miércoles, 17 de mayo de 2023

Solemnidad La Ascensión del Señor - Fiesta Mayo 18 de 2023 - Se celebra Domingo Mayo 21 de 2023

 



Después de su Pasión y Muerte, Jesús se presentó a los apóstoles que había elegido, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios. Les prometió que serían bautizados en el Espíritu Santo:




"Recibiréis -les dijo- la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra"


Y entre las muchas instrucciones que les fue dando, San Mateo recuerda que les habló así:




"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado. Y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"


Por último, a los cuarenta días de su Resurrección, el Señor Jesús llevó a sus discípulos fuera de Jerusalén, a la cima del Monte de Los Olivos, cerca de Betania, y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos, fue elevado al cielo, una nube lo ocultó a sus ojos, y se sentó a la diestra de Dios.




Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras Jesús se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron:


"Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo"


Entonces se volvieron con gran gozo a Jerusalén y perseveraban todos constantes en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la Madre de Jesús.


¡Qué diferencia entre
la escena del Calvario y ésta de la Ascensión! 




Pero aquélla era necesaria para llegar a ésta, pasando por la Resurrección. Son pasos fuertes de la vida de Cristo, que deben serlo también de la nuestra, no tanto en su cronología cuanto en su dimensión de factores y perspectivas de nuestro caminar cotidiano: morir con Cristo día a día a nuestro hombre viejo, para que crezca en nosotros nuestra nueva condición de hijos de Dios, lanzados hacia la casa del Padre por el camino que Jesús nos abrió.

A los discípulos, el acontecimiento debió dejarles un sabor agridulce:


  • De gozo y alegría por el triunfo del Señor, que ahora volvía al seno de la Trinidad, pero como Verbo Encarnado, hombre como nosotros, para interceder por nosotros.
  • Y de pena y tristeza por lo que tenía de despedida y separación. Además, Jesús les había prometido el Espíritu, y ellos tenían que prepararse a recibirlo permaneciendo unidos y constantes en la oración.


El deseo y la esperanza de que esa promesa se cumpliera se volvían más vivos y ardientes en su ánimo al recordar la misión que Jesús les había encomendado:




"Como el Padre me envió, así os envío Yo... Seréis mis testigos hasta los confines de la tierra... Id, evangelizad y bautizad a todas las gentes..."


¿Cómo ser fieles al Señor
y no defraudarle?


La respuesta no tiene otro punto de partida:


La perseverancia en la oración
y la gracia del Espíritu Santo




Ciertos acontecimientos de los hijos causan en sus madres sentimientos de satisfacción y pesadumbre a la vez, por lo que significan de logro y mejora, y de ausencia y distanciamiento. María, después de lo que sufrió al pie de la cruz, tuvo que gozar lo indecible al ver a su Hijo resucitado y al presenciar su gloriosa Ascensión a los cielos, para sentarse a la derecha del Padre, con el cuerpo que había recibido de su seno maternal; pero el triunfo del Hijo significaba también la separación y ausencia física, que no podían suplir ni los desvelos de ella hacia los discípulos ni las atenciones de éstos, y en particular de San Juan, hacia ella. Una vez más, la Virgen vivió la situación inmersa en un clima de plena confianza en Dios y de absoluto abandono a su voluntad, para secundar en todo sus designios.




A los 40 días después de la Resurrección habiendo instruido a sus Apóstoles sobre la nobilísima misión de establecer el Reino de Dios en el mundo. Jesús iba a subir al cielo, donde le esperaban las glorias celestiales. Bendijo a su querida Madre, a los Apóstoles y discípulos y se despidió de ellos. Una nube lo ocultó de sus miradas. Le acompañaban innumerables espíritus, los primeros frutos de la redención, que Él había sacado del Limbo. Las jerarquías angélicas salían al encuentro del Salvador del mundo.

Al situarse junto al Padre, toda la corte celestial entonó un himno glorioso de alabanza, como el que oyó Juan en sus visiones:




"Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, la honra, la gloria y la alabanza" (Ap. 5, 12)


Jesús entró en los cielos para tomar posesión de su gloria. Mientras estaba en la tierra, gustaba siempre de la visión de Dios; pero únicamente en la Transfiguración se manifestó la gloria de su Humanidad Sacratísima, que, por la Ascensión, se colocó al lado del Padre celestial y quedó ensalzada sobre toda criatura humana. La noche antes de morir oraba Jesús al Padre diciendo:




"Te he glorificado en la tierra, cumpliendo la obra que me habías encargado. Ahora tú, Padre, dame junto a Ti la misma Gloria que tenía a tu lado desde antes que comenzara el mundo" (Juan 17, 4)


Por estar unida al Verbo Divino, que es la segunda persona de la Santísima Trinidad, la Humanidad de Jesús disfruta del derecho a la gloria eterna. Comparte con el Padre la infinita felicidad y poder de Dios. Justa recompensa por todo lo que hizo y mereció en la tierra. Humanidad elevada al Cielo por encima de toda criatura, porque en la tierra por debajo de todo se humilló. Cuando acabe la lucha en esta vida, Jesús nos dará la gracia de compartir eternamente el gozo de su victoria.




Jesús subió a los cielos para ser nuestro Mediador ante el Padre. Allí está intercediendo por nosotros. Subió para rendir cuentas al Padre celestial de la gran obra que había acabado en la tierra. La Iglesia nació, la gracia brota en abundancia de su Cruz en el Calvario y se distribuye por los Sacramentos, la duda de justicia es pagada, la muerte y el infierno son vencidos, el Cielo es abierto y el hombre es puesto en el camino de salvación, Jesús merecía este glorioso recibimiento, al regresar a su hogar.

La Ascensión, además, es garantía de nuestra propia subida al Cielo, después del Juicio de Dios. Fue a prepararnos sitio en su Reino y prometió volver a llevarnos con Él.


Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11




1. He hablado en mi primer libro, ¡oh Teófilo!, de todo lo más notable que hizo y enseñó Jesús, desde su principio.

2. Hasta el día en que fue recibido en el cielo, después de haber instruido por el Espíritu Santo a los apóstoles, que Él había escogido.

3. A los cuales se había manifestado también después de su pasión, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles en el espacio de cuarenta días, y hablándoles de las cosas tocantes al reino de Dios.

4. Y por último, comiendo con ellos, les mandó que no partiesen de Jerusalén, sino que esperasen el cumplimiento de la promesa del Padre, la cual, dijo:


"Oísteis de mi boca:

5. Y es, que Juan bautizó con el agua, mas vosotros habéis de ser bautizados, o bañados, en el Espíritu Santo dentro de pocos días.


6. Entonces los que se hallaban presentes, le hicieron esta pregunta:


"Señor, ¿sí será éste el tiempo en que has de restituir el reino a Israel?"


7. A lo cual respondió Jesús:


"No os corresponde a vosotros el saber los tiempos y momentos que tiene el Padre reservados a su poder soberano.




8. Recibiréis, sí, la virtud del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y me serviréis de testigos en Jerusalén, y en toda la Judea, y Samaria, y hasta el cabo del mundo"


9. Dicho ésto, se fue elevando a vista de ellos por los aires, hasta que una nube le encubrió a sus ojos.

10. Y estando atentos a mirar cómo iba subiéndose al cielo, he aquí que aparecieron cerca de ellos dos personajes con vestiduras blancas.

11. Los cuales les dijeron:


"Varones de Galilea, ¿por qué estáis ahí parados mirando al cielo?  Este Jesús, que separándose de vosotros se ha subido al cielo, vendrá de la misma suerte que le acabáis de ver subir allá".


Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Novena a María Auxiliadora - Día Cuarto - Mayo 18 de 2023

  



Novena a María Auxiliadora
Cuarto día
Para pedir la pureza


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Oración preparatoria


¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo..., si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.


Oración para pedir la pureza




¡Oh María Auxiliadora! Virgen purísima, espejo sin mancha, vivo reflejo de la luz de Dios! ¡ Ah! concédeme la gracia que te imploro... e inspírame el más grande amor hacia la bella virtud de los Ángeles. Y puesto que para conservarla es vano todo propósito sin la fuga de las ocasiones, te suplico, oh dulce Madre mía, me socorras diariamente con tu santo auxilio para que huya de toda ocasión de pecado. Entretanto me ofrezco todo a Ti, y Tú oh Inmaculada Auxiliadora, haz que viviendo yo en la mortificación, en la humildad y en la oración, sea como un ángel en la tierra y goce un día con ellos en la gloria del Paraíso. Amén.


Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Oración final


¡Dios te salve Reina, Madre de misericordia y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Ti que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Ti se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!... Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio...! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento... Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Ti como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.


María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros


En el nombre del Padre, ...




Novena a María Auxiliadora
propagada por San Juan Bosco




 Rezar, durante nueve días seguidos, tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la siguiente jaculatoria:


"Sea alabado y reverenciado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento"


Y luego tres Salves con la jaculatoria:


"María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros"


 Recibir los Santos Sacramentos de Confesión y Comunión.

 Hacer o prometer una limosna en favor de las obras de apostolado de la Iglesia o de las obras salesianas.

San Juan Bosco decía:


"Tened mucha fe en Jesús Sacramentado y en María Auxiliadora y estad persuadidos de que la Virgen no dejará de cumplir plenamente vuestros deseos, si han de ser para la gloria de Dios y bien de vuestras almas. De lo contrario, os concederá otras gracias iguales o mayores"


Novena de la Confianza




Madre mía de mi vida,
auxilio de los cristianos,
la pena que me atormenta,
pongo en tus benditas manos.
(Ave María)

Tú que sabes mis secretos,
pues todos te los confío,
da la paz a los turbados
y alivio al corazón mío.
(Ave María)

Y aunque tu amor no merezco,
nadie recurre a Ti en vano,
pues eres Madre de Dios
y Auxilio de los cristianos.
(Ave María)


Finalmente, se reza:


Oración de San Bernardo




Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

Un día como hoy (Mayo 18 de 1920) hace 103 años nació San Juan Pablo II

 



Hace 103 años nació San Juan Pablo II en la pequeña ciudad polaca de Wadowice que se ubica a 50 kilómetros de Cracovia en Polonia. Hoy sus fieles devotos en todo el mundo lo recuerdan con especial cariño.

Karol Józef Wojtyla es el nombre que le dieron al Papa peregrino que nació el 18 de mayo de 1920. Fue el menor de tres hermanos: Edmund era médico de profesión y a Olga el santo no llegó a conocerla porque murió antes de que naciera.

Su padre fue Karol Wojtyla, un suboficial del ejército que falleció en 1941, y su madre Emilia Kaczorowska, que murió en 1929 cuando San Juan Pablo II tenía nueve años de edad.

Durante su pontificado solía pasar su cumpleaños como un “día normal” de trabajo, como lo describió en el año 2004 quien fuera director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, al narrar a los medios de comunicación cómo el Santo Padre pasaría su onomástico número 84, el último de su vida.

En esa oportunidad Navarro-Valls detalló que “para el Santo Padre hoy (18 de mayo de 2004) ha sido una jornada de trabajo normal y sobre todo de acción de gracias a Dios por el don de la vida. La única cosa extraordinaria ha sido que ha invitado a almorzar a sus más estrechos colaboradores de la Curia Romana”.

San Juan Pablo II solía recibir saludos y felicitaciones de todo el mundo en su cumpleaños, no solo de católicos que también le ofrecían sus oraciones, sino también de personalidades de la política, empresarios, artistas, entre otros.




Luego de su muerte en 2005, los fieles siguieron recordando y festejando la fecha de su cumpleaños. El 18 de mayo de 2011 por ejemplo, cuando ya era Beato, se inauguró en Roma una gran estatua de bronce dedicada a su memoria.

En esa oportunidad el Vicario General de Roma, Cardenal Agostino Vallini, declaró a ACI Prensa que "esta estatua quiere decir que no está él en sí mismo sino su corazón dando la bienvenida a todos. Creo que este es el gran mensaje que necesitamos hoy día".


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/video-hoy-el-mundo-celebra-el-94-cumpleanos-de-san-juan-pablo-ii-14810/


Video tomado de YOUTUBE:


Link: mayor información de San Juan Pablo II:


San Juan Pablo II - Papa - Fiesta Octubre 22