lunes, 23 de octubre de 2023

Novena por los fieles difuntos (del 24 de octubre al 1 de noviembre)




Se reza, especialmente, del 24 de octubre al 1 de noviembre. También se puede realizar durante el mes de noviembre. 

Rogamos por todas las almas del purgatorio, especialmente por los padres, parientes y amigos, para que logren el descanso eterno.

Esta novena la rezamos por nuestros difuntos o almas del Purgatorio, para que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras les aprovechen y lleguen pronto a unirse con Dios en el cielo.




Rezar la oración del día que corresponda y terminar con la oración final y el responso:


Oración Final y Responso


Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.


V. No te acuerdes, Señor, de mis pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.


Padrenuestro


V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.


Oremos:


Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.


V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.


DÍA PRIMERO




Por la señal,etc.

¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San José.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA SEGUNDO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos, que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA TERCERO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA CUARTO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aún de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA QUINTO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA SEXTO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos esta novena, para que logren el descanso eterno.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA SÉPTIMO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA OCTAVO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.

Terminar con la oración final y el responso.


DÍA NOVENO




Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna.

Terminar con la oración final y el responso.




Ofrezcamos el rezo del Santo Rosario,
por el descanso eterno de sus almas:




Fuente - Texto tomado de REINADELCIELO.ORG:

San Antonio María Claret - Obispo y Fundador - Fiesta Octubre 24

   



  • Nació en la villa de Sallent, provincia de Barcelona, el día 23 de diciembre de 1807.
  • Fue obrero textil en su juventud.
  • Ordenado sacerdote, fundó en Vic la Orden de los Claretianos.
  • Recorrió Cataluña durante varios años predicando.
  • Fundó la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.
  • Fue nombrado arzobispo de Santiago de Cuba, cargo en el que se entregó de lleno al bien de las almas. 
  • Como arzobispo de Santiago de Cuba se destacó por su celo evangelizador por lo que recorrió toda su diócesis y sufrió un atentado contra su vida.
  • Habiendo regresado a España, sus trabajos por el bien de la Iglesia le proporcionaron aún muchos sufrimientos.
  • Confesor de la Reina Isabel II de España.
  • Único santo canonizado entre los padres conciliares del Concilio Vaticano I.
  • Escritor evangélico, especialmente de folletos de fácil alcance para todos (jóvenes, trabajadores, casados).
  • Demostró un amor excepcional por la Eucaristía la cual conservaba en su corazón como tabernáculo.
  • Gran devoto de la Santísima Virgen.
  • Patrón de las cajas de ahorro, ya que fundó una en Cuba en beneficio de los pobres.
  • Sus experiencias místicas lo llevaron a levitar (alzarse del suelo).
  • A los 62 años murió en Fontfroide (Francia) el 24 de octubre de 1870.


Un hombre santo


Antonio pasó la prueba de fuego de la castidad en una tentación que le sobrevino un día en que yacía enfermo en la cama. Vio que la Virgen se le aparecía y, mostrándole una corona, le decía:


"Antonio, esta corona será tuya si vences"


De repente, todas las imágenes obsesivas desaparecieron. Siempre la Virgen Santísima sale a la defensa y auxilio de sus hijos.

La suntuosidad cortesana no impidió al P. Claret vivir como el religioso más observante. Cada día dedicaba mucho tiempo a la oración. Su austeridad era proverbial y su sobriedad para las comidas y bebidas, admirable.

Éste era su horario: Dormía apenas seis horas levantándose a las tres de la mañana. Antes que se levantaran los demás tenía dos horas de oración y lectura de la Biblia, luego otra hora con ellos, celebraba su Eucaristía y oía otra en acción de gracias, desde el desayuno hasta las diez confesaba y luego escribía. Lo que peor soportaba era la hora de audiencia hacia las doce. Por la tarde predicaba, visitaba hospitales, cárceles, colegios y conventos.

Su pobreza era ejemplar: Un día se llevó un susto al llevarse la mano al bolsillo. Le pareció haber encontrado una moneda, pero enseguida se repuso, no era una moneda, sino una medalla. En una ocasión no teniendo otra cosa para poder auxiliar a un pobre empeñó su cruz arzobispal.

San Antonio era un verdadero místico: Varias veces se le vio en estado de profundo ensimismamiento ante el Señor. Un día de Navidad, en la iglesia de las adoratrices de Madrid, dijo haber recibido al Niño Jesús en sus brazos.




En intimidad con el Señor. La clave de toda la espiritualidad de San Antonio es el amor al Santísimo Sacramento, que devoró su corazón durante toda su vida. Este amor es el que le hace transformarse en Cristo, en Cristo paciente y sacrificado. Desde niño acudía con frecuencia a la Santa Misa, reconociendo a Cristo realmente presente en la Eucaristía, fuente de toda su vida. Dice San Antonio:


"Sentía cómo el Señor me llamaba y me concedía el poder identificarme con Él. Le pedía que hiciese siempre su voluntad"


La vivencia de la presencia de Jesús en la Eucaristía, en la celebración de la Misa o en la adoración de Jesús Sacramentado era tan profunda que no la sabía explicar:


"Sentía y siento su presencia tan viva y cercana que me resulta violento separarme del Señor para continuar mis tareas ordinarias"


Un privilegio incomparable del que fue objeto fue la conservación de las especies sacramentales de una comunión a otra durante nueve años. Así lo escribió en su Autobiografía:




"El día 26 de agosto de 1861, hallándome en oración en la iglesia del Rosario de La Granja, a las siete de la tarde, el Señor me concedió la gracia grande de la conservación de las especies sacramentales, y tener siempre día y noche el santísimo sacramento en mi pecho. Desde entonces debía estar con mucho más devoción y recogimiento interior. También tenía que orar y hacer frente a todos los males de España, como así me lo manifestaba el Señor en otras oraciones"


Esta presencia, casi sensible, de Jesús en el P. Claret debió ser tan grande, que llegó a exclamar:


"En ningún lugar me encuentro tan recogido como en medio de las muchedumbres"


Devoción a la Virgen María,
Madre y Maestra


Imagen de los dos corazones
que colgaba en su cuarto


Desde niño, la devoción y el amor a la Santísima Virgen marcaron la vida de San Antonio. La Virgen Santísima era para él la estrella que le guiaba en su vida. Siempre la visitaba en el altar de su parroquia y se imaginaba que sus oraciones subían al cielo por unos "hilos misteriosos". Le gustaba visitar a la Santísima Virgen en su santuario de Fusimaña.

De niño, todos los días rezaba una parte del Santo Rosario y cuando mayor lo rezaba completo, los quince misterios todos los días. Era gran devoto del Santo Rosario a tal punto que la Virgen le dijo un día:


"Tú serás el Domingo de estos tiempos. Promueve el Santo Rosario"


Pasaba largo tiempo frente a una imagen de la Virgen haciendo sus oraciones y rezos, y hablándole con cordialidad y confianza, porque estaba convencido de que la Santísima Virgen lo escuchaba... 




En obsequio a la Virgen María se abstenía no sólo de pecados mortales, sino hasta de veniales, de faltas e imperfecciones, y aún se abstenía de cosas lícitas, sólo para mortificarse y abstenerse de alguna cosa en obsequio a María Santísima. Él amaba a María, pero María le amaba más a él, pues siempre le concedía lo que pedía y aún cosas que nunca pidió, le concedió. La Virgen Santísima lo libró de enfermedades, de peligros y aún de la muerte muchas veces, por mar o por tierra; le libró de tentaciones y de ocasiones de pecar. Decía el Santo:




"Ya veis cuánto importa ser devoto de María Santísima. Ella os librará de males y desgracias de cuerpo y alma. Ella os alcanzará los bienes terrenales y eternos... Rezadle el Santo Rosario todos los días con devoción y fervor y veréis cómo María Santísima será vuestra Madre, vuestra abogada, vuestra medianera, vuestra maestra, vuestro todo después de Jesús"


Recemos el Santo Rosario:




En otro lado dice:


"Ni en mi vida personal, ni en mis andanzas misioneras podía olvidarme de la figura maternal de María. Ella es todo corazón y toda amor. Siempre la he visto como Madre del Hijo amado y ésto la hace Madre mía, Madre de la Iglesia, Madre de todos. Mi relación con María siempre ha sido muy íntima y a la vez cercana y familiar, de gran confianza. Yo me siento formado y modelado en la fragua de su amor de Madre, de su Corazón lleno de ternura y amor. Por eso me siento un instrumento de su maternidad divina. Ella está siempre presente en mi vida y en mi predicación misionera. Para mí, María, su Corazón Inmaculado, ha sido siempre y es mi fuerza, mi guía, mi consuelo, mi modelo, mi Maestra, mi todo después de Jesús"

"Oh Virgen Madre de Dios... soy hijo y misionero vuestro, formado en la fragua de vuestra misericordia y amor..."


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

¡FUERA SATANÁS! 5 Formas de resistir los ataques del diablo - P. ED BROOM, OMV

  



20 DE ABRIL DE 2021


Cinco formas de resistir los ataques del diablo P. ED BROOM, OMV


El diablo es la antítesis de Dios. La Carta de San Juan describe a Dios como Amor. El diablo, por el contrario, es el epítome del odio; el diablo odia a Dios, odia a toda la humanidad y a todos nosotros individualmente, y el diablo incluso se odia a sí mismo.

Lucifer y los otros demonios con él son ángeles caídos. (Apocalipsis 12). A pesar de que los demonios son la encarnación del mal, sus intelectos todavía son muy agudos, aunque inclinados a la perversidad, la maldad y la destrucción. Conspirando y conspirando día y noche, el diablo se esfuerza por usar todas sus astutas estrategias para las llamas eternas del infierno para siempre.

Siendo este el caso, ofrezcamos una presentación de cinco de las herramientas más comunes que el diablo tiene en su arsenal para tentarnos, y luego cinco de las armas más eficaces que podemos utilizar para ganar la batalla: la salvación de nuestra alma inmortal y aquellos confiados a nuestro cuidado y providencia.


Herramientas destructivas en el Arsenal del diablo


1. Desolación




San Ignacio de Loyola reitera en las Reglas para el Discernimiento de los Espíritus, así como en la meditación de los Dos Estándares, la importancia de la vigilancia. Es decir, debemos estar constantemente atentos al estado interior de nuestra vida emocional para detectar cuándo nos encontramos en un estado de desolación, pues es entonces cuando el enemigo de nuestra salvación eterna, el diablo y su ejército, están levantando sus arcos y flechas, sus rifles, sus ametralladoras para disparar a matar! Por tanto, con una conciencia atenta de estar en la desolación, podemos resistir el embate del enemigo con mayor coraje e inteligencia para no sucumbir a sus astutos ataques.


2. Kriptonita: nuestro principal punto débil




Los atletas estudian a sus oponentes para detectar su punto débil y derrotarlos. En el debate, descubrir una laguna o un punto débil en el argumento del oponente puede resultar en la victoria. Los soldados usan tácticas militares para descubrir el punto vulnerable del enemigo y así derrotar al enemigo.

Así es con nosotros: todos tenemos nuestra propia kriptonita. ¿Por qué la palabra kriptonita? Superman era una fortaleza con una excepción: cuando estuvo expuesto a la kriptonita; luego se volvió tan débil como cualquier ser humano.

Los Padres del desierto acuñaron este conciso adagio, que es útil para el combate espiritual: conócete a ti mismo.


3. Entorno social




Vivimos en un entorno muy desafiante, más desafiante que los siglos anteriores. El mundo laboral, el entorno social, las redes sociales, el entretenimiento y, a menudo, incluso el contexto familiar, le dan al diablo una puerta abierta a las tentaciones.

Por ejemplo, con Internet existe la tentación constante de ver material nocivo y venenoso; el diablo se aprovecha de esto. Las fiestas pueden ser provocativas con la inmodestia, la bebida y la proliferación de drogas. Incluso en el lugar de trabajo, la tentación, detrás de la cual acecha el diablo, es caer en la deshonestidad en tantas formas, tamaños y formas diferentes.


4. Proliferación demoníaca de impurezas




Hace más de 100 años, la Virgen de Fátima dijo con tristeza que la mayoría de las almas se pierden para siempre debido a los pecados contra el 6° y 9° Mandamientos, es decir: los pecados contra la virtud de la pureza o castidad. En el medio social actual, nadie con razón podría dejar de admitir que esta situación se ha exacerbado y se ha deteriorado hasta niveles mínimos con respecto a la virtud de la pureza. Es cierto que la impureza implica pecados de la carne, pero el diablo, una vez más tras bambalinas, sabe avivar el fuego.


5. Diablo de la desesperación






Jesús le reveló a la santa mística moderna, Faustina Kowalska, en “Diario: Misericordia Divina en Mi Alma” que el peor de todos los pecados y ofensas contra Dios es la falta de Confianza en Su Misericordia Infinita y la última sucumbir a la desesperación. Una vez más, detrás de escena está la presencia nefasta, insidiosa y maliciosa del diablo y sus cohortes.




El verdadero y peor pecado de Judas Iscariote fue su desesperación, su incapacidad para pedir perdón y no confiar en la Misericordia Infinita del Corazón de Jesús




Con el diablo en el fondo, pero verdaderamente presente, muchos en nuestra sociedad moderna han renunciado a toda esperanza y confianza en el Amor y la Misericordia de Jesús nuestro Salvador y el poder maternal de intercesión de María.


Cinco formas de resistir al diablo




Hemos hablado de cinco de las tentaciones más destacadas del diablo, que, en palabras de San Pedro, acecha como un león rugiente, buscando a quien devorar. (1 Pedro 5: 8). A decir verdad, el diablo nunca se toma un descanso, no toma un año sabático ni se va de vacaciones. Trabaja día y noche, en los hogares, en las calles, en los lugares de trabajo, en las iglesias y monasterios, en todos los lugares para ganar su premio: ¡la condenación eterna de las almas!

Por tanto, ofrezcamos el contraataque, nuestra estrategia de defensa. Tendremos cinco herramientas para ganar el combate contra el diablo, a quien Ignacio llama el enemigo de nuestra salvación.


1. Oración ferviente




No importa cuán poderosas, insistentes, insidiosas y astutas sean las tentaciones del diablo, si recurrimos a la oración frecuente, ferviente, humilde y perseverante, la victoria definitivamente será nuestra sobre el diablo y su ejército. El mejor ejemplo es Jesús en el Huerto de Getsemaní, como se presenta en la película La Pasión de Cristo.




Jesús está orando con tanto fervor que suda enormes gotas de sangre. ¡Entonces Él se levanta para aplastar al diablo con el talón de Su pie! ¡La oración puede conquistarlo todo!


2. Práctica de la penitencia




Jesús fue tentado por el diablo en el desierto durante cuarenta días y cuarenta noches. En su prueba y estancia en el desierto, Jesús básicamente dedicó sus esfuerzos a dos actividades: oración ferviente e intensa penitencia. Jesús ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches. Como resultado, cuando el diablo trató de tentar a Jesús para que convirtiera las piedras en pan, Jesús respondió:




"El hombre no vive solo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". (Mateo 4: 3-4)


Los intentos del diablo fueron frustrados, fracasaron miserablemente. En otro pasaje bíblico, cuando los Apóstoles le preguntaron al Señor por qué no podían echar fuera a los demonios, Jesús respondió:




"Aquellos sólo pueden ser expulsados ​​con oración y ayuno". (Mt. 17:21).


Por lo tanto, si podemos imbuir e impregnar nuestras vidas con al menos pequeños actos de penitencia y mortificación, ¡podemos mantener a raya al diablo y las tentaciones!


3. Transparencia y dirección espiritual periódica




Tanto San Ignacio de Loyola como Santa Teresa de Ávila insisten en la extrema necesidad de dirección espiritual en la búsqueda de la santidad. Todos tenemos puntos ciegos que solo se pueden detectar con la ayuda de un director espiritual capacitado. Sin embargo, muy especialmente, es indispensable abrir nuestra alma y conciencia atribulada a un director espiritual capacitado cuando nos encontramos en medio de una confusión o en medio de una tormenta espiritual.




Esta es la Regla clásica en el esquema de las Reglas para el discernimiento de los espíritus de San Ignacio de Loyola. El diablo quiere que mantengamos nuestras tentaciones ocultas; si hacemos esto, el enemigo puede transformar fácilmente un grano de arena en una montaña, un pequeño corte en una infección gangrenosa.


4. Nunc Coepi: ¡Comience de nuevo!




Siendo débiles y expuestos a muchas tentaciones, es posible que nos derrumbemos y capitulemos ante las insidiosas e insistentes murmuraciones del diablo. Solo Dios es perfecto y todos somos pecadores, ojalá en el camino hacia la santidad.




Un ataque del diablo muy feo pero omnipresente es precisamente este: después de caer en el pecado, nos desesperamos y perdemos la esperanza. ¡O podría ser el complejo de atracones! Con esto nos referimos a la tentación diabólica que podría expresarse como tal: " Bueno, ya te caíste, por qué no caes una y otra vez: bebida, pornografía, drogas, glotonería, promiscuidad, etc."




El verdadero soldado de Jesús, después de una caída no se desesperará, tirará la toalla y sucumbirá a hundirse más profundamente en el lodazal del pecado. ¡Todo lo contrario! 




Admitirá humildemente su caída, recurrirá a la Confesión Sacramental y empezará de nuevo.




En palabras del Venerable Bruno Lanteri, Fundador de la Congregación de los Oblatos de la Virgen María: Nunc Coepi —¡Empezar de nuevo! Los brazos del Padre Amoroso del Hijo Pródigo están siempre abiertos para recibirnos.


5. María




Jesús es el Rey y María es la Reina. En Guadalajara, México, hay un título digno de mención que se le da a María: “La Generala del Ejército”, que significa: ¡El General del Ejército! En nuestra constante batalla contra el diablo y su ejército debemos recurrir a María.














Y, muy especialmente, en tiempos de tentación, invocar el Santo Nombre de María.




¡Si se hace, la victoria será nuestra gracias a la poderosa intercesión de María!


Invoca el Santo Nombre de María, piensa a menudo en María, ¡y la victoria seguramente será nuestra!


Fuente - Texto tomado de CATHOLICEXCHANGE.COM:
https://catholicexchange.com/five-ways-to-resist-the-devils-attacks