jueves, 15 de mayo de 2025

San Juan Nepomuceno - Mártir - Año 1393 - Fiesta Mayo 16

  



Nació en Bohemia (Checoslovaquia) hacia el año 1250, en un pueblo llamado Nopomuc y de ahí se le puso el sobrenombre Nepomuceno. 

Fue párroco de Praga y obtuvo el doctorado en la Universidad de Padua. Después ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado (o sea el segundo después del Arzobispo), lo cual significa que era un hombre de total confianza para el prelado. Pero el rey de Praga, Wenceslao, se dejaba llevar por dos terribles pasiones, la cólera y los celos y dicen las antiguas crónicas que siendo Juan Nepomuceno confesor de la reina, se le ocurrió al rey que el santo le debía contar los pecados que la reina le había dicho en confesión, y al no conseguir que le revelara estos secretos se propuso mandarlo asesinar.


Luego el rey tuvo otro gran disgusto y consistió en que el monarca se proponía apoderarse de un convento para darle sus riquezas a un familiar, y el Vicario Juan Nepomuceno se le opuso rotundamente, porque esos bienes eran de la Santa Iglesia. Entonces el rey mandó que al padre Juan lo ataran doblado, con la cabeza pegada sobre los pies, y que lo lanzaran al río Moldava. Fue en el año 1393. Los vecinos recogieron el cadáver y le dieron santa sepultura. En 1725 (o sea más de 300 años después de su muerte), una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas examinó la lengua del mártir que estaba incorrupta pero seca y gris. Y de pronto, en presencia de todos empezó a esponjarse y apareció de color de carne fresca, como si se tratara de la lengua de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas y este milagro, presenciado por tantas personas y tan importantes, fue el cuarto milagro para declararlo santo.




Desde su muerte San Juan Nepomuceno siempre fue considerado patrono de los confesores, porque prefirió morir antes que revelar los secretos de la confesión. También ha sido considerado Patrono de la buena fama, porque prefirió el martirio, pero no permitió que la buena fama de una penitente fuera destrozada. En Praga, en el puente desde el cual fue echado al río, se conserva una imagen de este gran santo, y muchas personas, al pasar por allí le rezan devotamente.


Oración




San Juan Nepomuceno,
pídele al buen Dios
que nos envíe muchos
y muy santos confesores


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Novena a María Auxiliadora - Día Segundo - Mayo 16 de 2025

 

  



Novena a María Auxiliadora
Segundo día
Para pedir la paciencia


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Oración preparatoria


¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.


Oración para pedir la paciencia




¡Oh dulcísima Auxiliadora!, que por nuestra salvación sufriste al pie de la Cruz angustias mortales, concédeme la gracia que te pido... y dígnate hablar a mi alma el lenguaje del amor y del sacrificio. Ya lo ves, oh Madre, por pequeño que sea todo trabajo me espanta; la más leve aflicción me fastidia, y casi me resisto a persuadirme de que la paciencia nos es a todos necesaria y de que sólo por el camino de la tribulación se va al Paraíso.

¡Ah! querida Madre mía, infunde en mi alma una viva compasión por tus dolores, y ayúdame a abrazar voluntariamente la cruz de cada día en descuento de mis pecados y para merecer el reino de los Santos. Amén.


Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Oración final


¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Ti que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Ti se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Ti como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.


María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, ...




Novena a María Auxiliadora
propagada por San Juan Bosco




 Rezar, durante nueve días seguidos, tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la siguiente jaculatoria:


"Sea alabado y reverenciado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento"


Y luego tres Salves con la jaculatoria:


"María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros"


 Recibir los Santos Sacramentos de Confesión y Comunión.

 Hacer o prometer una limosna en favor de las obras de apostolado de la Iglesia o de las obras salesianas.

San Juan Bosco decía:


"Tened mucha fe en Jesús Sacramentado y en María Auxiliadora y estad persuadidos de que la Virgen no dejará de cumplir plenamente vuestros deseos, si han de ser para la gloria de Dios y bien de vuestras almas. De lo contrario, os concederá otras gracias iguales o mayores"


Novena de la Confianza




Madre mía de mi vida,
auxilio de los cristianos,
la pena que me atormenta,
pongo en tus benditas manos.
(Ave María)

Tú que sabes mis secretos,
pues todos te los confío,
da la paz a los turbados
y alivio al corazón mío.
(Ave María)

Y aunque tu amor no merezco,
nadie recurre a Ti en vano,
pues eres Madre de Dios
y Auxilio de los cristianos.
(Ave María)


Finalmente, se reza:


Oración de San Bernardo




Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Papa León XIV y su devoción mariana: desde la Loggia a Genazzano - Por Cristina Siccardi



León XIV y su devoción mariana: desde la Loggia a Genazzano, por Cristina Siccardi


Por INFOVATICANA | 14 de Mayo de 2025


Desde sus primeros pasos como Sumo Pontífice, el agustino papa León XIV ha demostrado su profundo apego a la Santísima Virgen María. La tarde del jueves 8 de mayo, solemnidad de la Virgen de Pompeya, desde la Loggia de las bendiciones, confió su mandato como sucesor de san Pedro, la Iglesia y el mundo entero a la Madre de Dios:


«Hoy es el día de la súplica a la Virgen de Pompeya. Nuestra madre María siempre quiere caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Quiero rezar con vosotros. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo, y pidamos esta gracia especial a María, nuestra madre».


Concluyó su discurso recitando el Ave María, entregando así su pontificado a la Virgen.

El número 8 se repite con fuerza en la jornada de su elección: la fumata blanca se produjo a las 18:08 del día 8 del mes mariano. Precisamente el 8 de mayo se conmemora la aparición, en el año 490, del arcángel San Miguel al obispo san Lorenzo Maiorano, en la gruta del Gargano. Desde allí, la devoción miguelina se difundió por toda Europa. El santuario de San Miguel Arcángel, también llamado “Basílica Celeste”, sigue siendo destino de peregrinos ininterrumpidamente desde la Edad Media.

La Virgen del Santo Rosario (relacionada con la Virgen de Pompeya y también con Nuestra Señora de Fátima, cuya fiesta fue el 13 de mayo) y el arcángel San Miguel son, pues, auspicios providenciales para este nuevo pontificado.

El 13 de octubre de 1884, el papa León XIII tuvo una visión en la que Satanás amenazaba a la Iglesia. A raíz de ello, compuso la oración a San Miguel Arcángel que mandó recitar al final de cada Misa. Aunque fue suprimida tras el Concilio Vaticano II (Inter oecumenici, 1964), en el Vetus Ordo sigue presente hasta hoy.

El viernes 9 de mayo, en su primera Misa como Papa, León XIV volvió a encomendar su mandato a la Virgen y declaró su deseo de desaparecer para dejar solo a Cristo en el centro, evocando a San Ignacio de Antioquía:


«Entonces seré verdaderamente discípulo de Jesucristo, cuando el mundo no vea ya mi cuerpo» (Carta a los Romanos, IV, 1).


 «Que Dios me conceda esta gracia, hoy y siempre, con la ayuda de la tiernísima intercesión de María, Madre de la Iglesia».


Como «hijo de san Agustín», el papa Prevost profesa una especial devoción a la Virgen María, patrona de la Orden agustiniana, invocada tradicionalmente como Nuestra Señora de Gracia, de la Consolación, del Buen Consejo y del Perpetuo Socorro.

El sábado 10 de mayo, para sorpresa general, el Papa visitó el santuario de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, conocido como “el Loreto del Lacio”, regido por los agustinos. Este lugar se hizo célebre en el siglo XV cuando, según la tradición, una imagen de la Virgen con el Niño se desprendió milagrosamente de una pared en Albania, durante el asedio otomano, y fue a posarse en Genazzano. León XIII lo elevó a basílica menor en 1903.

El 14 de mayo de 2023, cuando aún era Prefecto del Dicasterio para los Obispos, el cardenal Prevost presidió la Misa en la catedral de San Pedro de Bolonia por la tradicional visita de la Virgen de San Lucas, cuya imagen desciende anualmente desde su santuario en el Colle della Guardia atravesando la ciudad bajo un pórtico de más de 600 arcos, el más largo del mundo.

El 9 de diciembre de 2023, Prevost participó en la celebración de la Traslación de la Santa Casa en Loreto, entrando como peregrino en la Santa Casa y asistiendo a la tradicional bendición del fuego. En esta ocasión se invitó a todos los fieles a encender una vela en sus casas y rezar el Ave María, uniéndose a los fuegos lauretanos que desde el siglo XVII recuerdan el milagroso traslado nocturno de la casa de María desde Nazaret al monte de Loreto.

Durante la novena por el Colegio Cardenalicio que precedió al Cónclave, el cardenal Raymond Leo Burke invitó a todos a rezar a Nuestra Señora de Guadalupe:


«Intercede por el Sacro Colegio de Cardenales reunido en Roma para elegir al Sucesor de San Pedro… Que obedezcan humildemente las sugerencias del Espíritu Santo y elijan al hombre más digno de ser el Vicario de Cristo en la tierra».


En la plaza de San Pedro, durante las fumatas, ondeaban banderas con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. En el norte del Perú, donde el padre Prevost fue obispo misionero, existe una fuerte devoción a una imagen mariana también llamada Virgen de Guadalupe, diferente de la mexicana. Esta devoción, traída por los agustinos, tiene su santuario en el distrito de Guadalupe, fundado en 1550. En 1954, Pío XII coronó canónicamente esta imagen y la proclamó patrona de los pueblos del norte y reina del Perú.

El domingo 11 de mayo, durante el rezo del Regina Coeli ante 150.000 personas, el Papa encomendó a la Virgen las vocaciones y la paz:


«Ella fue toda una respuesta a la llamada del Señor. Que nos acompañe siempre en el seguimiento de Jesús. Que obtenga para nosotros el milagro de la paz».


Finalmente, el escudo pontificio de León XIV —el mismo que usaba como obispo— confirma esta centralidad de Cristo y de María. Está dividido diagonalmente: en el lado superior izquierdo, sobre fondo azul, un lirio blanco símbolo de la pureza mariana; en el lado inferior derecho, el emblema agustiniano: un corazón atravesado por una flecha sobre un libro, imagen de la conversión de San Agustín. El lema, tomado del Comentario al Salmo 127 de san Agustín, reza: In Illo Uno unum (“En Aquel que es Uno, somos uno”).

Publicado originalmente en Corrispondenza Romana


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM: