miércoles, 28 de septiembre de 2022

VIDEO - Oración a San Miguel Arcángel - Por el Papa León XIII

 



Oración a San Miguel Arcángel
por el Papa León XIII


El 13 de octubre de 1884, el Papa León XIII, experimentó una visión horrible:


«Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo»


El Papa León XIII media hora después, de presenciar la espeluznante visión, donde escuchó también al demonio, llamó al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y le ordenó que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí él había escrito.


Recemos juntos a San Miguel Arcángel por:


  • El mundo entero.
  • La salvación y protección de toda la humanidad, de las asechanzas del demonio y sus huestes infernales.
  • La Iglesia Católica.
  • Ustedes, sus familiares y las intenciones de todos.





¡Dios los bendiga!


Cristina Ochoa

Oraciones a los Arcángeles: San Miguel - San Gabriel y San Rafael







Oración a San Miguel Arcángel


San Miguel Arcángel


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Se nuestro amparo contra la perversidad
y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú príncipe de la milicia celestial
arroja al infierno con el divino poder
a satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén




Oración a San Gabriel Arcángel


San Gabriel Arcángel


¡Oh! Glorioso Arcángel San Gabriel,
llamado fortaleza de Dios,
príncipe excelentísimo
entre los espíritus angélicos,
embajador del Altísimo,
que mereciste ser escogido
para anunciar a la Santísima Virgen
la Encarnación del Divino Verbo
en sus purísimas entrañas:
yo te suplico tengas a bien
rogar a Dios por mí,
miserable pecador,
para que conociendo
y adorando este inefable misterio,
logre gozar el fruto
de la divina redención
en la gloria celestial.

Amén.


Oración a San Rafael Arcángel


San Rafael Arcángel


¡Oh! poderoso Príncipe de la gloria San Rafael,
llamado medicina de Dios, salud de los enfermos,
luz de los ciegos, guía de caminantes,
protector de la limosna, del ayuno y de la oración:
por aquella caridad con que acompañaste
al joven Tobías, te pido,
¡oh! glorioso protector mío,
me libres de todos los males y peligros
y me acompañes en la peregrinación
de esta vida mortal, para llegar felizmente
a puerto de salvación en la eterna.

Amén

HISTORIA REAL - Soldado sobrevivió a guerra de Corea por intervención milagrosa del Arcángel San Miguel



Recuerdan en EE.UU. historia de soldado que sobrevivió a guerra de Corea por intervención milagrosa del Arcángel San Miguel


Washington (Lunes 31 de Diciembre de 2018 - Gaudium Press)


Durante la Guerra de Corea, combatida en los años 1951 a 1953, se registró una notable intervención milagrosa del Arcángel San Miguel, venerado en la Iglesia como Príncipe de las Milicias Celestiales, que significó la supervivencia de un soldado anónimo que registró su testimonio en una carta enviada a su madre. El Capellán P. Walter Muldy tuvo acceso a esta comunicación y ratificó la veracidad del relato con el líder de la unidad del soldado protagonista, de forma que pudo compartir públicamente el hecho portentoso en un programa de radio emitido el 23 de diciembre de 1964.

El joven combatiente, perteneciente a la Marina de los Estados Unidos, tenía por costumbre invocar diariamente a San Miguel empleando una oración conocida como «Miguel de la Mañana», que invoca al Santo Arcángel para preservar al devoto de tentaciones, ahuyentar al demonio y mantener sano y salvo al suplicante. En el día de los acontecimientos, el clima adverso causó que el soldado quedara separado de su grupo y a merced de siete enemigos que lo descubrieron.

«Pensé que conocía a todos los hombres de la patrulla, cuando a mi lado surgió otro marino que no había conocido antes. Era más grande que cualquier otro marino que había visto», relató el soldado, quien afirmó que la presencia del imponente soldado desconocido le generaba una sensación de seguridad. «Nunca te había visto antes, pensé que conocía a todos los hombres de la unidad», le comentó mientras avanzaban separados del grupo. «Me uní a último minuto. El nombre es Miguel».

El soldado se sorprendió, ya que su propio nombre era Miguel, y así se lo hizo saber a su interlocutor. «Lo sé. Miguel, Miguel de la mañana»… Mientras el soldado pensaba en cómo podría conocerlo y saber también acerca de la oración que hacía cada día, su acompañante le alertó: «Vamos a tener algo de problemas adelante». La tormenta de nieve se hizo tan densa que perdió de vista al misterioso soldado, pero al llamarlo sintió su mano aferrando su brazo y consolándolo: «Esto va a cesar pronto».

Al calmarse la tormenta, el soldado descubrió que estaba muy separado del resto de los soldados y que, al contrario, se encontraba en territorio enemigo y de frente ante siete enemigos armados que le apuntaron de manera inmediata. «A tierra, Miguel», gritó el soldado, intentando cubrirse de las ráfagas. Su acompañante continuó de pie, en lo que parecía ser una muerte segura. «Esos hombres no podían haber fallado, no a esa distancia», relató. «Esperaba verlo volar literalmente en pedazos. Pero ahí estaba de pie, sin hacer esfuerzo de disparar».

En medio de los disparos, juzgó que aquel soldado se había paralizado de miedo y se incorporó a tumbarlo al suelo para que no muriera, recibiendo él mismo un disparo en ese momento. Mientras sentía que agonizaba, sintió que el soldado lo aferraba para consolarlo. De repente, el misterioso acompañante se puso de pie nuevamente, de frente al fuego enemigo. «Tal vez yo estaba en shock», indicó el soldado, quien recuerda ver que en ese momento el rostro del soldado se iluminaba de forma impresionante. «Tal vez era el sol en mis ojos, pero parecía cambiar mientras lo observaba. Se hizo más grande, sus brazos se extendieron a sus lados. Tal vez era la nieve cayendo de nuevo, pero había un brillo en torno a él como las alas de un ángel. En sus manos había una espada, una espada que brillaba con un millón de luces».

Esta visión es el último recuerdo del soldado hasta el momento en que fue rescatado por sus compañeros. Al preguntarles dónde estaba Miguel, ellos no sabían de quién les hablaba. «Miguel, Miguel, el marino grande que caminaba con nosotros justo antes de que la nieve nos separara». El sargento le informó que no había ningún soldado de esas características en el equipo y que él mismo lo vio avanzar solo hasta que desapareció en la nieve. Pero el superior también tenía sus propias preguntas. El soldado no había disparado su rifle, pero sus siete enemigos habían fallecido. Ninguno de ellos tenía heridas de bala. En su lugar, parecían haber sido ejecutados con una espada.

«Esto es todo lo que puedo contar», concluyó el soldado en su relato. «Como lo dije, puede haber sido el sol en mis ojos, pudo ser el frío o el dolor. Pero esto es lo que ha sucedido».


Con información de uCatholic.


Fuente - Texto tomado de ES.GAUDIUMPRESS.ORG:





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Santos Arcángeles - San Miguel - San Gabriel y San Rafael - Fiesta Septiembre 29

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San Miguel Arcángel


San Gabriel Arcángel


San Rafael Arcángel


Martirologio Romano


Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de la basílica bajo el título de San Miguel, en la vía Salaria, a seis miliarios de Roma, se celebran juntamente los tres arcángeles, de quienes la Sagrada Escritura revela misiones singulares y que, sirviendo a Dios día y noche, y contemplando su rostro, a Él glorifican sin cesar.





Misión de los ángeles


Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad. Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos. En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, se han visto y oído materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, los profetas Daniel y Zacarías.

En el siglo IV, el arte religioso representó a los ángeles con forma de figura humana. En el siglo V, se le añadieron las alas, como símbolo de su prontitud en realizar la Voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad. En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados como seres brillantes, de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un "ser que parecía varón" -se refería al arcángel Gabriel- volando rápidamente, vino a él (Daniel 8, 15-16; 9,21). Y, en el libro del Apocalipsis, son frecuentes las apariciones de ángeles que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro puntos cardinales de la tierra o junto al trono del Cordero, Cristo.




La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.




La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento, en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, en la Carta de San Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis. Con la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los ángeles:


Nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal. Luchan con todo su poder por y con nosotros.


Como ejemplo, está la milagrosa liberación de San Pedro que pudo huir de la prisión ayudado por un ángel (Hechos 12, 7 y siguientes).




También, aparece un ángel deteniendo el brazo de Abraham, para que no sacrificara a su hijo, Isaac.


Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.


Por ejemplo, tenemos las apariciones a:


La Virgen María




San José




Zacarías




Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles. Los ángeles cumplen, también, las sentencias de castigo del Señor, como el castigo a Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la muerte de los primogénitos egipcios (Éxodo 12, 29).


Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Éste será el último servicio que nos presten pero el más importante.




El arcángel Rafael dice a Tobías:

 
"Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor" (Tob. 12, 12-16)


Ellos nos animan a ser buenos pues ven continuamente el rostro de Dios y también ven el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida:

 
"Los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente" (Lucas 15, 10)




A los arcángeles les podríamos llamar los "asistentes de Dios". Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales:


  1. Arcángel San Miguel: Aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos. Es el que arrojó del Cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios, para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa "quien como Dios". Su conducta y fidelidad nos debe invitar a reconocer siempre el señorío de Jesús y buscar en todo momento la gloria de Dios.
  2. Arcángel San Gabriel: Enviado por el Señor a diferentes misiones, anunció a la Virgen María el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina. El nombre de San Gabriel en hebreo significa "Dios es fuerte", "Fortaleza de Dios". Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de buenas noticias. Anunció a Zacarías el nacimiento de Juan, el Bautista.
  3. Arcángel San Rafael: Su nombre quiere decir "Medicina de Dios". Tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.




Durante el año litúrgico, la Iglesia conmemora la participación de los Ángeles en los acontecimientos de la salvación y celebra su memoria el 29 de septiembre para los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Se llaman Arcángeles porque tienen prioridad sólo con respecto a los Ángeles, como mensajeros de las cosas grandes. Son enviados por Dios en misiones de mayor importancia junto a los hombres.


San Miguel Arcángel




Se representa con el traje de Guerrero o de Soldado Centurión como Príncipe de la Milicia Celestial. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los Espíritus Celestiales""Jefe o cabeza de la milicia celestial". Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento. Muy apropiadamente, es representado en el arte como el ángel guerrero, el conquistador de Lucifer, armado con un casco, espada y armadura (frecuentemente la armadura presenta la inscripción Latina: Quis ut deus), parado sobre el dragón, a quien a veces clava con una lanza, o poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo infernal, amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, o presto para encadenarlo para siempre en el abismo del infierno. La cristiandad desde la Iglesia primitiva venera a San Miguel como el ángel que derrotó a Satanás y sus seguidores y los echó del cielo con su espada de fuego. Es tradicionalmente reconocido como el guardián de los ejércitos cristianos contra los enemigos de la Iglesia, y como protector de los cristianos contra los poderes diabólicos, especialmente a la hora de la muerte. También sostiene un par de balanzas en donde pesa las almas de los desviados, o el Libro de la Vida, para mostrar que él toma parte en el juicio.


La fidelidad
de San Miguel para con Dios




El mismo nombre de Miguel, nos invita a darle honor, ya que es un clamor de entusiasmo y fidelidad. Significa "Quién como Dios". Satanás tiembla al escuchar su nombre, ya que le recuerda el grito de noble protesta que este Arcángel manifestó cuando se rebelaron los ángeles. San Miguel manifestó su fortaleza y poder cuando peleó la gran batalla en el cielo. Por su celo y fidelidad para con Dios, gran parte de la corte celestial se mantuvo en fidelidad y obediencia. Su fortaleza inspiró valentía en los demás ángeles, quienes se unieron a su grito de nobleza: "¿Quién como Dios?" Desde ese momento se le conoce como el capitán de la milicia de Dios, el primer príncipe de la ciudad santa, a quien los demás ángeles obedecen.

Su nombre se encuentra cuatro veces en la Escritura:

Daniel 10, 13 ss., Gabriel le dice a Daniel, cuando éste le pide a Dios que permita a los judíos volver a Jerusalén:


"El príncipe del reino de Persia me ha hecho resistencia durante 21 días, pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda"


Daniel 12, 1:
 el Ángel hablando del fin del mundo y del Anticristo dice:


"En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo"


En la Epístola Católica de San Judas Tadeo 1, 9:

 
"En cambio el Arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él juicio injurioso, sino que dijo: <que te castigue el Señor>"


Apocalipsis 12, 7:

 
"Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón". San Juan habla del gran conflicto al final de los tiempos, que refleja también la batalla en el cielo al principio de los tiempos"


Según estos pasajes de la Escritura:



La Tradición Cristiana le da
a San Miguel cuatro oficios:


1. Pelear en contra de Satanás.
2. Rescatar a las almas de los fieles del poder del enemigo, especialmente a la hora de la muerte.
3. Ser el defensor del pueblo de Dios, los judíos en la Antigua Ley y los cristianos en el Nuevo Testamento, por tanto es patrono de la Iglesia y de las órdenes de caballeros durante la Edad Media.
4. Llamar de la tierra y traer las almas de los hombres a juicio.


    San Miguel y la Eucaristía




    Se nos enseña en la Tradición que San Miguel preside el culto de adoración que se rinde al Altísimo, y ofrece a Dios las oraciones de los fieles simbolizadas por el incienso que se eleva ante el altar. La liturgia nos presenta a San Miguel como el que lleva el incienso y está de pie ante el altar como nuestro intercesor y el portador de las oraciones de la Iglesia ante el Trono de Dios. En el Canon #1 de la Misa:


    "Que tu ángel presente ante Ti las oraciones de tu Iglesia"

     

    San Miguel
    defensor de los moribundos




    San Miguel continúa su ministerio angélico en relación a los hombres hasta que nos lleva a través de las puertas celestiales. No sólo durante la vida terrenal, San Miguel defiende y protege nuestras almas, él nos asiste de manera especial a la hora de la muerte, ya que su oficio es recibir las almas de los elegidos al momento de separarse de su cuerpo. En la liturgia la Iglesia nos enseña que este arcángel está puesto para:


    Custodiar el paraíso y llevar a él a aquellos que podrán ser recibidos ahí


    A la hora de la muerte, se libra una gran batalla, ya que el demonio tiene muy poco tiempo para hacernos caer en tentación o desesperación, o en falta de reconciliación con Dios. Por eso es que en estos momentos se libra una gran batalla espiritual por nuestras almas.

     
    San Miguel, está al lado del moribundo defendiéndole de las asechanzas del enemigo


    Anécdota.
     San Anselmo cuenta de un religioso piadoso, que a punto de morir recibía grandes asaltos del demonio. El demonio se le apareció acusándole de todos los pecados que había cometido antes de su bautismo (tardío). San Miguel se aparece y le responde que todos esos pecados quedaron borrados con el Bautismo. Entonces Satanás le acusa de los pecados cometidos después del Bautismo. San Miguel le contesta que éstos fueron perdonados en la confesión general que hizo antes de profesar. Satanás, entonces, le acusa de las ofensas y negligencias de su vida religiosa. San Miguel declara que esos han sido perdonados por sus confesiones y por todos los buenos actos que hizo durante su vida religiosa, en especial la obediencia a su superior, y que lo que le quedaba por expiar lo había hecho a través del sufrimiento de su enfermedad vividos con resignación y paz.


    En los escritos de San Alfonso de Ligorio encontramos: "Había un hombre polaco de la nobleza que había vivido muchos años en pecado mortal y lejos de la vida de Dios. Se encontraba moribundo y estaba lleno de terror, torturado por los remordimientos, lleno de desesperación. Este hombre había sido devoto de San Miguel Arcángel, y Dios en su misericordia permitió que este arcángel se le apareciera. San Miguel le alentó al arrepentimiento, diciéndole que había orado por él y le había obtenido más tiempo de vida para que lograra la salvación. Al poco rato, llegan a la casa de este hombre dos sacerdotes dominicos, que dijeron se les había aparecido un extraño joven pidiéndoles que fueran a ver a este hombre moribundo. El hombre se confesó con lágrimas de arrepentimiento, recibió la Santa Comunión y en brazos de estos dos sacerdotes murió reconciliado con Dios.


    San Gabriel Arcángel




    A San Gabriel se lo representa con una vara de perfumada azucena, la que obsequió a María Santísima en la Anunciación, que representa la Sublime Pureza Inmaculada de la Madre Virgen. Dios encomendó a San Gabriel en innumerables ocasiones como mensajero.

    "Fortitudo Dei" (Fortaleza de Dios), uno de los tres arcángeles mencionados en la Biblia. Sólo se registran cuatro apariciones de Gabriel:

    1. En Dn VIII, explica la versión del carnero y del macho cabrío como presagiando la destrucción del Imperio Persa, por el Macedonio Alejandro Magno, y que posterior a su muerte el reino sería dividido entre sus generales. De uno de ellos nacería Antíoco Epifanio.
    2. En el capítulo IX, luego de que Daniel había rezado por Israel, leemos que "aquel varón Gabriel se me acercó en rápido vuelo" y le comunicó la misteriosa profecía de las "setenta semanas" de años que deben pasar antes de la venida de Cristo. En el capítulo X, no queda claro si es que el ángel es Gabriel o no, pero de cualquier manera podemos atribuirle la maravillosa descripción de los versículos 5 y 6.
    3. En el Nuevo Testamento predice a Zacarías el nacimiento del Precursor.
    4. A María la Madre de Nuestro Salvador.


    San Rafael Arcángel




    A San Rafael se lo representa con un atuendo de caminante o peregrino, con bastón y cantimplora, y el pez del que se obtuvo la hiel para curar al padre de Tobías.

    El nombre de este Arcángel (Raphael = "Medicina de Dios" o "Dios ha obrado la salud"), aparece en el Libro de Tobías. Aquí aparece primero disfrazado en forma humana, como el viajero acompañante del hijo de Tobías, llamándose a sí mismo "Azarías el hijo del gran Ananías". La historia de esta travesía está llena de aventuras, y en ella es visible la influencia protectora del ángel, que se muestra de diferentes maneras, incluyendo la atadura "en el desierto del alto Egipto" del demonio, quien previamente había matado a siete esposos de Sara, hija de Raquel, y que es pintorescamente relatada en Tobías 5-11.

    Luego del retorno y la curación de la ceguera de Tobías, Azarías se hace llamar "el Ángel Rafael, uno de los siete que se paran ante el Señor" (Tob. XII, 15. Cf. Apoc., VIII, 2). De estos siete "Arcángeles" que aparecen en la angelología del Judaísmo post-exilio, sólo tres: Gabriel, Miguel y Rafael son mencionados en las Escrituras canónicas.


    Funciones atribuidas a San Rafael


    En cuanto a las funciones atribuidas a Rafael, tenemos un poco más que su declaración a Tobías, él (Rafael) ofreció sus plegarias al Señor, ya que él fue enviado por el Señor para curar a Tobías de su ceguera y para sacar a Sara, la esposa de su hijo, de las garras del demonio. Muchos identifican a Rafael con el "Ángel del Señor" mencionado en Juan 5. Esta conjetura se basa en la importancia del nombre y en el rol de curación atribuido a Rafael en el Libro de Tobías. 




    La Iglesia honra con culto litúrgico a tres figuras de ángeles, que en la Sagrada Escritura se les llama con un nombre.

    • Miguel Arcángel (Cf. Dan. 10, 13.20; Ap. 12, 7; Jdt. 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos: "Mica-El" significa, en efecto: "¿quién como Dios"?  En este nombre se halla expresada, la elección salvífica gracias a la cual los ángeles "ven la faz del Padre" que está en los cielos.
    • Gabriel Arcángel, figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (Cf. Lc. 1, 19.26). Su nombre significa: "Mi poder es Dios" o "Fuerza de Dios", como para decir que en el culmen de la creación, la Encarnación, es el signo supremo del Padre omnipotente.
    • Rafael Arcángel"Rafa-El" significa: "Dios cura". Él se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el Antiguo Testamento (Cf. Tob. 12, 50.20, etc.), tan significativa en el hecho de confiar a los ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de custodia, cuidado y protección.

    Cada una de estas tres figuras (Mica-El, Gabri-El, Rafa-El), reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos:


      "¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salvación?" (Hb. 1, 14)
      Juan  Pablo  II
      Catequesis de Agosto 6 de 1986, número 8





      Oración a San Miguel Arcángel


      San Miguel Arcángel


      San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
      Se nuestro amparo contra la perversidad
      y asechanzas del demonio.

      Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
      y tú príncipe de la milicia celestial
      arroja al infierno con el divino poder
      a satanás y a los otros espíritus malignos
      que andan dispersos por el mundo
      para la perdición de las almas.

      Amén.




      Oración a San Gabriel Arcángel


      San Gabriel Arcángel


      ¡Oh! Glorioso Arcángel San Gabriel,
      llamado fortaleza de Dios,
      príncipe excelentísimo
      entre los espíritus angélicos,
      embajador del Altísimo,
      que mereciste ser escogido
      para anunciar a la Santísima Virgen
      la Encarnación del Divino Verbo
      en sus purísimas entrañas:
      yo te suplico tengas a bien
      rogar a Dios por mí,
      miserable pecador,
      para que conociendo
      y adorando este inefable misterio,
      logre gozar el fruto
      de la divina redención
      en la gloria celestial.

      Amén.


      Oración a San Rafael Arcángel


      San Rafael Arcángel


      ¡Oh! poderoso Príncipe de la gloria San Rafael,
      llamado medicina de Dios,
      salud de los enfermos,
      luz de los ciegos, guía de caminantes,
      protector de la limosna,
      del ayuno y de la oración:
      por aquella caridad con que acompañaste
      al joven Tobías, te pido,
      ¡oh! glorioso protector mío,
      me libres de todos los males y peligros
      y me acompañes en la peregrinación
      de esta vida mortal, para llegar felizmente
      a puerto de salvación en la eterna.

      Amén.


      Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

      Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

      Texto tomado del Libro:  Los Santos Ángeles - Caballeros de la Virgen