sábado, 20 de julio de 2024

Lectura del Santo Evangelio Según San Marcos 6, 30-34

 



30. Los apóstoles, pues, de vuelta de su misión, reuniéndose con Jesús, le dieron cuenta de todo lo que habían hecho y enseñado.

31. Y Él les dijo:




"Venid a retiraros conmigo en un lugar solitario, y reposaréis un poquito"


Porque eran tantos los oyentes y vinientes, que ni aún tiempo de comer les dejaban.

32. Embarcándose, pues, fueron a buscar un lugar desierto para estar allí solos.




33. Mas como al irse los vieron y observaron muchos, de todas las ciudades vecinas acudieron por tierra a aquel sitio, y llegaron antes que ellos.




34. En desembarcando, vio Jesús la mucha gente que le aguardaba, y enterneciéronsele con tal vista las entrañas, porque andaban como ovejas sin pastor; y así se puso a instruirlos en muchas cosas.


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Lorenzo de Brindis - Predicador - Año 1619 - Doctor de la Iglesia - Fiesta Julio 21

   



Este santo ha sido quizás el más famoso predicador de la comunidad de Padres Capuchinos. Nació en Brindis (Italia) cerca de Nápoles. Desde pequeño demostró tener una memoria asombrosa. Dicen que a los ocho años repitió desde el púlpito de la Catedral un sermón escuchado a un famoso predicador, con gran admiración de la gente. Cuando pidió ser admitido como religioso en los Padres Capuchinos, el superior le advirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó:


"Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?"

"Sí, lo habrá", respondió el superior

"Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a Él, cualquier padecimiento"




La facilidad de Lorenzo para aprender idiomas y para grabarse en la memoria todo lo que leía, dejó atónitos a sus superiores y compañeros. Prácticamente se aprendía de memoria capítulos enteros de la S. Biblia y muchas páginas más de libros piadosos. Hablaba seis idiomas: griego, hebreo, latín, francés, alemán e italiano. Y su capacidad para predicar era tan excepcional, que siendo simple seminarista, ya le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años seguidos. Las gentes vibraban de emoción al oír sus sermones, y muchos se convertían. Un sacerdote le preguntó:


"Fray Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?"


Y él respondió:


"En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo"


Los capuchinos nombraron a Fray Lorenzo superior del convento y luego superior de Italia. Más tarde al constatar las grandes cualidades que tenía para gobernar, lo nombraron superior general de toda su comunidad en el mundo. En sus años de superiorato recorrió muchos países visitando los conventos de sus religiosos para animarlos a ser mejores y a trabajar mucho por el reino de Cristo. Había días que caminaba a pie 50 kilómetros. No le asustaba desgastarse en su salud con tal de conseguir la salvación de las almas y la extensión del reino de Dios. La gente lo amaba porque era sumamente comprensivo y bondadoso, y porque sus consejos hacían un gran bien. Siendo superior, sin embargo servía a la mesa a los demás, y lavaba los platos de todos.

El Santo Padre, el Papa, lo envió a Checoslovaquia y a Alemania a tratar de extender la religión católica en esos países. Se fue con un buen grupo de capuchinos, y empezó a predicar. Pero en esos días un ejército de 60 mil turcos mahometanos invadió el país, con el fin de destruir la religión, y el jefe de la nación pidió al Padre Lorenzo que se fuera con sus capuchinos a entusiasmar a los 18 mil católicos, que salían a defender la patria y la religión. La batalla fue terriblemente feroz. Pero San Lorenzo y sus religiosos recorrían el campo de batalla con una cruz en alto cada uno, gritando a los católicos:




"Ánimo, estamos defendiendo nuestra santa religión"


Y la victoria fue completa. Los soldados victoriosos exclamaban:


"La batalla fue ganada por el Padre Lorenzo"


El Papa Clemente VIII decía que el Padre Lorenzo valía él sólo más que un ejército. El Sumo Pontífice lo envió de delegado suyo a varios países, y siempre estuvo muy activo de nación en nación dirigiendo su comunidad y fundando conventos, predicando contra los protestantes y herejes, y trabajando por la paz y la conversión. Pero lo más importante en cada uno de sus días eran las prácticas de piedad. Durante la celebración de la Santa Misa, frecuentemente era arrebatado en éxtasis, y su orar era de todas las horas y en todos los sitios. Por eso es que obtuvo tan grandes frutos apostólicos. Dormía sobre duras tablas. Se levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia. Su alimento era casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos. La gente lo admiraba como a un gran santo. Su meditación preferida era acerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

En 1959 fue declarado "Doctor de la Iglesia", por el Sumo Pontífice Juan XXIII. Y es que dejó escritos 15 volúmenes de enseñanzas, y entre ellos 800 sermones muy sabios. En Sagrada Escritura era un verdadero especialista. Cuando viajaba a visitar al rey de España enviado por la gente de Nápoles, para pedirle que destituyera a un gobernador que estaba haciendo mucho mal, se sintió sin fuerzas y el 22 de julio de 1619, el día que cumplía sus 60 años, murió santamente. Ha sido llamado el "Doctor apostólico".


Ruega por nosotros, querido San Lorenzo, para que no tengamos miedo a gastarnos y desgastarnos por Cristo y su Santa Iglesia, como lo hiciste tú.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Lectura del Antiguo Testamento / Miqueas / Contra los opresores 2, 1-13



Anuncia el profeta la maldición de Dios y una extrema desolación a los israelitas; cuyos restos serán al fin reunidos y salvados.


1. ¡Ay de vosotros que no pensáis sino en cosas vanas, y maquináis allá en vuestros lechos perversos designios! Ejecútanlos al llegar la luz de la mañana; porque ellos se han declarado contra Dios.

2. Y codiciaron las heredades, y las usurparon con violencia, e invadieron las casas; y calumniaron a éste para apoderarse de su casa; y a aquel otro para alzarse con su hacienda.

3. Por tanto, esto dice el Señor:


"He aquí que Yo estoy pensando en enviar calamidades sobre esta familia, de las cuales no podréis vosotros libraros; y no andaréis ya erguidos, porque será tiempo en extremo calamitoso".


4. En aquel día se compondrá sobre vosotros una parábola o lamentación, y se os cantarán con tono lastimero esta canción:


"Nosotros hemos sido enteramente asolados; cambiado ha de dueño la herencia de mi pueblo; ¿cómo se retirará de mí el castigo, puesto que vuelve el asirio, el cual se ha de repartir nuestros campos?"


5. Por esto ya no tendrás tú, ¡oh Israel!, quien reparta con la medida de cuerda las porciones de tierra en la congregación del Señor.

6. No gastéis, ¡oh profetas!, tantas palabras con este pueblo; porque no las recibirán éstos; ni les causarán confusión alguna.

7. Pues la casa de Jacob va diciendo:


"Qué, ¿por ventura se ha disminuído el espíritu misericordioso del Señor, o pueden ser tales sus designios? Pero ¿acaso no hablo Yo, responde Dios, con benignidad a aquellos que andan por el recto camino?"


8. Mas el pueblo mío, por el contrario, ha alzado bandera contra mí; vosotros, ¡oh israelitas!, después de la túnica habéis robado la capa, y a aquellos que pasaban o vivían quietamente les habéis hecho la guerra.

9. Arrojasteis de sus casas las mujeres de mi pueblo, que vivían en ellas con sosiego; y a sus niños les cerrasteis la boca para que jamás me alabasen.

10. Levantaos, y marchad, porque no habéis ya de tener aquí descanso; pues esta tierra de promisión se ha hecho inmunda, y por eso está inficionada de una corrupción horrorosa.

11. ¡Ojalá fuera yo un hombre que no tuviese el espíritu profético, sino que fuera falso lo que digo! Yo derramaré sobre ti, dice el Señor, el vino y la embriaguez del cáliz de mi indignación; y este vino sobre este pueblo se derramará.

12. Pero al fin, Yo te reuniré todo junto, ¡oh Jacob, Yo recogeré en uno los restos de Israel, los pondré todos juntos como rebaño en un aprisco, como las ovejas en la majada: grande será el ruido que haga la muchedumbre de sus gentes.

13. E irá delante de ellas aquel buen Pastor que les abrirá el camino; forzarán la puerta, pasarán por ella, y entrarán dentro; y su rey irá delante de ellas; y estará a su frente el Señor.