viernes, 21 de diciembre de 2012

Novena de Navidad (Día Séptimo) - Diciembre 22 de 2012



Consideración

Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable, obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para Él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.

El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su Hijo Único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles.

El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa Santa Humanidad, que Él mismo ha formado con divino esmero.

(A continuación se reza: Oración para todos los días - Oración a la Santísima Virgen María - Oración a San José - Gozos para la llegada del Niño Dios - Oración al Niño Jesús)

Fuente - Textos tomados de la Novena de Navidad - Arquidiócesis de Medellín