miércoles, 15 de febrero de 2023

San Macario El Viejo - Monje - Año 390 - Fiesta 16 de febrero

 

Macario significa: feliz, bienaventurado


Este santo nació en Egipto por el año 300. Pasó su niñez como pastor, y en las soledades del campo adquirió el gusto por la oración y por la meditación y el silencio.

Una mujer atrevida le inventó la calumnia de que el niño que iba a tener era hijo de Macario, el cual, según decía ella, la había obligado a pecar. La gente enardecida arrastró al pobre joven por las calles. Pero él le pidió al Señor en su oración que hiciera saber a todos la verdad, y sucedió que tal mujer empezó a sentir terribles dolores y no podía dar a luz, hasta que al fin contó a sus vecinos quién era el verdadero papá del niño. Entonces la gente se convenció de la inocencia de Macario y cambió su antiguo odio por una gran admiración a su humildad y a su paciencia.

Para huir de los peligros del mundo, Macario se fue a vivir en un desierto de Egipto, dedicándose a la oración, a la meditación y a la penitencia, y allí estuvo 60 años y fueron muchos los que se le fueron juntando para recibir de él la dirección espiritual y aprender los métodos para llegar a la santidad.

El obispo de Egipto ordenó de sacerdote a Macario para que pudiera celebrarles la misa a sus numerosos discípulos. Después fue necesario ordenar de sacerdotes a cuatro de sus alumnos para atender las cuatro iglesias que se fueron construyendo allí cerca donde él vivía, para los centenares de cristianos que se habían ido a seguir su ejemplo de oración, penitencia y meditación en el desierto. Macario quería cumplir aquella exigencia de Jesús:




"Si alguno quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo"


Y se dedicó a mortificar sus pasiones y sus apetitos. Estaba convencido de que nadie será puro y casto si no les niega de vez en cuando a sus sentidos algo de lo que estos piden y desean. Deseaba dominar sus pasiones y dirigir rectamente sus sentidos. Sentía la necesidad de vencer sus malas inclinaciones, y notó que el mejor modo para obtener esto era la mortificación y la penitencia. Como su carne luchaba contra su espíritu, se propuso por medio del espíritu dominar las pasiones de la carne. A quienes le preguntaban por qué trataba tan duramente a su cuerpo, les respondía:


"Ataco al que ataca mi alma"


Y si a alguno le parecían demasiadas sus mortificaciones le decía:


"Si supieras las recompensas que se consiguen mortificando las pasiones del cuerpo, nunca te parecerían demasiadas las mortificaciones que se hacen para conservar la virtud"


En aquellos desiertos, con 40 grados de temperatura y un viento espantosamente caliente y seco, no tomaba agua ni ninguna otra bebida durante el día. En un viaje al verlo torturado por la sed, un discípulo le llevó un vaso de agua, pero el santo le dijo:


"Prefiero calmar la sed, descansando un poco debajo de una palmera"


Y no tomó nada. Y a uno de sus seguidores le dijo un día:


"En estos últimos 20 años jamás he dado a mis sentidos todo lo que querían. Siempre los he privado de algo de lo que más deseaban"


Dominaba su lengua y no decía sino palabras absolutamente necesarias. A sus discípulos les recomendaba mucho que como penitencia guardaran el mayor silencio posible. Y les aconsejaba que en la oración no emplearan tantas palabras. Que le dijeran a Nuestro Señor:


"Dios mío, concédeme las gracias que Tú sabes que necesito"


Y que repitiera aquella oración del salmo:


"Dios mío, ven en mi auxilio, Señor date prisa en socorrerme"


Admirable era el modo como moderaba su genio y su carácter, de manera que la gente quedaba muy edificada al verlo siempre alegre, de buen genio y que no se impacientara por más que lo ofendieran o lo humillaran.

A un joven que le pedía consejos de cómo librarse de la preocupación del qué dirán los demás, lo mandó a un cementerio a que les dijera un montón de frases duras a los muertos. Cuando volvió le preguntó Macario:


"¿Qué te respondieron los muertos?"

"NO me respondieron nada"


Le dijo el joven.


"¡Entonces ahora vas y les dices toda clase de elogios y alabanzas!"


El muchacho se fue e hizo lo que el santo le había mandado, y éste volvió a preguntarle:


"¿Qué te respondieron los muertos?"

"¡Padre, nada me respondieron!"

"Pues mira", le dijo el hombre de Dios: "Tú tienes que ser como los muertos: ni entristecerte porque te critican y te insultan, ni enorgullecerte porque te alaban y te felicitan. Porque tú eres solamente lo que eres ante Dios, y nada más ni nada menos"





A uno que le preguntaba qué debía hacer para no dejarse derrotar por las tentaciones impuras le dijo:




"Trabaje más, coma menos, y no les conceda a sus sentidos y a sus pasiones el gusto al placer inmediato. Quien no se mortifica en lo lícito, tampoco se mortificará en lo ilícito"


El otro practicó estos consejos y conservó la castidad.

Macario le pidió a Dios que le dijera a qué grado de santidad había llegado ya, y Nuestro Señor le dijo:


"Que todavía no había llegado a ser como la de dos señoras casadas que vivían en la ciudad más cercana"


El santo se fue a visitarlas y a preguntarles qué medios empleaban para santificarse, y ellas le dijeron que los métodos que empleaban eran los siguientes:


"Dominar la lengua, no diciendo palabras inútiles o dañosas. Ser humildes, soportando con paciencia las humillaciones que recibían y la pobreza y los oficios sencillos que tenían que hacer. Ser siempre amables y muy pacientes, especialmente con sus maridos que eran muy malgeniados, y con los hijos rebeldes y los vecinos ásperos y poco caritativos. Y como medio muy especial le dijeron que se esmeraban por vivir todo el día en comunicación con Dios, ofreciéndole al Señor todo lo que hacían, sufrían y decían, todo para mayor gloria de Dios y salvación de las almas"


Los herejes arrianos que negaban que Jesucristo es Dios, desterraron a Macario y sus monjes a una isla donde la gente no creía en Dios. Pero allí el santo se dedicó a predicar y a enseñar la religión, y pronto los paganos que habitaban en aquellas tierras se convirtieron y se hicieron cristianos.

Cuando los herejes arrianos fueron vencidos, Macario pudo volver a su monasterio del desierto. Y sintiendo que ya iba a morir, pues tenía 90 años, llamó a los monjes para despedirse de ellos. Al ver que todos lloraban, les dijo:


"Mis buenos hermanos: lloremos, lloremos mucho, pero lloremos por nuestros pecados y por los pecados del mundo entero. Esas sí son lágrimas que aprovechan para la salvación"


Jesús dijo:


"Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados (Mt. 5)"




"Dichosos los que lloran y se afligen por sus propios pecados. Dichosos los que lloran por las ofensas que los pecadores le hacen a Dios. Lloremos arrepentidos en esta vida, para que no tengamos que ir a llorar a los tormentos eternos"




Y murió luego muy santamente. Llevaba 60 años rezando, ayunando, haciendo penitencia, meditando y enseñando, en el desierto.


San Macario: santo penitente
consíguenos de Dios
la gracia de hacer penitencia
por nuestros pecados en esta vida,
para no tener que ir a pagarlos
en los castigos de la eternidad


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:

CARNAVAL = "Carne para Baal" - Los católicos no festejamos ni nos ofrecemos a Satanás - ¡Seamos fieles a Dios!




CARNAVAL = ¿Carne para Baal?


¡Qué extraño!


Es la fiesta de la carne para el ¿dios Baal?


¿Quién es Baal?


Este nefasto nombre "Baal" es mencionado en 33 ocasiones en la Sagrada Biblia Católica...


(Hebreo Bá'ál; plural, Be'alîm)


El culto a Baal se llevaba a cabo en los recintos sagrados de los lugares altos, muy numerosos a través del país (Núm. 22,41; 33,52; Deut. 12,2; etc. ) o en templos como los de Samaria (1 Rey. 16,32; 2 Rey. 10,21-27) y Jerusalén (2 Rey. 11,18) e inclusive en las azoteas de las casas (2 Rey. 23,12; Jeremías 32,29).

Se podía encontrar, según el lugar en particular, una imagen de la deidad (Hadad era representado por un ternero) o bien el bætylion (es decir, la piedra sagrada que en Canaán, por lo regular, tenía forma cónica), que originalmente pretendía representar al mundo, morada del dios.

Se quemaban incienso y esencias (2 Rey. 22,5; Jer. 7,9; 11,13; y conforme a la Biblia Hebrea 32,29), se servían bebidas (Jer. 19,13) y se ofrecían al baal sacrificios de bueyes y otros animales; incluso vemos (Jer. 7,31; 19,5; 32,35; 2 Crón. 28,3) que a menudo se quemaban niños de ambos sexos en sacrificio a Mélek (B.D. Moloc, V.A. Molech) y 2 Cron. 28,3 (quizás también 2 Rey. 21,6) nos dice que ocasionalmente se elegía a príncipes jóvenes como víctimas para esta severa deidad. En varios santuarios, grandes grupos de sacerdotes, distribuidos en varias clases (1 Rey. 18,19; 2 Rey. 10,19; 23,5; Sofonías 1,4; etc.) y vestidos con atuendo especial (2 Rey. 10,22) realizaban la función sagrada; oraban, le gritaban al baal, realizaban danzas alrededor del altar y en su excitación frenética se cortaban con navajas y lancetas hasta quedar completamente cubiertos de sangre (1 Rey. 18,26-28). Mientras tanto los adoradores seglares también oraban, se arrodillaban y rendían homenaje besando las imágenes o símbolos del baal (1 Rey. 19,18; Oseas 13,2, Biblia Hebrea) o inclusive sus propias manos. A esto hay que añadir las prácticas inmorales aceptadas en varios santuarios (1 Rey. 14,24; 2 Rey. 23,7; Dt 23,18) en honor al baal como varón de la reproducción y a su pareja Asera (B.D., Astarté; V.A. Astarot).


La Adoración a Baal entre los Israelitas


Nada pudo ser peor para una fe espiritual que esta sensual religión. De hecho, tan pronto los israelitas viniendo del desierto, tuvieron contacto con los adoradores de Baal, con la astucia de los madianitas y los atractivos del culto licencioso ofrecido a la deidad moabita (probablemente Kemós), fácilmente fueron apartados de su lealtad a Yahveh (Números 25,1-9). A partir de aquí el nombre del Baal de Peor (Beelphegor) quedó como una mancha oscura en la historia temprana de Israel (Oseas 9,10; Sal. 106(105),28). El terrible castigo infligido sobre los culpables tranquilizó por un tiempo las mentes de los hebreos. Nos resulta difícil decir qué tanto duró la impresión; pero sabemos esto: que cuando los israelitas se habían asentado en la tierra prometida nuevamente abandonaron al Dios verdadero, y rindieron homenaje a las deidades de sus vecinos cananeos (Jueces 2,11.13; etc.). Incluso las mejores familias no pudieron o no se atrevieron a resistir la seducción; por ejemplo, el padre de Gedeón, aún cuando su fe en el baal parece haber sido poco ferviente (Jueces 6,31), había erigido un altar idolátrico en Ofrá (Jc. 6,25). "Y el Señor, estando enojado contra Israel, los dejó en manos de los enemigos que habitaban a su alrededor". Los mesopotamios, madianitas, amalecitas, amonitas y sobre todo los filisteos fueron sucesivamente los vengadores providenciales de los desatendidos derechos de Dios.

En 1 Reyes 19,10-14, el profeta Elías describe el estado de abandono en que cayó la verdadera fe del Reino del Norte. "…los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares, han pasado a espada a tus profetas. Solo quedaron siete mil hombres cuyas rodillas no se doblaron ante Baal" (1 Rey. 19,18). Ocozías, hijo de Ajab y Jezabel, siguió los pasos de sus padres (1 Rey. 22,54) y aunque Joram, su hermano y sucesor, se deshizo del maccebhoth levantado por su padre, no se erradicó de Samaria el culto a Baal (2 Rey. 3,2-3) hasta que sus seguidores fueron asesinados y su templo destruido por órdenes de Jehú (2 Rey. 10,18-28). Con todo lo violenta que fue esta represión, apenas si sobrevivió al príncipe que la había emprendido. Los anales de los reinados de sus sucesores dan testimonio de que la corrupción religiosa volvió a prevalecer y el autor del Segundo Libro de los Reyes resumió así esta triste historia: "Abandonaron todos los mandamientos de Yahveh, su Dios, y se hicieron ídolos fundidos, los dos becerros; se hicieron cipos [asherah], y se postraron ante todo el ejército de los cielos y dieron culto a Baal. Hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la adivinación y los augurios, y se prestaron a hacer lo malo a los ojos de Yahveh, provocando su cólera. Yahveh se airó en gran manera contra Israel y los apartó de su rostro… deportó a Israel de su tierra a Asiria, hasta el día de hoy". (2 Rey. 17,16-18.23).

Fueron las invasiones de los babilonios las que asestaron un golpe de muerte al culto a Baal en Palestina. En la repatriación, Israel será el pueblo de Yahveh y Él su Dios (Ez. 14,11), y Baal se convertirá del todo en cosa del pasado.

Aún hoy... siguen reviviendo los diablos paganos... ¿Por qué se extrañan de todos los acontecimientos terribles que ocurren en el mundo?


Baal = es el Diablo...


¿Cómo nació el Carnaval?


FIESTAS PAGANAS como las que se realizaban en honor a Baco, el dios romano del vino, las Saturnales y las Lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontarían a la Sumeria y el Egipto antiguos, hace más de 5.000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio romano, desde donde se habría expandido la costumbre por Europa, siendo llevada a América por los navegantes españoles y portugueses a partir de fines del siglo XV.


NO se admite como celebración de tono religioso... porque es absolutamente PAGANO.


Es la fiesta y culto en honor de Satanás, con la idolatría, el consumo de alcohol y drogas, e infaltable: el sexo desenfrenado y la exhibición del cuerpo humano con toda la inmoralidad posible.


¿No es extraño que se festeje siempre antes de Cuaresma y Semana Santa?


Porque está en franca oposición a Dios... Se busca que todo el frenesí, la locura y la excitación provocados por estos diabólicos carnavales, frene la devoción a Dios: que se pierda la fe, y se desvíe a la humanidad para que evite profesarle amor a su único Dios Jesucristo, tanto en Cuaresma, como en Semana Santa y otras conmemoraciones.


Está Dios tan ofendido... 


¿Que estos pecadores no se imaginan, si de pronto Dios en su Ira Santa, los llame a cuentas? Es decir, les llega la muerte en medio de todos sus carnavales, y se vayan directo al Infierno, y comprueben que sí existe... Y no hay otra oportunidad para arrepentirse, regresar a Dios, pedirle perdón y convertirse...

Exactamente, lo que el mundo pagano e ignorante de esta terrible Verdad, está realizando hoy... con los tentáculos de los patrocinadores infaltables: el nuevo orden mundial, el globalismo, la masonería, el comunismo, la ideología de género, las sectas satánicas y todo lo que permita la destrucción de la humanidad.

Por tal razón, el "Carnaval" es una fiesta pagana, que rinde culto al pecado y por ende a Satanás...


¿Cómo se rinde "culto al Demonio"?


- Culto a los "Excesos"

- Culto a los "Vicios"

- Culto a la "Carne"


Sinónimos de inmoralidad, deleites y placeres perversos...

Anteriormente... se realizaban orgías con personas enmascaradas, para ocultar su identidad... y darle rienda suelta a sus pasiones desenfrenadas, sin tener que afrontar la vergüenza posterior de tales actos.


¿Consecuencias de participar en los carnavales?


Se registran mayores índices de violencia en todos sus niveles: intrafamiliar, riñas callejeras, violaciones y ataques sexuales. Rituales satánicos. Alto consumo de alcohol y drogas. Destrucción de la sociedad e inestabilidad familiar.


Del Nuevo Testamento
Carta a los Gálatas
Capítulo 5: 19-21


"Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios".


Los católicos no festejamos ni nos ofrecemos a Satanás. Ni prestamos nuestros cuerpos a la exhibición y disfrute de aberraciones demoníacas ni sexuales, tampoco a los excesos en comidas, bebidas o drogas alucinógenas.

Igualmente, es mucho mayor la gravedad de cometer estos pecados, ofendiendo conscientemente y a propósito a Dios, es decir: "pecar antes de Cuaresma" y entregar sus cuerpos a los deleites carnales, que le ofrece el demonio Baal; y pretender que cuando lleguen "los 40 días de conversión durante la Cuaresma", estos "hipócritas católicos y cristianos" busquen hacerse imponer la ceniza en la frente o cabeza, y mostrarse ante los demás como "católicos fervientes"... una máscara que se cae ante Dios, porque a Él nunca lo engañarán...

Para evitar esta falta grave pecaminosa, de burla e irrespeto a Dios, NO PARTICIPEN DE LOS CARNAVALES, NI SE DEJEN SEDUCIR DE TODOS LOS ENGAÑOS QUE LES PRESENTA EL DEMONIO BAAL = SATANÁS, CON TODOS LOS ENCANTOS Y EXCESOS DE SEXO, LUJURIA, FORNICACIÓN, GULA, ALCOHOL, DROGAS, ETC...

Seamos y comportémonos como VERDADEROS, HONESTOS CATÓLICOS Y CRISTIANOS. Que nuestra autenticidad y respeto por Dios, Él lo pueda ver (porque a Él nunca se puede engañar, Él lo sabe todo). Y cuando llegue la Cuaresma y Semana Santa, podamos participar con verdadera devoción, entrega y fidelidad.

Los católicos somos fieles sólo a Dios: en Cuaresma, Semana Santa y todas las demás conmemoraciones, devociones y festividades...


¡Hagamos feliz a Dios!


No le ocasionemos profunda tristeza con nuestra traición, preferencia e idolatría por Satanás, Su Enemigo y Enemigo nuestro.


¡Respeten a Dios,
de Él nadie se burla!


Fuente - Texto histórico bíblico tomado de EC.ACIPRENSA.COM:

Fuente - Texto tomado de ES.WIKIPEDIA.ORG: