sábado, 12 de julio de 2014

Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos - Fiesta Julio 13


Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos
Primogénito de los siete hijos de Pedro José Eusse, de ascendencia francesa y María Rosalía de Hoyos, el beato Mariano de Jesús Eusse Hoyos nació en Yarumal (Antioquia - Colombia), el 14 de octubre de 1845. Para esquivar el influjo de la escuela laica de entonces, Pedro y Rosalía prefirieron ser ellos mismos los maestros de sus hijos, educándolos en el temor de Dios. En 1868 ingresa al Seminario de Medellín, recién fundado. Entre sus condiscípulos se encontraron muchos que fueron luego honra de la Iglesia y de las letras, como el futuro presidente de Colombia don Marco Fidel Suárez.

A comienzos de 1870 es recibido como clérigo y el 14 de julio de 1872, ordenado presbítero por el obispo Valerio Antonio Jiménez, con quien lo unía algún parentesco. Inicia su misterio Sacerdotal como Vicario Parroquial en San Pedro (1872 - 1875), y en varios lugares de la extensa diócesis. En marzo de 1876 llega a la población de Angostura, para ayudar al anciano párroco, el padre Rudesindo Correa, a quien cuida con desvelo y dedicación.

Fue un celoso evangelizador, con sus catequesis y pláticas doctrinales sencillas sobremanera. Sabía salpicarlas además con provechosas anécdotas, al alcance de sus oyentes. Tuvo especiales cuidados de padre para con los niños. Profesó especial afecto a los campesinos, en cuyo ambiente se había levantado. Sentía y vivía todos sus problemas y trataba de solucionarlos. Continuamente iba en busca de las ovejas descarriadas, por quienes oraba y hacía orar. Su ilimitada caridad no le consentía dejar miseria alguna sin remediar.

Quebrantada su salud por los trabajos, los años y las penitencias, ya cercano a la muerte pidió ser confortado con la Eucaristía y la Unción, antes de perder el conocimiento. Cerca de la medianoche del 12 de julio de 1926, murió en la mayor pobreza, pues hasta la ropa de cama era prestada por haberlo repartido todo entre los pobres.
"Ya he vivido bastante. Ahora mi mayor deseo es ir a unirme con Jesús"
Fueron sus últimas palabras. Muchos favores se cuentan del Padre Marianito durante su vida. Con su visita y una breve oración, sanó muchos enfermos, arregló variados litigios entre campesinos por asuntos de linderos, protegió de catástrofes a su feligresía. Todas estas circunstancias hicieron de él una copia del Santo Cura de Ars. Es el primer Párroco de América cuya santidad es reconocida por la Iglesia. Fue beatificado en Roma, por el Papa Juan Pablo II, el 9 de abril de 2000. Llamado patrono de la paz para Colombia por San Juan Pablo II.

Semblanza
del Beato Padre Marianito

  • Nacimiento: El 14 de octubre de 1845, en Yarumal.
  • Muerte: El 13 de julio de 1926.
  • Sepultado: En la capilla de El Carmen en Angostura, el 13 de julio de 1926.
  • Exhumación: De su cadáver, el cual se encuentra actualmente momificado.
Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos
Cuerpo momificado


Milagros del Beato Padre Marianito

Son incontables, en realidad, los favores alcanzados; la sola enumeración llevaría muchas páginas. Los milagros más notables fueron de orden físico, intelectual y moral:

Iglesia en Angostura (Antioquia - Colombia)
donde reposan los restos mortales
Beato Padre Mariano de Jesús Eusse Hoyos
Milagros

Extingue el fuego

Prendiéndose en un fuerte verano un rastrojo cercano a la población. Las llamas avanzaron amenazantes hasta los primeros solares del poblado. Llamado el Padre Marianito acudió enseguida; hizo una breve oración y asperjó con agua de San Ignacio y el fuego se detuvo enseguida.

En otra ocasión, por no haber tomado las debidas precauciones, los dueños de una rocería, el día de la quema el fuego llegó con furia hasta los primeros ranchos de la población y en un instante los redujo a cenizas. Al llegar Marianito leyó un exorcismo y el fuego se apagó.

Cerdo que muere

No citamos nombres por respeto a parientes que aún viven. En un campo cercano a la población, sucedió que una madre de familia salió a una fuente un poco distante a lavar ropa y dejó a un niño de poca edad, dormido en una estera tirada en el suelo. Cuando regresó a darle vuelta al niño, encontró un espectáculo desgarrador: un cerdo había entrado y se había comido al niño del que sólo quedaban pequeños trozos de carne y hueso. A los gritos de dolor de la madre, acudió el marido que no estaba lejos. Éste, desesperado, azotó a la señora por descuidada y la condenó a llevar el cerdo en todo momento atado a una pierna. La noticia se propagó, y al saberlo Marianito acudió al lugar de la tragedia a consolar a los afligidos padres. Al llegar, encontró a la señora sola, bañada en lágrimas y con el cerdo amarrado que halando la martirizaba de tal manera que ya tenía la pierna llagada. Después de derramar el Padre Marianito el bálsamo de sus consuelos sobre la pobre señora, se acercó al animal; con saliva le tocó las orejas y se despidió para regresar a su casa; pero aún no había montado en su caballo, cuando el cerdo dio un chillido y cayó muerto.

Castigo

En alguna ocasión, dos señoras, por cualquier causa, se burlaron del Padre y sacaron de él ridículas caricaturas. Poco tiempo después una de ellas se enloqueció y la otra contrajo un dolor de cabeza que le duró ocho meses; al cabo de ellos humillada acudió al Padre Marianito a pedirle perdón, y éste haciéndole en la frente la señal de la Cruz la curó para siempre de ese dolor.

Hinchazón

Francisco Luis Trujillo Roldán, de 49 años refiere: en 1922 tenía yo una hinchazón muy grande en la mejilla derecha. El médico dijo que tenía que operarme porque se trataba de una infección en el hueso. Mi madre muy confundida acudió al Padre Marianito, quien le dijo:
"No sufra hija; el niño se le cura sin necesidad de operación"
Me untó saliva; me acosté enfermo y al día siguiente amanecí deshinchado.

Sorda de nacimiento

María Rosa Gómez era sorda de nacimiento. No obstante la pusieron en manos de los médicos; más, como era natural, sin éxito alguno. Estando de seis años se la llevaron al Padre Marianito; le metió los dedos humedecidos en saliva en los oídos y los retiró rápidamente. La niña quedó curada y oyendo perfectamente.

Serenateros

Una noche ya muy tarde, y estando enfermo el Padre, unos borrachos se dieron a la tarea de dar serenatas y hacer bulla cerca de la casa cural, impidiendo así el sueño a todos los vecinos. Entre ellos estaba Nicolás, hermano del Padre Marianito, quien salió a la ventana y los reprendió diciendo:
"¡Sinvergüenzas! No nos dejan dormir, cuidado les canta el búho"
Al momento la calle se llenó de búhos y los trasnochadores salieron despavoridos.

¿Veía al demonio?


Cuentan que había en Campamento un matrimonio que vivía muy mal. Alguna vez pasó el Padre por esa población y se hospedó adrede en casa de esta pareja. Por la noche se apareció un perro negro; el Padre lo conjuró y el matrimonio quedó libre del poder del demonio.

Lo acompañaba yo un día, dice Agustín Misas, a confesar un enfermo a Santa Ana. Al pasar frente a una casita que había en el camino, encontramos dos niñas que hacían huecos en una barranca. El Padre se detuvo y se encaró con un individuo invisible y le dijo en tono severo:
"¿Qué haces ahí?"
Una voz rara que no supe de dónde salía contestó:
"Estoy cuidando estas niñas"
"Retírate de aquí" -agregó él a tiempo que bendecía- "Y ustedes niñitas, váyanse a la casa que las necesita la mamá"
Las niñas obedecieron y no habían caminado veinte pasos cuando cayó un enorme alud que segó por completo el camino.

Tumor desaparecido

La señora María Jesús Sosa dice: en vida curó a un hijo mío que padecía de un tumor localizado sobre una arteria. Lo sobó con saliva y ésto bastó para curarlo.

Parto difícil

Refiere don Roberto Henao: la señora Ana Felisa de Rada se vio en tan grave peligro de muerte al dar a luz un niño que el médico que la atendía, listo a operar, preguntó al esposo qué prefería, si la vida de la esposa o la del hijo. En tan tremendo trance el Padre Marianito llegó a confesarla y pidió al médico que esperara un poco. Con el dedo pulgar humedecido en saliva y sobre el vientre de la señora pero sobre las ropas, trazó el signo de la Cruz. Antes de cinco minutos nació sin dificultad la criatura y se salvaron madre e hijo.

Cáncer en la laringe

Una señora sufría de un cáncer en la laringe. Los médicos de Yarumal y Santa Rosa que la reconocieron anunciaron la muerte próxima, y afirmaron que no se le podía operar. Llamó a Marianito a que la confesara para prepararse a la muerte. La confesó y luego con saliva, como solía hacerlo, le hizo la señal de la Cruz en la garganta. Esa noche, la señora tuvo un fuerte acceso de vómito y arrojó algo como del tamaño de una mosca grande con largas patas, que parecía hilos de seda. Quedó completamente curada.

Rogativas

Caso referido por muchos testigos: un largo verano había aniquilado cementeras y potreros. Las gentes aterradas por la amenaza del hambre que se cernía sobre la población, pidieron al Padre Marianito que hiciera una procesión de rogativa. Cantando las letanías mayores y llevando las imágenes de Nuestra Señora de Chiquinquirá y de San José, salieron a la plaza. Unos forasteros que habían llegado, informados de lo que acontecía, se rieron a carcajadas y apostaron que no llovería. Mas el cielo se encargó de probarles lo contrario: antes de que la procesión terminara de recorrer la plaza, se descargó un aguacero tal que fue preciso dejar la imagen de San José, que era pesada, en la alcaldía; la de la Virgen, más liviana, pudo llegar al templo.

Una caída

Muy comentado por toda la ciudadanía fue el caso siguiente: estaba un día el Padre Marianito empezando las ceremonias del bautismo de un infante en la puerta del templo, cuando de un alto balcón, a una cuadra de distancia, se cayó una niña de tres años de edad. Antes de que se estrellara contra el empedrado, el Padre que la vio ya en el aire, le dio la bendición. ¡Y cosa rara! La niña Gabriela Trujillo no sufrió lesión alguna, quien luego se hizo religiosa misionera de Santa Teresita en Yarumal.

Quiste

Llegó un día una señora con una niña de unos cinco años de edad, que tenía un grano (quiste) debajo del párpado y le impedía cerrar el ojo. El Padre tomó un poco de agua, introdujo en ella la medalla de San Ignacio y la bendijo. Luego aplicó al ojo de la niña un algodón humedecido; como el agua le fastidiara, la niña se restregó el ojo y al instante cayó al suelo un tumor del tamaño de un fríjol.

Su jaculatoria preferida




"Oh María concebida sin pecado original, rogad por nosotros que recurrimos a Vos" 



Dicen que se le oía repetir con frecuencia en momento difíciles de la vida de Colombia, como las guerras civiles y la persecución contra el clero en la que el sacerdote tuvo que esconderse. Vivir en una cueva, que era también su cocina, su altar, su alcoba y desde donde atendía a sus fieles.


Oración al Padre Marianito

Oh Dios, que otorgaste
a tu siervo Mariano de Jesús,
la gracia del sacedorcio ministerial
y lo hiciste modelo de párrocos,
dotándolo de preclaras virtudes,
especialmente de celo infatigable
por tu gloria y solicitud
amorosa por los hermanos,
concédenos seguir su ejemplo
y gozar de su valiosa intercesión.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén

Fuente - Texto tomado de SANTUARIOMARIANITO.ORG: