viernes, 23 de agosto de 2024

¿El Diablo induce abortos? Médico dejó de practicar abortos tras sentir 'presencia inconfundible del mal' en quirófano



"Estaba a punto de iniciar un procedimiento de aborto en una adolescente cuando la sala se oscureció y el tiempo pareció ralentizarse", recuerda la doctora Catherine Wheeler, exabortista. "Lo que más me asustó fue la conciencia de que había pura maldad en el quirófano".


Martes 20 de Agosto de 2024 - 14:44 EDT


( LifeSiteNews ) — En la antigüedad, el dios pagano Moloch exigía sacrificios de niños. Estos supuestos “dioses” eran en realidad demonios, lo que plantea la pregunta:






No hace falta convencer a la doctora Catherine Wheeler, que a principios de los años 90 practicaba abortos ocasionalmente. Pero todo cambió un día en que Dios le llamó la atención.


“Estaba a punto de iniciar un procedimiento de aborto en una adolescente, cuando la habitación se oscureció y el tiempo pareció ralentizarse. Había una inconfundible presencia del mal, y yo era la única que parecía notarlo. Lo que más me asustó fue mi conciencia de la pura maldad en la sala de operaciones, relacionada con el aborto que estaba realizando”, explicó el Dr. Wheeler.


Fue un momento crucial en la vida de la doctora, en el que Dios le reveló el horror y la destrucción del aborto. Esto puso en marcha un nuevo camino para la doctora, que nunca más volvió a abortar.


“Pensé que estaba ayudando a las mujeres. La vida y el valor del feto se perdieron en la conversación sobre el aborto. Me creí la mentira de las feministas de que las mujeres necesitaban tener acceso a un aborto para perseguir sus sueños y sentirse realizadas”, continuó la Dra. Wheeler.


Pero ese no es el final de la historia. Esta conversión no se produjo de repente para el Dr. Wheeler, quien describió el proceso así:


“Dios me fue dando suaves empujoncitos con el tiempo para que comprendiera plenamente la humanidad y el valor de la vida humana”.


Wheeler contó cómo su comprensión de la santidad de la vida “fue paralela a mi viaje” de regreso al cristianismo y a “caminar con Cristo”




“Jesús no vino a esta tierra para aplastar a la gente. Vino para salvar a la gente. Su muerte en la cruz fue para redimir nuestros pecados. La mano tierna de Dios me ha guiado con ternura”, dijo.


No fue hasta 2020 cuando la Dra. Wheeler decidió hablar públicamente como defensora de la vida después de pensar profundamente en cómo nuestra sociedad se volvió tan grosera con la vida humana.


“Todo comenzó cuando la sociedad devaluó el matrimonio y promovió la intimidad sin consecuencias. No se puede tener una revolución sexual, una sexualidad sin trabas, sin anticoncepción y aborto”, señaló.


“La sexualidad se ha convertido casi en una transacción y sólo en algo físico. Si no amas a la persona con la que tienes intimidad y esa relación es desechable, ¿por qué amarías a un niño que nació de ella?”


“Creo que el problema más importante es que las mujeres han sido convencidas de que su valor está ligado a perseguir un gran sueño y una gran meta en la vida y definir eso como lo más importante para ellas. La sociedad ha convencido a las mujeres de que los hijos se interponen en el camino de lo que más importa, en lugar de ser una de las partes más importantes de nuestras vidas”, dijo Wheeler.


Así, a medida que los valores tradicionales fueron perdiendo importancia, la gente empezó a ver la vida humana como algo que tenía menos significado, lo que dio lugar a una aceptación más amplia del aborto. Wheeler también atribuye parte de la culpa a las iglesias cristianas:


“La visión bíblica de la sexualidad y la intimidad dentro del matrimonio como el buen plan de Dios para proteger a los niños y a las mujeres (así como a los hombres), que se dan dentro de la santidad del matrimonio, no se está discutiendo en el púlpito. La mayoría de los pastores tienen miedo de hablar de ello. Es una enorme oportunidad perdida de preparar a nuestros jóvenes con la realidad antes de que la cultura les imponga una narrativa destructiva”.


El embarazo puede complicar tu vida, y el lobby abortista les dice a las mujeres jóvenes que el aborto es necesario para mantener tu propia felicidad o tus metas profesionales. De hecho, la cultura moderna alienta a las mujeres a celebrar su aborto. Así es como se racionaliza el aborto y es la narrativa contra la que ahora lucha el Dr. Wheeler.


“Quiero ponerles una piedra en el zapato, hacerlas sentir un poco incómodas para que piensen más profundamente sobre el valor de la vida humana”.


La Dra. Catherine Wheeler aparece en un nuevo libro de John DiGirolamo, It's Not About the dEvil (No se trata del diablo), que es un relato de no ficción dramatizado sobre tres personas convincentes. Puede leer más sobre el momento que cambió la vida de la Dra. Wheeler y que impulsó una transformación centrada en Cristo para convertirse en una defensora de la vida. La trama no es una línea recta, ya que hay giros y vueltas, algunos momentos inesperados que son emotivos, inspiradores y siempre cautivadores. La historia también muestra sutilmente cómo la cultura y el declive de los valores tradicionales han impactado el aborto en este país.


Fuente - Texto tomado de LIFESITENEWS.COM:




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San Bartolomé - Apóstol - Fiesta Agosto 24

   



A este santo (que fue uno de los doce apóstoles de Jesús), lo pintaban los antiguos con la piel en sus brazos como quien lleva un abrigo, porque la tradición cuenta que su martirio consistió en que le arrancaron la piel de su cuerpo, estando él aún vivo.

Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios"). Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael.


El encuentro más grande de su vida


El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús, fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera:

Jesús se encontró a Felipe y le dijo:




"Sígueme"


Felipe se encontró a Natanael y le dijo:


"Hemos encontrado a Aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret"


Natanael le respondió:


"¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?"


Felipe le dijo:


"Ven y verás"


Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:


"Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño"


Natanael le preguntó:


"¿Desde cuándo me conoces?"


Le respondió Jesús:


"Antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, Yo te vi"


Le respondió Natanael:


"Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel"


Jesús le contestó:


"Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguro que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre" (Jn. 1,43)




Una revelación que lo convenció


Y tan pronto como Jesús vio que nuestro santo se le acercaba, dijo de él un elogio que cualquiera de nosotros envidiaría:


"Éste sí que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño"


El joven discípulo se admira y le pregunta desde cuándo lo conoce, y el Divino Maestro le añade algo que le va a conmover:




"Allá, debajo de un árbol estabas pensando que sería de tu vida futura. Pensabas: ¿Qué querrá Dios que yo sea y que yo haga? Cuando estabas allá en esos pensamientos, Yo te estaba observando y viendo lo que pensabas"


Aquella revelación lo impresionó profundamente, y lo convenció de que Éste sí era un verdadero profeta y un gran amigo de Dios y emocionado exclamó:


"¡Maestro, Tú eres el Hijo de Dios!  ¡Tú eres el Rey de Israel!"


¡Maravillosa proclamación! Probablemente estaba meditando muy seriamente allá abajo del árbol y pidiéndole a Dios que le iluminara lo que debía de hacer en el futuro, y ahora viene Jesús a decirle que Él leyó sus pensamientos. Ésto lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora.




Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cual una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo, y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo, que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese Salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.

El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy:


"San Bartolomé predicó el evangelio
en la India. Después pasó a Armenia
y allí convirtió a muchas gentes.
Los enemigos de nuestra religión
lo martirizaron quitándole la piel,
y después le cortaron la cabeza"


Fuente - Texto tomado de EWTN:
https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/bartolome-14785

ATERRADOR - La profecía y la llegada del Anticristo

 



Here is wisdom.

Let him that hath understanding count the number of the beast; for it is the number of a man; and his number is 666 (Book of Revelation: Chapter 13, Verse 18).

If something frightening happens to you today, think about it. I may be...

The Omen

You have been warned.




Aquí está la sabiduría.

El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque es el número de un hombre; y su número es 666 (Libro de La Revelación: Capítulo 13, Versículo 18).

Si hoy te pasa algo aterrador, piénsalo. Puedo ser...

El presagio

Usted ha sido advertido.



Por INFOVATICANA | 21 de marzo de 2021


Nuestro Páter cinéfilo, autor de ‘100 películas cristianas’ nos trae, este fin de semana, otra nueva reflexión sobre un largometraje:

El cine de terror cambió para siempre con el estreno de El exorcista (William Friedkin, 1973). En efecto, por primera vez en la historia del celuloide, se incidía en la esencia y origen de todo mal: EL DIABLO. Ciertamente, ya había habido algún notable experimento al respecto: Madre Juana de los Ángeles, La noche del demonio o La semilla del diablo, su antecesor inmediato, pero podríamos decir que Satanás no era el verdadero protagonista de ninguno de ellos, sino solo un invitado especial. De alguna manera, pues, aquella cinta puso de moda la figura del maligno, por lo que era cuestión de tiempo que surgieran otras que se aprovechasen de ello para intentar recabar el mismo éxito. Y de entre todas, la que mejor supo hacerlo fue La profecía (Richard Donner, 1976).





Pese a lo que muchos creen, La profecía no está inspirada en una novela previa, sino que se trata de una obra original [1]. En ella, un político de renombre adopta a un niño sin saber que en realidad es el hijo del demonio, es decir, el anticristo. Sin embargo, poco a poco irá sospechando de su origen, pues en torno a él se suceden muertes extrañas y hasta es advertido por un sacerdote, que incluso le referirá el vaticinio que podemos leer en la Biblia:


«El que tenga inteligencia, cuente la cifra de la bestia, pues es cifra humana. Y su cifra es seiscientos sesenta y seis» (Ap. 13, 18).


Llegará un momento, pues, en que se verá en la tesitura de acabar con la vida del crío o dejarlo vivir, para que sitúe a la humanidad bajo el yugo de Lucifer.

Como no podía ser de otra manera, la cinta se convirtió en un auténtico éxito de taquilla, pues todo el mundo vio que se trataba de una digna heredera de El exorcista (recordemos que esta tendría varias secuelas, pero que ninguna de ellas lograría igualarla). Su opresiva puesta en escena, su mítica banda sonora, su inteligentísimo libreto y la espeluznante actuación del niño protagonista –cuya fría mirada continúa inquietando a cualquiera–, consiguieron cautivar al público, que estaba ansioso por conocer más datos acerca del príncipe de las tinieblas. Tanto es así que, si aquella puso en boga al demonio, esta hizo lo propio con el anticristo y el fin de los tiempos (hoy en día, de hecho, sigue siendo una película recurrente para ejemplificar esto último).

Porque, ciertamente, tal y como hace la película, deberíamos diferenciar entre el demonio y el anticristo, a los que habitualmente consideramos parejos, pero que no lo son. Y es que, según el Catecismo de la Iglesia Católica:


El anticristo no será el diablo, sino un pseudomesías que “trabajará para él”, que pondrá al hombre en el lugar de Dios y que, por ende, arrastrará a muchos a la perdición, ya que caerán ingenuamente en su ardid (cfr. 675).


De hecho, el libro del Apocalipsis va en ese sentido:


Puesto que la bestia a la que hace referencia –es decir, el anticristo–, recibe su poder del dragón –es decir, del demonio–, pero no es el dragón (cfr. Ap 13, 2). En cuanto a la segunda bestia, nacida después de la primera (cfr. Ap 13, 11), los exegetas piensan que se trata de una metáfora de la ideología perversa que acompañará y propiciará el propio anticristo, mediante la que este esclavizará bajo su poder a la humanidad.


Pero como la película no puede desasirse así como así del aroma hollywoodense, fantasea con la posibilidad de que el anticristo, en efecto, no sea el mismo Satanás, pero sí su retoño, que sin duda es un argumento mucho más comercial. De este modo, igual que Dios encarnó a su propio Hijo para salvar al hombre, el diablo encarna al suyo para condenarlo; de la misma manera que aquel eligió a una pareja sin prole para que cuidase de Jesucristo, este hace lo mismo para que velen por Damien, y como el primero fue guiando mediante su Providencia al Mesías para que cumpliese sus designios salvadores, el segundo conduce a su sosias mediante engañifas para que también dé cumplimiento a sus propósitos malignos. Para el largometraje, pues, el anticristo cumpliría a la perfección ese pseudeomesianismo que anuncia el Catecismo, pues imitaría en todo al Hijo de Dios, pero para pervertir su mensaje (en este sentido, recomiendo también el visionado de La profecía 2 y La profecía 3, que junto con la primera, conforman un interesante tríptico sobre ese progreso demoníaco en aras de la malévola imitación de Cristo [2]).

Paradójicamente, esta idea de origen comercial es mucho más profunda de lo que parece, puesto que:




Ya el arzobispo norteamericano Fulton Sheen –en proceso de canonización– afirmaría que el demonio es en realidad el mono de Dios y que, por tanto, quiere imitarlo en todo. De hecho, en una célebre alocución para la televisión estadounidense, detallaría sus características, para que los cristianos seamos capaces de reconocerlo cuando llegue:


«No llevará vestiduras rojas, no vomitará azufre, no llevará tridente ni se llamará a sí mismo anticristo, pues nadie lo seguiría. Se disfrazará como el gran humanitario, hablará de paz, de prosperidad y de abundancia, pero no como medios para llegar a Dios, sino como fines en sí mismos. Promoverá un nuevo concepto de divinidad, que nada tendrá que ver con nuestra visión, sino que se acomodará al gusto de la gente».

«Divulgará la fe en la astrología y en el universo como sustituta de la verdadera creencia en Dios. Hará que los hombres se avergüencen de no ser considerados abiertos de mente y progresistas por sus compañeros. Identificará la tolerancia con la indiferencia entre el bien y el mal. Fomentará el divorcio como signo de liberación. Hará que crezca el amor por el amor, pero que decrezca el amor por las personas. Invocará la religión para destruir la religión. Incluso hablará de Cristo y dirá que es el mayor hombre que jamás haya existido. Dirá que su misión es salvar a la humanidad de la superstición y el fascismo, pese a que nunca los definirá. Fundará, por ende, una anti-Iglesia, que será una imitación de la Iglesia, pero a la que se sumarán incluso muchos de los elegidos, puesto que serán víctimas de la soledad y la frustración del hombre moderno; pero allí no se les animará al reconocimiento de sus culpas y a la conversión, sino al autoconocimiento y a la superación».


Así pues, pese a su innegable fragancia de Hollywood, La profecía se convierte en un acertado relato sobre la idiosincrasia del demonio y el futuro anticristo, al que, por otro lado, no hay que temer. De hecho, el propio Sheen, consciente de que sus palabras podían causar estupor en el pueblo cristiano, llenó a éste de esperanza con la siguiente exhortación:




«Colgad un crucifijo en casa, rezad cada noche el Rosario en familia, acudid diariamente a misa, haced la hora santa, encomendaos a San Miguel y a la Santísima Virgen, y conservad el estado de gracia, puesto que solo habrá una forma de que las rodillas dejen de temblar: caer sobre ellas y rezar».


Y así, aunque la cinta no dé pie a esta halagüeña expectativa, sí lo hace a su manera el conjunto de la trilogía –por eso es recomendable ver también la segunda parte y la tercera, tituladas respectivamente en España La maldición de Damien y El final de Damien [3]–.


Ya que nos hace ver que el mal no tiene la última palabra y que el bien triunfará por fin mediante una intervención directa de Dios (cfr. Ap 20, 7-10).


Por desgracia, después de esta cinta, el maligno pasó a ser en el cine un mero recurso estilístico. De este modo, aunque El Exorcista sentara las bases para que la gran pantalla lo abordase con seriedad, y La profecía las perfeccionara, pocas películas han sabido recoger el testigo. Quizás en los últimos tiempos destaquen La pasión de Cristo y Pactar con el diablo, ya que, cada una en su género, profundizan en su figura, para hacernos ver que no es un simple mito cristiano, sino un ente real que odia a Dios y quiere condenar al hombre. En cuanto al anticristo y el fin de los tiempos, y al margen del filme que hemos presentado, tal vez solo despunten la española El día de la bestia y La profecía. Omen 666, nueva versión de aquella, aunque con una puesta en escena mucho más hollywoodiana.


[1] La idea de publicar meses antes la novela inspirada en el guion procedía de la propia productora, que lo consideró una estrategia comercial.

[2] Existe una cuarta entrega: La profecía 4. El renacer, pero que es del todo prescindible, puesto que la tercera parte de la saga cierra definitivamente este ciclo (aunque de manera muy pobre, todo hay que decirlo).

[3] En mi opinión, la segunda es la mejor de las tres, y la tercera, la peor (con diferencia).


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:


Película tomada de YOUTUBE:





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