martes, 25 de julio de 2023

Oración por nuestra familia y seres queridos - Cardenal Newman

  


Oración por nuestra familia
y seres queridos


Te suplicamos, Jesús, 
por todos nuestros parientes
y seres queridos
y te pedimos estar siempre
dispuestos a rogar por ellos.
Condúcelos a la luz de la verdad, 
consérvalos siempre en esa verdad, 
y concédeles el don de la perseverancia.

Te pedimos por cada
integrante de nuestra familia:
padre y madre;
por nuestros hermanos y hermanas, 
por cada uno de ellos en particular; 
por nuestros primos y todos nuestros parientes;
por nuestros amigos más íntimos; 
por nuestros maestros y alumnos, 
por nuestros jefes y patrones, 
por nuestros servidores y trabajadores; 
por nuestros socios y compañeros de trabajo; 
por nuestros vecinos y por nuestros superiores; 
por todos aquellos que desean nuestro bien
y por los que no nos quieren;
por nuestros enemigos; 
por nuestros competidores y rivales; 
por los que nos insultan y calumnian.

Te pedimos por ellos, no sólo en esta vida, 
sino también en su muerte, para que tengan
la dicha de morir en gracia de Dios, 
para que Dios se digne reducir el tiempo
de su expiación y admitirlos a su presencia.
Amén


Fuente - Texto tomado del Libro Oraciones para la Familia - Caballeros de la Virgen - Bogotá - Julio 2014

La oración de Santa Ana a Dios para pedir un buen esposo

  



Altísimo Dios eterno, de quien depende todo el ser y el reparo del linaje humano: postrada en tu real presencia suplico se digne tu Infinita Bondad de mirar las ansias de mi alma y oír mis peticiones.

Ante tus ojos son manifiestos mis deseos de que, en el estado de matrimonio, me des la compañía de un esposo que me ayude a guardar la divina ley y testamento santo, para crecer ambos en perfección y en la observancia de tus preceptos. Santo Dios, Padre Infinitamente Providente, no escondas tu piedad de mí, ni permitas, pues eres Padre, que mi súplica sea desechada.

Y pues me mandas, Señor mío, que con confianza te pida como a poderoso y rico en misericordia, concédeme lo que por ti deseo y pido, pues en pedirte hago tu Santa Voluntad y obediencia. Y si mis culpas detienen tus misericordias, aparta de mí lo que te desagrada e impide.

Poderoso eres, Señor, Dios de Israel, y todo lo que fuere tu Voluntad puedes obrar sin resistencia. Lleguen a tus oídos mis peticiones; que soy pobre y pequeña, tú eres Infinito e inclinado a usar la misericordia con los abatidos. ¿A dónde iré fuera de ti, que eres Señor de los señores y Todopoderoso?

Tú me enseñaste a desear y a esperar de tu liberalidad. Entregado tengo mi corazón y mente a tu Voluntad. Aparta mis ojos de la vanidad.

Si fuera tu beneplácito conceder mi petición, todo lo pondré a tu entero servicio, Padre mío, para ayudar a propagar el Reino de Dios en la tierra. Haz de mí lo que sea de tu agrado y alegra, Señor, mi espíritu con el cumplimiento de esta esperanza. Mira desde tu solio al humilde polvo y levántalo, para que te magnifique y adore y en todo se cumpla tu Voluntad y no la mía. Amén. 


NOTA


Esta oración fue escrita en el siglo XVII por la mística española venerable María de Jesús de Ágreda luego de una visión de la Virgen María, quien le habría dicho que así rezaba su madre Santa Ana a Dios pidiendo un buen esposo.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Santa Ana y San Joaquín - Padres de la Santísima Virgen María y Abuelos de Jesús - Fiesta Julio 26


SANTA ANA Y SAN JOAQUÍN
JUNTO A SU HIJA
LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA




Santa Ana era natural de Belén. Descendía del rey David y de Leví (casta sacerdotal).




San Joaquín, según la tradición católica y ortodoxa, fue el padre de la Virgen María y marido de Santa Ana. San Joaquín era natural de Nazareth.

Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Joaquín fue rechazado al llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia. Apenado, Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña, donde rogó a Dios que le diera un hijo ayunando durante 40 días y 40 noches; Ana, mientras tanto, lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y que concebirían un hijo.




Ana prometió dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los nueve meses dio a luz a una niña a la que llamó Miriam (María). Al cumplir los tres años, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para consagrarla a Dios como habían prometido. María vivió en el templo hasta que cumplió los 12 años, edad en la que fue entregada a José como esposa.




Santa Ana es la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la eternidad para ser Madre de Dios, la santificada desde su concepción, Virgen sin mancilla y mediadora de todas las gracias. Nieto de Santa Ana fue el Hijo de Dios hecho hombre, el Mesías, el Deseado de las naciones. La santidad de Santa Ana es tan grande por las muchas gracias que Dios le concedió. Su nombre significa "gracia". Dios la preparó con magníficos dones y gracias. Como las obras de Dios son perfectas, era lógico que Él la hiciese madre digna de la criatura más pura, superior en santidad a toda criatura e inferior sólo a Dios.




Santa Ana tenía celo por hacer obras buenas y esforzarse en la virtud. Amaba a Dios sinceramente y se sometió a su santa voluntad en todos los sufrimientos, como fue su esterilidad por veinte años, según cuenta la tradición. Esposa y madre, fue fiel cumplidora de sus deberes para con el esposo y su encantadora hija María. Tenemos muchos motivos para escoger a Santa Ana como nuestra intercesora ante Dios. Como abuela de Jesucristo, nuestro hermano según la carne, es también nuestra abuela y nos ama a nosotros sus nietos. Nos ama mucho porque su nieto Jesús murió por nuestra salvación y María, su hija, fue proclamada Madre nuestra bajo la Cruz.






Oraciones
a San Joaquín y Santa Ana


Oración 1


Gloriosísimos padres de María Santísima,
amados abogados míos:
me alegro con vosotros
de aquel consuelo que tuvisteis cuando,
después de muchos ruegos y oraciones,
os avisó el Ángel que habíais
de tener una hija tan santa.
Miradme aquí postrado
a vuestros pies, os suplico me recibáis
por vuestro humildísimo siervo
para que como tal os reverencie y ame.
Es verdad que no merezco esta gracia,
pero confío lo haréis por el amor
de María Santísima, vuestra benditísima hija,
y por los méritos de Jesús. Acordaos
de mi ahora, y sobre todo
en la hora de mi agonía;
asistidme entonces,
junto con Jesús, María y José.
Amén.





Oración 2


Gloriosísimos padres de María Santísima,
felicísimos abuelos de Jesús,
modelos perfectísimos de casados,
y dulces abogados míos,
yo me alegro con vosotros
de aquel gozo y consuelo
que tuvisteis cuando,
después de una larga esterilidad
y de fervorosas oraciones,
os avisó el Ángel que tendrías
tan santa Hija.
¡Oh, quién supiera
imitar vuestras
heroicas virtudes!
¡Quién fuera, como vosotros,
frecuente en la oración,
compasivo con los pobres,
amante de la soledad,
sufrido en los trabajos
y callado en los improperios!
A lo menos por las gracias
con que os previno el cielo
para tan eminente dignidad,
alcanzadme que,
haciendo siempre la voluntad divina,
y venciendo mis pasiones
logre la dicha de gozar
de vuestra amable compañía
en la gloria. Os lo pido
por el amor de vuestra
benditísima Hija,
y por los méritos
de vuestro santísimo
Nieto Jesús.
Amén.


Textos tomados de EWTN y WIKIPEDIA:

Fuente - Textos tomados de DEVOCIONARIO CATÓLICO: