sábado, 25 de febrero de 2023

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 4, 1-11




1. En aquella sazón, Jesús fue conducido del Espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo.




2. Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.

3. Entonces, acercándose el tentador, le dijo:


"Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes"




4. Mas Jesús le respondió:


"Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca de Dios"


5. Después de esto le transportó el diablo a la santa ciudad de Jerusalén, y le puso sobre lo alto del templo.

6. Y le dijo:


"Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: Que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en las palmas de sus manos para que tu pie no tropiece contra alguna piedra"




7. Replicóle Jesús:


"También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios"


8. Todavía le subió el diablo a un monte muy encumbrado, y mostróle todos los reinos del mundo y la gloria de ellos.

9. Y le dijo:




"Todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adorares"


10. Respondióle entonces Jesús:




"Apártate de ahí, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor Dios tuyo, y a Él sólo servirás"




11. Con ésto le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían.


Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Porfirio de Gaza - Anacoreta y Obispo (Año 420) - Fiesta Febrero 26

 



San Porfirio nació en Tesalónica (aquella ciudad a la cual San Pablo escribió sus dos cartas a los tesalonicenses). Tesalónica queda en Macedonia, y Macedonia está situada al norte de Grecia. A los 25 años dejó su ciudad y su familia y se fue de monje a Egipto a rezar y meditar y hacer penitencia.

Cinco años más tarde pasó a Palestina y se fue a vivir a una cueva cerca del río Jordán. Pero allí la humedad lo hizo enfermar de reumatismo y cinco años después se fue a vivir a Jerusalén. En esta ciudad cada día visitaba el Santo Sepulcro, el Huerto de los Olivos, la Casa de la Última Cena y los demás santos lugares donde estuvo Nuestro Señor. Su reumatismo lo hacía caminar muy despacio y con grandes dolores y apoyado en un bastón. Sin embargo ningún día dejaba de ir a los Santos Lugares y Comulgar.

En aquellos tiempos llegó a Jerusalén un cristiano llamado Marcos, el cual se quedó admirado de que este hombre tan enfermo y con tan grandes dolores reumáticos no dejaba ningún día de visitar los Santos Lugares para dedicarse allí a rezar y a meditar. Un día al ver que el santo sufría tanto al subir las escalinatas del templo, Marcos se ofreció para ayudarle pero Porfirio se negó a aceptar su ayuda diciéndole:


"No está bien que habiendo venido yo aquí a expiar mis pecados sufriendo y rezando, me deje ayudar de ti para disminuir mis dolores. Déjame sufrir un poco, que lo necesito para pagarle a Dios mis muchos pecados"


Marcos lo admiró más desde ese día y en adelante fue su compañero, su amigo y el que escribió después la biografía de este santo. Lo único que le preocupaba a Porfirio era que no había vendido la herencia que sus padres le habían dejado en su patria, la cual quería repartir entre los pobres. Confió esta misión a Marcos, que partió rumbo a Tesalónica y a los tres meses volvió con el dinero de la venta de todas aquellas tierras, dinero que Porfirio repartió totalmente entre las gentes más pobres de Jerusalén. Cuando Marcos se fue a Tesalónica estaba Porfirio muy débil y agotado, pálido y sin fuerzas. Y al volver a Jerusalén lo encontró de buenos colores y lleno de vigor y fuerzas. Le preguntó cómo había sucedido semejante cambio tan admirable y Porfirio le dijo:


"Mira, un día vine al Santo Sepulcro a orar, y mientras rezaba sentí que Jesucristo se me aparecía en visión y me decía:


‘Te devuelvo la salud para que te encargues de cuidar mi cruz’


Y quedé instantáneamente curado de mi reumatismo. Lo que los médicos no pudieron hacer en muchos años, lo hizo Jesús en un solo instante, porque para Él todo es posible"




Y en adelante se quedó ayudando en la Iglesia del Santo Sepulcro, custodiando la parte de la Santa Cruz que allí se conservaba.

Como Porfirio había repartido toda su herencia entre los pobres, tuvo él que dedicarse a trabajos manuales para poder ganarse la vida. Aprendió a fabricar sandalias y zapatos y a trabajar en cuero y así ganaba para él y para ayudar a otros necesitados. Marcos, que era un hábil escribiente y ganaba buen dinero copiando libros, le propuso que él costearía toda su alimentación para que no tuviera que dedicarse a trabajos manuales agotadores. San Porfirio le dijo:


"No olvidemos que San Pablo dijo en su segunda Carta a los tesaloniceses: "El que no quiere trabajar, que tampoco coma"; siguió ganándose el pan con el sudor de la frente, hasta los 40 años


El obispo de Jerusalén al ver tan piadoso y santo a Porfirio lo ordenó de sacerdote. Y poco después recibió una carta del obispo de Cesarea pidiéndole que le enviara un santo sacerdote para darle una misión. Como Porfirio era un verdadero penitente que ayunaba cada día y rezaba horas y horas y ayudaba a cuanto pobre podía, el obispo de Jerusalén lo envió a Cesarea. Y aquella noche tuvo Porfirio un sueño. Oyó que Jesús le decía:


"Hasta ahora te has encargado de custodiar mi Santa Cruz. De ahora en adelante te encargarás de cuidar a unos hermanos míos muy pobres"


Con eso entendió el santo que ya no seguiría viviendo en Jerusalén. Al llegar a Cesarea el obispo de allá lo convenció de que debía aceptar ser obispo de Gaza, que era una ciudad muy pobre. Después de que le rogaron mucho, al fin exclamó:


Porfirio significa:
el que se viste de púrpura


"Si esa es la voluntad de Dios, que se haga lo que Él quiere y no lo que quiera yo"


Y aceptó. Al llegar a Gaza los paganos promovieron grandes desórdenes porque sentían que con este hombre se iba a imponer la religión de Cristo sobre las falsas religiones de los ídolos y falsos dioses. Porfirio no se dio por ofendido sino que se dedicó a instruir a los ignorantes y a ayudar a los pobres y así se fue ganando las simpatías de la población.

La ciudad de Gaza y sus alrededores estaban sufriendo un verano terrible y muy largo. Las cosechas se perdían y no se hallaban ya agua ni para beber. Los paganos esparcieron la calumnia de que todo esto era un castigo de los dioses por haber llegado allí Porfirio con su doctrina y sus cristianos. Y empezaron a tratar muy mal al obispo y a sus fieles seguidores. Entonces San Porfirio organizó una procesión de rogativas por las calles, rezando y cantando para que Dios enviara la lluvia, y al terminar la procesión se descargó un torrencial aguacero que llenó de vida y frescor todos los alrededores.

Los paganos se propusieron que de todos modos sacarían a Porfirio y a sus cristianos de aquella región y empezaron a emplear medidas muy violentas contra ellos. Pero se equivocaron. Creyeron que la piedad y la bondad del obispo eran debilidad y cobardía, y no era así. El santo se fue a donde el jefe del imperio que vivía en Constantinopla y obtuvo que le dieran un fuerte batallón de soldados que puso orden y paz en la ciudad. Y ya los paganos no pudieron atacarlo más. Él no agredía a nadie, pero buscaba quién lo defendiera cuando trataban injustamente de acabar con la santa religión de Cristo. Y después de varios años la acción evangelizadora de Porfirio y de sus sacerdotes llegó a ser tan eficaz que se acabó por completo allí la religión pagana de los falsos dioses, y desaparecieron los templos de los ídolos. Las gentes quemaron todos sus libros de magia y ya no hubo más consultas a brujas o espiritistas ni creencias supersticiosas.

San Porfirio construyó en Gaza un bellísimo templo. El día en que empezó la construcción del nuevo edificio recorrió la ciudad con enorme gentío cantando salmos y bendiciendo a Dios. Cada fiel llevaba alguna piedra o algún ladrillo u otro material para contribuir a la edificación de la Casa de Dios. La construcción duró cinco años y toda la ciudad colaboró con mucha generosidad. El día de la Consagración de la nueva catedral (domingo de Pascua del año 408) el santo repartió abundantísimas limosnas a todos los pobres de la ciudad. Siempre fue sumamente generoso en ayudar a los necesitados. Los últimos años los dedicó pacíficamente a instruir y enfervorizar a sus sacerdotes y al pueblo con sus predicaciones, con su buen ejemplo y su oración. El 26 de febrero del año 420 murió santamente.


San Porfirio, valeroso y santo obispo:
haz que todos los obispos católicos
del mundo sean tan valientes,
generosos y fervorosos como lo fuiste tú.

A quien se declare a mi favor delante de la gente de esta tierra, yo me declararé en su favor delante de los ángeles del cielo
(Jesucristo)


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/porfirio-15062

ATENCIÓN - Un exorcista alerta sobre lo «horrible» del infierno: hasta los demonios se aferran para no volver


Stephen Rossetti ha sido exorcista 12 años
y ahora forma a los sacerdotes
para este ministerio


Un exorcista alerta sobre lo «horrible» del infierno: hasta los demonios se aferran para no volver




Javier Lozano / ReL / 20 de Febrero de 2021


Tras 12 años como exorcista en la Archidiócesis de Washington, en pleno corazón de Occidente, y otros tanto entrenando a exorcistas y los equipos de laicos que ayudan a los sacerdotes en los exorcistas, el padre Stephen J. Rossetti tiene un gran conocimiento sobre los demonios y sus formas de actuar.

Sus cientos de sesiones de exorcismos y oraciones de liberación han permitido a este sacerdote tener un conocimiento exhaustivo del enemigo. Y por ello, alerta a los creyentes sobre el infierno, y el sufrimiento que allí espera al que llega.

El padre Rossetti, uno de los grandes expertos en Psicología en la Iglesia en EE.UU. y profesor en la Universidad Católica de América, se centra en Catholic Exorcism en los demonios y su relación con el infierno, todo ello mediante experiencias que ha experimentado en sus años de exorcista.


“Los demonios quieren aferrarse a su gente poseída. Una y otra vez durante un exorcismo se quejan y dicen que no quieren irse, como hicieron en una sesión hace un par de semanas. Me recuerda a los demonios "Legión" que le suplicaron a Jesús, mientras los exorcizaba, que pudieran entrar en los cerdos. Al parecer, no quieren volver al infierno”, explica este religioso.


Sin embargo, el padre Rossetti recuerda que:




“El infierno es el lugar que ellos mismos crearon”. Y afirma esto por un hecho bien conocido entre los exorcistas y que ocurrió durante una sesión. “El sacerdote estaba ordenando a los demonios que regresaran al infierno, el lugar que dijo que Dios había hecho para ellos. El demonio respondió: ‘Estúpido sacerdote. Dios no creó el infierno. Nunca hubiera pensado en un lugar así. Lo hicimos nosotros’. Por eso el infierno es tan horrible; fue hecho por demonios”, relata.


El padre Rossetti señala también en el curso de un exorcismo a menudo es muy difícil expulsar a los demonios pues “se aferran tenazmente”. Durante una sesión –explica- “un demonio pidió hacer un trato conmigo; esperaba quedarse un poco más. Le respondí: ‘¿Quieres un trato? Te daré un trato. Te vas. Ese es el trato’. El demonio se fue esa tarde”.


Según su experiencia, pero también la de cualquier exorcista que se haya enfrentado a casos graves, “los demonios intentarán todos los trucos del libro para quedarse. Se esconderán y te harán pensar que se han ido. Intentarán evitar que el poseído asista a las sesiones. En las sesiones mismas rogarán y suplicarán, o, a la inversa, actuarán como si no les molestara nada. Una de sus frases favoritas es: ‘nunca nos iremos". Pero se van”.




Pero además, el padre Rossetti cuenta que “los demonios actúan como bestias desesperadas que enfrentan su propia destrucción. Se agitarán y gritarán. Todavía puedo escuchar las palabras del propio Lucifer cuando fue expulsado personalmente por la Virgen María. Gritó, "Noooooooo" tres veces. Y luego se fue”.


Y para concluir alerta de un hecho muy serio: “Lucifer y sus secuaces mismos, no Dios, hicieron el infierno. Es un lugar indescriptiblemente horrible. Los demonios hacen todo lo que pueden para evitar volver”.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:




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El diablo fue forzado a reconocer su impotencia ante la Virgen María

 



Dos exorcistas humillaron al demonio obligándole a alabar a la Inmaculada Concepción con un poema.


Cari Filii - 8 de diciembre de 2016


El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX promulga el dogma de la Inmaculada Concepción de María.

El 25 de marzo de 1858 en la fiesta de la Encarnación del Verbola Santísima Virgen se aparece en Lourdes a Santa Bernadette y confirma el dogma diciendo:




“Soy la Inmaculada Concepción”


Pero ya treinta años antes, otro hecho sobrenatural y sorprendente, que recoge Aleteia, confirmó la Inmaculada Concepción de la Virgen Madre de Dios. Y quien la confesó fue alguien que jamás esperaríamos que lo hiciese. 

Un episodio que relata el padre Gabriele Amorth, religioso paulista, famoso exorcista que ha sido durante años el responsable en el Vaticano de emprender la batalla, cuerpo a cuerpo, con el diablo.


Dos dominicos exorcistas


Era el año 1823. El diablo había poseído a un joven analfabeto de apenas 12 años de edad, residente en la actual provincia italiana de Avellino, en la región de la Campania, en el sur del país. Estaban en la ciudad dos religiosos dominicos, el padre Gassiti y el padre Pignataro, ambos autorizados por el obispo a realizar exorcismos.


Este episodio, poco conocido, fue revelado por Gabriel Amorth, exorcista de la diócesis de Roma fallecido el pasado 16 de septiembre


Los sacerdotes hicieron una serie de preguntas al diablo que poseía al muchacho, entre ellas, una sobre la Inmaculada Concepción.


El diablo confesó que la Virgen de Nazaret jamás había estado bajo su poder: ni siquiera desde el primer instante de su vida, pues ella ya fue concebida “llena de gracia” y toda de Dios.




Aunque sea el “padre de la mentira”, el diablo puede ser obligado en el exorcismo a decir la verdad, incluso en materia de fe. Fue así que los dos sacerdotes exorcistas le obligaron a reverenciar a la Virgen y a alabar su Concepción Inmaculada en forma de versos.


El diablo, humillado


Humillado, el diablo se vio forzado en nombre de Cristo a cantar la gloria de María, y lo hizo mediante un soneto en italiano, ¡perfecto en construcción y en teología!

Reproducimos el original italiano y, a continuación, la traducción al español:


En italiano:



Vera Madre son Io d’un Dio che è Figlio
e son figlia di Lui, benché sua Madre;
ab aeterno nacqu’Egli ed è mio Figlio,
in tempo Io nacqui e pur gli sono Madre.
Egli è mio creator ed è mio Figlio,
son Io sua creatura e gli son Madre;
fu prodigo divin l’esser mio Figlio
un Dio eterno, e Me d’aver per Madre.
L’esser quasi è comun tra Madre e Figlio
perché l’esser dal Figlio ebbe la Madre,
e l’esser dalla Madre ebbe anche il Figlio.
Or, se l’esser dal Figlio ebbe la Madre,
o s’ha da dir che fu macchiato il Figlio,
o senza macchia s’ha da dir la Madre.


En español:




Soy verdadera madre de un Dios que es Hijo,
Y soy su hija, aún al ser su madre;
Él desde la eternidad existe y es mi Hijo,
Y yo nací en el tiempo y soy su madre.
Él es mi Creador y es mi Hijo,
Y yo soy su criatura y su madre;
Fue divino prodigio ser mi Hijo
Un Dios eterno y tenerme a mí por madre.
El ser de la madre es casi el ser del Hijo,
Visto que el Hijo dio el ser a la madre
Y fue la madre la que dio el ser al Hijo;
Si, pues, del Hijo tuvo el ser la madre,
O hay que decir que está manchado el Hijo
O hay que decir Inmaculada a la madre.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
http://www.religionenlibertad.com/dos-exorcistas-humillaron-demonio-obligandole-alabar-inmaculada-53612.htm