miércoles, 29 de octubre de 2025

¡Exorcistas alertan! Halloween libera energía oscura y afecta al planeta - NO HALLOWEEN



Transcripción de YOUTUBE


Cuando millones de personas celebran lo mismo, cuando el ambiente lo festeja activamente en sus decoraciones y en sus productos, se genera una energía colectiva alrededor de eso.

Eso es un hecho psicológico, cultural y espiritual.

Y la pregunta es qué signo tiene y a quién se le ofrece esa energía.

Aquí queremos hablar sobre la energía negativa que las celebraciones de Halloween producen, aunque no participes activamente.

Cómo afecta a las personas, y cómo ese aumento de energía negativa es utilizado por el mal.

Quédate para ver esto, porque vas a entender muchas cosas que pasan alrededor de Halloween.

Cada año, más de 800 millones de personas participan activamente en Halloween.

Y si contamos quienes lo ven en televisión, redes o en los comercios, más de la mitad del planeta queda expuesta a su estética y sus símbolos.

¿Y qué ocurre espiritualmente cuando millones de personas, al mismo tiempo, celebran la oscuridad como diversión?

Porque Halloween no es solo una fiesta comercial: es un fenómeno cultural que canaliza una enorme energía emocional colectiva.

Y según los exorcistas, en la vida espiritual no existe el vacío.

Cuando una cultura deja de invocar la gracia, deja un espacio libre.

Y ese espacio siempre es ocupado por algo.

Y mientras la oración crea comunión con Dios; la celebración del miedo y de la burla de lo sagrado, crea un ambiente donde la presencia de Dios se retira.

Y es ahí donde los demonios pueden actuar con más facilidad y no porque se los invoque, sino porque no se los resiste.

La raíz del Halloween actual está en el Samhain, el festival celta que se celebraba entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre.

Marcaba el fin del verano, y la supuesta apertura entre el mundo de los vivos y los muertos.

En realidad, era un rito agrícola y sacrificial.

Se ofrecían los últimos frutos de la cosecha, se sacrificaban animales —y, según algunos cronistas romanos, personas—, para asegurar fertilidad y protección durante el invierno.

Los druidas creían, que los dioses de la muerte caminaban entre los hombres esa noche, y que solo los sacrificios aplacaban su furia.

Esa lógica de ofrecer energía vital a cambio de protección, es la misma que adoptan los rituales satánicos modernos, donde la vida humana o animal se transforma en moneda espiritual.

Y en el siglo VIII el Papa Gregorio III adelantó la celebración de los santos al 1 de noviembre, dejando implícita su víspera del 31 de octubre, como vigilia cristiana.

Pero con la reforma protestante, las solemnidades católicas fueron minimizadas, y la vigilia perdió su sentido espiritual.

Y en el siglo XIX nació el Halloween moderno, cuando los inmigrantes irlandeses llevaron sus tradiciones a Estados Unidos.

Allí se mezcló con el consumismo y la cultura del espectáculo.

En 1920, los grandes almacenes comenzaron a vender disfraces; y en 1950, los programas de televisión lo consolidaron como fiesta nacional.

Y el resultado fue una fiesta de masas desprovista de fe, que se comenzó a llenar de símbolos espirituales invertidos.

En 1966, Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satán y autor de La Biblia Satánica, declaró:


“Estoy feliz de ver a los padres cristianos dejar que sus hijos adoren al diablo al menos una noche al año”.


No era ironía. Porque Halloween se convirtió en una de las tres fechas sagradas para los satanistas.

El ex satanista John Ramírez, contó que para los adoradores del diablo, el 31 de octubre es lo que el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección son para un cristiano.

Durante semanas se preparaban con ayunos invertidos, maldiciones y consagraciones.

Zachary King, ex “sumo mago”, declaró que los abortos ofrecidos como sacrificio en esa fecha eran “la misa negra perfecta”.

Algunos grupos hacen una cuarentena previa —como una Cuaresma inversa—, para llegar espiritualmente “afinados” a esa noche.

Hay mujeres que son embarazadas nueve meses antes, con la intención de ofrecer el niño el 31 de octubre.

Y mientras eso sucede en lo oculto, millones celebran el miedo, decoran con esqueletos y visten de muertos.

Esa masa emocional global amplifica el mismo evento que los satanistas llaman su “año nuevo”.

En términos espirituales, Halloween es una misa invertida global, donde la cultura hace de coro sin darse cuenta.

Durante octubre, las redes sociales promueven filtros que convierten a las personas en demonios, muertos o figuras poseídas.

Las plataformas lanzan maratones de terror, videojuegos de brujería, y desafíos virales que enseñan a invocar espíritus.

Y el resultado: millones participando simbólicamente en una liturgia del miedo.

Y si el mal logra que la sociedad celebre su lenguaje, ya no requiere esconderse.


Y en la vida espiritual, lo que se celebra se fortalece.

Cuando una cultura celebra lo santo, se vuelve más sensible a la luz.

Pero cuando una cultura celebra lo grotesco, lo oscuro o la burla de lo sagrado, se vuelve menos capaz de reconocer el bien.

No hace falta creer en el demonio para abrirle espacio: basta con acostumbrarse a su lenguaje.

Y la normalización comienza en la infancia.

Cada año, millones de niños celebran Halloween en jardines y escuelas, disfrazados de personajes macabros.

Para ellos es un juego, pero para el demonio, una educación.

Los expertos en psicología infantil señalan, que exponer repetidamente a los niños a lo grotesco, reduce su sensibilidad y facilita que el mal se vuelva tolerable.

Y presta atención, Halloween funciona como una usina de energía espiritual negativa, que contamina el ambiente.

Los que practican rituales de magia negra y brujería, sostienen que su fuerza aumenta, cuando millones de personas reproducen el mismo ambiente de miedo, oscuridad y confusión.

Por eso, durante la semana de Halloween, muchos grupos ocultistas realizan ceremonias paralelas.

Y usan la energía colectiva del mundo —la música, el terror, los símbolos—, como ofrenda.

El mal no necesita tu consentimiento consciente, solo tu colaboración simbólica.

El padre José Antonio Fortea lo explica diciendo que:


“Las puertas del alma no se abren solo por la intención, sino por la costumbre del mal”.



Y aumenta la presencia opresiva: la pérdida de la paz interior, la ansiedad sin causa, el sueño agitado, la irritabilidad, ansiedad, pesadillas.

Síntomas que aparecen cuando el corazón se acostumbra a lo oscuro, y se vuelve menos receptivo a la gracia.

Muchos sacerdotes coinciden en que estos signos aumentan en octubre, cuando la cultura entera celebra el miedo y la muerte como entretenimiento.

Algunos piensan: “si no creo en eso, no pasa nada”.

Pero el problema no es creer o no creer, sino repetir los gestos que alimentan la influencia del mal en el ambiente.

Halloween refuerza en el espacio público, símbolos que la Iglesia ha tratado de purificar durante el año: la muerte, la brujería, la sangre.

Y al aceptarlos como “folklore”, se les devuelve poder simbólico.

Por eso los expertos en liberación dicen, que después del Halloween reciben más confesiones y peticiones de ayuda.

Gente que experimenta miedo persistente, sueños violentos o sensaciones extrañas.

Y no por haber invocado nada, sino sólo por haber aceptado una atmósfera espiritual contraria.

Un local decorado con esqueletos o demonios se convierte, en “territorio ambiguo”: un espacio donde se pierde la diferencia entre lo santo y lo profano.

Y el exceso de imágenes violentas y grotescas reduce la sensibilidad moral, sobre todo en los niños.

Ese cambio de umbral emocional, es lo que permite que el mal se normalice culturalmente.

Halloween exalta la muerte, pero el 1 de noviembre la Iglesia celebra la victoria sobre ella.


Por eso los exorcistas insisten: la mejor manera de “cerrar puertas” es llenar ese espacio con luz.

En México, familias colocan imágenes de santos, y encienden velas en las ventanas, para contrarrestar la oscuridad exterior.

En Polonia, grupos juveniles organizan procesiones con antorchas y música cristiana, transformando el 31 de octubre en una jornada de testimonio público.

Éstas son respuestas al campo espiritual negativo que Halloween libera.

Bueno el problema no es disfrazarse ni jugar, sino a quién sirve la energía colectiva que se genera en torno a la muerte, el miedo y lo grotesco, y como te puede afectar.

¡Que Dios te bendiga y te guarde en la luz!




Video tomado de YOUTUBE:





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ESPELUZNANTE - Misterio sin resolver - Aparición en Medellín - ¿Bailando con el Diablo?

     



Aparición del diablo en una discoteca


Esta es una leyenda urbana que circula en Colombia, donde es muy conocida.

Una noche de Viernes Santo, se hizo una fiesta en la discoteca mas famosa de Medellín llamada MANGO´S.

Dicen que en un momento determinado de la noche, entró a la discoteca un joven, que atraía las miradas de todas las jovencitas que se encontraban en el lugar, era alto, muy bien vestido, con unos ojos algo extraños pero encantadores...

Este apuesto joven se acercó a una muchacha para sacarla a bailar y ella encantada por su apariencia aceptó sin pensarlo dos veces, mientras bailaban él le advirtió que no mirara sus pies ya que se sentía un poco intimidado y no era capaz de seguir el ritmo, ella asintió con la cabeza…

Pero al cabo de un rato no resistió mirar sus pies... ella se quedó sin aliento al ver unas garras horribles y se desmayó enseguida, todo el mundo al ver a esta joven tendida en el suelo corrió a socorrerla, y el joven con el que bailaba ya había desaparecido del lugar.

La muchacha cayó en un terrible estado de coma, y sus padres ordenaron revisar las cámaras del lugar para identificar al hombre que para creencia de todos era el culpable de su estado, pero para sorpresa suya en el vídeo de seguridad se veía claramente que la jovencita bailaba sola por todo el lugar, lo que quiere decir que el hombre no se reflejaba, lo que ya era bastante extraño, y para confirmar esta escalofriante historia en el baño del establecimiento en uno de los espejos decía:


"Viernes Santo, muerte de Cristo, Viernes Santo yo revivo y riego sangre y temor entre los humanos"...




La discoteca estuvo varios días impregnada con un olor a azufre y la joven murió después de un tiempo con unas marcas de quemaduras en la espalda... 


¿Te atreverías a irte de fiesta
un Viernes Santo?



Video - Semana Santa - Holy Week



5 Disfraces con los que Satanás se nos presenta como «ángel de luz» para confundirnos mejor

    



Son seducciones morales,
pero también intelectuales


ReL - 17 de octubre de 2017


San Pablo nos advirtió de que Satanás podría disfrazarse como un "ángel de luz", una idea que ha estado muy presente en la iconografía clásica. Lo recuerda Riccardo Barileen La Nuova Bussola Quotidiana, al tiempo que señala algunos de sus disfraces más comunes en nuestros días:

Entre las dificultades encontradas por el apóstol Pablo en Corinto, estaba la presencia de falsos apóstoles, descritos como un «cualquiera» que predica «un Jesús diferente del que os he predicado» o un espíritu u otro Evangelio diferente que «toleráis tan tranquilos» (2 Cor 11, 4-5). Y hasta aquí todo normal, al menos para San Pablo. Pero lo que sigue es una bomba:




«No hay qué extrañarse, pues el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Siendo esto así, no es mucho que también sus ministros se disfracen de ministros de la justicia. Pero su final corresponderá a sus obras» (2 Cor 11, 14-15).

Por lo tanto, Satanás se disfraza con pensamiento o sugestión positiva; y con él, otros se disfrazan como ministros de justicia, también ellos revestidos de una luz que, en principio, parece tranquilizadora.

La pregunta que nos viene enseguida a la mente es: ¿puede suceder esto también hoy? Y si es así, ¿cómo sucede? Un poco de paciencia: antes de pasar al hoy, es necesario centrar algunas cosas.


Ayer




Que Satanás se presente como ángel de luz es lo que sucede en el primer pecado: la serpiente era «la más astuta de las bestias del campo que el Señor había hecho» y su “luminosa catequesis” induce a Eva a mirar el árbol y el fruto de una manera nueva y positiva: «Bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr la inteligencia» (Gen 3, 1.6). La relación entre el ángel de luz y los falsos ministros se delata ya a partir del primer pecado, cuando Adán come el fruto sólo porque se lo ofrece Eva (Gen 3, 6). Hay que añadir que en Pablo los falsos apóstoles no son ni ajenos ni endemoniados, sino personas que se presentan eclesiásticamente como normales; hoy diríamos «complementarios».

La imagen de Satanás como ángel de luz circulaba en la cultura religiosa de la época; esto lo vemos en el apócrifo contemporáneo Vida de Adán y Eva, que narra que tras la expulsión del Paraíso Adán convenció a Eva para hacer penitencia, pero «Satanás, su adversario, se sorprendió y, transformándose en un ángel espléndido, fue al río Tigris donde estaba Eva y al verla llorar presa de un gran dolor, también él se puso a llorar» y la disuadió de la penitencia (n. 9) (para la curiosidad del lector, Adán fue después quien se dio cuenta del engaño).

La imagen y las precauciones permanecieron en la praxis eclesial. Por ejemplo, San Agustín afirma que es importante «saber reconocer atentamente cuando Satanás se disfraza de ángel de luz, para no dejarse engañar y atraer por algún peligro fatal» (Enchiridion 16,60) y, de aquí, pasa a sus ministros: «Hoy Satanás intenta expulsar (a los fieles) de la Iglesia por medio del veneno de los herejes, del mismo modo que hace tiempo nos expulsó del Paraíso con el veneno de la serpiente» (Sermón348/A,5).




En la iconografía medieval y renacentista la serpiente del pecado original tiene, a veces, cabeza femenina: tiene la misma cabeza que Eva en el fresco de Masolino da Panicale († 1440) en Santa María del Carmen en Florencia.

Tiene cabeza femenina también en la tabla izquierda del tríptico El carro del heno, de Hyeronimus Bosch (El Bosco) († 1516); tiene cuerpo de mujer en la monumental serpiente de Miguel Ángel († 1564) de la Capilla Sixtina.

¿Imagen negativa de la mujer como tentadora? En parte sí, pero hoy es posible una lectura mucho más intrigante: Satanás «ángel de luz» es tan convincente que su falsa luz se identifica con nuestro propio procesamiento del pensamiento hacia el mal, haciendo que casi no nos demos cuenta de su presencia.


Hoy




Volvamos a la pregunta: ¿puede suceder también hoy? Sí. El rito de los exorcismos recuerda, en el proemio, que el demonio ha sido mentiroso en todos los tiempos y que es el padre de la mentira (Jn 8, 44); entre otras cosas, porque se disfraza de ángel de luz (2 Cor 11, 14). En estos casos no se trata de vejaciones o posesiones: se trata «de la realidad cotidiana de las tentaciones y del pecado, en los que Satanás (…) seguramente está actuando» (Rito de los Exorcismos, Presentación de la Conferencia Episcopal Italiana, n. 7). Más bien percibimos la falsa luz a través de los que se disfrazan como «ministros de justicia». Esto significa que el demonio intenta introducir en los discursos de los hombres de Iglesia -en su mayoría de buena fe- un porcentaje de tinieblas, y lo hace «hablando a Eva con el rostro de Eva» para que así los interesados no se percaten de su presencia y perciban todo como una elaboración personal del pensamiento, es más, como una interpretación más profunda de la fe.




Pero estas «falsas luces» se pueden desenmascarar con una vigilancia o discernimiento ordinarios, también porque repiten una serie de constantes en los contenidos y el método. He aquí algunos ejemplos.

-La falsa luz de otro evangelio. Tanto en 2 Cor 11, 14 como en Gal 1, 6, 8-9 se repiten las expresiones «otro evangelio, evangelio distinto, Jesús distinto, espíritu distinto»: históricamente es la anteposición de la sabiduría helénica o la antigua economía judía a la novedad de Cristo. Para nosotros son encantos superados, pero cada tiempo tiene sus encantos que parecen ser evangelio y no lo son. Por ejemplo, el joven sacerdote Giacomo Biffi, que después fue obispo y cardenal, al confrontarse en los años 70 con ideas que crecían en el pueblo de Dios, escribió: «Todas me parecían bellas y fascinantes, pero no veía en ellas el fundamento evangélico, que después se encontró en la ficción literaria de un manuscrito y que dio origen a un libro de alta ironía teológica (El quinto evangelio), en el que un evangelio distinto justificaba novedades no evangélicas, sino consideradas una vuelta «a las enseñanzas genuinas de Jesús» (p. 18). Aquí nos encontramos con una indicación general de comportamiento más allá de éste o de ese contenido: en cualquier época y, por consiguiente, también hoy, las novedades fascinantes hay que confrontarlas con el Evangelio, con el anuncio cristiano tal como ha sido manifestado por la tradición de la Iglesia y por sus constantes pronunciamientos: todo lo que sea conforme a esto provoca la alegría de sentirse en paz y al seguro; y todo lo que no lo sea, genera una inquietud más allá de la cual es posible ver a Satanás como ángel de luz.




-La falsa luz de las Escrituras contra Cristo y contra el crecimiento de la Iglesia. ¿Qué mejor que citar las Escrituras para disfrazarse de ángel de luz? Lo hizo el demonio en las tentaciones de Cristo, pero fue derrotado por éste que, consciente de su misión, citó otras Escrituras (Mt 4, 1-11). También el primitivismo bíblico e histórico es una falsa luz: citar las Escrituras y la tradición para bloquear lo que ha traído y trae frutos, no escuchando hoy «lo que el Espíritu dice a las Iglesias» (Ap 2,7.11.17.29; 3,6.13.22). Son numerosísimos los ejemplos: Lutero elimina los sacramentos de los que no se habla en el Nuevo Testamento; otros desearían volver a una situación eclesiológica del primer milenio como si lo que hubiera venido después fuera una desviación; se infravaloran la Adoración Eucarística y el Rosario porque se impusieron en una determinada época; si algunos jóvenes (seminaristas) son serios, significa que son «tridentinos» y esto no está bien, etc. En resumen, es citar la Biblia y la historia sin la presencia viva de Cristo y sin la conciencia que es el Espíritu el que hace crecer a la Iglesia. También aquí es posible entrever a Satanás como ángel de luz.




-La falsa luz del alejamiento de la cruz. Cuando Pedro le suplica a Jesús que evite la pasión y la muerte, Jesús le reprende porque piensa como Satanás (Mt 16, 23; Mc 8, 33). Pero también a los demonios que dicen cosas muy justas -Tú eres el Santo, el Hijo de Dios- Jesús les prohíbe hablar (Mc 1, 34; 3, 11; Lc 4, 34; 4, 41) porque esta gloria tiene que derivar de un camino doloroso que aún no se ha puesto en marcha, y sin el cual corre el riesgo de resultar equívoca. ¿Acaso las extremas facilidades de la vida cristiana, la liquidación del ascetismo como neopelagianismo, la concordancia total con el mundo, un cierto intento de simplificar la vida afectiva y el matrimonio, la fácil admisión en la mesa eucarística, no eliminan de facto la cruz? También aquí es posible entrever a Satanás como ángel de luz.

-La falsa luz de la cesión unilateral. La adaptación de la palabra revelada a las distintas culturas y al hombre de hoy «debe mantenerse como ley de toda la evangelización» (Gaudium et Spes 44). Pero cuando sólo queda el prevalente o único principio pastoral que desconoce el mal del mundo y la concupiscencia, es fatal adaptar la palabra revelada más a la concupiscencia que al hombre nuevo creado en Cristo.




-La falsa luz de los ámbitos tranquilizadores, que son fundamentalmente tres: la caridad, la liturgia y la doctrina. Un hombre de Iglesia puede ser muy activo en la caridad y el acogimiento y, protegido por este contexto positivo, puede hacer declaraciones incorrectas o inadecuadas. Otro puede celebrar con reverencias impecables y albas falsamente monásticas con capucha de punta y mangas amplias y, protegido por este contexto positivo, guiñarle el ojo a la cultura gay. Y un tercero puede construir un discurso teológico correctamente estructurado y, protegido por este contexto positivo, hacer declaraciones a diestra y siniestra que son imprudentes o heréticas. Es una técnica de Satanás que se transforma en ángel de luz: situar pequeñas porciones de tinieblas en un cuadro que, de por sí, es luminoso, en la previsión que quien lo recibe vea todo de manera luminosa. Sin demonizar lo que haya de positivo, estamos llamados a ver y separar del resto estas porciones de tinieblas.


La artillería anti-Lucifer:
los ángeles custodios




Podríamos continuar -por ejemplo, con el uso de sistemas filosóficos y antropológicos equivocados y ya condenados por la Iglesia-, pero concluimos aquí.

Naturalmente, es obligatorio citar a Santiago 1, 14: «A cada uno lo tienta su propio deseo cuando lo arrastra y lo seduce». Por lo tanto, no todos los errores están causados por Satanás que se transforma en ángel de luz, y el límite entre la vanidad de decir algo contracorriente (es la concupiscencia del intelectual) y la tentación demoníaca sólo lo conoce Dios. Por consiguiente, cuanto hemos escrito antes no ha sido hecho para acusar a alguien de ser un endemoniado o para afirmar que ha sido vencido por una tentación satánica. Ha sido escrito para abrir los ojos de todos, para que vigilen, porque ciertas luces pueden ser un artificio del diablo, y para que desenmascaren a los ministros de justicia. Sucedía en los tiempos de San Pablo. ¿Por qué no debería suceder también hoy?

Al mismo nivel hay, sin embargo, una artillería antiaérea: ¡el ministerio de los ángeles! El 29 de septiembre, fiesta de los tres arcángeles, la Iglesia reza para que nuestra vida en la tierra esté defendida por quienes, sirviendo a Dios en el cielo, están siempre en su presencia.







Y esta oración es constante. La Iglesia, «consciente siempre que “vienen días malos” (Ef 5, 16), ha rezado y reza para que los hombres sean liberados de las insidias del Maligno» (Proemio, Rito de los Exorcismos). Si también nosotros rezamos con la Iglesia, estaremos a salvo.






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