sábado, 30 de junio de 2012

Lectura del Santo Evangelio Según San Marcos 5, 21-43




21. Habiendo pasado Jesús otra vez con el barco a la opuesta orilla, concurrió gran muchedumbre de gente a su encuentro; y estando todavía en la ribera del mar.

22. Vino en busca de Él uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, el cual luego que le vio se arrojó a sus pies.

23. Y con muchas instancias le hacía esta súplica:

"Mi hija está a los últimos; ven y pon sobre ella tu mano para que sane y viva"

24. Fuése Jesús con él, y en su seguimiento mucho tropel de gente que le apretaba.

25. En ésto una mujer que padecía flujo de sangre doce años hacía.

26. Y había sufrido mucho en mano de varios médicos, y gastado toda su hacienda sin el menor alivio, antes lo pasaba peor.

27. Oída la fama de Jesús, se llegó por detrás entre la muchedumbre de gente, y tocó su ropa.

28. Diciendo para consigo:



"Como llegue a tocar su vestido, sanaré"

29. En efecto, de repente aquel manantial de sangre se le secó, y percibió en su cuerpo que estaba ya curada de su enfermedad.

30. Al mismo tiempo Jesús conociendo la virtud que había salido de Él, vuelto a los circunstantes, decía:

"¿Quién ha tocado mi vestido?"

31. A lo que respondían los discípulos:

"¿Estás viendo la gente que te comprime por todos lados, y dices: Quién me ha tocado?"

32. Mas Jesús proseguía mirando a todos lados para distinguir la persona que había hecho ésto.

33. Entonces la mujer, sabiendo lo que había experimentado en sí misma, medrosa y temblando se acercó, y postrándose a sus pies, le confesó toda la verdad.

34. Él entonces le dijo:

"Hija, tu fe te ha curado; vete en paz, y queda libre de tu mal"

35. Estando aún hablando, llegaron de casa del jefe de la sinagoga a decirle a éste:

"Murió tu hija, ¿para qué cansar ya al Maestro?"

36. Mas Jesús, oyendo lo que decían, dijo al jefe de la sinagoga:

"No temas, ten fe solamente"

37. Y no permitió que le siguiese ninguno fuera de Pedro, y Santiago, y Juan, el hermano de Santiago.

38. Llegados que fueron a casa del jefe de la sinagoga, ve la confusión y los grandes lloros y alaridos de aquella gente.

39. Y entrando les dice:

"¿De qué os afligís tanto y lloráis?  La muchacha no está muerta, sino dormida"

40. Y se burlaban de Él, sabiendo bien lo contrario. Pero Jesús, haciéndoles salir a todos fuera, tomó consigo al padre y a la madre de la muchacha, y a los tres discípulos que estaban con Él, y entró adonde la muchacha yacía.

41. Y tomándola de la mano, le dice:




"Talitha, cumi" (es decir: Muchacha, levántate, yo te lo mando)

42. Inmediatamente se puso en pie la muchacha y echó a andar, pues tenía ya doce años, con lo que quedaron poseídos del mayor asombro.

43. Pero Jesús les mandó muy estrechamente que procuraran que nadie lo supiera; y dijo que diesen de comer a la muchacha.

Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús