lunes, 22 de enero de 2024

San Ildefonso de Toledo - Doctor de la Virginidad de María - Fiesta Enero 23


San Ildefonso - Arzobispo de Toledo
(Año 667)


El nombre Ildefonso significa "preparado para el combate". San Ildefonso nació en Toledo (España). Estudió en Sevilla bajo San Isidro. Entró a la vida monástica y fue elegido abad de Agalia, en el río Tajo, cerca de Toledo. En el 667 fue elegido arzobispo de esa ciudad, que era en ese tiempo la capital de España. San Ildefonso ha sido considerado como una de las glorias de la Iglesia Española. Unificó la liturgia en España; escribió muchas obras importantes, particularmente sobre la Virgen María.




San Ildefonso tenía una profunda devoción a la Inmaculada Concepción doce siglos antes de que se proclamara dogmáticamente. Ella le favoreció con grandes milagros. Escribió un famoso libro acerca de la Virginidad de María, y por su gran devoción a la Madre de Dios fue llamado "El Capellán de la Virgen".


Milagro del encuentro con la Virgen


Una noche de diciembre, él, junto con sus clérigos y algunos otros, fueron a la iglesia, para cantar himnos en honor a la Virgen María. Encontraron la capilla brillando con una luz tan deslumbrante, que sintieron temor. Todos huyeron excepto Ildefonso y sus dos diáconos. Éstos entraron y se acercaron al altar. Ante ellos se encontraba María, La Inmaculada Concepción, sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de vírgenes entonando cantos celestiales. María le hizo seña con la cabeza para que se acercara. Habiendo obedecido, Ella fijó sus ojos sobre él y dijo:


"Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería"




Habiendo dicho ésto, la Virgen misma lo invistió, dándole las instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor. Esta aparición y la casulla, fueron pruebas tan claras, que el Concilio de Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El evento aparece documentado en el Acta Sanctorum como El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su ApariciónEn la catedral los peregrinos pueden aún observar la piedra en que la Virgen Santísima puso sus pies cuando se le apareció a San Ildefonso. En los cuadros antiguos se pinta a San Ildefonso, recibiendo el ornamento de manos de la Santísima Virgen. San Ildefonso ha sido llamado "Doctor de la Virginidad de María"


Si tú haces algo por la Virgen María, la Virgen María hará mucho más por ti.




Oración a María
de San Ildefonso de Toledo
(Del Libro de la Perpetua Virginidad de Santa María)




A Ti acudo, única Virgen y Madre de Dios.
Ante la única que ha obrado
la Encarnación de mi Dios me postro.
Me humillo ante la única
que es Madre de mi Señor.

Te ruego que por ser
la Esclava de Tu Hijo
me permitas consagrarme
a Ti y a Dios, ser tu esclavo
y esclavo de Tu Hijo,
servirte a Ti y a Tu Señor.

A Él, sin embargo, como a mi Creador
y a Ti como Madre de nuestro Creador;
a Él como Señor de las virtudes
y a Ti como Esclava del Señor
de todas las cosas;
a Él como a Dios
y a Ti como a Madre de Dios.

Yo soy tu siervo,
porque mi Señor es Tu Hijo.
Tú eres mi Señora,
porque eres Esclava de mi Señor.

Concédeme, por tanto, ésto,
¡Oh Jesús Dios, Hijo del hombre!
Creer del parto de la Virgen
aquello que complete
mi fe en Tu Encarnación;
hablar de la maternidad virginal
aquello que llene mis labios
de tus alabanzas;
amar en Tu Madre
aquello que Tú llenes
en mi con tu amor;
servir a Tu Madre
de tal modo que reconozcas
que te he servido a Ti;
vivir bajo su gobierno
en tal manera que sepa
que te estoy agradando
y ser en este mundo
de tal modo gobernado
por Ella que ese dominio
me conduzca a que Tú seas
mi Señor en la eternidad.

¡Ojalá yo, siendo un instrumento dócil
en las manos del sumo Dios,
consiga con mis ruegos
ser ligado a la Virgen Madre
por un vínculo de
devota esclavitud y vivir
sirviéndola continuamente!

Pues los que no aceptáis
que María sea siempre Virgen;
los que no queréis reconocer
a mi Creador por Hijo suyo,
y a Ella por Madre de mi Creador;
si no glorificáis a este Dios
como Hijo de Ella, tampoco
glorificáis como Dios a mi Señor.

No glorificáis como Dios a mi Señor
los que no proclamáis bienaventurada
a la que el Espíritu Santo
ha mandado llamar así
por todas las naciones;
los que no rendís honor
a la Madre del Señor
con la excusa de honrar
a Dios su Hijo.

Sin embargo yo,
precisamente por ser
siervo de su Hijo,
deseo que Ella sea mi Señora;
para estar bajo el imperio de su Hijo,
quiero servirle a Ella;
para probar que soy siervo de Dios,
busco el testimonio del dominio
sobre mi de Su Madre;
para ser servidor de Aquel
que engendra eternamente al Hijo,
deseo servir fielmente a la que
lo ha engendrado como hombre.

Pues el servicio a la Esclava
está orientado al servicio del Señor;
lo que se da a la Madre
redunda en el Hijo;
lo que recibe la que nutre
termina en el que es nutrido,
y el honor que el servidor rinde
a la Reina viene a recaer sobre el Rey.

Por eso me gozo en mi Señora,
canto mi alegría a la Madre del Señor,
exulto con la Sierva de su Hijo,
que ha sido hecha Madre de mi Creador
y disfruto con Aquella
en la que el Verbo
se ha hecho carne.

Porque gracias a la Virgen
yo confío en la muerte
de este Hijo de Dios
y espero que mi salvación
y mi alegría venga de Dios
siempre y sin mengua,
ahora, desde ahora
y en todo tiempo
y en toda edad
por los siglos de los siglos.

Amén.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG:

8 Cosas asombrosas que el Corán dice de Jesús y un cristiano debería conocer

  



En su libro "Encontré a Cristo en el Corán", publicado en español, Mario Joseph, que fue imán musulmán en la India y hoy es católico, explica, precisamente, lo que dice el título: las referencias a Cristo en el Corán le llevaron al cristianismo.

Eso complicó mucho su vida con persecuciones, incomprensiones y rechazos, que él acepta, dice, porque también Cristo las vivió, previno sobre ellas y deben verse como parte de la vida cristiana. 


El 20% de la población mundial


Una de cada cinco personas sobre la tierra, si conoce algo de Jesús, es a través del Islam y del Corán. Los musulmanes, incluso los poco letrados, creen conocer a Jesús bastante, lo tienen integrado en su cosmovisión, como un profeta más. Que el Corán no lleve a más musulmanes al cristianismo se debe a que muchos musulmanes no conocen con detalle el Corán y no hacen preguntas incómodas sobre él. El musulmán de a pie conoce y profesa que Jesús, según el Corán, fue un gran profeta antes que Mahoma, que Dios lo engendró milagrosamente en María sin concurso de varón, que hizo milagros, etc...


La clave que inquietó a Mario Joseph es hasta qué punto es grande Jesús, sobre todo cuando se compara con lo que el Corán dice de Mahoma.


Usar el Corán para comprobar las diferencias que da a Jesús y a Mahoma es algo que se está empezando a difundir. En el ámbito cristiano protestante, el teólogo y apologeta evangélico Norman L. Geisler suele señalar estos seis:


Puntos de comparación entre ambos "profetas" según el Corán:




1) El Corán reconoce que Jesús nace de una mujer virgen, pero que Mahoma no (la tradición islámica conoce bien a los padres de Mahoma, Abdulá y Amina).

2) El Corán reconoce que Jesús no pecó, no tenía pecado en Él, mientras que recoge que Mahoma sí era pecador.

3) En el Corán, Jesús es llamado el "Mesías", es decir, el Ungido, un título muy elevado que Mahoma no recibe.

 

4) En el Corán Jesús es llamado "la Palabra de Dios", un título poderoso y elevado, que Mahoma no recibe.

 

5) En el Corán se declara varias veces que Jesús hacía milagros, mientras que en este libro Mahoma no los hace.

 

6) Jesús en el Corán es ascendido al Cielo con su cuerpo; cosa que el Corán no recoge acerca de Mahoma.


Mario Joseph, cuando aún era imán musulmán y se llamaba Suleimán, sin conocer nada de Geisler y su exposición, ya había notado estos aspectos que le inquietaban. 

Y cuando preguntaba a sus maestros si eso no significaba que Jesús era más grande que Mahoma, quizá mucho más grande, ellos no sabían responder con razones. Pero Mario Joseph señala algunos detalles más.




7) El nombre de Mahoma aparece en el Corán sólo 4 veces, bajo dos denominaciones: Ahmed y Mohammed. En cambio, Jesús es mencionado en el Corán con 4 títulos poderosos: Kalimathullahi (Palabra de Dios), Ruhullahi (Espíritu de Dios), Isá al-Masih (Jesús el Mesías) y, finalmente, Ibnu Mariam (hijo de María, título poderoso porque María es la más excelsa de las mujeres, protegida de Dios, modelo para todos, etc...).

 

8) El capítulo 19 del Corán, titulado "María", canta excelencias asombrosas de Jesús que Mario no veía atribuidas en Mahoma, a saber:




  • Jesús es la Palabra de Dios.
  • Jesús es el Espíritu de Dios.
  • Habló desde su cuna (el bebé Jesús, casi recién nacido, explica a unos maledicentes que su madre no ha tenido trato con varón).
  • Dio vida a pájaros hechos de barro (historia que el Corán toma del evangelio apócrifo de Tomás, o de la Infancia, del siglo II).
  • Curó enfermedades incurables.
  • Dio vida a los muertos.
  • Es omnisciente.
  • "Reveló todos los secretos".
  • "Ascendió al Cielo".
  • "Todavía está vivo".
  • "Cristo volverá a venir".


¿Cómo encajar todo esto con la supuesta autoridad de Mahoma? 

Y eso se refiere sólo a lo que se encuentra en el Corán: en los hadices y otras fuentes de tradición islámica, se ve claramente, por ejemplo:




"Que los demonios no se acercaban siquiera a Jesús y María, tal era su pureza y santidad, mientras que sí hostigaban a Mahoma. ¿No hace eso de Jesús alguien muy superior?"




Mahoma peca, Jesús no.

Mahoma ha de pedir perdón por sus faltas.

Y es que aunque el clero musulmán y los líderes religiosos islámicos hablen maravillas de Mahoma, en el Corán se ve, por ejemplo, como en la Sura 47 se dice al "profeta": "sabe, pues, que no hay más dios que Alá y pide perdón por tus faltas"; y más adelante, "que Dios te perdone por tus faltas" (en 48,2).


En cambio, Jesús, ni en el Corán ni en el Evangelio pide nunca perdón a Dios; Él, que insiste en la humildad, nunca reconoce haber pecado. Ni cristianos ni musulmanes atribuyen pecado alguno a Jesús.

Mahoma es sólo apóstol, Jesús es Ungido.

Y el título de "Mesías" ("Ungido") de Jesús, puede sonar mucho más fuerte que el de Mahoma, que para el Corán es sólo "enviado" (es decir "apóstol", en griego), o profeta (si bien el Corán le llama "el Apóstol de Dios y el sello de los Profetas", en 33,45).




Por otra parte, el título de que Jesús es la Palabra de Dios resuena con fuerza, ya que Mahoma no es nunca llamado así. Un cristiano que hable con un musulmán e insista en que Jesús es el Logos, la Palabra, algo eterno que está eternamente unido a Dios, no un mero hombre, podrá avanzar bastante. 




El cuerpo de Mahoma está en La Meca; el de Jesús, en el Cielo.

Por otra parte, los musulmanes no dudan de que el cuerpo de Mahoma está enterrado en La Meca, y allí peregrinan. También peregrinan a las tumbas de muchos otros profetas y hombres santos y milagrosos. Pero saben que no hay tumba de Jesús, que el cuerpo de Jesús no está en ningún sitio, y que en el Santo Sepulcro no hay ningún cadáver ni restos, como bien saben también los cristianos. El Corán mismo dice que Dios elevó a Jesús hacia Él (al Cielo). Añade -eso sí- que "no lo mataron ni lo crucificaron, aunque eso les parecía a ellos" (Sura 4:157-158).


Para entender a Alá,
acude a la Biblia




En su apasionante testimonio, Mario cuenta que rezó a Alá pidiéndole guía sobre cómo debía entender y tratar a Jesús; después acudió al Corán y leyó:


"Si tienes alguna duda acerca de lo que te hemos revelado, pregunta a quienes antes que tú ya leían la Escritura" (Sura 10, Jonás, verso 94).

Mario entendió, asombrado, que ¡quien tenga dudas sobre el Corán es remitido por el mismo Corán a los que leían las escrituras previas, cristianos y judíos! Es decir, para obtener la perfección del Corán, debe obtenerse de la Biblia. 


En su testimonio, Mario cuenta cómo eso le llevó, siendo un joven imán, a preguntar a una monja en una parada de autobús, y cómo ésta le remitió al Centro Divine Retreat de Muringoor, donde hoy es predicador católico, no sin pasar por duras pruebas que explica en su libro.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM: