martes, 11 de noviembre de 2025

San Josafat - Obispo y Mártir Año 1623 - Fiesta Noviembre 12

    



Josafat fue ordenado sacerdote, pero su vida siguió siendo como la del monje más mortificado. Muchas horas cada día y cada noche dedicadas a la oración, lectura y meditación en las Sagradas Escrituras y en los libros escritos por los santos. Como penitencias aguantaba los terribles fríos del invierno y los calores bochornosos del verano sin quejarse ni buscar refrescantes. Cuando lo sorprendía una espantosa tormenta de lluvias, truenos y rayos en pleno viaje, lo ofrecía todo por sus pecados. Cuando los pobres estaban en grave necesidad, se iba de casa en casa pidiendo limosnas para ellos, y la humillación de estar pidiendo la ofrecía por sus pecados y por los de los demás pecadores. Pero su especial mortificación era soportar las gentes ásperas e incomprensivas, sin demostrar jamás disgusto ni resentimiento. Fue nombrado superior del monasterio, en Vilma, pero varios de los monjes que allí vivían eran ortodoxos y antirromanos. Con gran paciencia, mucha prudencia y caridad llena de finura y de santa diplomacia, se los fue ganando a todos. Ellos se dieron cuenta de que Josafat tenía el don de consejo, y le iban a consultar sus problemas e inquietudes y sus respuestas los dejaban muy consolados y llenos de paz.

Con sus sabias conferencias los fue convenciendo poco a poco de que la verdadera Iglesia es la Católica y que el sucesor de San Pedro es el Sumo Pontífice y que a él hay que obedecer. Con razón los enemigos de la religión lo llamaban "ladrón de almas". Como jefe de los monasterios tenía el deber de visitar las casas que pertenecían a la religión. Una vez fue a visitar oficialmente una casa donde vivían unos 200 hombres que decían que se dedicaban a la religión, pero que en verdad no llevaban una vida demasiado santa. El jefe de esa casa salió furioso a recibirlo con unos perros bravísimos, anunciándole que si se atrevía a entrar allí sería destrozado por esas fieras. Pero el santo no se acobardó. Les habló de buenas maneras y los logró apaciguar. Ellos habían determinado echarlo al río, pero después de escucharlo y al darse cuenta de que era un hombre de Dios, santo y amable, aceptaron su visita, se hicieron sus amigos y aceptaron sus recomendaciones. Las gentes decían:


"Ahora sí que se repitió el milagro antiguo: Daniel fue al foso de los leones y éstos no le hicieron nada"




En 1617, fue nombrado arzobispo de Polotsk, y se encontró con que su arzobispado estaba en el más completo abandono. Se dedicó a reconstruir templos y a obtener que los sacerdotes se comportaran de la mejor manera posible. Visitó una por una todas las parroquias. Redactó un catecismo y lo hizo circular y aprender por todas partes. Dedicaba sus tiempos libres a atender a los pobres e instruir a los ignorantes. Las gentes lo consideraban un gran santo. Algunos decían que mientras celebraba Misa se veían resplandores a su alrededor. En 1620 ya su arzobispado era otra cosa totalmente diferente. Pero sucedió que un tal Melecio se hizo proclamar de arzobispo en vez de Josafat (mientras éste visitaba Polonia), y algunos revoltosos empezaron a recorrer los pueblos atizando una revuelta contra el santo, diciendo que no querían obedecer al Papa de Roma. Muchos relajados se sentían molestos porque San Josafat atacaba a los vicios y a las malas costumbres. En 1623, sabiendo que la ciudad de Vitebsk era la más rebelde y contraria a él, dispuso ir a visitarla para tratar de hacer las paces con ellos. Sus amigos le rogaban que no fuera, y varios le propusieron que llevara una escolta militar. Él no admitió ésto y exclamó:




"Si Dios me juzga digno de morir mártir, no temo morir"


El recibimiento fue feroz. Insultos, pedradas, amenazas. Cuando una chusma agresiva lo rodeó insultándolo, él les dijo:


"Sé que ustedes quieren matarme y que me atacan por todas partes. En las calles, en los puentes, en los caminos, en la Plaza Central, en todas partes me han insultado. Yo no he venido en son de guerra sino como pastor de las ovejas, buscando el bien de las almas. Pero me considero verdaderamente feliz de poder dar la vida por el bien de todos ustedes. Sé que estoy a punto de morir, y ofrezco mi sacrificio por la unión de todas las iglesias bajo la dirección del Sumo Pontífice"


Los enemigos se propusieron poner una trampa al santo para poderlo matar. Le enviaron un individuo que todos los días llegaba a su casa, mañana y tarde a insultarlo. Al fin uno de los secretarios del arzobispo detuvo al insultante para que no faltara más al respeto al prelado, y ésta era la señal que los asesinos buscaban. Inmediatamente dieron voz de alarma en toda la ciudad, reunieron la chusma y se lanzaron a despedazar a todos los ayudantes de San Josafat. Cuando él vio que iban a linchar a sus colaboradores, salió al patio y gritó a los atacantes:


"Por favor, hijos míos, no golpeen a mis ayudantes, que ellos no tienen la culpa de nada. Aquí estoy yo para sufrir en vez de ellos"


Al oír ésto los jefes de la sedición gritaron:


"¡Que muera el amigo del Papa!"




Y se lanzaron contra él. Le atravesaron de un lanzazo, le pegaron un balazo, y arrastraron su cuerpo por las calles de la ciudad y lo echaron al río Divna. Era el 12 de noviembre de 1623. Meses después los verdugos se convirtieron a la fe católica y pidieron perdón de su terrible crimen. El Papa ha declarado a San Josafat:


Patrono de los que trabajan por la unión de los cristianos


San Josafat Kunsevich fue canonizado en 1867 por el Papa Pío IX. Fue el primer santo de la Iglesia de oriente canonizado con proceso formal de la Sagrada Congregación de Ritos. Quince años más tarde, León XIII fijó el 14 de noviembre como fecha de la celebración de su fiesta en toda la Iglesia de occidente. La reforma litúrgica movió la fiesta al 12 de noviembre. El Papa Pío XI declaró a San Josafat, Patrón de la Reunión entre Ortodoxos y Católicos el 12 de noviembre de 1923, III Centenario de su martirio. El 25 de noviembre de 1963, durante el Concilio Vaticano II y por petición del Papa Juan XXIII, quien estaba muy interesado en la unidad, el cuerpo de San Josafat finalmente encontró su descanso en el altar de San Basilio en la Basílica de San Pedro.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

¡El Papado de León XIV! Qué dicen realmente las Profecías de Garabandal y San Malaquías



Algunos están diciendo que Benedicto XVI
fue el último Papa, basándose
especialmente en las profecías
de Garabandal y San Malaquías 
y que los demás no pueden
llamarse papas. Pero, ¿realmente es así?

Las profecías sobre los papas
son una de las áreas más fascinantes,
pero también de las más malinterpretadas
y a veces dan pie para que aparezcan teorías extravagantes.

Aquí vamos a hablar
sobre por qué Benedicto XVI
no fue el último papa de la Iglesia,
apelando precisamente a estas profecías
que están siendo malinterpretadas.

Quédate porque aclararemos
cosas que te van a interesar.

Uno de los conceptos más erróneos
es la idea de que Benedicto XVI
es el último papa basado en las profecías
de Garabandal y San Malaquías.
Este malentendido ha causado
teorías extravagantes y SedeVacantistas.

En realidad, tanto las profecías
de los papas de Malaquías y Garabandal
como la de las estrellas del manto
utilizan la referencia de la secuencia
de los papas para identificar el momento
en que vendrá una gran purificación
en el mundo y la iglesia, o sea,
en el final de los tiempos.

Y allí la iglesia y el papado continuarán
durante un período de pruebas
en el que habrá papas legítimos y antipapas
y luego habrá un período de restauración
bajo el liderazgo del Papa Angélico en una era de paz.

En Mateo 16:18, Jesús le dijo a Pedro:


"Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella".


Esta declaración no solo estableció a Pedro
como la base del liderazgo de la Iglesia,
que luego se llamó Papa, sino que también
garantizó la continuidad del papado
a través de la permanencia de la Iglesia.

Jesús prometió que su iglesia
nunca desaparecería sin importar
las pruebas que enfrentara.

Esto significa que aunque la iglesia
pasará por momentos de gran tribulación
y persecución, el papado y la iglesia seguirán
adelante tal como Cristo lo estableció.

Hay tres profecías que a menudo se aluden
para fundamentar que en determinado momento
no habrá más papas.

El 3 de junio de 1963, tras recibir la noticia
de la muerte del Papa Juan XXIII, Conchita González
le dijo a su madre que la Virgen le había dicho:


"Después de este Papa solo habrá tres y después de eso vendrá el fin de los tiempos".


Que aclaró que no es sinónimo
de fin del mundo y luego le aseguró:


"Habrá otro Papa, pero su pontificado será tan breve que no lo incluyo en la lista".


Entonces, según la profecía de Garabandal,
los cuatro papas que gobernarían
hasta el fin de los tiempos fueron los siguientes:

- Pablo VI
- Juan Pablo I

Conchita no dijo que luego de Benedicto XVI
no iba a haber más papas, sino que
partir de allí vendría otro período histórico
que llamó el final de los tiempos,
en el que ubicaría el aviso o iluminación de conciencia,
el milagro y el castigo.

La Virgen utilizó la secuencia de papas
para señalar cuándo sería el inicio
del tiempo de purificación para la Iglesia
y señaló cuáles serían las herramientas de la purificación.

Y más adelante, la misma Conchita se encargaría
de decir que habría más papas en el final de los tiempos,
cuando la Virgen le dijo que el Papa
vería el gran milagro donde quiera que estuviera.

Y el gran milagro se ubica en el final
de los tiempos. Otra profecía a la que se alude
es la de San Malaquías, que presenta
una lista de papas con breves descripciones
que corresponden a sus características.

El último lema con número es el que correspondería
a Benedicto XVI. Y luego viene un último lema
con un texto más largo que los demás
y sin número, encabezado por el título
Petrus Romanus. El texto termina
con la expresión "EL FIN" y habla
de que Petrus Romanus pastoreará
el rebaño dentro de muchas
tribulaciones. Roma será destruida y
habrá un juicio de Dios.

Claramente está describiendo el período
de la tribulación del final de los tiempos.

Por lo tanto, debe tomarse a Petrus Romanus
como una categoría de papas, no uno solo,
que estarán en el final de los tiempos
signado por la tribulación y el juicio de Dios.

Mientras en el manto de la Virgen de Guadalupe
se representan solo 46 estrellas de todas
las que habían en el cielo
el 12 de diciembre de 1531.

Y esto coincide con los 46 papas
que hubo desde Paulo I, que asumió
en 1534 y aprobó la aparición y llamó
al concilio de Trento hasta Benedicto XVI.

De modo que podemos interpretar que
desde la aparición de la Guadalupana, la
Iglesia estaría bajo el manto
del Concilio de Trento, que representó
la contrarreforma y una iglesia estructurada
y doctrinalmente firme,
en contraposición a lo que vendría después,
la desestructuración y la tribulación
que casualmente suceden luego de Benedicto XVI.

Por lo tanto, tenemos una tercera profecía
que indica cuándo viene la tribulación,
el juicio de Dios y el final de los tiempos
medido a través de la secuencia
de papas. Y María Julia Jahenny fue quien
habló con más detalle de una gran tribulación
que afectará a la iglesia y al mundo,
incluida una guerra mundial,
la invasión de Europa por Rusia
y los musulmanes y
estallido de bombas atómicas.

Su visión describe un futuro de caos,
especialmente en Europa.
Y una de las predicciones más importantes
de Jahenny es la destrucción de Roma.

Algo que también fue mencionado
en la profecía de San Malaquías
en el lema Petrus Romanus.

Cuando se formalicen los eventos graves
de esa tribulación, Jahenny predice
que surgirán al menos dos antipapas
y que su reinado será breve.

Y además habrá un papa fiel
que será martirizado por defender la fe
y la doctrina de la Iglesia.

Por lo tanto, vemos que habrá pontificados aún
durante la tribulación del final de los tiempos,
pero no sabemos cuántos habrá
hasta que se produzcan
los eventos concretos de la guerra.

Y esta tribulación culminará
con la restauración de la Iglesia
y la llegada del Papa Angélico,
quien guiará la Iglesia
hacia una nueva era de paz santidad.

Luego de los tres días de oscuridad
que marcarían el final de la purificación
el final de los tiempos
o un tiempo antes,
aparecerían el papa angélico y el gran monarca,
que son figuras centrales
en las profecías sobre la restauración
de la Iglesia y el mundo.

El Papa Angélico será un Papa fiel,
profundamente santo
y guiado por la gracia divina.

Su misión será restaurar la pureza de la fe
y la liturgia tradicional en la Iglesia.
Guiando a los fieles hacia un tiempo
de paz y santidad. Qué será un tiempo
de restauración completa donde la iglesia
la sociedad estarán alineadas con la voluntad de Dios.

Será un tiempo de unidad,
de regreso a la verdadera moral cristiana
y el mundo experimentará una estabilidad espiritual
y política que permitirá que los fieles
vivan su fe sin los obstáculos
que habían impuesto los tiempos de tribulación.

Bueno, hasta aquí vimos
cómo todas las profecías apuntan
que después de Benedicto XVI comenzaba
el final de los tiempos.

Pero eso no significa que no haya papas,
sino que serán los papas de la tribulación
y de la restauración.

Y me gustaría preguntarte:
Si efectivamente habías oído esta confusión
de que Benedicto XVI era el último Papa o no.

Bendiciones y que el Señor guíe y proteja su Iglesia.




Fuente - Texto tomado de YOUTUBE:
https://www.youtube.com/watch?v=23xH3tx0NvU





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