lunes, 7 de noviembre de 2022

Beato Juan Duns Escoto - Doctor Sutil - (1265‑1308) - Fiesta Noviembre 8

  

Fuente: Franciscanos.net 


Sacerdote, doctor sutil y mariano (1265‑1308). San Juan Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo de 1993.

Juan Escoto nació en Duns, en Escocia, hacia 1265, entró en la Orden de los Hermanos Menores hacia 1280 y fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1291. Completó los estudios entre 1291 y 1296 en París. Luego enseñó en Cambridge, Oxford y París, como bachiller, comentaba las "Sentencias" de Pedro Lombardo. Tuvo que abandonar la universidad, por no haber querido firmar una apelación al Concilio contra Bonifacio VIII, promovida por Felipe el Hermoso, rey de Francia.

Regresó allí el año siguiente para obtener el doctorado, con una carta de presentación del Ministro general de la Orden, Padre Gonzalo Hispánico, que había sido su maestro, en la cual lo recomendaba como plenamente docto "sea por la larga experiencia, sea por la fama que se había extendido por todas partes, de su vida laudable, de su ciencia excelente y del ingenio sutilísimo" del candidato.

A fines de 1307 Juan Duns Escoto estaba en Colonia, donde enseñó. Quizás no hay doctor medieval más sobresaliente que este franciscano escocés, que estudió en Oxford, enseñó en París, fue expulsado por Felipe el Hermoso porque no quiso firmar la apelación antipapal y murió en Colonia, a la edad en que los otros filósofos comienzan a producir, como si la llama del pensamiento le hubiese quemado la juventud.




El título de Doctor Sutil que le dieron, dice toda su sublimidad. Sus teorías sobre la Virgen y sobre la encarnación obtienen después de siglos la confirmación en el Dogma de la Inmaculada Concepción y en el culto a la Realeza de Cristo.




Elabora el misticismo pensante de San Buenaventura. Escoto es un metafísico y un teólogo. Empleó su agudeza de ingenio en la sistematización de los grandes amores de San Francisco: Jesucristo y la Virgen Santísima. La posteridad también lo ha llamado Doctor del Verbo Encarnado y Doctor Mariano.

Tuvo numerosos discípulos y muy pronto llegó a ser y siguió siendo el jefe de la escuela franciscana, que se inició con el Beato Alejandro de Hales, se desarrolló con San Buenaventura, doctor Seráfico de la Iglesia, y llegó a su culminación en el Beato Juan Duns Escoto.

Su doctrina está en perfecta armonía con su espiritualidad.

Después de Jesús, la Virgen Santísima ocupó el primer puesto en su vida. Duns Escoto es el teólogo por excelencia de la Inmaculada Concepción.

El estudio de los privilegios de María ocupó un puesto importantísimo en su vida. En una disputa pública, permaneció silencioso hasta que unos 200 teólogos expusieron y probaron sus sentencias de que Dios no había querido libre de pecado original a la Madre de su Hijo.




Por último, después de todos, se levantó Juan Duns Escoto, tomó la palabra, y refutó uno por uno todos los argumentos aducidos contra el privilegio mariano; y demostró con la Sagrada Escritura, con los escritos de los Santos Padres y con agudísima dialéctica, que un tal privilegio era conforme con la fe y que por lo mismo se debía atribuir a la gran Madre de Dios. Fue el triunfo más clamoroso en la célebre Sorbona, sintetizado en el célebre axioma: "Potuit, decuit, ergo fecit (Podía, convenía, luego lo hizo)".

En Colonia, donde enseñaba, murió el 8 de noviembre de 1308.


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/op/articulos/35620/juan-duns-escoto-beato.html

Carta de San Luis María Grignion de Montfort - A los amigos de la Cruz



Carta circular
a los amigos de la Cruz


1. Puesto que la divina cruz me tiene oculto y me prohíbe hablar, no me es posible -y tampoco lo deseo- dirigiros la palabra a fin de manifestaros los sentimientos de mi corazón sobre la excelencia de la cruz y las prácticas divinas de vuestra unión en la cruz adorable de Jesucristo. No obstante, hoy, último día de mi retiro, salgo -por así decirlo- del encanto de mi interior para estampar en este papel algunos ligeros dardos de la cruz a fin de traspasar con ellos vuestros corazones. ¡Ojalá que para afilarlos sólo hiciera falta la sangre de mis venas en vez de la tinta de mi pluma! Pero, ¡ay!, aún cuando fuera necesaria, es demasiado criminal. ¡Sea, por tanto, el Espíritu de Dios vivo como la vida, fuerza y contenido de esta carta! ¡Sea su unción como la tinta! ¡Sea la adorable cruz mi pluma, y vuestro corazón, el papel!


I. Excelencia de la unión de los amigos de la Cruz


2. Estáis unidos vigorosamente, Amigos de la Cruz, como otros tantos soldados del Crucificado, para combatir el mundo. No huís de él, como los religiosos y religiosas, por miedo a ser vencidos, sino que avanzáis como intrépidos y valerosos guerreros en el campo de batalla, sin retroceder un solo paso ni huir cobardemente. ¡Ánimo! ¡Luchad con valentía! Uníos fuertemente; la unión de los espíritus y de los corazones es mucho más fuerte y terrible al mundo y al infierno de lo que lo serían los ejércitos de un reino bien unido para los enemigos del Estado. Los demonios se unen para perderos: uníos para derribarlos. Los avaros se unen para negociar y acaparar oro y plata: unid vuestros esfuerzos para conquistar los tesoros de la eternidad contenidos en la cruz. Los libertinos se unen para divertirse: uníos para sufrir.


A. Grandeza del nombre de Amigos de la Cruz


3. Os llamáis Amigos de la Cruz. ¡Qué nombre tan glorioso! Os confieso que me encanta y deslumbra. Es más brillante que el sol, más alto que los cielos, más glorioso y magnífico que los mayores títulos de reyes y emperadores. Es el nombre excelso de Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Es el nombre sin equívoco de un cristiano.

4. Pero si su brillo me encanta, no es menos cierto que su peso me espanta. ¡Cuántas obligaciones ineludibles y difíciles encierra este nombre! El Espíritu Santo las expresa con estas palabras: Linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios (1 P 2, 9). Un Amigo de la Cruz es un hombre escogido por Dios, entre diez mil personas que viven según los sentidos y la sola razón, para ser un hombre totalmente divino, que supere la razón y se oponga a los sentidos con una vida y una luz de pura fe y un amor vehemente a la cruz. Un Amigo de la Cruz es un rey todopoderoso, un héroe que triunfa del demonio, del mundo y de la carne en sus tres concupiscencias. Al amar las humillaciones, arrolla el orgullo de Satanás. Al amar la pobreza, triunfa de la avaricia del mundo. Al amar el dolor, mortifica, la sensualidad de la carne. Un Amigo de la Cruz es un hombre santo y apartado de todo lo visible. Su corazón se eleva por encima de todo lo caduco y perecedero. Su conversación está en los cielos. Pasa por esta tierra como extranjero y peregrino, sin apegarse a ella; la mira de reojo, con indiferencia, y la huella con desprecio. Un Amigo de la Cruz es una conquista señalada de Jesucristo, crucificado en el Calvario en unión con su Santísima Madre. Es un «Benoni» o Benjamín, nacido de su costado traspasado y teñido con su sangre. A causa de su origen sangriento, no respira sino cruz, sangre y muerte al mundo, a la carne y al pecado, a fin de vivir en la tierra oculto en Dios con Jesucristo. Por fin, un Amigo de la Cruz es un verdadero portaCristo, o mejor, es otro Cristo, que puede decir con toda verdad: Ya no vivo yo, vive en mí Cristo (Gal. 2, 20).

5. Queridos Amigos de la Cruz, ¿obráis en conformidad con lo que significa vuestro grandioso nombre? ¿Tenéis, por lo menos, verdadero deseo y voluntad sincera de obrar así, con la gracia de Dios, a la sombra de la cruz del Calvario y de Nuestra Señora de los Dolores? ¿Utilizáis los medios necesarios para conseguirlo? ¿Habéis entrado en el verdadero camino de la vida, que es el sendero estrecho y espinoso del Calvario? ¿No camináis, sin daros cuenta, por el sendero ancho del mundo, que conduce a la perdición? ¿Sabéis que existe un camino que al hombre le parece recto y seguro, pero lleva a la muerte?

6. ¿Sabéis distinguir con certeza entre la voz de Dios y su gracia y la del mundo y de la naturaleza? ¿Percibís con claridad la voz de Dios, nuestro Padre bondadoso, quien -después de maldecir por tres veces a todos los que siguen las concupiscencias del mundo: ¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! (Ap. 8, 13)- os grita con amor, tendiéndonos los brazos: Apartaos, pueblo mío (cf. Núm 16, 21; Is. 52, 2. 11; Ap. 18,4) escogido, queridos amigos de la cruz de mi Hijo; apartáos de los mundanos, a quienes maldice mi Majestad, excomulga mi Hijo y condena mi Espíritu Santo? ¡Cuidado con sentaros en su cátedra pestilente! ¡No acudáis a sus reuniones! ¡No os detengáis en sus caminos! ¡Huid de la populosa e infame Babilonia! ¡Escuchad tan sólo la voz de mi Hijo predilecto y seguid sus huellas! Yo os lo di para que sea camino, verdad, vida y modelo vuestro: Escuchadle. (Mc. 9, 7; Mt. 17, 5; Lc. 9, 35; 1 P. 1, 17) ¿Escucháis la voz del amable Jesús? Él, cargado con la cruz, os grita: Veníos conmigo. El que me sigue no andará en tinieblas. ¡Ánimo, que yo he vencido al mundo! (Jn. 8,12; 16,33).


B. Los dos bandos


7. Queridos hermanos, ahí tenéis los dos bandos con los que a diario nos encontramos: el de Jesucristo y el del mundo. A la derecha, el de nuestro amable Salvador. Sube por un camino estrecho y angosto como nunca a causa de la corrupción del mundo. El buen Maestro va delante, descalzo, la cabeza coronada de espinas, el cuerpo ensangrentado y cargado con una pesada cruz. Sólo le sigue un puñado de personas -si bien las más valientes-, ya que su voz es tan delicada que no se la puede oír en medio del tumulto del mundo o porque se carece del valor necesario para seguirlo en la pobreza, los dolores y humillaciones y demás cruces que es preciso llevar para servir al Señor todos los días.

8. A la izquierda, el bando del mundo o del demonio. Es el más nutrido, el más espléndido y brillante -al menos, en apariencia-. Lo más selecto del mundo corre hacia él. Se apretujan, aunque los caminos son anchos y más espaciosos que nunca, a causa de las multitudes que, igual que torrentes, transitan por ellos. Están sembrados de flores, bordados de placeres y diversiones, cubiertos de oro y plata.

9. A la derecha, el pequeño rebaño que sigue a Cristo habla sólo de lágrimas, penitencias, oraciones y menosprecio del mundo. Se oyen continuamente estas palabras, entrecortadas por sollozos: «Sufrimientos, lágrimas, ayunos, oraciones, olvidos, humillaciones, pobreza, mortificaciones. Pues el que no tiene el espíritu de Cristo -que es espíritu de cruz- no es de Cristo. Los que son del Mesías han crucificado sus bajos instintos con sus pasiones y deseos. (Gal. 5, 24). O somos imagen viviente de Jesucristo o nos condenamos. ¡Ánimo!, gritan. ¡Ánimo! Si Dios está por nosotros, en nosotros y delante de nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que está en nosotros es más fuerte que el que está en el mundo. Un criado no es más que su amo.

Una momentánea y ligera tribulación nos prepara un peso eterno de gloria. El número de los elegidos es menor de lo que se piensa. Sólo los esforzados y violentos arrebatan el cielo. Tampoco un atleta recibe el premio si no compite conforme al reglamento (2 Tim. 2,5), conforme al Evangelio y no según la moda. ¡Luchemos, pues, con valor! ¡Corramos deprisa para alcanzar la meta y ganar la corona! Son algunas de las expresiones con las cuales se animan unos a otros los Amigos de la Cruz.

10. Los mundanos, al contrario, para incitarse a perseverar en su malicia sin escrúpulos, gritan todos los días: «¡Vivir! ¡Vivir! ¡Paz! ¡Paz! ¡Alegría! ¡Comamos, bebamos, cantemos, bailemos, juguemos! Dios es bueno y no nos creó para condenarnos. Dios no prohíbe las diversiones. No nos condenaremos por eso. ¡Fuera escrúpulos! No moriréis...» (Gn 3,4).

11. Acordáos, queridos cofrades, de que el buen Jesús os está mirando y os dice a cada uno en particular:


«Casi todos me abandonan en el camino real de la cruz. Los idólatras, enceguecidos, se burlan de mi cruz como si fuera una locura; los judíos, en su obstinación, se escandalizan de ella como si fuera un objeto de horror; los herejes la destrozan y derriban como cosa despreciable. Pero -y esto lo digo con los ojos arrasados en lágrimas y el corazón traspasado de dolor- mis hijos, criados a mis pechos e instruidos en mi escuela, mis propios miembros, vivificados por mi Espíritu, me han abandonado y despreciado, haciéndose enemigos de mi cruz. ¿También vosotros queréis marcharos? (Jn. 6, 67) ¿También vosotros queréis abandonarme, huyendo de mi cruz, igual que los mundanos, que en esto son otros tantos anticristos? ¿Queréis -para conformaros a este siglo- despreciar la pobreza de mi cruz para correr tras las riquezas; esquivar los dolores de mi cruz para buscar los placeres; odiar las humillaciones de mi cruz para codiciar los honores? Tengo aparentemente muchos amigos que aseguran amarme, pero en el fondo me aborrecen, porque no aman mi cruz. Tengo muchos amigos de mi mesa y muy pocos de mi cruz».


12. Ante llamada tan amorosa de Jesús, superémonos a nosotros mismos. No nos dejemos arrastrar por nuestros sentidos -como Eva-. Miremos solamente al autor y consumador de nuestra fe, Jesucristo crucificado. Huyamos de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo corrompido. Amemos a Jesucristo como se merece, es decir, llevando la cruz en su seguimiento. Meditemos detenidamente estas admirables palabras de nuestro amable Maestro, pues encierran toda la perfección cristiana:




"El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga" (Mt. 16,24; Lc. 9,23).

ESCÁNDALO - La Agenda 2030 busca «subvertir los diez mandamientos»: 12 motivos de fe para no aceptarla



25 de Octubre de 2022 / 09:14


"¡Es el globalismo!": esta acusación, que hace unos años se hacía en voz baja y con miedo a la opinión pública es hoy una palabra en boca de todos.

Ciudadanos de a pie, tertulianos de no pocas emisoras de radio e incluso artículos periodísticos y conversaciones en el vagón de metro delatan que este término referido a la supresión de las soberanías e identidades nacionales cobra cada vez mayor protagonismo.

Sin embargo, los expertos en la cuestión afirman que no es nada nuevo. De hecho, según el doctor en Historia Tomás López Pizcueta, el "brazo armado" del Globalismo -la "Agenda 2030"- no es sino un "resumen y compendio de las decisiones de las grandes conferencias internacionales de la ONU sobre población" desde la década de los años 50 del siglo pasado.

Como doctor en Historia y antiguo encargado de la digitalización de medios de comunicación como La Vanguardia, Pizcueta ofrece una diferenciación digna de atención. Especialmente para los católicos interesados al respecto, pues no son muchos los que se atreven a afirmar como él que el conflicto ideológico a día de hoy va más allá del "Globalismo vs Patriotismo".

En su opinión, esta es una parte importante del debate, pero no la nuclear. "Estamos ante un combate que debe plantearse como algo espiritual", afirma enérgico. Y como tal, sus orígenes se remontan al comienzo de la humanidad.

Sin embargo, observa cómo esta Agenda 2030 y sus 17 objetivos -reconocibles por el logo multicolor que la práctica totalidad de políticos lucen en su solapa- se difunden entre no pocos católicos que considera "víctimas del buenismo". Estos, dice, olvidan que "la Agenda es lo que es y no lo que nos gustaría que fuera".

Pero, ¿qué es la Agenda 2030? Para muchos es algo desconocido, para otros una serie de metas loables y filantrópicas. Algunos creen que no es "ni mucho ni tan poco" y los más versados los contemplan como una serie de objetivos destinados a cumplirse en los próximos años, propuestos -o impuestos- por los grandes poderes globales.

Para Pizcueta no es más que una forma más de erosionar la Civilización cristiana y, por tanto, algo que "un católico coherente no puede suscribir".

¿El motivo? Fue la tesis de su última conferencia al respecto. Te ofrecemos 12 razones que ofreció el mismo Pizcueta:


1º Un fundamento ético… de dudosa ética: la Carta de la Tierra


El primer argumento es el fundamento ético de la Agenda 2030, para Pizcueta residente en la Carta de la Tierra. Un documento firmado en 1997 y prologado por Mijaíl Gorbachov -Jefe de Estado de la URSS entre 1988 y 1991- que expresa la intención de "ayudar a la humanidad a cambiar la visión antropológica del hombre".




"Se necesita hacer la transición del hombre como rey de la naturaleza a la convicción de que forma parte de ella. Necesitamos un nuevo paradigma que reemplace los vagos conceptos antropológicos… y el mecanismo que usaremos será el reemplazo de los diez mandamientos por los principios contenidos en esta carta", añade el documento.


2º La Tierra, ¿es merecedora de adoración?




El doctor en Historia destaca que si bien desde la cosmovisión cristiana "siempre se ha apoyado el cuidado de la tierra y la creación", este no ha sido "por la naturaleza en sí, sino por ser un regalo de Dios". "La Tierra es un don de Dios y debemos cuidarla, es un bien moral". Sin embargo, la Agenda, lejos de contener ningún referente espiritual, "trata de ser una especie de cielo en la Tierra, pero sin Dios".


3º Suprime las soberanías, identidades y tradiciones nacionales - También las cristianas




De hecho, "especialmente" las cristianas, según Pizcueta. Y es que en su opinión, los promotores de la Agenda 2030 quieren, con ella, "derrumbar, debilitar y suprimir las soberanías nacionales" legítimas. ¿Cómo? "Haciendo un documento que se imponga como principio y guión -la Agenda- de toda decisión política. Todo gira en alrededor de ella, ya no sirven las constituciones nacionales, muchas de ellas [especialmente las] impregnadas de valores cristianos", responde.


4º No persigue el bien de la persona, sino el de la Tierra




Una idea fuerza a lo largo de toda la ponencia fue la raíz maltusiana de la Agenda 2030, consistente en la teoría que justifica el control de la población para que haya recursos para todos, explica Pizcueta: "A través del aborto -que no deja de ser un genocidio- de la ideología de género -con la que no se puede concebir- o fomentando la eutanasia y eugenesia, pues es mejor que esas personas no vengan -según sus partidarios-. La ecología es el centro de toda decisión y no la persona".

A continuación se refirió brevemente al Concilio Vaticano I para expresar que "todo lo que tenemos es un regalo de Dios, porque por lo que nos ama ha querido crearlo, no para aumentar su gloria sino para manifestarla y comunicarla".


5º Una nueva religión al margen de Dios y la Verdad




Acto seguido el historiador citó las palabras de Paul Watson, confundador de Greenpeace -no importa lo que es verdad, solo cuenta lo que la gente cree que es la verdad- para referirse a la revisión de la religión que pretende llevar a cabo la propia Agenda.

Y es que "hay que sacralizar el discurso porque al hacerlo lo revestimos de espiritualidad, de algo sagrado, grande y elevado. Por tanto, hagamos que el ecologismo sea una nueva religión mientras se vacía a la católica", explica, concebida cada vez más como "una institución de autoayuda".

"Pero la Iglesia no es una ONG, no es solo un grupo de gente buena que hace cosas buenas: es la transmisora, custodia y guardiana de la fe que nos dio Jesucristo y no podemos vaciarla de su contenido", afirma.


6º Condena -y combate- al cristianismo como culpable de la crisis




En este sentido, recoge que mientras el mensaje evangélico al respecto es que "Dios dio la creación para su explotación y nuestros propios fines", el de los partidarios de la agenda es el contrario: "Pertenecemos a la Tierra, la Tierra no nos pertenece".

"Sin embargo, la cosmovisión católica al respecto -conocida como abrahámica- es que Dios creó al hombre y le dijo: `Someted a la tierra´. Una visión que debe ser combatida que tienen los cristianos -y particularmente los católicos-", según la cual "es voluntad de Dios que el hombre explote la tierra para sus propios fines", explica. Siguiendo estos pasos, solo resta una consideración de cara a los cristianos: "El cristianismo es el culpable de la crisis medioambiental y debemos combatirlo".


7º Suplantada la fe, el ecologismo asciende como una nueva religión




Pizcueta explica que en este conflicto, el paradigma moral del ecologismo es "cuidar del planeta en sí mismo, no por ser un bien moral que hace mejor al hombre". Asimismo, añade, "es un proyecto de ética universal, pero basado en valores relativos y sostenibles" basados en el consenso.




Así, "no solo pretenden eliminar los diez mandamientos, sino subvertirlos tratando de convertir lo malo en bueno e incluso en un derecho, una perversión de todo el orden natural", explica.

Menciona, además, que pretende ser un cuerpo de valores "sostenibles pero basados en el consenso". Algo que es "imposible", pues cuando deje de haber consenso dejará de ser sostenible: "Para que [un proyecto] sea sostenible, tiene que estar basado en valores inmutables y universales como en los diez mandamientos, que no son patrimonio de los católicos sino de toda la humanidad, porque ahí se compendia toda la Ley Natural".


8º Para la Agenda, el hombre es "un ser vivo más de la creación"




"Según ellos, el hombre es una plaga y causante de todo este desastre, por tanto hemos de acabar con él con el aborto o la eutanasia. El hombre no tiene dignidad, solo la Madre Tierra", dicen. "Sin embargo, el hombre tiene dignidad, entre otras cosas porque Cristo se encarnó en un hombre. El Hombre, después de los ángeles, es la criatura más excelsa de Dios y no una plaga", afirma.


9º Elimina a Dios y pone el cuidado de la tierra como fin del hombre




Además de sustituir la moral cristiana por una conciencia ecológica, explica. En este sentido, destaca la importancia de que los cristianos asuman que el mensaje evangélico es actual y universal, también en lo relativo al cuidado de la creación. Algo en lo que, sin embargo, puede llevar a confusión entre medios y fines.

"Cuidar el planeta, enseñar a los niños a no tirar la comida o a no tirar el papel al suelo… todo ello no se debe enseñar [en última instancia] por cuidar el planeta, sino por no ser sucios, por nuestra virtud". Además, "es falso que Dios no creó al hombre para ser una parte de la naturaleza, sino para que la dominase y viviera de ella", explica.


10º Promueve la eliminación de la familia o la familia pequeña




Antes de finalizar su intervención, Pizcueta citó uno de los puntos de la Conferencia Mundial de Población de Bucarest de 1974 -antecedente de la Agenda- como una de las grandes conferencias promotoras de la disminución de la natalidad y la familia:

"Empleen, cuando sea necesario y conveniente, a personal sanitario profesional y auxiliar adecuadamente capacitado, trabajadores de divulgación rural y de economía doméstica y trabajadores sociales, así como conductos no gubernamentales, para ayudar a prestar servicios de planificación de la familia y asesoramiento a los que utilicen métodos anticonceptivos. Se aseguren de que la información y la instrucción sobre planificación de la familia y otras cuestiones que afectan la fecundidad se basen en conocimientos científicos válidos y probados e incluyan una descripción completa de todo riesgo que pueda acarrear el uso de métodos anticonceptivos o el no usarlos".


11º Promueve el relativismo sexual, el aborto y la liberación sexual




Para Pizcueta, uno de los principales problemas que presenta la Agenda respecto a la fe católica es el relativo a la libertad sexual. La libertad de la Agenda, definida vagamente como la "paz universal dentro de un concepto más amplio de libertad", conlleva la ampliación de los llamados derechos sexuales y reproductivos -aborto, uniones homosexuales o igualdad de géneros-, siguiendo la máxima de la Escuela de Frankfurt de que "la paz llega cuando la persona se libera sexualmente".

En este sentido, la Agenda emplea un lenguaje encaminado a "caer en el relativismo", de modo que sociedades 'inclusivas' es "el todo vale" y la salud sexual significa "aborto": "Los cristianos no rechazamos a ningún homosexual y deberíamos amar a todos porque así lo enseñó Nuestro Señor. Pero se quiere al pecador, no al pecado, y no todo vale. Se trata de una rebelión contra Dios y la naturaleza".


12º Dirigida a eliminar al que impida el desarrollo sostenible




Cita en último lugar la interpretación del tercer ODS del documento Transformar nuestro mundo, que manifiesta su compromiso en "garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación". Asimismo, valora "las enfermedades no transmisibles, incluidos los trastornos conductuales, evolutivos y neurológicos" -como el síndrome de Down- como "un grave impedimento para el desarrollo sostenible" susceptible de esos servicios de "planificación familiar".


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM: