martes, 28 de noviembre de 2023

San Gregorio Taumaturgo - Año 268 - Fiesta Noviembre 29

   



Se llama "taumaturgo" al que hace muchos milagros. A este santo le pusieron ese nombre porque según decía la gente, desde tiempos de Moisés, no se había visto a un simple hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo él.

Nació Gregorio cerca del Mar Negro, de una familia pagana. Sus padres que eran de familia noble lo encauzaron hacia los estudios de las leyes. Cuando era joven tuvo que viajar a Cesarea, en Palestina, a acompañar a una hermana, y allá conoció al sabio más grande de su tiempo que era Orígenes, el cual había puesto una escuela de teología en esa ciudad. Desde el primer encuentro el sabio Orígenes se dio cuenta de que Gregorio poseía unas cualidades excepcionales para el estudio y lo recibió en su famosa escuela.

Lo dedicó enseguida a que leyera todo lo que los antiguos autores habían escrito acerca de Dios y el joven se fue dando cuenta de que lo verdaderamente admirable y cierto acerca de Dios es lo que dice la S. Biblia, y se convirtió al cristianismo y se hizo bautizar. Fascinado por la personalidad de Orígenes, el joven Gregorio renunció a su antiguo plan de dedicarse a la abogacía y se consagró totalmente a los estudios religiosos. Más tarde dirá:


"Cuando estábamos estudiando nuestro maestro Orígenes era para nosotros como un ángel de la guarda. Siempre cuidaba de nuestra alma con un interés increíble. Parecía que cuando íbamos a sus clases el ángel guardián no tenía nada que hacer porque el maestro Orígenes lo reemplazaba cuidando amorosamente el alma de cada uno de nosotros. Nos guiaba por el camino de la virtud no sólo con sus luminosas palabras sino con los admirables ejemplos de su buen comportamiento"


(¡Quisiera Dios que los alumnos de hoy pudieran decir lo mismo de sus maestros!).

El año 238 cuando ya Gregorio terminó sus estudios hizo un hermoso discurso de despedida a su gran profesor, alabando los métodos que Orígenes tenía para educar. En este discurso, que aún se conserva, se señalan ciertos datos de importancia para conocer cómo aquel sabio se preocupaba no sólo de que sus alumnos fueran muy instruidos sino también de que fueran sumamente virtuosos.

Al llegar a su patria, a su ciudad Neocesarea del Ponto, fue nombrado obispo, y empezó entonces una cadena incontable de milagros. San Gregorio de Nisa al hacer el discurso fúnebre de nuestro santo, narra unos cuantos, como por ejemplo: El poder tan extraordinario que tenía de expulsar los malos espíritus. En cierta ocasión dos familias se peleaban a muerte por un nacedero de agua. Viendo que la pelea no acababa nunca, el santo le envió una bendición al nacedero y este se secó y ya no hubo más peleas. La casa del obispo Gregorio estaba siempre llena de gente aguardando en su puerta para que les diera la bendición. Él los instruía en la religión y luego les obtenía de Dios su curación. Y así con su predicación y sus milagros logró aumentar enormemente el número de cristianos en aquella ciudad.




San Gregorio Taumaturgo necesitaba construir un nuevo templo porque el número de creyentes había aumentado mucho, pero no tenía como terreno sino un cerro abrupto. Y un día dijo:




"Vamos a ver si es cierto lo que Jesús dijo: "si tenéis fe, podréis decir a un monte: ¡quítate de ahí! – y éste obedecerá"


Y se puso a rezar con mucha fe, y sobrevino un terremoto y el cerro se derrumbó quedando allí una buena explanada para construir el templo.

San Gregorio de Nisa y San Basilio comentaban cómo su abuela Santa Macrina, que había conocido a este santo les narraba que la vida de Gregorio era como un retrato de lo que el evangelio dice que debe ser la vida de un buen amigo de Dios; que nadie veía en él jamás un estallido de cólera; que siempre sus respuestas eran sencillas:


"Si, si" o "No, no"


Como lo manda el evangelio. Que su piedad era tan admirable que al rezar parecía estar viendo "al invisible".

Al estallar la persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos. Y él mismo se retiró a un bosque, acompañado de un antiguo sacerdote pagano, al cual él había convertido al cristianismo.

Y sucedió que un infante fue y avisó a la policía dónde estaban escondidos los dos. Y llegó un numeroso grupo de policías y por más que requisaron todo el bosque no lo lograron encontrar. Cuando la policía se fue, llegó el informante y al verlos allí y darse cuenta de que por milagro no los habían logrado ver los policías, se convirtió él también al cristianismo.

San Gregorio se propuso hacer que la religión fuera muy agradable para la gente y así en las vísperas de las grandes fiestas organizaba resonantes festivales populares donde todo el mundo estaba contento y alegre sin ofender a Dios. Esto le atrajo la simpatía de la ciudad.

Se ha hecho célebre en la historia de la Iglesia la frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó:


"¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?"


Le respondieron:


"Quedan diecisiete"


Y él exclamó gozoso:


"Gracias Señor: ése era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos"


Poco antes de morir pidió que lo enterraran en el cementerio de los pobres porque él quería estar también junto a ellos hasta después de muerto.

Las gentes lo invocaban después cuando había inundaciones y terremotos, y es que él con sus oraciones logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con todo.

En verdad que en la vida de San Gregorio Taumaturgo sí que se cumplió aquello que decía Jesús:




"Según sea tu fe, así serán las cosas que te sucederán"


Quiera Dios bendito y adorado
darnos también a cada uno
de nosotros una gran fe
que mueva montañas
de dificultades.
Amén.

Señor: Aumenta nuestra fe.


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:

MILAGRO DE DIOS: F1 - Grosjean sale vivo entre las llamas tras el accidente más grave de la historia reciente de la F1 - Noviembre 29 de 2020

  



F1 - GP de Bahrein


Grosjean sale vivo entre las llamas tras el accidente más grave de la historia reciente de la F1.


MIGUEL A. HERGUEDAS


Actualizado - Domingo, 29 de noviembre de 2020 - 15:55




El piloto francés de Haas no sufre daños graves, pero fue trasladado a un hospital tras su brutal impacto contra el guardarraíl.


El Haas de Grosjean, envuelto en una bola de fuego en Sakhir.
REUTERS


Romain Grosjean (Haas) sufrió un escalofriante accidente en el arranque del GP de Bahrein, cuando su coche chocó contra las protecciones y quedó al instante envuelto en llamas. El piloto francés, de 34 años, pudo abandonar el monoplaza sin sufrir daños físicos, saltando literalmente entre las llamas. El halo salvó la vida de Grosjean, ya que su coche quedó totalmente destruido contra el guardarraíl.




Todo sucedió en la primera vuelta de la carrera, a la salida de la curva 3, cuando el francés topó contra Daniil Kvyat (Alpha Tauri) y después impactó contra las protecciones metálicas. Grosjean quedó atrapado entre el fuego durante casi medio minuto, pero pudo salir por su propio pie, sin la ayuda de los comisarios.

De inmediato fue trasladado al centro médico del circuito y poco después trasladado en helicóptero a un hospital, dado que en su equipo sospechan que tiene fracturas en las costillas.




"LIGERAS QUEMADURAS"


Günther Steiner, jefe de Haas, confirmó que su piloto se encontraba bien. "No quiero hacer valoraciones médicas, pero ligeras quemaduras en las manos y los tobillos. Evidentemente estaba temblando. Quiero dar las gracias al equipo de rescate del circuito por su rapidez. Los comisarios y los miembros de la FIA también hicieron un gran trabajo. El accidente fue espantoso", valoró el ingeniero italiano.

El francés, que disputaba en Sakhir su antepenúltimo gran premio antes de abandonar la F1, destrozó el depósito de gasolina de su vehículo en el toque con Kvyat. Tras perder el control a unos 200 km/h se fue contra la barrera, aunque afortunadamente no se topó en su camino con ningún fotógrafo o comisario situado en esa zona.

De inmediato, la dirección de carrera ordenó las banderas rojas para extinguir el incendio, retirar del asfalto el monoplaza de Grosjean e improvisar unas nuevas vallas de hormigón. En principio, la intención de la FIA es proseguir con el plan inicial para el evento, que no puede superar las cuatro horas de duración.

El aterrador incendio sobrecogió a toda la F1, que no vivía algo similar desde 2014, con el trágico siniestro de Jules Bianchi en el GP de Japón. Diez meses más tarde, el piloto francés de Marussia moría en un hospital de Niza. A lo largo de los 70 años de historia del Gran Circo, 48 pilotos perdieron la vida en los circuitos.


Mi nota personal


Yo creo firmemente en Dios y confío plenamente en Él y en la grandeza de sus Milagros. Este es otro caso evidente del poder de sus obras y milagros. Para quienes aún no creen en Él, los invito a abrir sus corazones y permitir que Dios obre sus Milagros en sus vidas. Yo he vivido y experimentado sus milagros en mi vida personal y soy una fiel testigo y doy testimonio de su grandeza y poder. Yo soy profundamente feliz de amar y creer en Dios.


A continuación video en Twitter (con el saludo para todos del propio Romain Grosjean) - Noviembre 29 de 2020 / 4:20 pm




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Foto - Imagen tomada de ELINTRA.COM.AR:


El (verdadero) poder del papa (emérito) - Papa Benedicto XVI



Por Redaccioninfovaticana | 28 de Noviembre de 2023


InfoVaticana les ofrece algunos de los mejores extractos de los libros de la editorial Homo Legens. Puede comprar todos los libros en www.homolegens.com

Hoy les ofrecemos este extracto del libro El secreto de Benedicto XVI, de Antonio Socci. Según muchos observadores, la Iglesia está atravesando la crisis más grave de su historia. Vuelven a surgir con más fuerza las preguntas sobre lo que de verdad sucedió en 2013, con la sorprendente “renuncia” de Benedicto XVI, su decisión de ser “Papa emérito” y la convivencia de dos Papas.

¿Por qué Benedicto XVI se había convertido en un signo de contradicción? ¿Qué estaba sucediendo a nivel geopolítico? ¿Quiénes estaban alimentando una “revolución” dentro de la Iglesia católica? ¿Realmente el Papa dimitió?


El (verdadero) poder del papa (emérito)


Incomprendido y denigrado por esta decisión, Benedicto XVI, en realidad, explicó el porqué de su decisión con palabras muy explícitas pero que, desgraciadamente, no han sido captadas, porque las pronunció con sencillez, porque remiten a la esencia espiritual del papado y fueron percibidas como frase de circunstancia. Cuando en realidad son palabras llenas de significado.

Estas son. En la Dedicatio dice brevemente:


«Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria».


Solo si consideramos la oración como la más potente y la más eficaz de las acciones que el hombre puede emprender, podremos comprender el extraordinario sentido de estas palabras.

Si, por el contrario, la consideramos simplemente un acto de devoción, inocuo o incluso inútil, una ocupación para viejos o enfermos, un acto de desesperación de quien se ve impotente ante la dureza de la vida, un mensaje en una botella abandonado a las olas y destinado a no ser leído por nadie, entonces veremos la renuncia de Benedicto XVI según el mundo, es decir como la decisión de descansar de un jubilado.

No encontramos, en cambio, ante una verdadera llamada por parte de Dios. La llamada a una misión. Es cuanto Benedicto XVI explicó abiertamente en un último Angelus, el 24 de febrero de 2013.

La lectura del Evangelio planteaba el episodio de la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor. El papa reflexiona con profundidad sobre aquel misterioso evento y explica:


«Meditando este pasaje del Evangelio, podemos obtener una enseñanza muy importante. Ante todo, el primado de la oración, sin la cual todo el compromiso del apostolado y la caridad se reduce a puro activismo».


A continuación, entra directamente en la cuestión personal:


«Queridos hermanos y hermanas, esta Palabra de Dios la siento dirigida a mí, de modo particular, en este momento de mi vida. ¡Gracias! El Señor me llama a “subir al monte”, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, es más, si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con el cual he tratado de hacerlo hasta ahora, pero de una forma más acorde a mi edad y a mis fuerzas».

Son palabras muy significativas: «El señor me llama a “subir al monte”», no para «abandonar a la Iglesia, es más, si Dios me pide esto» es para que yo pueda seguir sirviéndola de otra forma.


No sé si quienes han escuchado o leído este discurso se han dado cuenta del peso de estas palabras, pero podemos estar seguros de que quien las pronunció tenía plena conciencia de ellas. Si la elección del «papado emérito» hubiese sido su proyecto, su idea, ¿la habría atribuido el Papa Benedicto a Dios, habría dicho «me llama a subir al monte» y «me pide»? Yo creo que no, en absoluto. Es muy importante tenerlo en cuenta.


En su última audiencia, el 27 de febrero de 2013, volvió a explicar:


«En estos últimos meses, he notado que mis fuerzas han disminuido, y he pedido a Dios con insistencia, en la oración, que me iluminara con su luz para tomar la decisión más adecuada no para mi propio bien, sino para el bien de la Iglesia. […] No abandono la cruz, sino que permanezco de manera nueva junto al Señor Crucificado. Ya no tengo la potestas del oficio para el gobierno de la Iglesia, pero en el servicio de la oración permanezco, por así decirlo, en el recinto de San Pedro».


Benedicto XVI nos dice, entonces, que la luz le ha llegado de Dios en la oración y la decisión es la de «permanecer», pero «de una manera nueva junto al Señor Crucificado».

La suprema realeza de Cristo se manifiesta al despojarse de la deidad, hasta el aniquilamiento supremo, es decir, la cruz. Precisamente a imitación de Cristo se sintió llamado su vicario en tierra:


«Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la cruz, y una muerte de cruz» (Fil 2, 5-8).


La obediencia del Hijo que se anula a sí mismo (kénosis) coincide con el supremo acto salvífico del Redentor. La obediencia del aniquilarse ─ofreciéndose a sí mismo─ es a lo que el papa ha sido llamado para una misión que es el misterio de Dios.

Analizándolo bien, ya desde la homilía de comienzo de pontificado, Benedicto XVI había afirmado que su programa era precisamente el de no hacer su propia voluntad, sino obedecer siempre y solo a la voluntad de Dios:


«¡Queridos amigos! En este momento no necesito presentar un programa de gobierno. […] Mi verdadero programa de gobierno es no hacer mi voluntad, no seguir mis propias ideas, sino de ponerme, junto con toda la Iglesia, a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él, de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia».


Por lo tanto, escuchando y dando crédito al pontífice como merece, no debemos considerar la decisión del papado emérito como fruto de un proyecto de Benedicto XVI, sino como un gesto de obediencia que ─imaginamos─ además tiene que haberle costado muchísimo.

En efecto, este hombre tan sabio, uno de los ingenios más grandes de nuestra época, vive su relación con Dios (incluso como papa, sobre todo como papa) con el confiado abandono de un niño:


«Desearía invitaros a todos a renovar la firme confianza en el Señor, a confiarnos como niños en los brazos de Dios, seguros de que esos brazos nos sostienen siempre y son los que nos permiten caminar cada día, incluso en la dificultad».


***


Este fragmento ha sido extraído del libro El secreto de Benedicto XVI (2018) de Antonio Socci, publicado por Bibliotheca Homo Legens.


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:




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