martes, 4 de marzo de 2025

📿 CONVOCATORIA MUNDIAL EN CUARESMA 📿 Oremos a Dios por el mundo entero y las intenciones de todos ustedes

  CONVOCATORIA MUNDIAL EN CUARESMA





Oremos a Dios
por el mundo entero
y las intenciones
de todos ustedes


En este tiempo de Cuaresma, acompañemos a Jesús durante 40 días en el desierto y soledad, apartados de todo cuanto pueda tentarnos: hacernos perder el estado de gracia de nuestras almas y llevarnos a cometer pecados, que ofenden gravemente a Dios.

Preparemos nuestras almas para santificarnos: haciendo ayuno, oración, penitencia, conversión, buscando la reconciliación con Dios a través del Sacramento de la Confesión. Creer firmemente en Dios y buscar la auténtica conversión. Practicar la abstinencia de todo cuanto pueda pervertir nuestros cuerpos y almas.

Todo esto aleja al Demonio, porque él no resiste este tipo de prácticas y ejercicios espirituales... Si queremos triunfar sobre Satanás, abramos nuestros corazones al espíritu de penitencia y mortificación...




El Demonio no soporta a los que practicamos la ascesis, mortificación, sacrificios, oración, penitencia; las buenas costumbres y modales, valores morales, religiosos y éticos.

Derrotemos la Maldad que se está implantando en el mundo entero, con el Demonio y todas sus huestes infernales...




Pidamos a Dios, por intercesión de su Santísima Madre, la Virgen María, y de su Castísimo Padre San José, por toda la humanidad, por ustedes e intenciones de todo el mundo.




Estamos en GRAVE PELIGRO y esto es REAL... El Demonio se ha infiltrado hasta en la Santa Iglesia Católica, desde el interior y está atacando a todos sus fieles...

Con nuestras oraciones y súplicas podemos interceder por todo el mundo, porque Dios siempre escucha nuestro clamor y peticiones, y nos envía su gracia santificante.


¿Queremos que nuestras almas crezcan en santidad y gracia?


Procedamos con absoluta confianza en Dios, con profunda fe y el amor de nuestros corazones...


Recemos juntos:














¡Muchas gracias a todos
y que recibamos abundantes bendiciones de Dios!


Esperemos con confianza:
la Santa Voluntad de Dios
y su gracia santificante...




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Decálogo de Cuaresma - Guía para conseguir una especial preparación interior

    



El tiempo de Cuaresma es un momento de especial preparación interior. Este decálogo cuaresmal puede ser una buena guía para cumplir con este propósito.




1. Romperás de una vez por todas con lo que tú bien sabes que Dios no quiere, aunque te agrade mucho, aunque te cueste “horrores” dejarlo. Lo arrancarás sin compasión como un cáncer que te está matando.




¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? (Mc 8, 36)


2. Compartirás tu pan con el hambriento, tus ropas con el desnudo, tus palabras con el que vive en soledad, tu tiempo y consuelo con el que sufre en el cuerpo o en el alma, tu sonrisa con el triste, tu caridad con TODOS. Examinarás esto con cuidado cada noche.




En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis (Mt 25, 40)


3. Dedicarás un buen tiempo todos los días para estar a solas con Dios, para hablar con Él de corazón a Corazón. Será un tiempo de agradecer, de pedir perdón, de alabarle y adorarle, de suplicar por la salvación de TODOS. Este tiempo no es negociable.




“Sucedió que por aquellos días se fue Él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios” (Lc 6, 12)


4. Confiarás en Dios a pesar de tus pecados y miserias. Creerás que Dios es más fuerte que todo el mal del mundo. No permitirás que ni dolor, ni pesar alguno, ni “tu negra suerte”, ni las injusticias y traiciones sufridas te hagan dudar ni por un momento del amor infinito que Dios te tiene. Él ha muerto en cruz para salvarte de tus pecados.




“Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan” (Sal 23, 4)


5. Mirarás sólo a Dios y a tus hermanos. Mirarte tanto te hace daño, porque te envaneces viendo los dones que no son tuyos o te desalientas viendo sin humildad tus miserias. Mira a Jesús y habrá paz en tu corazón. Mira las necesidades de tus hermanos y ya no tendrás tiempo de pensar en ti; te harás más humano, más cristiano.




“Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra” (Col 3, 1-2)


6. Ayunarás de palabras vanas: serás benedicente. Ayunarás de malos pensamientos: serás puro de corazón. Ayunarás de acciones egoístas: serás una persona para los demás. Ayunarás de toda hipocresía: serás veraz. Ayunarás de lo superfluo: serás pobre de espíritu.




“¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?” (Is 58, 6)


7. Perdonarás una y mil veces a quien te ha herido, con causa o sin ella, justa o injustamente, esté arrepentido o no. Un perdón que no será sólo tolerar o soportar sino que ha de brotar del amor sincero y sobrenatural. Los perdonarás uno por uno, primero en tu corazón y luego, si te es posible, también con tus palabras. No permitirás que el rencor ni el resentimiento envenenen tu corazón.




“Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34)


8. Ofrecerás sacrificios agradables al Señor. Los harás en silencio, sin que nadie se dé cuenta. Buscarás con ello reparar por tus pecados y los de TODOS los hombres. Querrás con ello desprenderte de las cosas materiales, que tanto te agradan, para poder hacerte más libre y ser un hijo para Dios. Pero sobre todo ejercerás el sacrificio de vivir con perfección la caridad en todo momento con TODOS tus hermanos.




“No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios” (Heb 13, 16)


9. Amarás la humildad y procurarás vivirla de la siguiente manera: reconocerás tus pecados; considerarás a los demás mejores que tú; agradecerás las humillaciones sin dejarte arrastrar por el amor propio; no buscarás los honores, ni los puestos, ni el poder, ni la fama, que todo eso es de Dios; te harás servidor de todos.




“El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos” (Mc 10, 43-44)


10. Anunciarás a los hombres la verdad del Evangelio. Les dirás sin temor que Dios los ama, que se ha hecho hombre por ellos y ha muerto en la cruz para salvarlos. Les mostrarás que sólo Él los puede hacer plenamente felices. Les harás ver que la vida que tiene su origen en Dios, es muy corta, se pasa rápido y que Dios es su destino final; vivir por Dios, con Dios y en Dios es lo sensato y seguro.




“Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»  (Mc 16, 15)


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

33 Maneras de vivir profundamente la Oración en Cuaresma o en toda tu vida

  



Estas sencillas ideas te servirán para vivir mejor la oración en Cuaresma, y ¿por qué no? en toda tu vida.


Fuente: Loyolapress.com 


San Pablo nos motiva a que “oremos sin cesar”. Toda nuestra vida puede ser una oración si elevamos nuestra mente y corazón a Dios en cada momento y acción de nuestra vida. Lo central de la Cuaresma (y de nuestra vida entera) es que oremos lo más frecuente y profundamente que podamos. He aquí algunas maneras en que podrá incorporar la oración a lo largo de su día. Por favor, elija las que le ayuden a alcanzar esa meta.




1. Repita una pequeña oración a lo largo del día. Puede ser: “Señor, ten misericordia de mí”, o “Jesús, ayúdame a conocerte y a hacer tu voluntad”. También puede usar sus propias palabras.




2. Haga una lista de las cosas por las cuales está agradecido(a). Escriba diariamente diez cosas por las que está agradecido(a): familia, talentos, amigos, éxitos, etcétera.




3. Ore por la gente que le hace pasar un mal rato. Hay días en los que estas personas sobreabundan.




4. Repita continuamente las palabras de San Ignacio de Loyola: “Toma Señor y recibe toda mi libertad”.




5. Utilice su imaginación al hacer oración. Imagínese usted mismo(a) como una de las personas que están frente a Jesús en una escena de los Evangelios. Imagine su respuesta y reacción al mensaje que ha escuchado de Jesús.




6. Haga una lectura pausada de alguno de los cuatro relatos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Por ejemplo, puede leer Lucas 22,39 a 24,12.






7. Convierta en oración alguna actividad amorosa que haga por los demás. Por ejemplo, cuando saca la basura de la casa, cambia el rollo de papel higiénico o le ayuda a su hijo a hacer la tarea. Hágalo de todo corazón y esa acción será una oración.




8. Haga oración mientras realiza una caminata.




9. Concédase tiempo para la meditación, para estar en calma por un momento, para vaciarse de las distracciones y para abrir su corazón a Dios.




10. Participe en uno de los servicios litúrgicos que su parroquia ha organizado.




11. Ore junto con su familia a la hora de los alimentos. Oren siempre por las personas necesitadas.




12. Ore mientras realiza sus diligencias. Pídale a Dios que le ayude a reconocer su presencia en cada uno de los lugares a los que se dirige.






13. Cuando escuche o vea noticias respecto a alguien que está en problemas, ore por esa persona. Invite a sus hijos a que oren también por ella.




14. Cuando esté en el mercado, ore por los campesinos y todas aquellas personas que hacen posible que los alimentos lleguen hasta su mesa.




15. Al momento de acostarse, concédase un momento para orar por aquellas personas que no tienen hogar y que esa noche dormirán en la calle.




16. Deje que una de sus canciones católicas favoritas se repita en su mente como una forma de oración. Seleccione una frase o palabras que tengan un significado especial para usted.








17. Rece diariamente el rosario y otras oraciones que son parte de la tradición católica. Dese cuenta de que está uniendo su voz a millones de personas que han orado estas plegarias a lo largo de los siglos.




18. Bendiga a sus hijos y a otros miembros de la familia cuando se retiran o regresan a casa. Trace sobre su frente la señal de la cruz.




19. Ore en los momentos de mayor tráfico, especialmente cuando se encuentra con un mal conductor. Ore por él o ella y pídale a Dios que le ayude a mantener la calma a lo largo del día.




20. Haga oración mientras está haciendo fila o cuando alguien lo ha puesto en llamada de espera. Ore por los servidores públicos que atienden a la gente todo el día.




21. Ore mientas trabaja en el jardín; deje que esa actividad sea su oración.




22. Si en su barrio puede escuchar las campanas de alguna iglesia, ore al escucharlas. Si no le es posible, ore al momento de escuchar otro sonido, por ejemplo, al timbrar el teléfono, cuando ladra algún perro o cuando suena el toque de salida en una fábrica cercana.






23. Ore al escuchar el ruido de una sirena. Ore por las personas que posiblemente estén en un problema serio.




24. Haga oración por las personas que necesita perdonar y que le cuesta mucho perdonar. Pida que disfruten las bendiciones que usted mismo espera recibir de Dios.




25. Eleve una oración a Dios que le ayude a pedir perdón a las personas que ha herido de alguna manera.






26. Ore por la persona que lo ha dirigido espiritualmente, sea que esté viva o muerta.




27. Ore mientras lleva a pasear a su mascota.





28. Si toca un instrumento musical, deje que ese momento sea su oración.




29. Ore mientras crea una pieza de arte. Haga algo creativo cada día de la Cuaresma y hágalo para dar gloria a Dios.




30. Ore por la persona desconocida quien, en este preciso momento está al borde del suicidio. Pídale a Dios que tranquilice a esa alma desolada.







31. Escoja a un miembro de su familia nuclear o extendida y ore por él o ella a lo largo del día. Elija uno diariamente.






32. Asista a misa siempre que pueda hacerlo. La Eucaristía es la oración más grande que tenemos los católicos y es un lugar seguro para encontrarse con Jesús.




33. Al final del día, concédase un momento para agradecerle a Dios las gracias y bendiciones que recibió a lo largo del día.



Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET: