miércoles, 3 de julio de 2024

Santa Isabel de Portugal - Reina - Madre de Familia - Pacificadora - Año 1336 - Fiesta Julio 4

  



Nacida en Aragón (España) en 1271, Santa Isabel es la hija del rey Pedro III de ese reino y nieta del rey Jaime El Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron Isabel en honor a su tía abuela, Santa Isabel de Hungría. Su formación fue formidable y ya desde muy pequeña tenía una notable piedad. Le enseñaron que, para ser verdaderamente buena debía unir a su oración, la mortificación de sus gustos y caprichos. Conocía desde pequeña la frase:





"Tanta mayor libertad de espíritu tendrás cuando menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas"


Se esmeró por ordenar su vida en el amor a Dios y al prójimo, disciplinando sus hábitos de vida. No comía nada entre horas.

La casaron cuando tenía 12 años con el rey Dionisio de Portugal. Esta fue la gran cruz de Santa Isabel ya que era un hombre de poca moral, siendo violento e infiel. Pero ella supo llevar heroicamente esta prueba. Oraba y hacía sacrificios por él. Lo trataba siempre con bondad. Tuvo dos hijos: Alfonso, futuro rey de Portugal y Constancia, futura reina de Castilla. Santa Isabel llegó hasta educar a los hijos naturales de su esposo con otras mujeres.

El rey por su parte la admiraba y le permitía hasta cierto punto su vida de cristiana auténtica. Ella se levantaba muy temprano y leía 6 salmos, asistía a la Santa Misa y se dedicaba a regir las labores del palacio. En su tiempo libre se reunía con otras damas para confeccionar ropas para los pobres. Las tardes las dedicaba a visitar ancianos y enfermos. Hizo construir albergues, un hospital para los pobres, una escuela gratuita, una casa para mujeres arrepentidas de la mala vida y un hospicio para niños abandonados. También construyó conventos y otras obras para el bien del pueblo. Prestaba sus bellos vestidos y hasta una corona para la boda de jóvenes pobres.




Santa Isabel frecuentemente distribuía Monedas del Tesoro Real a los pobres para que pudieran comprar el pan de cada día. En una ocasión, el rey Dionisio, sospechando de sus actos, comenzó a espiarla. Cuando la reina comenzó a distribuir monedas entre los pobres, el rey lo observó y enfurecido fue a reclamarle. Pero el Señor intervino, de manera que, cuando el rey le ordenó que le enseñara lo que estaba dando a los pobres, las monedas de oro se convirtieron en rosas.


Forjadora de la paz


SANTA ISABEL DE PORTUGAL


El hijo de Isabel, Alfonso, tenía como su padre un carácter violento. Se llenaba de ira por la preferencia que su padre demostraba por sus hijos naturales. En dos ocasiones promovió la guerra civil contra su padre. Isabel hizo todo lo posible por la reconciliación. En una ocasión se fue en peregrinación hasta Santarém lugar del Milagro Eucarístico, y vestida de penitente imploró al Señor por la paz. Llegó hasta presentarse en el campo de batalla y, cuando los ejércitos de su esposo y su hijo se disponían a la guerra, la reina se arrodillaba entre ellos y de rodillas ante su esposo e hijo, les pedía que se reconciliasen.




Se conservan algunas de las cartas, las cuales reflejan el calibre evangélico y la audacia de nuestra santa.


A su esposo


"Como una loba enfurecida a la cual le van a matar a su hijito, lucharé por no dejar que las armas del rey se lancen contra nuestro propio hijo. Pero al mismo tiempo haré que primero me destrocen a mí las armas de los ejércitos de mi hijo, antes de que ellos disparen contra los seguidores de su padre"


A su hijo


"Por Santa María Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo, y como súbdito con el rey"


Consiguió la paz en más de una ocasión y su esposo murió arrepentido, sin duda por las oraciones de su santa esposa.


Entra en el convento
de las Clarisas
después de enviudar




Por el amor tan grande que Santa Isabel le tenía a la Eucaristía, se dedicó a estudiar la vida de los santos más notables por su amor a la Eucaristía, en especial Santa Clara. Después de enviudar, Santa Isabel se despojó de todas sus riquezas. Emprendió un peregrinaje a Santiago de Compostela, donde le entregó la corona al Arzobispo para recibir el hábito de las Clarisas como terciaria. El Arzobispo fue tan movido por este acto de la santa, que él le entregó su callado pastoral para que le ayudara en su regreso a Portugal. Vivió los últimos años en el convento, dedicada a la Adoración Eucarística. Cuando estalló la guerra entre su hijo y su yerno, el rey de Castilla, Santa Isabel, a pesar de su ancianidad, emprendió un larguísimo viaje por caminos muy peligrosos y logró la paz. Sin embargo el viaje le costó la vida. Al sentir próxima la muerte pidió que la llevasen al convento de las Clarisas que ella misma había fundado. Allí murió invocando a la Virgen Santísima el 4 de julio de 1336. Dios bendijo su sepulcro con milagros. Su cuerpo se puede venerar en el convento de las Clarisas en Coimbra. Fue canonizada en 1625. Es patrona de los territorios en guerra.


Santa Isabel de Portugal,
ruega por la paz en nuestros países


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

DESTRUCCIÓN DE SODOMA Y GOMORRA - Del Libro del Antiguo Testamento - Lectura del Génesis

 



CAPÍTULO XIX


Nefanda disolución de los sodomitas, los cuales son todos abrasados con fuego del cielo; de él libertan a Lot los dos ángeles, sus huéspedes. Castigo de la mujer de Lot; incesto; incesto de éste con sus dos hijas.


1. Entretanto los dos ángeles llegaron al caer de la tarde a Sodoma, y al tiempo que Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad. El cual luego que los vio, se levantó y salióles al encuentro, y los adoró inclinándose hacia el suelo.


2. Y dijo:


"Ruégoos, señores, que vengáis a la casa de vuestro siervo, y os hospedéis en ella; lavaréis vuestros pies, y de madrugada proseguiréis vuestro viaje".


Ellos respondieron:


"No, pues nos quedaremos a descansar en la plaza"


3. A puras instancias en fin los obligó a que se encaminasen a su casa; y entrados que fueron en ella, les dispuso un banquete, y coció panes sin levadura, y cenaron.


4. Pero antes de que se fuesen a acostar, cercaron la casa los vecinos de la ciudad, todo el pueblo junto, desde el más muchacho hasta el más viejo.


5. Y llamando a Lot, le dijeron:


"¿En dónde están aquellos hombres que al anochecer entraron en tu casa? Sácalos acá fuera, para que los conozcamos".


6. Salió a ellos Lot, y cerrando tras sí la puerta, díjoles:


7. "No queráis, os ruego, hermanos míos, no queráis cometer esta maldad".


8. "Dos hijas tengo, que todavía son doncellas: éstas os las sacaré afuera, y haced de ellas lo que gustareis, con tal que no hagáis mal alguno a estos hombres, ya que se acogieron a la sombra de mi techo".


9. Mas ellos respondieron:


"Quita allá".


Y aún añadieron:


"Viniste poco a vivir entre nosotros como extranjero, ¿y quieres ya gobernar?; pues a ti te trataremos peor que a ellos".


Y forcejeaban contra Lot con grandísima violencia: y ya estaban a punto de forzar la puerta.


10. Cuando he aquí que los huéspedes alargaron la mano, y metieron a Lot dentro y cerraron otra vez la puerta.


11. Y a los de afuera, del menor hasta el mayor, hirieron de una especie de ceguera, que no pudieron atinar más con la puerta.


12. Enseguida dijeron a Lot:


"¿Tienes aquí alguno de los tuyos?: yerno, hijos, o hijas, a todos los tuyos sácalos de esta ciudad".


13. "Porque vamos a arrasar este lugar, por cuanto el clamor contra las maldades de estos pueblos ha subido de punto en la presencia del Señor, el cual nos ha enviado a exterminarlos".


14. Salió, pues, Lot, y habló a sus yernos que habían de casarse con sus hijas, y dijo:


"Levantaos, y salid de este lugar: porque va el Señor a asolar esta ciudad".


Mas a ellos les pareció que hablaba como chanceándose y no quisieron salir.


15. Y al apuntar el alba, metíanle prisa los ángeles, diciendo:


"Apresúrate, toma a tu mujer, y las dos hijas que tienes: no sea que tú también perezcas en la ruina de esta ciudad malvada".


16. Viendo que se entretenía, le agarraron de la mano a él, a su mujer, y a sus dos hijas, pues el Señor quería salvarle.


17. Y sacáronle, y le pusieron fuera de la ciudad; y allí le dijeron estas palabras:


"Salva tu vida; no mires hacia atrás, ni te pares en toda la región circunvecina; sino ponte a salvo en el monte, no sea que también tú perezcas juntamente con los otros".


18. Díjoles Lot:


"Ruégote, Señor mío..."


19. "...pues que tu siervo ha encontrado gracia en tus ojos, y has mostrado conmigo tan gran misericordia, poniendo en salvo mi vida, ya que no puedo arribar al monte, antes que quizá me alcance el azote, y muera:"


20. "... Ahí cerca está una ciudad pequeña, donde podré refugiarme, y en ella me salvaré. ¿No es ella de poca monta, y no estará allá segura mi vida?"


21. Respondióle el ángel:


"Mira, aún en esto te otorgo la súplica; no destruiré la ciudad por la cual me has hablado".


22. "Date prisa, y sálvate allí: pues nada podré hacer hasta que tú te pongas en cobro dentro de ella. Por esta razón se dio a la dicha ciudad el nombre de Segor".


23. Al rayar el sol sobre la tierra, entró Lot en Segor.


24. Entonces el Señor llovió del cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego por virtud del Señor.


25. Y arrasó estas ciudades, y todo el país confinante, los moradores todos de las ciudades, y todas las verdes campiñas del territorio.


26. La mujer empero de Lot volviéndose a mirar hacia atrás, quedó convertida en estatua de sal.


27. Mas Abrahán, yendo muy de mañana al sitio en donde antes había estado con el Señor.


28. Se puso a mirar hacia Sodoma y Gomorra, y todo el terreno de aquella región; y vio levantarse de la tierra pavesas ardientes así como la humareda de un horno o calera.


29. Así, pues, que determinó Dios acabar con las ciudades de aquel país, se acordó de Abrahán, y por su respeto libró a Lot de la ruina de las ciudades en que había morado.


30. Temeroso Lot se retiró de Segor, y fue con sus dos hijas a refugiarse en el monte (pues no se daba por seguro en Segor) y se quedó en una cueva así él, como sus dos hijas.


31. Entonces dijo la mayor a la menor:


"Nuestro padre es viejo, y no ha quedado en la tierra ni un hombre que pueda casarse con nosotras según se acostumbra en todos los países".


32. "Ven, y emborrachémosle con vino y durmamos con él, a fin de poder conservar el linaje, por medio de nuestro padre".


33. Con eso le dieron a beber vino aquella noche; y la mayor se acostó y durmió con su padre; pero él no sintió, ni cuando se acostó su hija, ni cuando se levantó.


34. Así mismo al día siguiente dijo la mayor a la menor:


"Ya sabes que yo dormí ayer con mi padre, démosle también a beber vino esta noche, y dormirás tú con él para que conservemos la sucesión de nuestro padre".


35. Dieron, pues, del mismo modo a su padre a beber vino aquella noche, y acostada la hija menor, durmió con él, y ni tampoco entonces sintió cuándo ella se había acostado, o cuándo se había levantado.


36. Y sucedió que las dos hijas de Lot concibieron de su padre.


37. A su tiempo la mayor parió un hijo, y llamó su nombre Moab: este es el padre de los moabitas que subsisten hasta hoy.


38. La menor también parió un hijo, y púsole por nombre Amón, esto es hijo del pueblo mío: el cual es el padre de los amonitas que subsisten hasta el día de hoy.