sábado, 10 de junio de 2017

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 3, 16-18


16. Que amó tanto Dios al mundo, que no paró hasta dar a su Hijo unigénito; a fin de que todos los que creen en Él, no perezcan, sino que vivan vida eterna.





17. Pues no envió Dios su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que por su medio el mundo se salve.



18. Quien cree en Él, no es condenado; pero quien no cree, ya tiene hecha la condena; por lo mismo que no cree en el nombre del Hijo unigénito de Dios.

Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús