sábado, 3 de enero de 2015

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 2, 1-12


1. Habiendo, pues, nacido Jesús en Belén de Judá, reinando Herodes, he aquí que unos Magos vinieron del Oriente a Jerusalén.


2. Preguntando:


"¿Dónde está el nacido rey de los judíos? Porque nosotros vimos en Oriente su estrella, y hemos venido con el fin de adorarle"
3. Oyendo esto el rey Herodes, turbóse, y con él toda Jerusalén.

4. Y convocando a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntaba en dónde había de nacer el Cristo, o Mesías.



5. A lo cual ellos respondieron:
"En Belén de Judá; que así está escrito en el Profeta: 
6. Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ciertamente la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti es de donde ha de salir el caudillo que rija mi pueblo de Israel"
7. Entonces Herodes, llamando en secreto, o a solas, a los Magos, averiguó cuidadosamente de ellos el tiempo en que la estrella les apareció.

8. Y encaminándoles a Belén, les dijo: 
"Id e informaos puntualmente de lo que hay de ese Niño, y en habiéndole hallado, dadme aviso, para ir yo también a adorarle"

9. Luego que oyeron esto al rey, partieron. Y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando sobre el sitio en que estaba el Niño, se paró.




10. A la vista de la estrella se regocijaron por extremo.



11. Y entrando en la casa hallaron al Niño con María, Su Madre, y postrándose le adoraron; y abiertos sus cofres le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra.




12. Y habiendo recibido en sueños un aviso del cielo para que no volviesen a Herodes, regresaron a su país por otro camino.

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Solemnidad Epifanía del Señor - Fiesta Enero 4 de 2015

Epifanía
(Manifestación del Señor)


El Evangelio de San Mateo (2, 1-12)
relata la historia de los magos:

"Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: '¿Dónde está el Rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo'. Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír ésto. Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: 'En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un Jefe, El que apacentará a mi pueblo, Israel'. Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: 'Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese Niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje'. Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. ¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez la estrella! Al entrar a la casa vieron al Niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino".



La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que a veces se ha usado como nombre de persona, significa "Manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos.

Tres misterios se han solido celebrar en esta sola fiesta, por ser tradición antiquísima que sucedieron en una misma fecha aunque no en un mismo año; estos acontecimientos salvíficos son:
  1. La adoración de los magos.
  2. El bautismo de Cristo por Juan.
  3. Primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su Madre, realizó en las bodas de Caná y que, como lo señala el evangelista Juan, fue motivo de que los discípulos creyeran en su Maestro como Dios.
Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
  1. Su Epifanía ante los Magos de Oriente: Manifestación a los paganos.
  2. Su Epifanía del Bautismo del Señor: Manifestación a los judíos por medio de San Juan Bautista.
  3. Su Epifanía de las Bodas de Caná: Manifestación a Sus discípulos y comienzo de Su vida pública por intercesión de Su Madre María.
Para los occidentales, que, como queda dicho más arriba, aceptaron la fiesta alrededor del año 400, la Epifanía es popularmente el día de los reyes magos. En la antífona de entrada de la Misa correspondiente a esta solemnidad se canta:
"Ya viene el Señor del universo, en sus manos está la realeza, el poder y el imperio"
Significado de la fiesta

Antes de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los hombres. Con la venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos. Epifanía quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza. Es un día de alegría y agradecimiento, porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los magos.

  • Reyes Magos: Los orientales llamaban magos a los doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura, que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros. Por alusión al Salmo 72, 10-11: "Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante Él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones".
  • De Oriente: El Oriente, para los judíos, era Arabia, Persia o Caldea.
  • La Estrella de Belén: El evangelista Mateo (2, 2) relaciona el nacimiento de Jesús en Belén con la aparición de una estrella particularmente luminosa en el cielo de Palestina.
  • Sus nombres y regalos: Sus nombres no aparecen en la Biblia, sólo sabemos que vienen de Oriente. Pero la tradición les ha dado nombres:
  1. Melchor: Tradicionalmente un anciano blanco con barbas, trae como regalo oro que representa la realeza de Cristo.
  2. Gaspar: Joven, de piel morena, trae incienso, representando la divinidad de Cristo.
  3. Baltasar: De raza negra, ofrece al Niño Dios mirra (sustancia que se utiliza para embalsamar cadáveres), representando Su humanidad, el sufrimiento y la muerte del Señor.
El verdadero rey que debemos
contemplar en esta festividad
es el pequeño JESÚS


Las oraciones litúrgicas se refieren a la estrella que condujo a los magos junto al Niño Divino, al que buscaban para adorarlo. Precisamente en esta adoración han visto los santos padres la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos supieron utilizar sus conocimientos (en su caso, la astronomía de su tiempo), para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres.

El sagrado misterio de la Epifanía está referido en el evangelio de San Mateo. Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los maestros de la ley supieron informarles que el Mesías del Señor debía nacer en Belén, la pequeña ciudad natal de David; sin embargo, fueron incapaces de ir a adorarlo junto con los extranjeros. Los magos, llegados al lugar donde estaban el Niño con María su Madre, ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).


A Melchor, Gaspar y Baltasar (nombres que les ha atribuido la leyenda, considerándolos tres por ser triple el don presentado, según el texto evangélico), puede llamárselos adecuadamente peregrinos de la estrella. Los orientales llamaban magos a sus doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes, como buscando destacar más aún la solemnidad del episodio que, en sí mismo, es humilde y sencillo. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros.

La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad. Esta solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo elegido.

Enseñanzas


Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que tienen.

La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.

Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.

Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.

Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.

Los Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos vacías. Le llevaron:
  • Oro: Que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos.
  • Incienso: Que se le da a Dios, ya que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre.
  • Mirra: Que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.
Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.

Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al Niño Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre. Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.

Los magos nos dan ejemplo en su búsqueda de la Verdad. Estuvieron dispuestos a correr grandes riesgos. Hombres en camellos, llevando tesoros por el desierto donde hay bandas de ladrones. Ellos buscaban al Mesías y nada ni nadie los detuvo. Fueron humildes, preguntaron a otros cómo llegar. Los de Jerusalén sabían dónde debía nacer el Mesías. Conocían las Sagradas Escrituras. Pero eso no es suficiente: pudieron dar instrucciones para que los Magos lleguen. Pero ellos mismos no fueron a adorarlo. Son como tantos hoy: Religión a mi manera, según mi opinión.


Sugerencias para vivir esta Fiesta



Reflexionar y contestar
las siguientes preguntas:

  • ¿Qué regalo le voy a dar a Jesús este año que comienza?
  • ¿Qué puedo cambiar para ser mejor?
  • ¿Qué regalos le voy a ofrecer a Jesús?
  • ¿Me encuentro alegre porque Dios me ama?
  • ¿Tengo fe en Dios?
  • ¿Sé vivir en la pobreza?
  • ¿Soy generoso (con mi tiempo, con mi persona, con los demás)?
  • ¿Suelo perseverar en mi vida espiritual a pesar de las dificultades que se me presentan?
  • ¿Obedezco a Dios con prontitud?
Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Santa Ángela de Foligno - Mística - Fiesta Enero 4



Señor: Tu que le dijiste
en una visión a Santa Ángela:
"el mejor camino para llegar
a la santidad es estudiar
la vida de Cristo en el Evangelio
y tratar de imitarlo".
Haz que nosotros estudiemos
la vida de Jesús
y la imitemos siempre.
Amén

Es una de las místicas más famosas que ha tenido la Iglesia Católica (se llama mística a la persona que se dedica a la vida de contemplación y de comunicación con Dios).

En los primeros años de su vida fue una pecadora: orgullosa, vanidosa, poco piadosa y dedicada a la vida mundana. Se casó muy joven y tuvo varios hijos. Poseía riquezas, castillos, lujos, joyas y fincas, pero nada de esto la hacía feliz. En 1283, cuando ella tenía 35 años de edad, mueren sucesivamente su madre, su esposo y sus hijos. En medio de la inmensa pena, Ángela va al templo y oye predicar a un franciscano, el Padre Arnoldo, y durante el sermón se da cuenta de lo equivocadamente que ha vivido. Hace una confesión general de toda su vida. Se hace terciaria franciscana. Va en peregrinación a Asís, y San Francisco en una visión le dice que es necesario hacer dos cosas muy importantes:


  1. Vender todo lo que tiene, darlo a los pobres, y…
  2. Dedicarse a meditar en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Así lo hace. Lo vende todo, menos un castillo o palacio que estima muchísimo. Hasta que en una visión oye decir a Cristo crucificado:



"¿Y por amor a tu Redentor no serás capaz de sacrificar también tu palacio preferido?"
Lo vende también y todo el dinero recogido lo distribuye entre los pobres. Vende todas sus joyas y lujos, reparte el dinero entre los más necesitados, y se dedica a la vida de contemplación y meditación en la Vida, Pasión y Muerte del Señor.

Ha sido llamada la Mística de la Pasión de Cristo. Y fue tan grande el amor que adquirió hacia la Pasión y Muerte del Señor, que le bastaba mirar una imagen de Jesús doliente u oír hablar de su Santísima Pasión para que se enrojeciera su rostro y quedara como en éxtasis. En visiones se la puede comparar a Santa Teresa y a Santa Catalina.

Al Padre Arnoldo le dictó su Autobiografía. En ella dice lo siguiente:
"Yo, Ángela de Foligno, tuve que atravesar muchas etapas en el camino de la penitencia o conversión. La primera fue convencerme de lo grave y dañoso que es el pecado. La segunda el sentir arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen Dios. La tercera hacer confesión de todos mis pecados. La cuarta convencerme de la gran misericordia que Dios tiene para con el pecador que quiere ser perdonado. La quinta el ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo que Cristo sufrió por nosotros. La sexta adquirir un amor por Jesús Eucaristía. La séptima aprender a orar, especialmente recitar con amor y atención el Padrenuestro. La octava tratar de vivir en continua y afectuosa comunicación con Dios".

En la Santa Misa veía muchas veces a Jesucristo en la Santa Hostia.

A su alrededor se reunía frecuentemente un selecto grupo de hombres y mujeres, terciarios franciscanos, a los cuales fue bendiciendo uno por uno como una madre cariñosa, la tarde del 4 de enero de 1309, y luego santamente y en gran paz, su alma voló a la eternidad. Sobre su sepulcro se han obrado innumerables milagros.

Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Angela_de_Foligno.htm





Papa Francisco restablece
a la famosa mística
Ángela de Foligno como santa
de la Iglesia universal

El Santo Padre Francisco, acogiendo en fecha del 9 de octubre de 2013 un informe del Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ha extendido a la Iglesia Universal el Culto litúrgico en honor de la Beata Ángela de Foligno, de la Orden Secular de San Francisco; nacida en Foligno (Italia) alrededor de 1248 y muerta el 4 de enero de 1309 y la ha inscrito en el catálogo de los santos.

De santa a beata y otra vez a santa

El itinerario canónico de Ángela de Foligno ha sido bastante inusual: en 1547 Pablo III la inscribió en el santoral de la Tercera orden de San Francisco con el título de santa. Inocencio XII en 1693 aprobó su culto sólo para los franciscanos y sólo como beata, estableciendo como día de fiesta el 30 de marzo. El 30 de abril de 1707 Clemente XI aprobó su culto público en toda la Iglesia Católica, pero sólo como beata, y estableciendo el 4 de enero como día de su fiesta. Ahora, 470 años después de su primera inscripción como santa, vuelve a recibir su halo. 

Aunque en España se ha visto eclipsada por figuras de la mística carmelitana como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, lo cierto es que es una de las místicas más populares e internacionales, y de gran influencia. Un divulgador como San Francisco de Sales recomendaba leer su obra; también lo hacía San Alfonso María de Ligorio. En España, ya el cardenal Cisneros mandó traducir sus textos al castellano en 1505.

Las 8 etapas de Santa Ángela

En su Libro de la Vida o Autobiografía señala 8 etapas en su conversión, que enumera así: 

  1. Convencerme de lo grave y dañoso que es el pecado.
  2. Sentir arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen Dios.
  3. Hacer confesión de todos mis pecados.
  4. Convencerme de la gran misericordia que Dios tiene para con el pecador que quiere ser perdonado.
  5. Ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo que Cristo sufrió por nosotros.
  6. Adquirir un amor por Jesús Eucaristía.
  7. Aprender a orar, especialmente recitar con amor y atención el Padrenuestro.
  8. Tratar de vivir en continua y afectuosa comunicación con Dios.
Visiones en misa y gritos en la calle

Tenía visiones de Cristo en la Hostia durante muchas misas. A veces, al sentir la presencia de Dios cerca, daba grandes gritos de alegría o asombro, que espantaban a la gente a su alrededor. Otras veces era al revés: gritaba cuando sentía que el Espíritu Santo se había alejado.


Como sucedía con otras figuras de estilo franciscano y místico, algunos la tomaban por loca. Pero cuando murió su fama de santidad estaba bien establecida y en su tumba se produjeron muchos milagros.

Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
http://www.religionenlibertad.com/francisco-restablece-a-la-famosa-mistica-angela-de-foligno-como-santa-31637.htm