sábado, 29 de noviembre de 2025

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 24, 37-44

 



37. Lo que sucedió en los días de Noé, eso mismo sucederá en la venida del Hijo del hombre.

38. Porque así como en los días anteriores al diluvio proseguían los hombres comiendo y bebiendo, casándose y casando a sus hijos, hasta el día mismo de la entrada de Noé en el arca.

39. Y no pensaron jamás en el diluvio hasta que le vieron comenzado, y los arrebató a todos, así sucederá en la venida del Hijo del hombre.




40. Entonces, de dos hombres que se hallarán juntos en el campo, uno será tomado o libertado, y el otro dejado o abandonado.

41. Estarán dos mujeres moliendo en un molino, y la una será tomada o se salvará, y la otra dejada, y perecerá.

42. Velad, pues, vosotros, ya que no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.




43. Estad ciertos que si un padre de familia supiera a qué hora le había de asaltar el ladrón, estaría seguramente en vela y no dejaría minar su casa.

44. Pues así mismo estad vosotros igualmente apercibidos, porque a la hora que menos penséis ha de venir el Hijo del hombre.


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Primer Domingo de Adviento - Noviembre 30 de 2025

   






Liturgia de las Horas:
Primera Semana del Salterio
Color: Morado


Lecturas de la liturgia


Primera Lectura: Isaías 2:1-5


Mensaje que vio Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén.

Sucederá en los últimos días que el monte del Templo del Señor se afirmará en la cumbre de los montes, se alzará sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones.

Irán muchos pueblos y dirán:

«Venid, subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus senderos, porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra del Señor».

Él juzgará entre las naciones, y dictará sentencia a muchos pueblos. De sus espadas forjarán azadas, y de sus lanzas, podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

¡Casa de Jacob, venid,
caminemos a la luz del Señor!


Salmo Responsorial 122:1-9


Canto de las subidas. De David.
Qué alegría cuando me dijeron: «¡Vamos a la Casa del Señor!

Ya se han parado nuestros pies
a tus puertas, Jerusalén».

Jerusalén, bien cimentada,
ciudad sólida y unida.
Allí suben las tribus,
las tribus del Señor. Es un precepto de Israel, para alabar el Nombre del Señor.

Pues allí está la sede de justicia,
la sede de la casa de David.

Pedid la paz para Jerusalén;
estén seguros los que te aman.

Haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus casas.

Por mis hermanos y mis amigos
diré: «¡Haya paz dentro de ti!».

Por la Casa del Señor, nuestro Dios,
buscaré tu bien.


Segunda Lectura: Romanos 13:11-14


Y esto, siendo conscientes del momento presente: porque ya es hora de que despertéis del sueño, pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando abrazamos la fe.

La noche está avanzada, el día está cerca. Abandonemos, por tanto, las obras de las tinieblas, y revistámonos con las armas de la luz.

Como en pleno día tenemos que comportarnos honradamente, no en comilonas y borracheras, no en fornicaciones y en desenfrenos, no en contiendas y envidias; al contrario, revestíos del Señor Jesucristo, y no estéis pendientes de la carne para satisfacer sus concupiscencias.


Evangelio: San Mateo 24, 37-44


Lo mismo que en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

Pues, como en los días que precedieron al diluvio comían y bebían, tomaban mujer o marido hasta el día mismo en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta sino cuando llegó el diluvio y los arrebató a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro dejado.

Dos mujeres estarán moliendo en el molino: una será tomada y la otra dejada.

«Por eso: velad, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor. Sabed esto: si el dueño de la casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría ciertamente velando y no dejaría que se horadase su casa. Por tanto, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del Hombre».


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:

Adviento - Tiempo de Espera (Noviembre 30 a Diciembre 24 de 2025)

   



El Adviento es el período de preparación para celebrar la Navidad y comienza cuatro domingos antes de esta fiesta. Además se encuentra en el comienzo del Año Litúrgico católico.




Este año 2025, comenzará el domingo 30 de noviembre y el último domingo de Adviento será el 21 de diciembre.


Esquema del Adviento 2025




Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.

El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este año 2025, comienza el domingo 30 de noviembre, y se prolonga hasta el 24 de diciembre. Podemos distinguir dos períodos. En el primero de ellos, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.

En el segundo período se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Se nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por la solemnidad de la fiesta de la Navidad.

Tenemos cuatro semanas en las que Domingo a Domingo nos vamos preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de Adviento está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida. La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura, central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera.

En cuanto a las lecturas de las misas dominicales, las primeras lecturas son tomadas de Isaías y de los demás profetas que anuncian la Reconciliación de Dios y, la venida del Mesías. En los tres primeros domingos se recogen las grandes esperanzas de Israel y en el cuarto, las promesas más directas del nacimiento de Dios. Los salmos responsoriales cantan la salvación de Dios que viene; son plegarias pidiendo su venida y su gracia. Las segundas lecturas son textos de San Pablo o las demás cartas apostólicas, que exhortan a vivir en espera de la venida del Señor.

El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:


Primer Domingo: 30 de noviembre




La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primera semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio:


"Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento"


Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primera vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.




Segundo Domingo: 7 de diciembre




La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista:


"Preparen el camino, Jesús llega"


Y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado.




Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.




Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía. 


Tercer Domingo: 14 de diciembre




El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. La liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella:




"Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?


Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercera semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercera vela, color rosa, de la Corona de Adviento.






Cuarto Domingo: 21 de diciembre


El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a:




"Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo"


Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.




Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/fiestas/Adviento/esquema.htm

Novena a la Virgen María Inmaculada Concepción (Noviembre 30 a Diciembre 8)

    



Novena a la Inmaculada Concepción


Comienza el 30 de Noviembre para preparar la fiesta de la Inmaculada Concepción (8 de Diciembre).


Oraciones para todos los días de la novena


Acto de contrición


Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante vuestra divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.


Oración preparatoria


Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro haya sido desamparado.

No me dejéis pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a Vos, antes bien cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción. Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dadme la gracia particular que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestra y bien de mi alma.


Oración particular del día
(ver abajo)


Oración final


Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad, y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción deseas conseguir de la Novena.




Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía!


DÍA PRIMERO
(Noviembre 30)


Oración particular




¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así Te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en Ti, Padrenuestro Santísimo.


DÍA SEGUNDO
(Diciembre 1)


Oración particular




¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.


DÍA TERCERO
(Diciembre 2)


Oración particular




¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y delicadez de conciencia.


DÍA CUARTO
(Diciembre 3)




Oración particular


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que Te podamos servir con verdadera libertad de espíritu y sin imperfección ninguna.


DÍA QUINTO
(Diciembre 4)




Oración particular


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante de su Concepción diste a María más gracia que a todos los Santos y Ángeles del cielo, así Te rogamos humildemente por intercesión de tu Madre Inmaculada nos inspires un aprecio singular de la divina gracia que Tú nos adquiriste con tu sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus santos sacramentos, especialmente el de la comunión.


DÍA SEXTO
(Diciembre 5)




Oración particular


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.


DÍA SÉPTIMO
(Diciembre 6)




Oración particular


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las Vírgenes, así Te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que no se puede conservar sin tu gracia, pero que tantos han conservado mediante la devoción de la Virgen y tu protección.


DÍA OCTAVO
(Diciembre 7)




Oración particular


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero a Ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.


DÍA NOVENO
(Diciembre 8)




Oración particular


¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, así Te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al cielo para siempre gozar en tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.


LETANÍA A LA VIRGEN




Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escuchadnos, Cristo, escuchadnos,
Dios, Padre celestial. Tened piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo. Tened piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo. Tened piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios. Tened piedad de nosotros.


A las siguientes contestamos:


“Ora pro nobis” o “Ruega por nosotros”


Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Divina Gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre inviolada,
Madre y virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de exaltación,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del Cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los Cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina, concebida sin pecado original,
Reina, asunta a los Cielos,
Reina del santísimo Rosario,
Reina de la Paz,

Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo. Perdonadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo. Escuchadnos, Señor.
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del mundo. Tened piedad de nosotros.


V. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.


ORACIÓN


Os rogamos, Señor Dios, que nos concedáis a vuestros siervos gozar de continua salud de alma y cuerpo; y que por la intercesión de la siempre Virgen Santa María, seamos libres de las tristezas de esta vida y gocemos de las eternas alegrías del cielo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.


Recemos el Santo Rosario:




Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG

San Andrés - Apóstol Siglo I - Fiesta Noviembre 30

  



"Dichoso tú, querido apóstol Andrés,
que tuviste la suerte de ser el primero
de los apóstoles en encontrar a Jesús.
Pídele a Él que nosotros le seamos
totalmente fieles en todo, hasta la muerte"


San Andrés (cuyo nombre significa "varonil"), nació en Betsaida, población de Galilea, situada a orillas del lago Genesaret. Era hijo del pescador Jonás y hermano de Simón Pedro. La familia tenía una casa en Cafarnaúm, y en ella se hospedaba Jesús cuando predicaba en esta ciudad. Como lo demuestran las profesiones que ejercían los doce apóstoles, Jesús dio la preferencia a los pescadores, aunque dentro del colegio apostólico están representados los agricultores con Santiago el Menor y su hermano Judas Tadeo, y los comerciantes con la presencia de Mateo.

Andrés tiene el honor de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y éste al ver pasar a Jesús (cuando volvía del desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó:




"He ahí el cordero de Dios"


Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de Jesús (junto con Juan Evangelista), Jesús se volvió y les dijo:


"¿Qué buscan?"


Ellos le dijeron:


"Señor, ¿dónde vives?"


Jesús les respondió:


"Vengan y verán"


Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde. Nunca jamás podría olvidar después Andrés el momento y la hora y el sitio donde estaban cuando Jesús les dijo las palabras anteriores. Esa llamada cambió su vida para siempre. Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo:


"Hemos encontrado al Salvador del mundo"


Y lo llevó a donde Jesús. Así le consiguió a Cristo un formidable amigo, el gran San Pedro. Al principio Andrés y Simón no iban con Jesús continuamente, sino que acudían a escucharle siempre que podían, y luego regresaban a sus labores de pesca. Pero cuando el Salvador volvió a Galilea, encontró a Andrés y a Simón remendando sus redes y les dijo:




"Vengan y me siguen"




Y ellos dejando a sus familias y a sus negocios y a sus redes, se fueron definitivamente con Jesús. Después de la pesca milagrosa, Cristo les dijo:


"De ahora en adelante serán pescadores de almas"




Por ésto Andrés ocupa un puesto eminente en la lista de los apóstoles: los evangelistas Mateo y Lucas lo colocan en el segundo lugar después de Pedro. Además del llamamiento, el Evangelio habla del apóstol Andrés otras tres veces:




  • En la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho con unos panes y unos peces.
  • Cuando se hace intermediario de los forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús.
  • Y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.


El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. Andrés presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus maravillosos sermones. Vivió junto a Él por tres años. En el día de Pentecostés, Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.




Después de la Ascensión, la Escritura no habla más de él. Los muchos escritos apócrifos que tratan de colmar este silencio, son demasiado fabulosos para que se les pueda creer. La única noticia probable es que Andrés anunció la buena noticia en regiones bárbaras como la Scitia, en la Rusia meridional, como refiere el historiador Eusebio. 

Una tradición muy antigua cuenta que el apóstol Andrés fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya, en Grecia. Que lo amarraron a una cruz en forma de X y que allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en la religión a todos los que se le acercaban. Dicen que cuando vio que le llevaban la cruz para martirizarlo, exclamó:




"Yo te venero oh cruz santa que me recuerdas la cruz donde murió mi Divino Maestro. Mucho había deseado imitarlo a Él en este martirio. Dichosa hora en que tú al recibirme en tus brazos, me llevarán junto a mi Maestro en el cielo"


La tradición coloca su martirio en el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio cruel de Nerón. Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de noviembre es festejada ya por San Gregorio Nacianceno.

Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias, trasladadas de Patrasso, probable lugar del martirio, a Constantinopla y después a Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI. 


Fuente - Texto tomado de EWTN:

FUERTE ADVERTENCIA DE LA VIRGEN MARÍA: "¡No más comuniones en la mano! ¡Ni laicos distribuyendo la Eucaristía! Sacrilegio que está haciendo perder muchas almas"

 



19 de junio de 2020


LLAMADO DE MARÍA ROSA MÍSTICA
AL PUEBLO DE DIOS

Mensaje a Enoc – Colombia
Miércoles 27 de enero de 2016


"¡HIJOS, NO MÁS COMUNIONES EN LA MANO, NI LAICOS DISTRIBUYENDO LA EUCARISTÍA, PORQUE ESTE SACRILEGO ESTÁ HACIENDO PERDER MUCHAS ALMAS!


Pequeños de Mi Corazón, la Paz del Señor esté con todos vosotros.

Hijos míos, muchos sacrilegios se están cometiendo con la Sagrada Eucaristía. Mi Hijo está ultrajado en Su Divinidad por las manos impuras e indignas de Mis hijos seculares. ¡Como Madre del Hijo de Dios y Madre de la humanidad, os pido, Mis amados hijos, que pongais fin a esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía, no más Comuniones en la mano! El Cuerpo y la Sangre de Mi Hijo son ultrajados por muchos laicos que se atribuyen tareas que corresponden sólo a los Sacerdotes y otros Ministros consagrados como: el Papa, los Cardenales y los Obispos.

Ninguna mano que no haya sido consagrada a través del Ministerio Sacerdotal puede tocar a Mi Hijo.

Hijitos, es impresionante la cantidad de violaciones eucarísticas que cometen aquellos así definidos: Ministros Extraordinarios de la Eucaristía. Muchos de Mis hijos laicos, con la bondad del Sacerdote, ejercen el ministerio de la Eucaristía en muchas Iglesias; el orgullo es común en muchos de ellos y se está llegando al punto de que muchas de las decisiones que debe tomar el sacerdote están siendo delegadas en los laicos. Qué dolor siento en Mi Corazón al ver cómo muchos de Mis hijos laicos profanan objetos sagrados, tomando con sus manos indignas de los Sagrarios, el Cáliz donde están presentes las Hostias Consagradas. Os digo: ¡Sólo las manos consagradas de Mis amados pueden tocar el Cáliz con las Hostias Consagradas, y sólo sus manos pueden distribuir la Comunión!.

Les ruego, amados hijos: No deleguen más este Sagrado Ministerio a Mis hijos laicos; no los hagas culpables de culpa; ¡Deja tu comodidad y cumple el Ministerio Sacerdotal que te es conferido!

Les pregunto, amados Míos: ¿qué responderán mañana a Mi Padre, por todos los abusos y ultrajes que muchos de ustedes están cometiendo con la Divinidad de Mi Hijo?

¡El Cielo llora Conmigo al ver cómo Jesús Sacramentado es ultrajado y desfigurado en muchas de Sus Casas!

Mi adversario disfruta de cada profanación que recibe Mi Hijo. Muchas Hostias Consagradas se pierden y terminan en iglesias satánicas para la celebración de misas negras. Mi adversario se ha infiltrado en muchas de las Casas de Mi Hijo, muchos ministros extraordinarios de la Eucaristía que lo traicionan robando las Hostias Consagradas que son utilizadas para realizar cultos satánicos.

Miles de Hostias Consagradas se venden dependiendo del Ministro de la Iglesia que las consagró, para así establecer su precio. Una Hostia Consagrada por el Papa, un Cardenal o un Obispo se vende a alto precio y con estas realizan un rito satánico especial para causar daño al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, representado en Su Iglesia.

Los satanistas destruyen las comunidades religiosas y sacerdotales, siendo estas Hostias Consagradas por los altos ministros de la Iglesia. Amados Míos, a quién pido que cese este insulto a la Divinidad de Mi Hijo, que están realizando Mis hijos laicos. Cada insulto y profanación que recibe Mi Hijo es una espada que traspasa Mi Corazón.

En el infierno yacen muchos de Mis amados que durante su vida permitieron estos abusos de la Divinidad de Mi Hijo, y con ellos muchos laicos, ministros extraordinarios, cuyo orgullo espiritual no les permitió enmendar y pedir perdón a Dios por tan viles abusos.

Como Madre de las almas consagradas en esta advocación de la Rosa Mística, les pido de todo Corazón, Mis amados hijos, que detengan lo más pronto posible este abuso y ultraje que se está cometiendo contra la Divinidad de Mi Hijo, para que mañana no tendrás nada de qué quejarte. ¡Hijos, ya no más comuniones en la mano, ya no más laicos repartiendo la Comunión, porque este sacrilegio está provocando la pérdida de muchas almas!

Tu Madre, María Rosa Mística


Fuente - Texto tomado de REGINADELCIELO.COM:
https://reginadelcielo.com/2020/06/19/no-a-comunione-in-mano-o-distribuita-da-laici/