Día Cuarto
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ayuda a sus devotos a salir del pecado.
Uno de los principales oficios en que ejercita su solicitud Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es el de sacar a las almas del pecado. A la manera como una madre llora y gime sobre el cadáver de su hijo, a quien desearía poder resucitar; María siente ardentísimos deseos de que vuelvan los pecadores a la vida de la gracia. Su gran ocupación consiste en interceder por ellos sin cesar; y Ella se gloría en ser su infatigable Abogada y en alcanzarles la gracia de la verdadera conversión, con tal que tengan al menos el deseo sincero de salir del pecado y que acudan a Ella pidiéndole la fuerza necesaria para romper las cadenas con que los tiene esclavizados al pecado.
Pedir la gracia
que se desea conseguir.
Rezar 3 Avemarías
y la oración correspondiente
Oración
¡Oh misericordiosa Abogada y refugio de los pecadores! ¡Mucho he ofendido a Dios. En vuestras manos pongo mi salvación eterna. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! haced que no vuelva ya a tener la inmensa desgracia de corresponder con vil ingratitud vuestros continuos favores. Alcanzadme de vuestro Hijo la gracia de una conversión sincera, para que en adelante le ame con todo mi corazón.
Fuente - Texto tomado del Libro "Acudamos a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro" - Heraldos del Evangelio (Caballeros de la Virgen)