es solo un problema psíquico (a veces muy grave). También es malo considerar que es sólo psíquico lo que tiene un origen demoníaco.

El Ritual Romano de Exorcismos pide "extrema circunspección y prudencia" antes de realizar el rito completo de exorcismo y asegurarse con "certeza moral" que una persona está poseída. Otra cosa distinta, más sencilla, es realizar oraciones de liberación por una persona que pueda estar "sólo" sufriendo de opresión. 

Solo un sacerdote o diácono católico, con permiso del obispo, puede realizar el rito de exorcismo a poseídos: en este rito se le habla al demonio, ordenándole, por el poder de Cristo, que se marche.

En cambio, en la oración de liberación, cualquier persona puede orar, dirigiéndose a Dios, la Virgen o los santos, pidiéndoles a ellos que actúen por la liberación de la persona oprimida. La Iglesia prohíbe a los laicos dirigirse al demonio, y los exorcistas solo lo pueden hacer durante los exorcismos y para expulsarlo.

Consulta privada y en dos centros universitarios

Gallagher, de familia católica irlandesa, creyente desde niño, se formó como psiquiatra en Princeton y Yale, trabaja en su consulta privada del condado de Westchester y es facultativo en la Columbia University y el New York Medical College. 

Después de 25 años, ya tiene mucha experiencia en un tema en el que pocos pueden decir eso. 

Una y otra vez, dice, ha visto pacientes con una fuerza descomunal, conocimientos que no deberían tener, hablando lenguas que desconocían y con repugnancia visceral contra los objetos o lugares sagrados. 

Gallagher ha estado presente en muchos exorcismos y ha visto a las personas que entran en trance, hablan con distintas voces y reaccionan ante el agua bendita con furia (pero no ante el agua normal).

Nunca ha visto levitar a nadie, aunque una mujer que se dedicaba a la bujería y lo sobrenatural, que él examinó, levitó ante siete testigos que se lo contaron a él, "incluyendo dos enfermeras y una monja". Esta mujer recibió 8 sesiones de exorcismos y se negó a continuar con el tratamiento. Las cosas que ha visto, dice, no se pueden explicar desde la mera ciencia médica o psiquiátrica. 

Para liberarse es necesario acudir a Dios

La liberación tampoco es fácil. "El exorcismo no es un proceso mágico, como cada exorcista experimentado dirá al paciente; está en un universo moral distinto al del curandero pagano. Los esfuerzos espirituales de la persona afectada son críticos para el proceso. Si no acuden ante Nuestro Señor, esos casos duran mucho tiempo y a veces nunca son liberados".

El proceso de liberación requiere un proceso de conversión, adoptar una vida cristiana, de sacramentos, de oración, de perdón de los enemigos, de renuncia al mal, etc... Sin eso, la liberación es difícil. 

Gallagher ve continuamente gente que sufre, aunque sea "solo" de enfermedades mentales. Y ve también actuar al Maligno. Pero él no se asusta ni desanima. Se siente protegido. "He ayudado a muchas órdenes religiosas, así que muchos consagrados rezan por mí cada día. Me considero bendecido". También reza a San Miguel Arcángel. "Siento que estoy en el bando vencedor", afirma.