sábado, 3 de mayo de 2025

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 21, 1-19

  


1. Después de ésto Jesús se apareció otra vez a los discípulos a la orilla del mar de Tiberíades; y fue de esta manera:

2. Hallábanse juntos Simón Pedro, y Tomás, llamado Didimo, y Natanael, el cual era de Caná de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.

3. Díceles Simón Pedro:


"Voy a pescar"


Respóndenle ellos:


"Vamos también nosotros contigo"


Fueron, pues, y entraron en la barca, y aquella noche no cogieron nada.

4. Venida la mañana, se apareció Jesús en la ribera; pero los discípulos no conocieron que fuese él.

5. Y Jesús les dijo:


"Muchachos, ¿tenéis algo que comer?"


Respondiéronle:


"No"


6. Díceles Él:


"Echad la red a la derecha del barco; y encontraréis"


Echáronla, pues; y ya no podía sacarla por la multitud de peces que había.




7. Entonces el discípulo aquel que Jesús amaba, dijo a Pedro:


"Es el Señor"


Simón Pedro apenas oyó:


"Es el Señor"


Vistióse la túnica (pues estaba desnudo, o en paños menores) y se echó al mar.

8. Los demás discípulos vinieron en la barca, tirando la red llena de peces (pues no estaba lejos de tierra, sino como unos doscientos codos).

9. Al saltar en tierra, vieron preparadas brasas encendidas, y un pez puesto encima, y pan.

10. Jesús les dijo:


"Traed acá de los peces que acabáis de coger"


11. Subió al barco Simón Pedro, y sacó a tierra la red, llena de ciento cincuenta y tres peces grandes. Y en medio de ser tantos, no se rompió la red.

12. Díceles Jesús:


"Vamos, almorzad"


Y ninguno de los que estaban comiendo osaba preguntarle:


"¿Quién eres tú?"


Sabiendo bien que era el Señor.




13. Acércase, pues, Jesús, y toma el pan, y se lo distribuye, y lo mismo hace del pez.

14. Ésta fue la tercera vez que Jesús apareció a sus discípulos, después que resucitó de entre los muertos.

15. Acabada la comida, dice Jesús a Simón Pedro:


"Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que éstos?"




Dícele:


"Sí, Señor, tú sabes que te amo"


Dícele:




"Apacienta mis corderos"


16. Segunda vez le dice:


"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"


Respóndele:


"Sí, Señor, tú sabes que te amo"


Dícele:


"Apacienta mis corderos"


17. Dícele tercera vez:


"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"


Pedro se contristó de que por tercera vez le preguntase si le amaba; y así respondió:


"Señor, tú lo sabes todo; tú conoces bien que yo te amo"


Díjole Jesús:


"Apacienta mis ovejas.

 

18. En verdad, en verdad te digo, que cuando eras más mozo, tú mismo te ceñías el vestido, e ibas adonde querías; mas en siendo viejo, extenderás tus manos en una cruz, y otro te ceñirá, y te conducirá adonde tú no gustes"


19. Ésto lo dijo para indicar con qué género de muerte había Pedro de glorificar a Dios. Y después de ésto, añadió:




"Sígueme"


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Novena a Nuestra Señora de Fátima - Día Primero - Mayo 4 de 2025

 

  Penitencia y Reparación





Comenzar con el ofrecimiento
y la oración preparatoria


Ofrecimiento para todos los días


¡Dios Mío!  Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!, yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.


Oración Preparatoria


Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz, confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos por las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.




¡Oh Santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores!, que apareciendo en Fátima dejaste transparecer en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza, para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con maternal compasión, exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos, y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación, todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.


Meditar
y rezar la Oración Final


Oración Final


¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna!  Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Texto tomado del Libro "Novena a Nuestra Señora de Fátima" - Caballeros de la Virgen

Novena a Nuestra Señora de Fátima (Mayo 4 al 12 de 2025)

 

  



Ofrecimiento para todos los días


¡Dios Mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!, yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación por los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.


Oración Preparatoria


Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz, confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos por las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.


Rezar la oración
del día correspondiente...


Oración Final


¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna!  Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Texto tomado del Libro "Novena a Nuestra Señora de Fátima" - Caballeros de la Virgen