miércoles, 10 de julio de 2024

7 cosas que debes saber sobre la medalla y la cruz de San Benito

   



10 de julio de 2019 / 4:18 pm - Redacción ACI Prensa


Desde hace siglos, muchos cristianos han usado la medalla y la cruz de San Benito, el santo abad y patrono de Europa, para luchar contra las fuerzas del mal.

Aquí presentamos 7 datos importantes sobre estos objetos que poseen mucha tradición e historia, vinculadas al gran santo que vivió entre los años 480 y 547.


1. El origen de la medalla es incierto


En el siglo XVII, durante un juicio de brujería en Alemania, unas mujeres acusadas testificaron que no tenían poder sobre la Abadía de Metten porque estaba bajo la protección de la cruz.

Cuando se investigó, se hallaron en las paredes del recinto varias cruces pintadas rodeadas por las letras que se encuentran ahora en las medallas. Más adelante, se encontró un pergamino con la imagen de San Benito y las frases completas que sirvieron para escribir esas abreviaturas.


2. Con la medalla se puede obtener indulgencia plenaria


La medalla, como se le conoce ahora, es la del jubileo de 1880 por los 1400 años del nacimiento del santo. Fue lanzada exclusivamente por el superior abad de la famosa abadía benedictina de Monte Cassino en Italia.

Con ella se puede obtener la indulgencia plenaria en la Fiesta de San Benito, que la Iglesia celebra el 11 de julio, siguiendo las condiciones habituales que manda la Iglesia:

  • - Confesión sacramental
  • - Comunión eucarística
  • - Oración por las intenciones del Papa


3. Cuando San Benito hacía la señal de la cruz obtenía una especial protección divina


Cierta vez quisieron envenenar a San Benito. El santo, como era su costumbre, hizo el signo de la cruz sobre el vaso y el objeto se partió en pedazos.

En otra ocasión, un pájaro negro empezó a volar a su alrededor, San Benito hizo la señal de la cruz y tuvo entonces una tentación carnal en la imaginación. Cuando estaba casi vencido, ayudado por la gracia, se quitó las vestiduras y se arrojó a un matorral de espinas y zarzas, lastimando su cuerpo. Después de ello nunca volvió a sufrir una tentación similar.


4. La medalla tiene gran poder de exorcismo


La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con un gran poder de exorcismo. Los sacramentales son “signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia".

El Catecismo de la Iglesia Católica establece que por los sacramentales "los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida".


5. La medalla muestra a San Benito sosteniendo una cruz y el libro de sus reglas


A ambos lados del santo dice: “Crux Sancti Patris Benedicti” (Cruz del Santo Padre Benito). Se puede ver también una copa de la cual sale una víbora y un cuervo. De manera circular aparece la oración: “Eius in óbitu nostro preséntia muniamur” (A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia). En la parte inferior central se lee: “Ex. S. M. Cassino MDCCCLXXX” (Del Santo Monte Cassino 1880).


6. Las siglas de la medalla en el reverso y su significado


C.S.P.B. "Cruz del Santo Padre Benito".
C.S.S.M.L. "La santa Cruz sea mi luz" (crucero vertical de la cruz).
N.D.S.M.D. "Que el dragón infernal no sea mi guía" (crucero horizontal).


En círculo, comenzando arriba hacia la derecha:


PAX "Paz".
V.R.S. "Vade Retro Satanás".
N.S.M.V. "No me aconsejes cosas vanas".
S.M.Q.L. "Es malo lo que me ofreces"
I.V.B. "Traga tú mismo tu veneno".




7. La medalla debe ser bendecida por un sacerdote con esta oración especial 


Nuestra ayuda nos viene del Señor.

Que hizo el cielo y la tierra.

Te ordeno, espíritu del mal,
que abandones esta medalla,
en el nombre de Dios Padre Omnipotente,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que en ellos se contiene.

Que desaparezcan y se alejen de esta medalla
toda la fuerza del adversario,
todo el poder del diablo,
todos los ataques e ilusiones de satanás,
a fin de que todos los que la usaren
gocen de la salud de alma y cuerpo.

En el nombre del Padre Omnipotente
y de su Hijo, nuestro Señor,
y del Espíritu Santo Paráclito,
y por la caridad de Jesucristo,
que ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos
y al mundo por el fuego.

Bendición

Señor, escucha mi oración.

Y llegue a tí mi clamor.

Oremos:

Dios omnipotente, dador de todos los bienes,
te suplicamos humildemente
que por la intercesión de
nuestro Padre San Benito,
infundas tu bendición
sobre esta sagrada medalla,
a fin de que quien la lleve,
dedicándose a las buenas obras,
merezca conseguir
la salud del alma y del cuerpo,
la gracia de la santificación,
y todas la indulgencias
que se nos otorgan,
y que por la ayuda de tu misericordia
se esfuerce en evitar las acechanzas
y engaños del diablo,
y merezca aparecer santo
y limpio en tu presencia.

Te lo pedimos por Cristo,
Nuestro Señor.
Amén.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/7-cosas-que-debemos-saber-sobre-la-medalla-y-cruz-de-san-benito-83474

San Benito de Nursia - (480 - 547) - Fiesta Julio 11

   



San Benito de Nursia (nació en Nursia, Italia 480 - murió en Montecasino, 21 de marzo de 547), la fecha de su muerte fue predicha por el propio San Benito.

Su hermana gemela, Escolástica, también alcanzó la santidad. Siempre imitaba a Jesucristo, pasaba horas rezando y meditando. Consideraba el trabajo como algo honroso y realizaba trabajos manuales. Ejercía la dirección espiritual y acudía a los pueblos con sus monjes a predicar. Famoso por su trato amable a todos. Su gran amor y fuerza fue la Santa Cruz con la que hizo muchos milagros. Fue un poderoso Exorcista.

San Benito por gracia fue un hombre de vida honorable, que desde su infancia tuvo cordura de anciano. En efecto, adelantándose por sus costumbres a la edad, no entregó su espíritu a placer sensual alguno, sino que estando aún en esta tierra y pudiendo gozar libremente de las cosas temporales, despreció el mundo con sus flores, cual si estuviera marchito. Nació en el seno de una familia libre, en la región de Nursia, y fue enviado a Roma a cursar los estudios de las ciencias liberales. Pero al ver que muchos iban por los caminos escabrosos del vicio, retiró su pie, que apenas había pisado el umbral del mundo, temeroso de que por alcanzar algo del saber mundano, cayera también él en tan terrible precipicio. Despreció, pues, el estudio de las letras y abandonó la casa y los bienes de su padre. Y deseando agradar únicamente a Dios, buscó el hábito de la vida monástica.


Cómo venció
una tentación de la carne


Un día, estando a solas, se presentó el tentador. Un ave pequeña y negra, llamada vulgarmente mirlo, empezó a revolotear alrededor de su rostro, de tal manera que hubiera podido atraparla con la mano si el santo varón hubiera querido apresarla. Pero hizo la señal de la cruz y el ave se alejó. No bien se hubo marchado el ave, le sobrevino una tentación carnal tan violenta, cual nunca la había experimentado el santo varón.

El maligno espíritu representó ante los ojos de su alma cierta mujer que había visto antaño y el recuerdo de su hermosura inflamó de tal manera el ánimo del siervo de Dios, que apenas cabía en su pecho la llama del amor. Vencido por la pasión, estaba ya casi decidido a dejar la soledad. Pero tocado súbitamente por la gracia divina volvió en sí, y viendo un espeso matorral de zarzas y ortigas que allí cerca crecía, se despojó del vestido y desnudo se echó en aquellos aguijones de espinas y punzantes ortigas, y habiéndose revolcado en ellas durante largo rato, salió con todo el cuerpo herido. Pero de esta manera por las heridas de la piel del cuerpo curó la herida del alma, porque trocó el deleite en dolor, y el ardor que tan vivamente sentía por fuera extinguió el fuego que ilícitamente le abrasaba por dentro. Así, venció el pecado, mudando el incendio.

Desde entonces, según el mismo solía contar a sus discípulos, la tentación voluptuosa quedó en él tan amortiguada, que nunca más volvió a sentir en sí mismo nada semejante.

Después de esto, muchos empezaron a dejar el mundo para ponerse bajo su dirección, puesto que, libre del engaño de la tentación, fue tenido ya con razón por maestro de virtudes. Por eso manda Moisés que los levitas sirvan en el templo a partir de los veinticinco años cumplidos, pero sólo a partir de los cincuenta les permitan custodiar los vasos sagrados.


Explicación del
Papa San Gregorio Magno


Es evidente, que en la juventud arde con más fuerza la tentación de la carne, pero a partir de los cincuenta años el calor del cuerpo se enfría. Los vasos sagrados son las almas de los fieles. Por eso conviene que los elegidos, mientras son aún tentados, estén sometidos a un servicio y se fatiguen con trabajos, pero cuando ya el alma ha llegado a la edad tranquila y ha cesado el calor de la tentación, sean custodios de los vasos sagrados, porque entonces son constituidos maestros de las almas.


Regla de San Benito




La Regla de los Monjes escrita por San Benito hacia el final de su vida, ha sido norma y guía espiritual de muchas comunidades monásticas durante más de 1500 años.


Los instrumentos
de las buenas obras

  1. Primero, amar al Señor Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas.
  2. Después, al prójimo como a sí mismo.
  3. Luego, no matar.
  4. No cometer adulterio.
  5. No hurtar.
  6. No codiciar.
  7. No levantar falso testimonio.
  8. Honrar a todos los hombres.
  9. No hacer a otro lo que uno no quiere para sí.
  10. Negarse a sí mismo para seguir a Cristo.
  11. Castigar el cuerpo.
  12. No entregarse a los deleites.
  13. Amar el ayuno.
  14. Alegrar a los pobres.
  15. Vestir al desnudo.
  16. Visitar al enfermo.
  17. Sepultar al muerto.
  18. Socorrer al atribulado.
  19. Consolar al afligido.
  20. Hacerse extraño al proceder del mundo.
  21. No anteponer nada al amor de Cristo.
  22. No ceder a la ira.
  23. No guardar rencor.
  24. No tener dolo en el corazón.
  25. No dar paz falsa.
  26. No abandonar la caridad.
  27. No jurar, no sea que acaso perjure.
  28. Decir la verdad con el corazón y con la boca.
  29. No devolver mal por mal.
  30. No hacer injurias, sino soportar pacientemente las que le hicieren.
  31. Amar a los enemigos.
  32. No maldecir a los que lo maldicen, sino más bien bendecirlos.
  33. Sufrir persecución por la justicia.
  34. No ser soberbio.
  35. Ni aficionado al vino.
  36. Ni glotón.
  37. Ni dormilón.
  38. Ni perezoso.
  39. Ni murmurador.
  40. Ni detractor.
  41. Poner su esperanza en Dios.
  42. Cuando viere en sí algo bueno, atribúyalo a Dios, no a sí mismo.
  43. En cambio, sepa que el mal siempre lo ha hecho él, e impúteselo a sí mismo.
  44. Temer el día del juicio.
  45. Sentir terror del infierno.
  46. Desear la vida eterna con la mayor avidez espiritual.
  47. Tener la muerte presente ante los ojos cada día.
  48. Velar a toda hora sobre las acciones de su vida.
  49. Saber de cierto que, en todo lugar, Dios lo está mirando.
  50. Estrellar inmediatamente contra Cristo los malos pensamientos que vienen a su corazón, y manifestarlos al anciano espiritual.
  51. Guardar su boca de conversación mala o perversa.
  52. No amar hablar mucho.
  53. No hablar palabras vanas o que mueven a risa.
  54. No amar la risa excesiva o destemplada.
  55. Oír con gusto las lecturas santas.
  56. Darse frecuentemente a la oración.
  57. Confesar diariamente a Dios en la oración, con lágrimas y gemidos, las culpas pasadas.
  58. Enmendarse en adelante de esas mismas faltas.
  59. No ceder a los deseos de la carne.
  60. Odiar la propia voluntad.
  61. Obedecer en todo los preceptos del abad, aún cuando él -lo que no suceda- obre de otro modo, acordándose de aquel precepto del Señor: "Hagan lo que ellos dicen, pero no lo que ellos hacen".
  62. No querer ser llamado santo antes de serlo, sino serlo primero para que lo digan con verdad.
  63. Poner por obra diariamente los preceptos de Dios.
  64. Amar la castidad.
  65. No odiar a nadie.
  66. No tener celos.
  67. No tener envidia.
  68. No amar la contienda.
  69. Huir la vanagloria.
  70. Venerar a los ancianos.
  71. Amar a los más jóvenes.
  72. Orar por los enemigos en el amor de Cristo.
  73. Reconciliarse antes de la puesta del sol con quien se haya tenido alguna discordia.
  74. Y no desesperar nunca de la misericordia de Dios.
  75. Estos son los instrumentos del arte espiritual.
  76. Si los usamos día y noche, sin cesar, y los devolvemos el día del juicio, el Señor nos recompensará con aquel premio que Él mismo prometió.
  77. "Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni llegó al corazón del hombre lo que Dios ha preparado a los que lo aman".
  78. El taller, empero, donde debemos practicar con diligencia todas estas cosas, es el recinto del monasterio y la estabilidad en la comunidad.




Milagros de San Benito




He aquí algunos de los muchos milagros relatados por San Gregorio, en su biografía de San Benito:


El muchacho que no sabía nadar


El joven Plácido cayó en un profundo lago y se estaba ahogando. San Benito mandó a su discípulo preferido Mauro: "Láncese al agua y sálvelo". Mauro se lanzó enseguida y logró sacarlo sano y salvo hasta la orilla. Y al salir del profundo lago se acordó de que había logrado atravesar esas aguas sin saber nadar. La obediencia al santo le había permitido hacer aquel salvamento milagroso.


El edificio que se cae


Estando construyendo el monasterio, se vino abajo una enorme pared y sepultó a uno de los discípulos de San Benito. Éste se puso a rezar y mandó a los otros monjes que removieran los escombros, y debajo de todo apareció el monje sepultado, sano y sin heridas, como si hubiera simplemente despertado de un sueño.


La piedra que no se movía


Estaban sus religiosos constructores tratando de quitar una inmensa piedra, pero ésta no se dejaba ni siquiera mover un centímetro. Entonces el santo le envió una bendición, y enseguida la pudieron remover de allí como si no pesara nada. Por eso desde hace siglos cuando la gente tiene algún grave problema en su casa que no logra alejar, consigue una medalla de San Benito y le reza con fe, y obtiene prodigios. Es que este varón de Dios tiene mucho influjo ante Nuestro Señor.


Muertes anunciadas


Un día exclamó: "Se murió mi amigo el obispo de Capúa, porque vi que subía al cielo un bello globo luminoso". Al día siguiente vinieron a traer la noticia de la muerte del obispo. Otro día vio que salía volando hacia el cielo una blanquísima paloma y exclamó: "Seguramente se murió mi hermana Escolástica". Los monjes fueron a averiguar, y sí, en efecto acababa de morir tan santa mujer. Él, que había anunciado la muerte de otros, supo también que se aproximaba su propia muerte y mandó a unos religiosos a excavar...


Indulgencias


El 12 de marzo de 1742 el Papa Benedicto XIV otorgó Indulgencia Plenaria a la medalla de San Benito, si la persona se confiesa, recibe la Eucaristía, ora por el Santo Padre en las grandes fiestas y durante esa semana reza el Santo Rosario, visita a los enfermos, ayuda a los pobres, enseña la Fe o participa en la Santa Misa.


Las grandes fiestas son:


Navidad
- Epifanía
- Pascua de Resurrección
- Ascensión
- Pentecostés
- La Santísima Trinidad
- Corpus Christi
- La Asunción
- La Inmaculada Concepción
- El Nacimiento de María
- Todos los Santos
- Fiesta de San Benito


Número de Indulgencias Parciales:


- 200 días de indulgencia, si uno visita una semana a los enfermos o visita la Iglesia o enseña a los niños la Fe.

- 7 años de indulgencia, si uno celebra la Santa Misa o está presente, y ora por el bienestar de los cristianos, o reza por sus gobernantes.

- 7 años si uno acompaña a los enfermos en el día de Todos los Santos.

- 100 días si uno hace una oración antes de la Santa Misa o antes de recibir la Sagrada Comunión.

- Cualquiera que por cuenta propia por su consejo o ejemplo convierta a un pecador, obtiene la remisión de la tercera parte de sus pecados.

- Cualquiera que el Jueves Santo o el día de Resurrección, después de una buena confesión y de recibir la Eucaristía, rece por la exaltación de la Iglesia, por las necesidades del Santo Padre, ganará las indulgencias que necesita.

- Cualquiera que rece por la exaltación de la Orden Benedictina, recibirá una porción de todas las buenas obras que realiza esta Orden.

Quienes lleven la medalla de San Benito a la hora de la muerte serán protegidos siempre que se encomienden al Padre, se confiesen y reciban la comunión o al menos invoquen el nombre de Jesús con profundo arrepentimiento.


ORACIÓN A SAN BENITO




Santísimo confesor del Señor;
Padre y jefe de los monjes,
interceded por nuestra santidad,
por nuestra salud
del alma, cuerpo y mente.

Destierra de nuestra vida,
de nuestra casa,
las asechanzas del maligno espíritu.
Líbranos de funestas herejías,
de malas lenguas y hechicerías.

Pídele al Señor,
remedie nuestras necesidades
espirituales y corporales.
Pídele también por el progreso
de la santa Iglesia Católica;
y porque mi alma

no muera en pecado mortal,
para que así confiado

en Tu poderosa intercesión,
pueda algún día en el cielo,
cantar las eternas alabanzas.
Amén.

Jesús, María y José os amo,

salvad vidas, naciones y almas.


Rezar
3 Padrenuestros, Avemarías y Glorias


La Medalla de San Benito




La Medalla de San Benito es un signo sagrado muy difundido entre los fieles católicos desde hace muchos siglos. La Medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con gran poder de exorcismo. Como todo sacramental, su poder está no en sí misma sino en Cristo quien lo otorga a la Iglesia, y por la fervorosa disposición de quien usa la medalla. El origen de esta Medalla se fundamenta en una verdad y experiencia que aparece en la vida de San Benito. Este santo, Patriarca de Occidente, usó con frecuencia el signo de la Cruz como señal bienhechora que simboliza la Pasión salvadora de Cristo, y por la cual venció siempre el poder del mal y atrajo sobre sí la bendición de Dios. Además, recuerda a los fieles la presencia constante de Dios y su protección. Al llevar consigo esta Medalla es conveniente invocar al Señor diciendo:


"Por tu Santa Cruz, Señor, bendíceme y protégeme del mal"

Explicación de la Medalla


La Medalla presenta, por un lado, la imagen del Santo Patriarca, y por el otro, una Cruz, y en ella y a su alrededor, las letras iniciales de una oración o exorcismo, que a continuación explicaremos detalladamente en latín y su traducción al castellano.


Explicación del Anverso




Entre las antiguas medallas (como la del gráfico), la figura del Santo es rodeada con el texto latino:


Eius in obitu nostro presentia muniamur (Que a la hora de nuestra muerte, nos proteja tu presencia)


En algunas medallas actuales, frecuentemente la frase es substituida por:


Crux Sancti Patris Benedicti, o todavía, más simplemente, por la inscripción: Sanctus Benedictus.


Explicación del Reverso




En cada uno de los cuatro lados de la Cruz vemos las letras:

C.S.P.B. (Que corresponden a las letras iniciales de la frase en latín: Crux Sancti Patris Benedicti. Cruz del Santo Padre Benito).


Explicación de la Cruz de San Benito


En el sentido vertical de la Cruz vemos las letras:


C.S.S.M.L. (Que corresponden a las letras iniciales de la frase en latín: Crux Sácra Sit Mihi Lux. Que la Santa Cruz sea mi luz).


En el sentido horizontal de la Cruz vemos las letras:


N.D.S.M.D. (Que corresponden a las letras iniciales de la frase en latín: Non Draco Sit Mihi Dux. Que el demonio no sea mi guía).


Explicación del Círculo Exterior


Empezando por la parte superior derecha, en el sentido de las agujas del reloj vemos las letras:


V.R.S. (Que corresponde a la frase en latín: Vade Retro Satana. ¡Apártate Satanás!).

 

N.S.M.V. (Numquam Suade Mihi Vána. No me aconsejes cosas vanas).

 

S.M.Q.L. (Sunt Mala Quae Libas. Es malo lo que me brindas).

 

I.V.B. (Ipse Venena Bibas. Bebe tú mismo tu veneno).


En la parte superior, encima de la Cruz suele aparecer unas veces la palabra PAX y en las más antiguas IESUS.



Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG:
http://www.catolico.org/santos/benito.htm

Texto tomado de San Benito de Luján:
www.sbenito.org

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/santos/benito.htm

Fuente - Texto tomado del folleto La Medalla de San Benito - Caballeros de la Virgen

Novena al Divino Niño Jesús - Primer Día - Julio 11 de 2024

    



Primer Día de la Novena al Divino Niño


Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Acto de Contrición


Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno, ayudado de Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.


Oración para todos los Días


Oh Dios, que por amor a nosotros nos ha enviado a tu Divino Hijo como nuestro Salvador y Redentor, te pedimos que por mediación de los méritos de tu infancia, se acreciente nuestra fe y abundemos en buenas obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén.





PRIMER DÍA


La Palabra de Dios


"En esto se manifiesta el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo Único para que vivamos por medio de Él". (Jn. 4, 9)


Reflexión


Dios nos ha amado siempre, Él no odia ni rechaza a nadie; somos nosotros los que muchas veces lo rechazamos a Él por el pecado. Correspondamos a su amor cumpliendo su santa Ley y aceptando a Jesús en nuestra vida.


Propósito


Manifestaré mi amor a Dios haciendo todo el bien que pueda a mi prójimo.


Oración Comunitaria


Para que los cristianos nos amemos como hermanos. Escúchanos, Señor.

Para que Jesús nos conceda la gracia que le pedimos en esta novena, si es de su divino agrado. Escúchanos, Señor.

(Pueden añadirse otras peticiones).


Gozos


Coro


Oh Divino Niño mi Dios y Señor, tú serás el dueño de mi corazón.


Estrofas


Aquí en tu Santuario con fe y oración, te pedimos todos nuestra conversión.

Pequeños y grandes en gran procesión, venimos alegres a hacerte oblación.

Los jóvenes todos con gran persuasión, radiantes de anhelos van al Salvador.

Que nuestras familias como Nazaret, sus grandes virtudes puedan conocer.

Que amemos a todos nos manda el Señor, con todas las fuerzas que amamos a Dios.

Que al fin de mi vida con tu protección, tenga yo la dicha de mi salvación.


Oración Final


Oh Jesús, tú que viniste al mundo para ser el servidor de los hombres, haz que imitando tu ejemplo, seamos generosos en el servicio de nuestros hermanos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Amén


Fuente - Texto e imagen tomado de ACIPRENSA.COM:

Novena al Divino Niño Jesús - Julio 11 al 19 de 2024

   



Hoy inicia la novena al Divino Niño en Colombia


REDACCIÓN CENTRAL, 11 de julio de 2016 / 01:30 am (ACI).


El próximo 20 de julio en Colombia se celebrará la fiesta del Divino Niño Jesús, devoción que se ha expandido por muchos países del mundo y que está unida a la labor pastoral del P. Juan del Rizzo, salesiano italiano y misionero colombiano.

La celebración se realiza de manera especial en el barrio "20 de julio" en Colombia, y en toda la Iglesia es el primer domingo de septiembre, al concluirse la tradicional novena de los 9 primeros domingos de mes.


Fuente - Texto e imagen tomados de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/recursos/primer-dia-de-la-novena-al-divino-nino-2829/

Novena a Nuestra Señora Virgen del Carmen - Día Quinto - Julio 11 de 2024

   



Acto de Contrición
para todos los días


Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A Ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío me has de perdonar mis culpas, y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la Santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en esta Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.


Oración para todos los días


Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:


(Rezar tres Avemarías)


Rezar a continuación
la oración del día que corresponda:





DÍA QUINTO


¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que ésta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo:


Dios te Salve, Reina y Madre 
de misericordia, etc.


Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena


Oración final para todos los días


Virgen Santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección.

Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos cómo ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.


Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM: