viernes, 14 de octubre de 2022

Santa Teresa de Ávila - Virgen y Doctora de la Iglesia - Fiesta Octubre 15

   



Teresa de Ávila nace en Ávila el 28 de marzo de 1515, en la casa señorial de Don Alonso Sánchez de Cepeda y Doña Beatriz Dávila de Ahumada. Desde muy pequeña manifestó interés por las vidas de los santos y las gestas de caballería. Su madre muere en 1528 contando ella 13 años, y pide entonces a la Virgen que la adopte hija suya. A medida que se hace mayor, la vocación religiosa se le va planteando como una alternativa, aunque en lucha con el atractivo del mundo.

A los 18 años, entra en el Carmelo. Su hermano Rodrigo parte a América, su hermana María al matrimonio y una amiga suya ingresa en La Encarnación. Con ella mantendrá largas conversaciones que la llevan al convencimiento de su vocación, ingresando, con la oposición de su padre, en 1535. Dos años después, en 1537, sufre una dura enfermedad, que provoca que su padre la saque de la Encarnación para darle cuidados médicos, pero no mejora y llega a estar cuatro días inconsciente, todo el mundo la da por muerta. Finalmente se recupera y puede volver a la Encarnación dos años después en 1539, aunque tullida por las secuelas, tardará en valerse por sí misma alrededor de tres años. Muere su padre en 1544.

En la Cuaresma del año 1554, contando ella 39 años y 19 como religiosa llora ante un Cristo llagado pidiéndole fuerzas para no ofenderle. Desde este momento su oración mental se llena de visiones y estados sobrenaturales, aunque alternados siempre con períodos de sequedad. Aunque recibe muchas visiones y experiencias místicas elevadas, es una visión muy viva y terrible del infierno la que le produce el anhelo de querer vivir su entrega religiosa con todo su rigor y perfección, llevándola a la reforma del Carmelo y la primera fundación.

A los 45 años, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprende una nueva vida cuya divisa será: "O sufrir o morir". Es entonces cuando funda el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecerá en España. Con San Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582.


Fundó en total 17 conventos:


  1. Ávila (1562)
  2. Medina del Campo (1567)
  3. Malagón (1568)
  4. Valladolid (1568)
  5. Toledo (1569)
  6. Pastrana (1569)
  7. Salamanca (1570)
  8. Alba de Tormes (1571)
  9. Segovia (1574)
  10. Beas de Segura (1575)
  11. Sevilla (1575)
  12. Caravaca de la Cruz (1576)
  13. Villanueva de la Jara (1580)
  14. Palencia (1580)
  15. Soria (1581)
  16. Granada (1582)
  17. Burgos (1582) en el año de su muerte


Muere sin haber publicado ninguna de sus obras, sin haber logrado fundar en Madrid (a pesar de su ilusión), sin haber separado la orden de los descalzos de la de calzados y con dudas sobre si sus monasterios se podrían mantener con el espíritu que ella infundió. Teresa escribió muy poco por iniciativa suya, muchas cartas, alguna poesía y anotaciones. Pero sus obras maestras son fruto de la obediencia a sus superiores, que veían el interés de que escribiera sus experiencias y enseñanzas. Y así comienza todos sus escritos mayores aceptando su encargo con obediencia, pero con notable esfuerzo por su parte. Su vida es fiel reflejo de lo que avisaba a sus monjas: que las gracias recibidas en la oración son para darnos fuerza en servir a los demás. Aunque Teresa es conocida por lo elevado de las gracias místicas y visiones que recibe, su oración no la aparta del mundo, sino que hace que se entregue con especial fuerza y respaldo a las obras que le son encomendadas sufriendo en viajes, discusiones y continuas trabas, burlas y desplantes de sus contemporáneos.

Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622, y nombrada Doctora de la Iglesia Universal por Pablo VI el 27 de septiembre de 1970. La primera mujer de las tres actuales doctoras de la Iglesia. Las otras son Santa Catalina de Siena y otra carmelita descalza: Santa Teresita del Niño Jesús.


Jesús yo confío en Ti




¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te entregues a Mí, todo se resolverá
con tranquilidad según mis designios.

No te desesperes, no me dirijas una oración agitada,
como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos,
cierra los ojos del alma y dime con calma:
JESÚS CONFÍO EN TI.

Evita las preocupaciones angustiosas
y los pensamientos sobre lo que puede suceder,
no estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas.
Déjame ser Dios y actuar con libertad.
Entrégate confiadamente en Mí, reposa en Mi,
y deja en mis manos tu futuro,
dime frecuentemente:
JESÚS CONFÍO EN TI.

Lo que más te daña querer resolver
las cosas a tu manera, cuando me dices:
JESÚS CONFÍO EN TI.

No seas como el paciente que le dice
al médico que lo cure, pero le dice el modo de hacerlo.
Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo, Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración.
Sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía.
Continúa diciéndome a todas horas:
JESÚS CONFÍO EN TI.

Necesito las manos libres para poder obrar,
no me ates con tus preocupaciones inútiles.
Satanás quiere agitarte, angustiarte, quitarte la paz.
CONFÍA EN MÍ.
REPOSA EN MÍ.
ENTRÉGATE A MÍ.

Yo hago los milagros en la proporción
de la entrega y de la confianza que tienes en Mí.
Así que no te preocupes, echa en Mí
todas tus angustias y duerme tranquilo.
Dime siempre:
JESÚS CONFÍO EN TI,
y verás grandes milagros.
Te lo prometo por mi amor.


Dichos de Santa Teresa de Ávila




  • "...Procuremos siempre mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados... tener a todos por mejores que nosotros..."
  • "Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías".
  • "Tener gran confianza... Quiere su Majestad y es amigo de ánimas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza en sí".
  • "Guíe su Majestad por donde quisiere. Ya no somos nuestros, sino suyos".
  • "Tu deseo sea de ver a Dios; tu temor, si le has de perder, tu dolor, que no le gozas, y tu gozo, de lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz".
  • "Dios no ha de forzar nuestra voluntad; toma lo que le damos, mas no se da a Sí del todo hasta que nos damos del todo".
  • "Quizá no sabemos qué es amar, y no me espantaré mucho; porque no está en el mayor gusto, sino en la mayor determinación de desear en todo a Dios, y procurar en cuanto pudiéremos, no ofenderle".
  • "Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa, sino en el portal de Belén adonde nació y la cruz adonde murió".
  • "Harta misericordia nos hace a todos los que quiere Su Majestad, entendamos que es Él, el que está en el Santísimo Sacramento. Mas que le vean descubiertamente y comunicar sus grandezas y dar de sus tesoros, no quiere sino a los que entiende que mucho desean, porque éstos son sus verdaderos amigos".
  • "No hay que menester alas para ir a buscar a Dios, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí".
  • "Quienes de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno lo dan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden".
  • "El amor de Dios no ha de ser fabricado en nuestra imaginación, sino probado por obras".
  • "No le parece que ha de haber cosa imposible a quien ama".
  • "Miré yo a mi Amado y mi Amado a mí; miró Él por mis cosas y yo por las suyas".
  • "Sólo amor es el que da valor a todas las cosas".
  • "Siempre he visto en mi Dios harto mayores y más crecidas muestras de amor, de lo que yo he sabido pedir ni desear".
  • "¿Quién no temerá habiendo gastado parte de la vida en no amar a su Dios?"
  • "¡Oh Señor y verdadero Dios mío!  Quien no os conoce, no os ama".
  • "Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y Vos, Bien mío, queréis mirar con amor".
  • "Usé siempre hacer muchos actos de amor, porque encienden y enternecen el alma".
  • "La perfección verdadera, es amor de Dios y del prójimo".
  • "Quien no amare al prójimo no os ama, Señor mío".
  • "El amor de Dios es el árbol de la vida en medio del paraíso terrenal".
  • "El amor de Dios se adquiere resolviéndonos a trabajar y a sufrir por Él".
  • "La mejor manera de descubrir si tenemos el amor de Dios, es ver si amamos a nuestro prójimo".
  • "No sabemos amar... no está en el mayor gusto sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios..."
  • "Darse del todo al Todo, sin hacernos partes".
  • "Juntos andemos Señor, por donde fuisteis, tengo que ir; por donde pasastes, tengo que pasar".
  • "Todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos..."
  • "Es imposible... tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende que está favorecido de Dios".

Poema

Nada Te Turbe


Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
“nada te turbe”.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
“nada te espante”.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
“todo se pasa”.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
“Dios no se muda”.




Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin “la paciencia”.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
“todo lo alcanza”.




Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
“quien a Dios tiene”.

Véngale desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
“nada le falta”.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
“sólo Dios basta”.


Fuente - Texto tomado de SANTATERESADEJESUS.COM:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

Cardenal Zen: «No puedo ver la presencia del Espíritu Santo en el Camino Sinodal de Alemania»



Por Redaccioninfovaticana | 13 de Octubre de 2022

JOSEPH ZEN ZE-KIUN


En la primera charla, el Card. Zen habló sobre el documento de la Comisión Teológica Internacional “La Sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia”. En esta segunda charla, el Card. Zen habla sobre la actitud de ciertos teólogos que, a pesar de participar activamente en el Concilio Vaticano II, consideraron que su postura no había sido plenamente aceptada, por lo que se dedicaron a publicitar su propia lectura del Concilio, afectando amplios sectores de la Iglesia.

Un ejemplo de esto, tanto elocuente cuanto negativo, es el del “Catecismo Holandés” y la Iglesia de los Países bajos, y el abrupto descenso de vocaciones y fieles que se sigue registrando aún hoy año tras año. Es la consecuencia del abuso o mala interpretación de la sinodalidad, cuando los que tienen que gobernar no lo hacen, y los que no tienen que gobernar se levantan a mandar. Una Iglesia totalmente democrática dejaría de ser la Iglesia que fundó Jesucristo. Se dice hoy que el “clericalismo” es el principal obstáculo para la sinodalidad, que afecta a toda la Iglesia. Pero, ¿es correcto este diagnóstico? Los hechos muestran que no, que el principal problema de la Iglesia de hoy es la falta de fidelidad a la tradición y la excesiva democratización. De hecho, no hay mayor clericalismo que empujar a los fieles a puestos de mando en la Iglesia, haciéndoles olvidar de lo central de su vocación, santificarse en el mundo y santificar al mundo.

Otro ejemplo negativo es el de la Iglesia Alemana actual y su “camino sinodal”, que ha llevado ya a consecuencias gravísimas. El “camino sinodal” alemán es fruto de una visión totalmente secularizada, no se ve en él la presencia del Espíritu Santo. Y todos estos equívocos en cierto modo han sido ocasionados y promovidos por expresiones demasiado extremas del instrumentum laboris que vino de la Santa Sede para el Sínodo sobre la Sinodalidad.

Es necesario rezar por la formación de los sacerdotes en los seminarios, y por la fidelidad de cada uno a su propia vocación y rol dentro de la Iglesia, que los fieles participen activamente, y que los pastores gobiernen y guíen a su rebaño.

P. Pablo Trollano IVE




TRANSCRIPCIÓN


Queridos amigos, en nuestra última conferencia introdujimos el actual sínodo, cuyo tema es justamente la “sinodalidad”, y también presentamos un documento muy importante, “La sinodalidad en la Iglesia”. El instrumentum laboris de la curia romana lo cita al principio, lo que muestra que es muy importante. Este documento explica justamente qué es la “sinodalidad”, cuya traducción al chino es “共議同行”, en inglés es “synodality”. “Sinodalidad” es un sustantivo abstracto, significa un espíritu (abstracto), es entonces el espíritu de sinodalidad, -aunque lo espiritual (abstracto) sea difícil de aferrar-.

La sinodalidad debe de tener una forma, y su forma puede verse en la historia de la Iglesia: el primer Concilio Ecuménico de Jerusalén es ejemplar a este respecto. Hay Concilios Ecuménicos, hay también Concilios Episcopales Regionales, y también hay Sínodos de Obispos y Sacerdotes.

Un excelente ejemplo de esto es, como ya mencionamos la vez anterior, el Concilio de Trento. Era un momento muy crítico, la Iglesia tenía gran necesidad de renovación, fue un Concilio muy grande, y duró muchos años, más grande incluso que el C. Vaticano II, porque pasó por tres Papas, -el C. Vaticano II solo pasó por dos papas-, fue un trabajo muy duro y esforzado, pero, al fin, se puede decir que Dios usó este modo para salvar la Iglesia, renovándola verdaderamente.

En relación a la noción de “sinodalidad”, en el C. Vaticano II se habló muy claro, porque el tema del Concilio era precisamente La Iglesia. Ya en el capítulo 1º de la Lumen Gentium se indica qué es la iglesia: es la Iglesia es la presencia de Dios, -no hay solo hombres y mujeres- sino que es la presencia de Dios. El capítulo 2º habla del “Pueblo de Dios”, Dios quiere que toda la humanidad llegue a ser un solo pueblo que lo siga y lo obedezca. Antes, la gente tal vez solía pensar que la Iglesia era solo el obispo y el templo; no es así, debe ser el Pueblo de Dios. Recién en el 3º capítulo de la Lumen Gentium se habla del Obispo. Por lo tanto, el C. Vaticano II dice que es el Espíritu Santo el que guía a la Iglesia, distinguiendo dos niveles, de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba. De arriba hacia abajo por la jerarquía del orden sagrado, el Papa, los Obispos, y los sacerdotes que ayudan a ambos; abajo están todos los fieles laicos que poseen el oficio sacerdotal y profético, así que todos deben participar activamente, esto es algo muy claro.

Continuemos con nuestra charla de hoy. La verdad es muy preciosa, pero el hombre es propenso a irse a los extremos, a veces demasiado a la izquierda, a veces demasiado a la derecha; hay que tener cuidado, hay que situarse en el justo medio.

El C. Vaticano II fue convocado por el Papa Juan XXIII y por el Papa Pablo VI. Al comienzo estaba lleno de esperanza, fue un proceso muy difícil, pero concluyó con éxito. El nombre del Papa Juan Pablo I es muy interesante, Juan y Pablo, un nombre doble, expresaba que él quería seguir la línea de Juan XXIII y Pablo VI, por desgracia, falleció muy poco tiempo después.

El Papa Juan Pablo II dijo: también utilizaré este nombre, Juan Pablo II, yo también los seguiré, no tengo un camino propio, sino que el Concilio es mi camino. Es así como en la Iglesia se dio esta dirección muy acertada.

Pero este no es necesariamente el caso de otras personas en la Iglesia. Algunos teólogos, a pesar de su contribución al Concilio, sin embargo, al final del Concilio, sentían que su pensamiento no fue plenamente aceptado, y por esto siguieron su propio camino. Lamento tener que dar algunos ejemplos concretos. El ejemplo más conocido: hablemos de la experiencia holandesa y la experiencia de la Iglesia alemana actual.

Veamos la experiencia de la Iglesia católica holandesa. En el C. Vaticano II algunos teólogos muy conocidos de los Países Bajos participaron del Concilio acompañando a sus obispos, y desempeñaron un papel importante. Pero al Concilio no lo deciden los teólogos, sino que son los obispos quienes, tras escuchar a los teólogos y después de una detallada discusión de todos, aprueban el documento final por mayoría absoluta. Por esto, con respecto al Concilio, no hay que atender a lo que dicen estos teólogos, para conocer las enseñanzas del C. Vaticano II hay que leer los documentos del Concilio.

Pues bien, esos teólogos, después de que asistieron al Concilio, sintieron que sus palabras no habían sido del todo aceptadas, y así siguieron divulgando su propia posición. Holanda muy rápidamente publicó su “Catecismo Holandés”, poco después de la conclusión del Concilio en 1966 ya lo habían publicado. Fue un éxito de ventas en su momento, porque en muchas partes era poco ortodoxo, proponiendo una teología nueva. La Santa Sede, por supuesto, estaba muy preocupada; en ese momento, el Papa Pablo VI creyó necesaria una enmienda, pero ellos no lo corrigieron. Con el apoyo de estos teólogos, el Consejo Nacional de Pastoral de los Países Bajos era muy poderoso, y celebraron una reunión en 1970, invitando a los obispos a asistir. Los Obispos ya sabían que era para desafiarlos a ellos, decían que la Iglesia debía de ser democrática, que todos juntos debían gobernar la Iglesia. Antes de esto, los obispos se resistían, pues juzgaban que la Iglesia debe ser gobernada por el obispo. ¡Quién iba a esperar que los obispos, al asistir a la reunión, ante la multitud de teólogos y laicos dijeron: “pues bien, entonces, gobernemos juntos”!, y así capitularon. Este fue un gran fracaso.

Es justo decir que, a partir de ese año la Iglesia en Holanda comenzó a declinar. Tradicionalmente, había más protestantes que católicos en Holanda, pero en las décadas de 1960 y 1970, es decir, en el período del Concilio, en los Países Bajos había más católicos que protestantes. El número de católicos entonces era del 40% de la población del país, a partir de ese momento, fue descendiendo progresivamente. El Papa Juan Pablo II estaba preocupado por esto, en 1979 viajó a los Países Bajos para convocar un Sínodo de Obispos, los resultados no fueron muy satisfactorios, pero él hizo todo lo que pudo. Él quería visitar de nuevo los Países Bajos en 1985, recibió la oposición de muchos, pero finalmente fue. De todos modos, antes de la visita del Papa, surgió una gran polémica en la Iglesia holandesa, se celebró una reunión muy grande, incluso desde ese día se creó un movimiento, llamado “Movimiento 8 de Mayo” en contra de la visita del Papa a los Países Bajos. En 2014, el Papa Francisco también tenía intención de visitar los Países Bajos, los obispos locales le aconsejaron al Papa que no fuera, diciendo que, no es que no lo quisieran recibir, sino que estaban preocupados por la falta de interés de los holandeses en la visita del Papa. ¡Qué tristeza!

En la época del Concilio, los católicos en los Países Bajos eran el 40%, en 2003, habían descendido al 30%, que se redujo al 22% en 2015, y ha ido disminuyendo cada año desde entonces. Una cosa son los católicos registrados, otra cosa son los fieles que realmente van a la Iglesia. En 2006, por ejemplo, el número de fieles era cerca del 20% de la población, pero solo el 1,2% iba a Misa, por esto, muchos templos cerraron, algunos se han convertido en restaurantes, otros en centros comerciales. Realmente triste.

Pero lo más importante es preguntar: ¿Qué hay acerca de la fe de estos fieles? Están los números de las estadísticas: según las estadísticas de 2015, solo el 13% de los fieles cree en el Cielo, un 17% cree en un dios personal, los que creen que Jesús es el Hijo de Dios o enviado por Dios son menos del 50%, menos de la mitad, así que la fe se está debilitando. De vez en cuando, por supuesto, algún obispo se levanta, y no sigue esta tendencia, pero son los menos. Así que, actualmente la Iglesia Católica en los Países Bajos casi ha desaparecido, los templos no abren entre semana, el número de templos ya es reducido, y no están abiertos, abren solo los domingos. Esto refleja claramente que si una iglesia no sigue el plan por Dios está destinada a declinar. Es un ejemplo de lo que no hay que hacer, espero que nosotros podamos mantener el justo medio, por un lado, el espíritu de participación, caminando juntos sinodalmente, pero también es necesario aceptar el gobierno del orden sagrado. Esta es una experiencia a la que debemos prestar atención.

Ahora, ¿por qué quiero traer en cuestión estas circunstancias negativas? Porque, acerca de los documentos que llegaron de la Curia Romana, creo que de la orientación para aplicar este Sínodo es posible que surjan ciertos peligros, porque veo que algunas de las expresiones son muy extremas.

El documento dice que la “sinodalidad” es, por supuesto, la esencia de la Iglesia, y siempre ha sido así. Pero actualmente, dentro de la Iglesia, existe la opinión de que han surgido obstáculos en contra de la sinodalidad, y toda la iglesia debe ocuparse de esto que la afecta profundamente, ¿qué es lo que la afecta? ¡El Clericalismo! El Papa Francisco se refirió muchas veces al Clericalismo, dijo que hay que deshacerse de la cultura del Clericalismo, que es como un lastre del pasado.

Reconocemos que en el pasado tal vez hubo clericalismo en la Iglesia. De hecho, es la tendencia al abuso de autoridad por parte de quienes la ejercen. Pero, actualmente, dentro de la Iglesia ¿existe tal peligro? Parece que no, el peligro actual es la excesiva democratización.

Mirando a nuestro entorno, ¿existe realmente clericalismo en el orden sagrado? Creo que los fieles de hoy no tolerarían al clericalismo, ahora todos estamos mucho más informados, el conocimiento acerca de la Iglesia también ha crecido, por eso creo que se hace excesivo hincapié en el clericalismo, incluso se dice que los abusos sexuales se deben al clericalismo. El abuso sexual lo comete una persona con autoridad contra un subordinado, pero esta situación no es particularmente grave en la Iglesia, de hecho, existe más en las familias, en la que personas con autoridad abusan de su poder, en que un superior abusa a un subordinado. Decir que el mayor problema de la Iglesia ahora es el clericalismo, esto no es necesariamente realidad.

El ejemplo de los Países Bajos refleja que la situación actual es muy peligrosa, en Alemania ha surgido la misma situación. En los últimos años, han comenzado a promover el llamado “camino sinodal”, pero su “camino sinodal” quiere una democracia absoluta, los laicos exigen la misma autoridad que el obispo, votar juntos los asuntos de la Iglesia. Los temas que votaron fueron todos muy radicales, por ejemplo: que las mujeres puedan acceder al sacerdocio, -el Papa Juan Pablo II ya se opuso a ello, y la Iglesia ha discutido este tema muchas veces, siempre en desacuerdo, así que no es que no se haya discutido antes-; segundo, ellos consideran que, al elegir un obispo los fieles deberían tener más peso, es decir, los obispos deberían ser elegidos por los fieles -esto tampoco es correcto, los obispos son nombrados por el Papa-; las uniones homosexuales deberían ser bendecidas por la Iglesia; la conducta homosexual no debería ser considerada pecado; la Iglesia debería revisar la moral; además, como propuso el sínodo de la Amazonía, si no hay suficientes sacerdotes, los que han estado casados durante años y tienen probada virtud, también pueden convertirse en sacerdotes; dentro de la Iglesia no se debe discriminar a los matrimonios que no siguen las normas de la Iglesia, o los que están a favor de la homosexualidad; no se debería, debido a situación matrimonial irregular o declaraciones incorrectas, llegar a despedirlos, o no emplearlos en la Iglesia. ¡Qué afirmaciones tan terribles! Y el Papa lo sabe, el Papa Francisco ha dicho que es bueno que se discuta, pero yo no puedo ver la presencia del Espíritu Santo en el Camino Sinodal de Alemania, parece ser una visión completamente mundana.

Aun así, el sínodo de los Obispos utilizó la misma palabra, “sinodalidad” -la “sinodalidad” en sí misma es una noción muy buena-, sin embargo, se puede abusar de ella. Los que ahora están llevando a cabo este Sínodo en la Santa Sede, ¿respetarán o no la tradición de la Iglesia?, ¿querrán o no levantarse en revolución? Es muy peligroso el anticlericalismo llevado al extremo, porque si los que deberían gobernar no lo hacen, entonces los que no deberían gobernar se alzarán a gobernar, y esto es un gran peligro.

Ahora, la Santa Sede nos ha llamado a caminar “sinodalmente”, es definitivamente muy correcto, la Iglesia ha sido desde el principio una Iglesia “sinodal” hasta el reciente Concilio Ecuménico todo ha sido “sinodal”, pero, si se democratiza absolutamente, dejaría de ser la Iglesia Católica. No sé si será correcto expresarlo así: “la Iglesia Católica no es una institución democrática, pero tiene el espíritu de participación”, porque afirmamos que el pueblo de Dios es también sacerdote, también es profeta, pero hay otro sacerdocio ministerial, con los sucesores de los Apóstoles presidiendo la Iglesia.

Al decir esto, parece que estoy arrojando agua fría, no es así, hay que tener cuidado, evitar estos peligros, porque la influencia que viene de allí puede ser negativa. Nuestros fieles sencillos tal vez no vean nada inapropiado en ello, pero yo estoy un poco preocupado por estos comentarios, por ejemplo, acerca del anticlericalismo. Si el clericalismo está mal, el anticlericalismo tampoco es correcto. El clericalismo es la hegemonía del sacerdocio, pero el anticlericalismo significa que no hay sacerdocio, que todos somos iguales, y esto no es correcto. Existe una Jerarquía Sagrada dentro de la Iglesia, los sucesores de los Apóstoles, el Espíritu Santo les ha dado el Orden, llamándolos a que presidan a los laicos. Los fieles deben participar, y dar su opinión con entusiasmo.

Es muy importante saber lo que ocurre en la Iglesia, es posible que muchos fieles no lo sepan, por ejemplo, esto que ocurre en Alemania. Hay muchas cosas que los fieles deben saber. Debemos ser humildes, y asumir cada uno su propia responsabilidad. El clero no debe ser autoritario, pero los laicos tampoco deben ser anticlericales. Debemos someternos al régimen que Dios nos ha dado, y promover el espíritu que Dios nos ha dado, es un espíritu de participación, todos deberían participar activamente, participar, unirse, teniendo como fin el apostolado. En medio de las dificultades, la predicación ha dado frutos, y cada año muchas personas reciben el bautismo.

El tema de hoy se suma a lo dicho la última vez, la “sinodalidad” es muy importante, es la esencia de la Iglesia, sin duda, Pero ¿cómo se lleva a cabo? Hay un guía que preside, y los que lo siguen tienen una organización dentro del grupo, no es una anarquía. Si aquellos que Jesús eligió para regir la Iglesia no gobiernan, habrá confusión y caos, y se levantarán a gobernar quienes no deberían. Por esto, debemos pedirle a Dios una buena formación para nuestros sacerdotes en el seminario, que los sacerdotes y obispos no busquen sus intereses, sino que busquen la voluntad de Dios, y así caminemos todos juntos. Solo entonces, no solo seguiremos existiendo, sino que, además, más personas caminarán junto a nosotros, para que todos conozcan las enseñanzas de Jesús, para que todos puedan gozar de los sacramentos de la Iglesia. Para que, en medio de un mundo difícil, podamos marchar en la dirección correcta, y caminar por la vía de la felicidad eterna.

(Selección y traducción: P. Pablo Trollano IVE)


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