domingo, 10 de noviembre de 2024

San Martín de Tours - Obispo (Año 397) - Fiesta Noviembre 11

 

Martín significa:
"El Batallador" (De Mart = Batalla)


Obispo (316-397). San Martín nació en Hungría, pero sus padres se fueron a vivir a Italia.

San Martín es un gran santo querido por los franceses, y muy popular en todo el mundo. Era hijo de un veterano del ejército y a los 15 años ya vestía el uniforme militar. Durante más de 15 siglos ha sido recordado nuestro santo por el hecho que le sucedió siendo joven y estando de militar en Amiens (Francia):


Un día de invierno muy frío se encontró por el camino con un pobre hombre que estaba titiritando de frío y a medio vestir. Martín, como no llevaba nada más para regalarle, sacó la espada y dividió en dos partes su manto, y le dio la mitad al pobre. Esa noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado al pobre y oyó que le decía:




"Martín, hoy me cubriste con tu manto"


Sulpicio Severo, discípulo y biógrafo del santo, cuenta que tan pronto Martín tuvo esta visión se hizo bautizar (era catecúmeno, o sea estaba preparándose para el bautismo). Luego se presentó a su general que estaba repartiendo regalos a los militares y le dijo:


"Hasta ahora te he servido como soldado. Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa religión"


El general quiso darle varios premios pero él le dijo:


"Estos regalos repártelos entre los que van a seguir luchando en tu ejército. Yo me voy a luchar en el ejército de Jesucristo, y mis premios serán espirituales"




Enseguida se fue a Poitiers donde era obispo el gran sabio San Hilario, el cual lo recibió como discípulo y se encargó de instruirlo. Como Martín sentía un gran deseo de dedicarse a la oración y a la meditación, San Hilario le cedió unas tierras en sitio solitario y allá fue con varios amigos, y fundó el primer convento o monasterio que hubo en Francia. En esa soledad estuvo 10 años dedicado a orar, a hacer sacrificios y a estudiar las Sagradas Escrituras. Los habitantes de los alrededores consiguieron por sus oraciones y bendiciones, muchas curaciones y varios prodigios. Cuando después le preguntaban qué profesiones había ejercido respondía:




"Fui soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi alma"




Un día en el año 371 fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la catedral, toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar.

En Tours fundó otro convento y pronto tenía ya 80 monjes. Y los milagros, la predicación y la piedad del nuevo obispo hicieron desaparecer prontamente el paganismo de esa región, y las conversiones al cristianismo eran de todos los días. A los primeros que convirtió fue a su madre y a sus hermanos que eran paganos. Un día, un antiguo compañero de armas lo criticó diciéndole que era un cobarde por haberse retirado del ejército. Él le contestó:


"Con la espada podía vencer a los enemigos materiales. Con la Cruz estoy derrotando a los enemigos espirituales"




Recorrió todo el territorio de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote. Él fue fundador de las parroquias rurales en Francia. Dice su biógrafo y discípulo, que la gente se admiraba al ver a Martín siempre de buen genio, alegre y amable. Que en su trato empleaba la más exquisita bondad con todos.

Un día, en un banquete San Martín tuvo que ofrecer una copa de vino, y la pasó primero a un sacerdote y después sí al emperador, que estaba allí a su lado. Y explicó el por qué:


"Es que el emperador tiene potestad sobre lo material, pero al sacerdote Dios le concedió la potestad sobre lo espiritual"


Al emperador le agradó aquella explicación. En los 27 años que fue obispo se ganó el cariño de todo su pueblo, y su caridad era inagotable con los necesitados. Los únicos que no lo querían eran ciertos tipos que querían vivir en paz con sus vicios, pero el santo no los dejaba. De uno de ellos, que inventaba toda clase de cuentos contra San Martín, porque éste le criticaba sus malas costumbres, dijo el santo cuando le aconsejaron que lo debía hacer castigar:


"Si Cristo soportó a Judas, ¿por qué no he de soportar yo a éste que me traiciona?"




Con varios empleados oficiales tuvo fuertes discusiones, porque en ese tiempo se acostumbraba torturar a los prisioneros para que declararan sus delitos. Nuestro santo se oponía totalmente a ésto, y aunque por ello se ganó la enemistad de altos funcionarios, no permitía la tortura. Supo por revelación cuándo le iba a llegar la muerte y comunicó la noticia a sus numerosos discípulos. Éstos se reunieron junto a su lecho de enfermo y le suplicaban llorando:


"¿Te alejas padre de nosotros, y nos dejas huérfanos y solos y desamparados?"


El santo respondió con una frase que se ha hecho famosa:


"Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehúso ni rechazo, cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar"




Pero Dios vio que ya había trabajado y sufrido bastante y se lo llevó a que recibiera en el cielo el premio por sus grandes labores en la tierra. El medio manto de San Martín (el que cortó con la espada para dar al pobre) fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín para decir "medio manto" se dice "capilla", la gente decía:


"Vamos a orar donde está la capilla"


Y de ahí viene el nombre de capilla, que se da a los pequeños salones que se hacen para orar.


Que San Martín
nos obtenga de Dios la gracia
de recordar siempre
que todo favor que hacemos
al prójimo lo recibe y lo paga
Jesucristo, como si se lo hubiéramos
hecho a Él en persona.





"Si tenéis fe,
nada será imposible
para vosotros"
(Jesucristo, Mt. 17,20)


Fuente - Texto tomado del sitio IGLESIAPOTOSINA.ORG:

Fuente - Texto tomado de EWTN:
https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/martin-de-tours-15009

MILAGROS DE DIOS: ¡GRANDIOSAS MANIFESTACIONES CELESTIALES! Dios obra Milagros a través de la Virgen de Fátima al Presidente Donald J. Trump



Fátima, Trump y los sucesos del 13 de julio de 2024


Por César Félix Sánchez - 15/07/2024


A las 3.30 p.m., el 13 de julio de 2024, el sacerdote grecocatólico ucraniano Jason Charron inauguraba el mitin de Donald Trump en Butler, Pensilvania, con la siguiente oración:


«Te imploramos que (…) en este tiempo de crisis en nuestra nación y en el mundo, tu Espíritu Santo use esta crisis para recordarnos que debemos enmendar nuestra relación contigo y con nuestro prójimo. Y que arrepintiéndonos de todo lo que nos retrae de ti y restaurando nuestros vínculos ante Tu mirada, podamos hacer a nuestra nación nuevamente grande, a través de Tu Gracia y Bondad. Y que, al hacer a nuestra nación nuevamente grande, se pueda encausar nuevamente al mundo. Amén».


Terminada la oración, poco tiempo después, el padre Charron –que hasta ahora no se explica cuál fue la razón por la que el equipo de campaña republicano lo convocó para dirigir la oración inaugural, más allá de algunas intervenciones suyas en canales de YouTube como Daily Wire y Pints with Aquinas– tuvo ocasión de saludar a Trump, a quien encontró significativamente sereno y cortés.

Luego, ya en la explanada, algunos asistentes le preguntaron sobre cuáles eran sus opiniones respecto a Trump. El padre Charron les contestó que no importaban tanto sus opiniones respecto de él y que lo importante era rezar por los líderes de la nación: «Antes teníamos monasterios y decenas de miles de religiosos consagrados rezando contra los Principados invisibles que nos dan guerra, ahora, sin ellos, solo quedan los hombres y mujeres comunes de la Iglesia doméstica para rezar por nuestros líderes. Y les dije a esas personas que recen por él, porque van a tratar de asesinarlo». Después de este vaticinio, casi involuntario, el padre Charron se dirigió a su automóvil y desde allí pudo observar el caos que se desataba en el momento en que un tirador intentaba asesinar a Donald Trump.

Pero no es la primera vez que un sacerdote católico de rito oriental se cruzaba en el camino de Trump, este fenómeno político de dimensiones mundiales que sorprendería al mundo alcanzando la presidencia de Estados Unidos en 2016 contra la oposición absoluta de todos los grandes poderes mundiales.

En enero de 2017, centenario de la aparición de la Santísima Virgen en Fátima, el padre Andrew Mahanna, del rito maronita, regaló a Donald Trump una estatua de la Nuestra Señora en esa advocación. Según algunos reportes, el clérigo maronita habría bendecido también la Casa Blanca.

No sería este tampoco el último encuentro de Donald Trump con la Santísima Virgen. En la clausura de la Convención Nacional Republicana de 2020, el 27 de agosto, celebrada en la Casa Blanca, mientras el mundo padecía el flagelo misterioso del COVID-19 y de las aún más misteriosas tiranías sanitarias y Estados Unidos acababa de sufrir las violentas insurrecciones marxisto-demócratas a raíz de la muerte de George Floyd, se cantó, desde el balcón, el Ave María. Nunca la Casa Blanca de Washington DC, lugar habitado durante siglos por personajes diversos vinculados a la perenne conjuración anticristiana, había atestiguado una recitación pública tan solemne de la salutación angélica.




Quien escribe estas líneas, cuando vio esto, no pudo dejar de pensar en la inminencia del Triunfo del Inmaculado Corazón de María. El conde Joseph de Maistre en Consideraciones sobre Francia, refiriéndose a la Revolución francesa, recordaba cómo, en tiempos de crisis históricas, ocurren fenómenos sorprendentes, imprevisibles y rápidos, semejantes a la «fructificación instantánea de un árbol en el mes de enero» y cómo muchos individuos actúan como si siguieran un designio superior del que en muchas ocasiones no son siquiera conscientes.

Así también será cuando ocurra el gran retorno que significa este triunfo. Incluso hasta sus enemigos obrarán, sin quererlo ni saberlo, para su consecución. Y los escogidos, que, como el Buen Ladrón, sin ser perfectos o siquiera ejemplares, reconocieron de alguna manera a Cristo y su doctrina en el ámbito temporal en medio de la Pasión de la Iglesia, también serán elevados de manera semejante, casi sin quererlo, a la conversión y la santidad.

El 13 de julio de 1917, la Santísima Virgen María reveló a los niños en la Cova de Iría las tres partes de un secreto. En la primera se les mostró el infierno:


«Ustedes han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si ustedes hacen lo que yo les diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz. Esta guerra cesará, pero si los hombres no dejan de ofender a Dios, otra guerra más terrible comenzará durante el pontificado de Pío XI. Cuando vean una noche iluminada por una luz extraña y desconocida sabrán que esta es la señal que Dios les dará que indicará que está a punto de castigar al mundo con la guerra y el hambre, y por la persecución de la Iglesia y del Papa».


En la segunda, la Virgen anuncia la difusión de los errores de Rusia (i. e.: el marxismo-leninismo), la aniquilación de muchas naciones y las persecuciones a la Iglesia y al Papado, así como el remedio de ellas, por la devoción al Inmaculado Corazón a través de la comunión reparadora de los primeros sábados y la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón, que inauguraría un período de paz, el anhelado Regnum Mariae.


La tercera parte, sometida ulteriormente a toda clase de mistificaciones, anuncia, a través de diversas imágenes, la mayor persecución de la Iglesia en toda su historia: su autodemolición.


¿Pueden considerarse estos mensajes como menos relevantes en nuestro tiempo, en que la autodemolición de la Iglesia alcanza niveles nunca vistos, se niega o relativiza el infierno desde la cúspide de la Jerarquía eclesiástica, que no vacila en convertirse en compañera de ruta entusiasta de todos los herederos del marxismo-leninismo, empezando con la China de Xi Jinping y terminando con el wokismo occidental?

107 años después, el sábado 13 de julio de 2024, la bala disparada por Thomas Matthew Crooks estuvo a un centímetro o menos de impactar en la cabeza de Trump, que, en el momento del impacto, estaba en trance de girarla para leer un texto en una pantalla. El término «milagro» no ha estado ausente de los comentarios al respecto.

Pero los sucesos extraordinarios en torno a esta circunstancia no se agotan aquí: en marzo de 2024, Brandon Briggs, pastor evangélico, anunció la siguiente visión, que es tan precisa que podría llegar a parecer divinamente inspirada, según dijo:


«Habrá una nueva ola de patriotismo. Vi a Trump y una ola roja que venía de Michigan (…) Y vi un atentado contra su vida. Una bala voló por su oreja, y estuvo tan cerca de su cabeza que reventó su tímpano y vi que caía de rodillas en este momento y empezó a adorar al Señor. Nació radicalmente de nuevo (…) y se encenderá de amor por Jesús» (10:40-11:40).


¿Anuncian acaso los eventos de este 13 de julio la llegada de un tiempo extraordinario de restauración, que empezará por el Oriente, figurado por los padres Charron y Mahanna, significando la conversión de Rusia, y que continuará con la de los Estados Unidos, tan temida a mediados del siglo XX por figuras anticristianas como Bertrand Russell y Paul Blanshard y solo evitada por la catástrofe del Concilio Vaticano II –suceso al que no estuvo ajeno el Departamento de Estado y assets suyos como John Courtney Murray–?



Fuente - Texto tomado de ADELANTELAFE.COM:




¿Sabías que?
Nuestra Señora de Fátima está representada en la Casa Blanca


Por George Ryan - 7 de Junio de 2019


En la noche de la inauguración, el padre Andrew Mahana exorcizó la Casa Blanca y presentó una estatua de la Virgen de Fátima que se conserva allí hasta el día de hoy.

El padre Mahana fue invitado por el comité inaugural del presidente Trump a su toma de posesión para discutir con él la formulación de políticas para Medio Oriente que beneficien a los cristianos perseguidos.

Trump y Mahana son amigos: en un mitin de campaña en Greeley, Colorado, señaló al sacerdote y pidió a la multitud que aplaudiera fuertemente:


“¿Todos aquí conocen al padre Andre?”


Durante su reunión del 20 de enero de 2017 con el presidente Trump, el padre Mahana le regaló una estatua de Nuestra Señora de Fátima y un rosario. Trump le preguntó si podía quedarse con ambos cuando se mudó por primera vez.


Fuente - Texto tomado de UCATHOLIC.COM:

Santa Misa - Domingo 10 de Noviembre de 2024



Me permito compartir con ustedes el video de la Santa Misa, que corresponde al Domingo 10 de Noviembre de 2024.


Igualmente, hoy celebramos la fiesta de este grande santo:








Igualmente, les comparto esta información importante para nosotros y toda la humanidad:








Igualmente, ofrezcamos el rezo del Santo Rosario - La Coronilla de la Divina Misericordia  y el Santo VíaCrucis a Dios, por intercesión de la Virgen María, por el fin de los fenómenos naturales y terribles acontecimientos a nivel mundial. También por las intenciones de todos y cada uno de ustedes:
















Unámonos todos como Iglesia Militante y Peregrina, y asistamos virtualmente a la Santa Misa, junto a Jesús en su Calvario, con profunda fe y recogimiento.


Elevemos a Dios nuestras oraciones y peticiones personales, también por las de nuestros familiares, amigos y el mundo entero.


Igualmente, pidamos perdón por nuestros pecados, procuremos la conversión de nuestras vidas, y cuando la Iglesia Católica lo permita y abra nuevamente las puertas de los templos, busquemos a Dios a través del Sacramento de la Reconciliación "Penitencia o Confesión", y recibamos la gracia de su perdón y su amoroso abrazo de Padre, que recibe a sus hijos pródigos que regresan a Él, ÚNICO PADRE que sí nos ama verdaderamente.


Recordemos lo más sublime: recibir en estado de gracia al Señor Dios en su Presencia Real, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía (Hostia Consagrada), en la totalidad de su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en el santísimo sacrificio incongruento, como memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.






Dios nos colme de abundantes bendiciones a todos, la Santísima Virgen María interceda por nosotros, y San José, protector de la Iglesia Católica Universal, defienda a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas del demonio y de todos sus enemigos, además de toda adversidad.


Muchas gracias a todos ustedes por su gentil atención.