lunes, 26 de febrero de 2024

San Gabriel de la Dolorosa - Año 1862 - Fiesta Febrero 27

   



Nació en Asís (Italia) el 1 de marzo de 1838. Su nombre en el mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre trabajaba como juez de la ciudad. A los cuatro años quedó huérfano de madre. El papá, que era un excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio. Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades de excelentes educadores: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.

Francisco (que tomó más tarde como nombre religioso Gabriel de la Dolorosa), tenía un "temperamento suave, jovial, insinuante, decidido y generoso, poseía también un corazón sensible y lleno de afectividad... Era de palabra fácil, apropiada, inteligente, amena y llena de una gracia que sorprendía".




El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para bailar, lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los amores mundanos eran como un puñal forrado con miel, dulces por fuera y dolorosos en el alma. En una de las 40 cartas que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso:


"Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres, tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento, temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí"


Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo. Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su enfermedad empieza otra vez el atractivo de las fiestas y de los enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar a una congregación de religiosos.

Estalla la peste del cólera en Italia. Miles y miles de personas van muriendo día por día. Y el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que ésto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses. Pero un día asiste a una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante ésto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres Pasionistas.




Descripción de cómo intervino la Virgen María


La graciosa ciudad italiana de Spoleto, en Perugia, se levantó radiante de alegría una mañana en la octava de la Asunción de María, el 22 de agosto de 1856. Sus habitantes celebraban con júbilo la fiesta de su Patrona, agradeciéndole muy especialmente haber sido librados de la peste que había asolado la región en los últimos años.

Un hermoso cuadro de la Madre de Dios, conocido como la Madonna del Duomo (Virgen de la Catedral) o la Sacra Icona (Sagrada Imagen), había sido retirado de su relicario para ser llevado por las calles, en solemne procesión. Era un icono de estilo bizantino donado a la ciudad por el emperador Federico Barbarroja, en 1155, en señal de reconciliación y de paz.

Según cuenta la tradición, había sido pintado por San Lucas y se conservaba en la catedral de Constantinopla hasta la época de las persecuciones iconoclastas. No había, en aquellas animadas calles, quien no cayese de rodillas al ver desfilar con gran pompa a la milagrosa imagen de la Reina del Cielo. Todos esperaban recibir de Ella una anhelada gracia, un consuelo, una bendición particular. Entre la multitud de los fieles, esperando que pasara el venerado icono, se destacaba, un joven de porte distinguido y jovial. Cuando la Sagrada Imagen de la Santísima Virgen pasó por delante de él y miró fijamente a los ojos arrebatadores de la Imagen, oyó claramente en su interior estas inolvidables palabras:




"Francisco, ¿tú no estás llamado a seguir en el mundo. Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa"


El 10 de septiembre de 1856 entró en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata) y tomó el nombre religioso de Gabriel. Tenía sólo 18 años. Su entrega fue con todo su corazón y en la vida religiosa encontró su felicidad:


"La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles"

 

Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará:



GABRIEL DE LA DOLOROSA. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre totalmente transformado.




Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus sentidos, y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una queja, ni lo ve triste o disgustado. Gabriel, lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus prácticas de piedad. Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría:


"Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años"


Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentía ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien. Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes:


"Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor, prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación"


Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu. Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos:


"Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad"


La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y Coronación de Espinas, y en la Subida al Calvario con la Cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes. Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era "Las Glorias de María", escrito por San Alfonso, un libro que consuela mucho a los pecadores y débiles, y que aunque lo leamos diez veces, todas las veces nos parece nuevo e impresionante. La devoción a la Santísima Virgen llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad. A un religioso le aconsejaba:


"No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque ésto enciende mucho las pasiones"


A otro le decía:




"Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por Él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua"


Y el 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25 años. Poco después empezaron a conseguirse milagros por su intercesión.

Treinta años más tarde, el 17 de octubre de 1892, se iniciaron los trámites para inscribirlo entre los santos, ya que la devoción de los fieles y los milagros que realizaba eran muchos.


  1. Fue canonizado por Benedicto XV, en 1920.
  2. Declarado copatrón de la juventud católica italiana, en 1926.
  3. Patrón principal de Abruzzo, en 1959.


San Gabriel de la Dolorosa:
pídele a la Santísima Virgen
por tantos jóvenes
tan llenos de vitalidad
y de entusiasmo
para que encaucen
las enormes fuerzas
de su alma, no a dejarlas
perderse en goces mundanos,
sino a ganarse un gran
premio en el cielo
dedicándose a salvar
su propia alma
y la de muchos más


Fuente - Texto tomado de EWTN:

José Mojica - El actor de Hollywood y cantante 'tenor' que siguió a Jesucristo

 



José Mojica se codeó con Enrico Caruso y Agustín Lara


«Solamente una vez» fue compuesta en su honor: un actor de Hollywood que eligió ser franciscano.




es.ChurchPop.com - 28 de febrero de 2016


La vida de un cristiano es una vida abierta a las novedades que Dios nos prepara. Un ejemplo de esto es José Mojica quien, después de alcanzar la fama como actor de Hollywood, se hizo fraile franciscano. Esta es su historia.

José Mojica nació el 14 de abril de 1896 en Jalisco, México. Al morir su padre, se mudó con su madre a Ciudad de México donde comenzó a estudiar agronomía, pero al poco tiempo abandonó dichos estudios. Es entonces que ingresa al Conservatorio Nacional de Música a estudiar canto para luego viajar a Nueva York, donde tuvo que trabajar lavando platos algún tiempo hasta que fue aceptado en la compañía de ópera de esa ciudad.


Enrico Caruso





Allí conoció a Enrico Caruso, considerado por muchos como el mejor tenor de todos los tiempos, quien entusiasmado por su talento le ayudó a ingresar a la compañía de Ópera de Chicago. Desde entonces su carrera como tenor y actor sólo conoce ascensos.




Fue contratado para cantar en la película de Hollywood “One mad kiss” en 1930, y los años siguientes actuó en más de diez películas entre las que destaca “La cruz y la espada” en donde interpreta a un fraile franciscano.

El éxito artístico naturalmente vino acompañado del éxito económico. Esto le permitió comprar La Antigua Villa Santa Mónica, en San Miguel de Allende, Guanajuato, para regalársela a su madre.





Ya convertido en una figura del cine, vuelve a México en 1938 para continuar su carrera de actor.




Sin embargo, Dios le tenía preparado un camino nuevo el cual cambiaría radicalmente su vida. La muerte de su madre en 1940 le afecta en gran medida y José Mojica busca refugio en Dios. En esta etapa de su vida sus apariciones en los escenarios eran cada vez menores y descubre que Dios lo llamaba a la vida religiosa.

Es así que José Mojica lo deja todo y en el año de 1942 ingresa al seminario Franciscano del Cuzco, en Perú, con el nombre de Fray José de Guadalupe Mojica y se ordena sacerdote en 1947 en la Iglesia San Francisco, en Lima, Perú.

Este es un video de la primera Misa que celebró en dicho templo:




La fama que había conseguido como actor y tenor le sirvió para recaudar fondos para la construcción del Seminario Franciscano de Arequipa, también en Perú, y luego escribir un libro autobiográfico llamado Yo pecador el cual sirvió como argumento para una película con el mismo nombre.




En 1969 vuelve a México donde recibe un homenaje por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes. Ese mismo año es entrevistado por Pedro Vargas, famoso actor y tenor mejicano, a quien le cuenta la reacción del compositor Agustín Lara al enterarse de su vocación. Cuenta Mojica que, mientras se encontraba rodando “Melodías de América”, le confesó a su amigo Agustín Lara que esa sería su última película porque quería ingresar a un convento franciscano. Agustín Lara, conmovido por la noticia, compuso la canción “Solamente una vez” en donde habla de la vocación de Mojica. Muchos piensan que la letra habla del amor de una pareja, pero en realidad se trata de la entrega de Mojica a su vocación.




José Mojica pasó el resto de su vida en el Convento de San Francisco en Lima, en donde murió a los 78 años en 1974. Sus restos reposan en las catacumbas de dicho convento.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
https://www.religionenlibertad.com/personajes/48036/solamente-una-vez-fue-compuesta-en-su-honor-un-actor-de.html

Video tomado de YOUTUBE:

https://www.youtube.com/watch?v=RZNkoRb2iLQ

https://www.youtube.com/watch?v=AIfJKcDP3Lg

https://www.youtube.com/watch?v=QlXR9oj0gZk

https://www.youtube.com/watch?v=1mq87r9MmXc

https://www.youtube.com/watch?v=b1tQ64el5NA

https://www.youtube.com/watch?v=7zjFeD-TKZ4