miércoles, 14 de febrero de 2024

San Claudio de la Colombière - Fiesta Febrero 15

    



En la Iglesia Católica hay 12 santos que se llaman Claudio, y éste es el más moderno. Tiene el honor de haber sido el director espiritual de la propagadora de la Devoción al Sagrado Corazón de JesúsSanta Margarita María Alacoque.

Nació cerca de Lyon, en Francia, en 1641. De familia muy piadosa y acomodada, al principio sentía mucho temor a entrar a una comunidad religiosa. Pero llevado a estudiar a un colegio de los Padres Jesuitas, adquirió un enorme entusiasmo por esta Comunidad y pidió ser admitido como religioso jesuita. Fue admitido y en la ciudad de Avignon hizo su noviciado y en esa misma ciudad dio clases por bastantes años. El año en que fue declarado santo San Francisco de Sales (1665), los superiores encomendaron a Claudio de la Colombière que hiciera el sermón del nuevo santo ante las religiosas Salesas o de la Visitación. Y en aquella ocasión brillaron impresionantemente las cualidades de orador de este joven jesuita, y las religiosas quedaron muy entusiasmadas por seguir escuchando sus palabras.

El Padre Claudio preparaba con mucho esmero cada uno de sus sermones, y los escribía antes de pronunciarlos. No los leía al público, porque la lectura de un sermón le quita muchísima de su vitalidad, pero antes de proclamarlos se esmeraba por ponerlos por escrito. En Avignon, en Inglaterra, y en París impresionó muy provechosamente a los que lo escuchaban predicar. Uno de los más provechosos descubrimientos de su vida fue el de la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús, tomado de las revelaciones que recibió Santa Margarita. Cuando Claudio cumplió los 33 años (edad en que murió Cristo) se propuso, después de hacer un mes de Retiros Espirituales, morir al mundo y a sus vanidades y dedicarse totalmente a la oración, a la vida interior, a la predicación y a la enseñanza del catecismo, y a dirigir cuantas más almas pudiera, por el camino de la santificación.




En 1675 el Padre Claudio fue nombrado Superior del Colegio de los Jesuitas en Paray Le Monial, la ciudad donde vivía Santa Margarita. Esta santa se encontraba en un mar de dudas, y no hallaba un director espiritual que lograra comprenderla. Le había contado a un sacerdote las revelaciones y apariciones que le había hecho el Sagrado Corazón de Jesús, pero aquel sacerdote, que sabía poco de mística, le dijo que todo eso eran engaños del demonio. Entonces ella se dedicó a pedirle a Nuestro Señor que le enviara un santo y sabio sacerdote que la comprendiera, y su oración fue escuchada.

Escribe así Santa Margarita:


"El Padre Claudio vino a predicarnos un sermón, y mientras él hablaba oí en mi corazón que Jesucristo me decía:


"He aquí al sacerdote que te he enviado"

Después del sermón fui a confesarme con él, y me trató como si ya estuviera enterado e informado de lo que me estaba sucediendo. En la segunda confesión que hice con él le informé que yo sentía una gran aversión y repugnancia a confesarme, y me dijo que me felicitaba por esto, pues con vencer la tal aversión podía cumplir aquel mandato de Jesús que dice:




"El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo"

 

Este piadoso sacerdote me fue guiando con gran sabiduría, y demostrando un gran respeto por mi alma, me fue diciendo todo lo bueno y lo malo que había en mi corazón, y con sus consejos me consoló muchísimo. Me insistía continuamente que aceptara cada día el que se cumpliera en mí todo lo que la Santa Voluntad de Dios permitiera que me sucediera, y me enseñó a apreciar los dones de Dios y a recibir las comunicaciones divinas con fe y humildad"


 


Claudio no sólo dirigió espiritualmente a la santa que el Sagrado Corazón escogió para hacerle sus revelaciones, sino que dedicó toda su vida restante y sus muchas energías en propagar por todas partes la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Fue enviado el santo sacerdote a Inglaterra, y allí, como predicador de los altos empleados del gobierno, logró muchas conversiones de protestantes hacia el catolicismo. Su tema favorito era la Devoción al Sagrado Corazón.


 


Pero los protestantes, que eran muy poderosos en aquel país, le inventaron toda clase de calumnias y obtuvieron que fuera puesto preso y condenado a muerte. Sólo la intervención del rey Luis XIV de Francia logró que no lo mataran. Pero los meses pasados en la prisión le destruyeron casi por completo su salud. Fue expulsado de Inglaterra a Paray Le Monial, la ciudad desde donde se propagó a todo el mundo la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Santa Margarita le anunció que él moriría en aquella ciudad, y así sucedió el 15 de febrero del año 1682. Santa Margarita recibió una revelación en la cual se le decía que el Padre Claudio estaba ya en el cielo. El Papa Juan Pablo II lo declaró santo en 1992.


Fuente - Texto tomado de EWTN:
https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/claudio-de-la-colombiere-14818

33 Maneras de vivir profundamente la Oración en Cuaresma o en toda tu vida

   



Estas sencillas ideas te servirán para vivir mejor la oración en Cuaresma, y ¿por qué no? en toda tu vida.


Fuente: Loyolapress.com 


San Pablo nos motiva a que “oremos sin cesar”. Toda nuestra vida puede ser una oración si elevamos nuestra mente y corazón a Dios en cada momento y acción de nuestra vida. Lo central de la Cuaresma (y de nuestra vida entera) es que oremos lo más frecuente y profundamente que podamos. He aquí algunas maneras en que podrá incorporar la oración a lo largo de su día. Por favor, elija las que le ayuden a alcanzar esa meta.




1. Repita una pequeña oración a lo largo del día. Puede ser: “Señor, ten misericordia de mí”, o “Jesús, ayúdame a conocerte y a hacer tu voluntad”. También puede usar sus propias palabras.




2. Haga una lista de las cosas por las cuales está agradecido(a). Escriba diariamente diez cosas por las que está agradecido(a): familia, talentos, amigos, éxitos, etcétera.




3. Ore por la gente que le hace pasar un mal rato. Hay días en los que estas personas sobreabundan.




4. Repita continuamente las palabras de San Ignacio de Loyola: “Toma Señor y recibe toda mi libertad”.




5. Utilice su imaginación al hacer oración. Imagínese usted mismo(a) como una de las personas que están frente a Jesús en una escena de los Evangelios. Imagine su respuesta y reacción al mensaje que ha escuchado de Jesús.




6. Haga una lectura pausada de alguno de los cuatro relatos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Por ejemplo, puede leer Lucas 22,39 a 24,12.






7. Convierta en oración alguna actividad amorosa que haga por los demás. Por ejemplo, cuando saca la basura de la casa, cambia el rollo de papel higiénico o le ayuda a su hijo a hacer la tarea. Hágalo de todo corazón y esa acción será una oración.




8. Haga oración mientras realiza una caminata.




9. Concédase tiempo para la meditación, para estar en calma por un momento, para vaciarse de las distracciones y para abrir su corazón a Dios.




10. Participe en uno de los servicios litúrgicos que su parroquia ha organizado.




11. Ore junto con su familia a la hora de los alimentos. Oren siempre por las personas necesitadas.




12. Ore mientras realiza sus diligencias. Pídale a Dios que le ayude a reconocer su presencia en cada uno de los lugares a los que se dirige.






13. Cuando escuche o vea noticias respecto a alguien que está en problemas, ore por esa persona. Invite a sus hijos a que oren también por ella.




14. Cuando esté en el mercado, ore por los campesinos y todas aquellas personas que hacen posible que los alimentos lleguen hasta su mesa.




15. Al momento de acostarse, concédase un momento para orar por aquellas personas que no tienen hogar y que esa noche dormirán en la calle.




16. Deje que una de sus canciones católicas favoritas se repita en su mente como una forma de oración. Seleccione una frase o palabras que tengan un significado especial para usted.








17. Rece diariamente el rosario y otras oraciones que son parte de la tradición católica. Dese cuenta de que está uniendo su voz a millones de personas que han orado estas plegarias a lo largo de los siglos.




18. Bendiga a sus hijos y a otros miembros de la familia cuando se retiran o regresan a casa. Trace sobre su frente la señal de la cruz.




19. Ore en los momentos de mayor tráfico, especialmente cuando se encuentra con un mal conductor. Ore por él o ella y pídale a Dios que le ayude a mantener la calma a lo largo del día.




20. Haga oración mientras está haciendo fila o cuando alguien lo ha puesto en llamada de espera. Ore por los servidores públicos que atienden a la gente todo el día.




21. Ore mientas trabaja en el jardín; deje que esa actividad sea su oración.




22. Si en su barrio puede escuchar las campanas de alguna iglesia, ore al escucharlas. Si no le es posible, ore al momento de escuchar otro sonido, por ejemplo, al timbrar el teléfono, cuando ladra algún perro o cuando suena el toque de salida en una fábrica cercana.






23. Ore al escuchar el ruido de una sirena. Ore por las personas que posiblemente estén en un problema serio.




24. Haga oración por las personas que necesita perdonar y que le cuesta mucho perdonar. Pida que disfruten las bendiciones que usted mismo espera recibir de Dios.




25. Eleve una oración a Dios que le ayude a pedir perdón a las personas que ha herido de alguna manera.






26. Ore por la persona que lo ha dirigido espiritualmente, sea que esté viva o muerta.




27. Ore mientras lleva a pasear a su mascota.





28. Si toca un instrumento musical, deje que ese momento sea su oración.




29. Ore mientras crea una pieza de arte. Haga algo creativo cada día de la Cuaresma y hágalo para dar gloria a Dios.




30. Ore por la persona desconocida quien, en este preciso momento está al borde del suicidio. Pídale a Dios que tranquilice a esa alma desolada.







31. Escoja a un miembro de su familia nuclear o extendida y ore por él o ella a lo largo del día. Elija uno diariamente.






32. Asista a misa siempre que pueda hacerlo. La Eucaristía es la oración más grande que tenemos los católicos y es un lugar seguro para encontrarse con Jesús.




33. Al final del día, concédase un momento para agradecerle a Dios las gracias y bendiciones que recibió a lo largo del día.



Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Cuaresma: 40 días para la reconciliación - Cristo nos invita a cambiar de vida

  



Tiempo litúrgico que recuerda los 40 días que Jesús pasó en el desierto.

Es un tiempo de reconciliación 


Por: Teresa Vallés | Fuente: Catholic.net 


Origen y significado


La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua.

Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días, comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo.

También cabe decir que la liturgia considera el Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección, toda una celebridad junta llamada "Triduo Pascual".

Inicialmente, la Cuaresma iba desde el Primer Domingo de Cuaresma al Jueves Santo, pero a raíz de una reforma litúrgica, se descontaron los domingos por considerarlos pascuales y no penitenciales. Para "cuadrar", se añadió a la cuaresma los días que van del Miércoles de Ceniza hasta el Primer Domingo de Cuaresma. De esta manera salen los 40 días. Actualmente, la Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo.

A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo.

El pecado nos aleja de Dios, rompe nuestra relación con Él, por eso debemos luchar contra él pecado y ésto sólo se logra a través de la conversión interna de mente y corazón.

Un cambio en nuestra vida. Un cambio en nuestra conducta y comportamiento, buscando el arrepentimiento por nuestras faltas y volviendo a Dios que es la verdadera razón de nuestro existir.

La Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.

La Cuaresma es un camino hacia la Pascua, que es la fiesta más importante de la Iglesia por ser la Resurrección de Cristo, el fundamento y verdad culminante de nuestra fe. Es la buena noticia que tenemos obligación de difundir.

En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.




La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.


El ayuno y la abstinencia en la Cuaresma




El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día.

La abstinencia consiste en no comer carne.

Son días de abstinencia y ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años de edad.

Con estos sacrificios, se trata de que todo nuestro ser (alma y cuerpo) participe en un acto donde reconozca la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.

El ayuno y la abstinencia se pueden cambiar por otro sacrificio, dependiendo de lo que dicten las Conferencias Episcopales de cada país, pues ellas son las que tienen autoridad para determinar las diversas formas de penitencia cristiana.


Cómo vivir la Cuaresma




1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome.

2. Luchando por cambiar yo mismo.

3. Haciendo sacrificios.

4. Haciendo oración.


1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome:




Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Este es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión.




Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.



2. Luchando por cambiar yo mismo:




Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando.




Hazte propósitos para cumplir día a día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.


3. Haciendo sacrificios:




La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa “hacer sagrado”. Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.


4. Haciendo oración:




Aprovecha estos días para orar, para hablar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.


Recemos el Santo Rosario:




Sugerencias para vivir la Cuaresma


Rezar la Oración de Cuaresma




Padre nuestro, que estás en el Cielo,
durante esta época de arrepentimiento,
ten misericordia de nosotros.
Con nuestra oración,
nuestro ayuno y nuestras buenas obras,
transforma nuestro egoísmo en generosidad.
Abre nuestros corazones a tu Palabra,
sana nuestras heridas del pecado,
ayúdanos a hacer el bien en este mundo.
Que transformemos la obscuridad
y el dolor en vida y alegría.
Concédenos estas cosas
por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.


Contar a los niños el sentido de la Cuaresma de una forma amena para que la entiendan y se motiven a cumplir con los propósitos del calendario de Cuaresma. Educarles en el sentido espiritual, sobre todo. Leer en los Evangelios el relato de la Pasión de Cristo.


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/op/articulos/18301/cuaresma-40-das-para-la-reconciliacin.html




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