viernes, 14 de noviembre de 2025

San Alberto Magno - Obispo y Doctor de la Iglesia - Fiesta Noviembre 15

  



Perfil histórico


San Alberto nació en el seno de la noble familia de los Ingollstad en Lauingen, Diócesis de Augsburgo en la Baviera Alemana en 1206. Era de familia rica y de importancia en el gobierno y en la alta sociedad. Su padre era Conde, o sea gobernador de la región. Desea cursar la carrera de Leyes por lo que sus padres le envían primero a Bolonia, que más tarde será cumbre de los estudios juristas; pasa más adelante a Venecia, para terminar en Padua. Estudió en la Universidad de Padua. Allí se encontró en 1223 con el más grande pescador de vocaciones, el beato Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo de Guzmán, en el gobierno de la Orden Dominicana. Queda prendado por la predicación y las cualidades de este hombre; recibe la llamada de Dios y aunque el papá de Alberto se oponía a que su hijo se hiciera religioso, sin embargo la personalidad de Jordán fue tan impresionante para él, que dejó todo su futuro de hacendado, político y hombre de mundo, y entró de religioso con los Padres Dominicos. Decide ingresar en la Orden de Predicadores en 1224.

En 1228 es enviado a su patria como profesor y enseña, primero en Colonia, con posterioridad en Hildesheim, Friburgo, Ratisbona, Estrasburgo y en la Sorbona de París, donde tendrá como discípulo predilecto a Santo Tomás de Aquino. Tuvo el honor San Alberto de haber sido el maestro del más grande sabio que ha tenido la Iglesia Católica, Santo Tomás de Aquino, y ésto le aumentó su celebridad. Él descubrió el genio que había en el joven Tomás.

Ya en su tiempo la gente lo llamaba "El Magno", el grande, el magnífico, por la sabiduría tan admirable que había logrado conseguir. Lo llamaban también "El Doctor Universal", porque sabía de todo: de ciencias religiosas, de ciencias naturales, de filosofía, etc. Era geógrafo, astrónomo, físico, químico y teólogo. La gente decía "Sabe todo lo que se puede saber" y le daba el título de "Milagro de la época""Maravilla de conocimientos" y otros más.




En 1248 le encontramos, de nuevo, en Colonia dirigiendo el Estudio General de la Orden en esta ciudad. En los años 1254 a 1257 es elegido Provincial de la Provincia de Teutonia. En 1256 está en Roma y allí, con San Buenaventura, franciscano, defiende los derechos de las Órdenes Mendicantes, frente a Guillermo de San Amor y otros profesores, el derecho de enseñar en las Universidades de entonces.

En Colonia, en París y en varias otras universidades fue profesor brillantísimo y de muchas naciones iban estudiantes a escuchar sus clases. Él tuvo el mérito de haber separado la teología de la filosofía, y de haber descubierto que el filósofo Aristóteles tiene un gran parecido con las ideas cristianas (lo cual perfeccionará luego su discípulo Santo Tomás).

Escribió 38 volúmenes, de todos los temas: Teología, filosofía, geografía, química, astronomía, etc. Era una verdadera enciclopedia viviente. Fue nombrado superior provincial de su comunidad de Dominicos. Cuatro años más tarde el Papa Alejandro IV le nombra Obispo y, a pesar de su oposición, es consagrado Obispo de Ratisbona; organizó la Diócesis. A los dos años, con nostalgia de su vida conventual dominicana, el Papa Urbano IV le acepta la renuncia a ese cargo para dedicarse a dar clases y escribir, que eran sus oficios preferidos. Habiendo sido de familia muy rica y de alta posición social, recorrió Alemania predicando, y viajando de limosna y hospedándose donde le dieran posada como a un limosnero. Era una buena práctica para aumentar la virtud de la humildad. De 1261 a 1263 es nombrado Predicador de la Cruzada y profesor de la Curia Pontificia.





Destaca San Alberto Magno por su capacidad, sagacidad y equilibrio en solucionar casos conflictivos como el del Obispo de Wurzburgo con sus fieles. Su misión y su campo es la enseñanza, la investigación por la que sigue dictando su sabiduría en las Cátedras Wurzburgo, Estrasburgo y Lyon. Participa en el II Concilio de Lyon, donde media para que sea reconocido como Rey de Alemania Rodolfo de Augsburgo.

San Alberto es Magno por la grandeza de su espíritu. Era un hombre abierto a lo universal; escritor y profesor incansable. Como naturalista era un hombre de vocación analítica y observador nato. En sus obras destacan afirmaciones tales como:


  • "Yo lo observé"
  • "Yo hice el experimento"
  • "Ésto me lo han referido pescadores o cazadores expertos"


Pero es preciso destacar que San Alberto estudia, investiga, analiza todo en función de la Santa Predicación; por eso utiliza tanto las Ciencias Naturales, Biología, Botánica, Química, Zoología, Arqueología, como la Filosofía y la Teología.


La Virgen lo había preparado


En 1278, cuando dictaba una clase, le falló súbitamente la memoria y perdió la agudeza de entendimiento.




La visión de la escalera


San Alberto había dicho que, de joven, le costaban los estudios y que por eso una noche dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una escalera colgada de una pared, cuando llegó a la parte de arriba se encontró con Nuestra Señora, la Virgen María que le dijo:


"Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a mí que soy 'Causa de la Sabiduría'? Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías"


Y así sucedió como la Virgen le dijo. Al final de su vida, un día en un sermón se le olvidó todo lo que sabía, y dijo:


"Es señal de que ya me voy a morir, porque así me lo anunció la Virgen Santísima"


Y se retiró de sus labores y se dedicó a orar y a prepararse para morir. En 1279 se debilita física y mentalmente. Ese mismo año redacta su testamento y muere, con serenidad y paz, sobre su mesa de trabajo. Era el 15 de noviembre de 1280, mientras charlaba tranquilamente con unos religiosos de su comunidad, quedó muerto plácidamente. Tenía 74 años. Dejaba fama de haber sido más sabio que todos los sabios de su tiempo. Todas las enseñanzas tenían por fin llevar el alma hacia Dios que es amor.


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:

¡ADVERTENCIA! Peligros del espiritismo y la necromancia - Arzobispo de Medellín: «El espiritismo aleja de Dios y genera confusión en los fieles»



Mons. Ricardo Tobón advierte sobre los peligros del espiritismo y la necromancia.

El Arzobispo de Medellín: «El espiritismo aleja de Dios y genera confusión en los fieles»

Señala que estas actividades aprovechan la tendencia natural del ser humano hacia lo misterioso para promover doctrinas incompatibles con la fe cristiana. También menciona el magnetismo, telepatía, sueño hipnótico, levitación de objetos, movimiento de la ouija, escritura automática.


12/11/25 8:49 PM


(InfoCatólica) Mons. Ricardo Tobón Restrepo ha publicado una advertencia en el sitio web del Episcopado Colombiano sobre las prácticas espiritistas que se extienden en la sociedad actual. El Arzobispo de Medellín señala que estas actividades aprovechan la tendencia natural del ser humano hacia lo misterioso para promover doctrinas incompatibles con la fe cristiana.


Una atracción natural hacia lo oculto


Según explica el prelado, el ser humano experimenta de forma natural «una tendencia hacia lo misterioso y una atracción por experiencias extrañas y ocultas». Esta realidad, que se percibe en la propia naturaleza humana y se demuestra a través de la historia, es aprovechada por los practicantes del espiritismo moderno, que se inspira en prácticas antiguas pero ha adoptado nuevas formas desde el siglo XIX.

El espiritismo contemporáneo se sustenta en varias «ideas»: la posibilidad de comunicarse con entidades espirituales desencarnadas, la creencia en la reencarnación, la convicción de la pluralidad de mundos habitados, y la identificación entre lo natural y lo sobrenatural, así como entre la religión y la ciencia.


Prácticas y rituales cuestionables


Mons. Tobón describe cómo el espiritismo promueve reuniones donde personas consideradas «médium» afirman recibir mensajes de los espíritus a través de diversos medios: ruidos, voces, escritos o apariciones. Estos rituales mezclan elementos cristianos, supersticiosos y de brujería, utilizando imágenes, amuletos, sahumerios, agua bendita y rezos.

Y lamenta especialmente que «para estas prácticas se venga utilizando abusivamente la figura de San José Gregorio Hernández», lo que considera un uso indebido de la devoción católica.


La necromancia como forma grave de adivinación


La necromancia o espiritismo representa, según el prelado, «la más grave expresión de la adivinación», ya que consiste en recurrir a los espíritus de los muertos para desvelar el futuro o cualquier otro aspecto de la vida. Estos grupos siguen las enseñanzas de Allan Kardec y otros autores que desarrollan doctrinas inaceptables desde la perspectiva cristiana.

Entre las creencias problemáticas, Mons. Tobón destaca que no creen en un Dios personal sino en un concepto panteísta que unifica a Dios con todas las cosas, y que al aceptar la reencarnación niegan la obra redentora de Cristo, pensando que todo funciona por una causa automática.


Fenómenos parapsicológicos sin origen espiritual


El arzobispo enumera diversos fenómenos que se presentan en las sesiones espiritistas: magnetismo, telepatía, sueño hipnótico, levitación de objetos, movimiento de la ouija, escritura automática, entre otros. Sin embargo, aclara que estos fenómenos «ciertamente no son producidos por espíritus, sino por cierto magnetismo de las personas o por trucos engañosos».

Algunos de estos fenómenos pertenecen al ámbito de la parapsicología y, por tanto, al dominio científico, aunque siguen siendo de difícil explicación. No obstante, advierte que generalmente se utilizan con fines ambiguos, falsamente religiosos, e incluso con propósitos comerciales o de dominio sobre las personas.


Consecuencias negativas para los participantes


La práctica de invocar las almas de los difuntos «introduce una forma de alienación del presente y produce una mistificación de la fe en el más allá», según el prelado. Esto genera confusión, miedo e incluso enfermedades mentales en algunas personas, causando especialmente en los jóvenes «grandes equivocaciones y no pocas veces con consecuencias preocupantes a nivel moral».


Fundamento bíblico de la condena




Mons. Tobón recuerda que desde el Antiguo Testamento se condena con severidad esta práctica, citando: «No vayan donde nigromantes ni adivinos… ni evoquen muertos… Todo el que practique estas cosas expresa una abominación hacia Dios». También menciona las advertencias apostólicas sobre desviarse de la verdadera doctrina y caer en fábulas o quedar a merced de falsos profetas.

El arzobispo concluye que «sólo el conocer y el vivir el Evangelio nos libra de estas formas de neopaganismo, que engañan, desubican de la realidad, traen situaciones preocupantes a nivel psíquico y, sobre todo, alejan de Dios, única fuente de la verdad y de la vida».


Fuente - Texto tomado de INFOCATOLICA.COM:





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