martes, 27 de septiembre de 2022

San Wenceslao de Bohemia - Mártir Año 935 - Patrono de la República Checa - Fiesta Septiembre 28

 



Historia


Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el año 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludmila, se encargó de la educación de su nieto en sabiduría divina y humana, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial.

Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró (bajo la influencia de la nobleza pagana) una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvaguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses. 

Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia. 


Martirio de San Wenceslao


Es el 28 de septiembre de 935. El príncipe checo Wenceslao se encuentra de visita en el castillo de su hermano Boleslao, adonde fue para celebrar el cumpleaños de su sobrino. Pero Boleslao desde hace tiempo odia a su hermano y alberga deseos de deshacerse de él. Le reprocha su estilo de vida, que considera propio de un monje, y su postura respecto al Sacro Imperio Romano, al que en su opinión Wenceslao se subordina demasiado.

Cuando Wenceslao por la mañana, después del banquete, acude a la iglesia, se encuentra por el camino a su hermano y algunos de sus hombres. Sus intenciones le son inmediatamente claras al príncipe, y de hecho trata de defenderse de sus asesinos. Cuando se da cuenta de que no tiene ninguna oportunidad intenta protegerse en la iglesia. El sacerdote está sin embargo compinchado con Boleslao e impide a Wenceslao que se proteja en el templo. Los asesinos alcanzan al príncipe y ante las puertas cerradas lo atraviesan con sus espadas.


La ciudad de Stará Boleslav,
Foto: Archivo de Radio Praga
Acaba así la vida terrenal de Wenceslao


Así es como se supone en el imaginario checo que se cometió este asesinato, situado en el mismo principio de la historia checa. El tiempo transcurrido es demasiado grande y las opiniones de los historiadores sobre el fratricidio cometido en la ciudad de Stará Boleslav han diferido y difieren con el paso de los años. Lo que sigue siendo un hecho es que San Wenceslao, de la familia de los Premislitas, se encuentra entre los santos más venerados de las Tierras Checas. Tiene además su lugar en el marco europeo, como explica el historiador del arte Jan Royt, de la Universidad Carolina de Praga.

“Wenceslao pertenece a una de las dinastías de santos más antiguas de Europa. Ya desde la Edad Media nos encontramos con que cada actividad y cada profesión tiene su representante celestial, y ese también es el caso de los señores y gobernantes. Y precisamente Wenceslao se encuentra entre los más antiguos, junto con el rey Esteban de Hungría y los gobernantes nórdicos como Knut u Olaf. Tenemos las pruebas más antiguas de que era un patrón dinástico ya en el siglo XI. Por ejemplo existe un hermoso evangelio de coronación procedente de Vyšehrad del año 1085 donde Wenceslao ya aparece en una forma representativa como patrón de la dinastía de los Premislitas. El famoso santo francés San Luis no se santifica hasta 1297, y por ejemplo San Leopoldo, de Austria, hasta el siglo XV. Así que podemos estar orgullosos de que Wenceslao, siendo más antiguo que ellos, se convierte en representante de este país, el eterno príncipe checo”.


El cráneo de San Wenceslao
Foto: Archivo de Radio Praga




A pesar de todos los impedimentos el culto a San Wenceslao se extendió. La gente le recordaba como un príncipe que fue justo con el pueblo, que derribaba horcas, liberaba presos de los calabozos y se negaba a condenar a muerte. Se decía que sobre su tumba ocurrían milagros y pronto se convirtió en la mente de los checos en una especie de gobernante eterno.

Como ya hemos mencionado, el culto a San Wenceslao empezó a extenderse por el país poco después de su muerte. Sus restos fueron trasladados de la tumba original en Stará Boleslav a Praga. El cráneo de San Wenceslao es hasta el día de hoy expuesto durante algunas festividades. Incluso se conservan lo que se dice que fueron su yelmo, espada y armadura.


Rasgos distintivos
de San Wenceslao
por Jan Royt




“Hay cierto desarrollo en sus atributos. En las representaciones más antiguas lleva consigo su lanza. Es un antiguo rasgo que caracterizaba a los emperadores bizantinos. La lanza representaba al gobernante como un protector simbólico de las reliquias, del mismo modo que lo fue la lanza de Longino o la de San Mauricio. La lanza que sostiene Wenceslao no es de guerra, es lo que se llama una lanza carolingia de carácter más bien ritual y se trata de un símbolo del gobernante. Después por supuesto Wenceslao es representado en forma de príncipe con una corona, que indica su carácter eterno. Y luego naturalmente el águila de San Wenceslao en la bandera o el escudo. Más tarde se empezó a representarlo en su armadura, como defensor, como guerrero. Además de los adornos de príncipe, puede tener la corona real en la cabeza. Se han conservado imágenes así por ejemplo en Alemania”.




La lanza de San Wenceslao, con la que derrotó en batalla a uno de sus enemigos, se convirtió en leyenda. Una de ellas fue recogida en el libro ‘Viejas Leyendas Checas’ (‘Staré pověsti české’) por el autor de novelas históricas Alois Jirásek. Se remonta a un acontecimiento histórico real. Una de las muchas batallas entre los checos y el Sacro Imperio Romano tuvo lugar en enero de 1126, cuando de nuevo irrumpieron en Bohemia los ejércitos enemigos:


“La mirada de los checos se dirigió hacia delante, donde permanecían en pie las tropas enemigas en una amplitud inconmensurable. Entonces sonó el tañido de una campana y un sacerdote, presa de la agitación, levantó su mirada a los cielos y rompió el total silencio exclamando:


 

‘¡Hermanos! ¡Dios está con nosotros! ¡Miren allá! Verán a San Wenceslao en un aura celestial, sentado sobre un caballo blanco, en una capa blanca, sosteniendo una lanza con una bandera, y lucha por nosotros. Se eleva sobre nosotros, en medio de una gran claridad. ¡San Wenceslao, herederos de la tierra checa!’


Todos se asombraron y alzaron sus ojos y brazos al cielo, algunos lloraron de alegría. Todos entonces, con un mismo pensamiento, arrancaron del corazón, en pleno éxtasis, una antigua canción:


‘Señor, ten piedad’


Una herencia de sus antepasados. Y en cuanto sonó, apuntó el príncipe Sobeslao su espada hacia delante y el ejército, cantando, con entusiasmo se lanzó a la batalla”.



La batalla de Chlumec.
Se trataba de la batalla de Chlumec
contra el emperador
romano-germánico Lotario III
Los checos consiguieron una aplastante victoria, que atribuyeron precisamente
a San Wenceslao y su protección



Dato curioso: San Wenceslao era venerado hasta por los no católicos. Conocemos el caso del rey Federico V del Palatinado, que en 1619 hizo limpiar la catedral de San Vito de imágenes y objetos religiosos. Pero no se atrevió a tocar la capilla de San Wenceslao, porque allí descansan los restos de nuestro predecesor. Era interesante que este culto permaneciera por encima de las confesiones. San Wenceslao era venerado también por los Habsburgo, que por otro lado no tienen fama de sentirse especialmente inclinados por los checos. Incluso en los tiempos de la Primera República Checoslovaca, cuando mucha gente se apartó de la Iglesia Católica, a la que se relacionaba de hecho con los Habsburgo, el milésimo aniversario de San Wenceslao despertó un gran interés, y en las celebraciones participaron hasta un millón de personas. Era un santo que unía en lugar de dividir.

Este ejemplarísimo príncipe cristiano anteponía sus deberes religiosos a los de soberano, hasta el punto de llegar tarde a una importante asamblea de Worms, convocada por el emperador Otón, porque estaba en Misa. No era raro ver al joven rey mezclado con los otros fieles, con los pies descalzos, durante las procesiones penitenciales. Impuso a su cuerpo la dura disciplina del cilicio y las diarias mortificaciones.

Fue considerado como un rey renunciatario por haber buscado la alianza con los poderosos francos limítrofes, pero el mismo hermano Boleslao, que le sucedió, después de haberlo mandado asesinar, comprendió esa política realística y la siguió. Boleslao comprendió el error de valoración respecto de su hermano, hacia quien la devoción popular creció de día en día, por los prodigios que se obraban sobre la tumba del mártir, venerado inmediatamente como santo, el primero de los pueblos eslavos.


Oficio de Lectura (28 de septiembre)
Cuando un rey juzga lealmente
a los desvalidos, su trono
está siempre firme


De la Leyenda primera paleoslava (Edición M. Weingart - Praga 1934). Al morir su padre Bratislao, los habitantes de Bohemia eligieron por duque a Wenceslao. Por la gracia de Dios, era hombre de una fe íntegra. Auxiliaba a todos los pobres, vestía a los desnudos, alimentaba a los hambrientos, acogía a los peregrinos, conforme a las enseñanzas evangélicas. No toleraba que se cometiera injusticia alguna contra las viudas, amaba a todos los hombres, pobres y ricos, servía a los ministros de Dios, embellecía muchas iglesias.

Pero los hombres de Bohemia se ensoberbecieron y persuadieron a su hermano menor, Boleslao, diciéndole:


«Wenceslao conspira con su madre y con sus hombres para matarte»


Wenceslao acostumbraba ir a todas las ciudades para visitar sus iglesias en el día de la dedicación de cada una de ellas. Entró, pues, en la ciudad de Boleslavia, un domingo, coincidiendo con la fiesta de los santos Cosme y Damián. Después de oír misa, quería regresar a Praga, pero Boleslao lo retuvo pérfidamente, diciéndole:


«¿Por qué has de marcharte, hermano?»


A la mañana siguiente, las campanas tocaron para el oficio matutino. Wenceslao, al oír las campanas, dijo:


«Loado seas, Señor, que me has concedido vivir hasta la mañana de hoy»


Se levantó y se dirigió al oficio matutino. Al momento, Boleslao lo alcanzó en la puerta. Wenceslao lo miró y le dijo:


«Hermano, ayer nos trataste muy bien»


Pero el diablo, susurrando al oído de Boleslao, pervirtió su corazón; y, sacando la espada, Boleslao contestó a su hermano:

 
«Pues ahora quiero hacerlo aún mejor»


Dicho esto, lo hirió con la espada en la cabeza. Wenceslao, volviéndose a él, le dijo:

 
«¿Qué es lo que intentas hacer, hermano?»


Y, agarrándolo, lo hizo caer en tierra. Vino corriendo uno de los consejeros de Boleslao e hirió a Wenceslao en la mano. Éste, al recibir la herida, soltó a su hermano e intentó refugiarse en la iglesia, pero dos malvados lo mataron en la puerta. Otro, que vino corriendo, atravesó su costado con la espada.

Wenceslao expiró al momento, pronunciando aquellas palabras:

 
«A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu»


Oración


Señor, Dios nuestro,
que inspiraste a tu mártir
San Wenceslao preferir
el reino de los cielos
al reino de este mundo,
concédenos, por sus ruegos,
llegar a negarnos
a nosotros mismos
para seguirte a ti de todo corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

«El papa Francisco no tiene autoridad para cambiar la enseñanza de la Iglesia» - Entrevista al cardenal Müller en InfoVaticana



Por Javier Arias | 23 de Septiembre de 2022


El cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha concedido una entrevista a InfoVaticana.

El purpurado ha respondido a las preguntas de este medio sin escurrir el bulto y entrando de lleno en las cuestiones planteadas sobre el reciente consistorio de cardenales celebrado en Roma a finales de agosto o sobre la dramática situación que vive la Iglesia en Alemania.

El cardenal Müller, acaba de terminar de predicar unos ejercicios espirituales a más de 400 sacerdotes en Polonia. Müller visitará España el próximo mes de octubre. El día 25 participará en una conferencia en Madrid sobre «Juan Pablo II y la Nueva Evangelización. Fuente de renovación moral y espiritual».


Entrevista con el cardenal Gerhard Ludwig Müller:


P-Hace unas semanas participó en el Consistorio de los Cardenales en Roma, ¿con qué sensaciones concluyó el trabajo en ese momento?


R-En primer lugar, agradecí al Santo Padre que volviera a convocar un consistorio después de una pausa de muchos años para que los cardenales pudieran discutir con él la situación de la Iglesia en el mundo actual. Pero el tema se limitó a la discusión del documento ya publicado Praedicate Evangelium sobre la reforma de la curia y sobre el Año Santo 2025.


P-Hay algunos cardenales que lamentan no haber podido hablar todo lo que les hubiera gustado. ¿Hubo oportunidad para que los cardenales le expresaran sus preocupaciones al papa?


R-No hubo oportunidad de debatir sobre las cuestiones candentes, por ejemplo, sobre el ataque frontal a la imagen cristiana del hombre por parte de las ideologías del posthumanismo y la locura de género o sobre la crisis de la Iglesia en Europa (ya no hay vocaciones sacerdotales, las iglesias están vacías los domingos, etc.). Las contribuciones críticas se referían a la teoría del papado como un poder ilimitado de derecho divino sobre toda la Iglesia, como si el papa fuera un Deus in terris. El recién nombrado cardenal Ghirlanda, SJ, como asesor más importante del papa en la reforma de la curia, sostiene la opinión de que todo lo que los papas han dicho o hecho en el curso de la historia de la Iglesia es un dogma o una ley de jure divino. Esto contradice toda la tradición católica, y en especial el Vaticano II, de que los obispos y los sacerdotes solo tenían autoridad para realizar actos sacramentales, mientras que el papa estaba en posesión exclusiva de toda la jurisdicción, la cual podía delegar a su voluntad en clérigos o laicos. En realidad, en el sacramento del Orden, Cristo confiere al obispo (o al sacerdote) la autoridad para predicar, santificar y gobernar (incluso para administrar justicia). El papa no confiere jurisdicción a un obispo, sino que solo le asigna una diócesis específica a un obispo, que no es representante del papado, sino de Jesucristo (Lumen Gentium 27). En un concilio ecuménico, los obispos consagrados ejercen su parte en la jurisdicción del episcopado universal no como delegados del papa, sino en virtud de la autoridad que les ha sido conferida por Cristo. La teoría del papa como autócrata, traída de la teología jesuita del siglo XIX, no solo contradice el Concilio Vaticano II, sino que socava la credibilidad de la Iglesia con esta caricatura del ministerio petrino. La promesa de una mediación ecuménica de la doctrina católica del papa (cf. Encíclica de Juan Pablo II Ut unum sint, de 1995) como «principio perpetuo y visible de la unidad de la Iglesia en la verdad de Cristo» (cf. Lumen gentium 18; 23) se hace francamente ridícula.


P-¿Qué temas destacaría que son actualmente de mayor importancia en el Vaticano?


R-Por «Vaticano» entendemos las instituciones accidentales de la Santa Sede. Pero yo hablo aquí del ministerio de la Iglesia romana, es decir, del papa con el Colegio Cardenalicio (y las instituciones de la curia romana) a la comunión y unidad de todas las Iglesias locales en la verdad de la revelación divina y la misión sacramental de llevar a todos los hombres al conocimiento de Cristo, Hijo de Dios y único mediador de la salvación.


P-Una pregunta un tanto controvertida: ¿por qué se habla cada vez más en la Iglesia de temas como la ecología, el planeta u otros temas, y menos de Jesucristo y sus enseñanzas?


R-En un mundo en el que el sentido y la meta del ser humano se limitan materialmente a contenidos temporales y transitorios (como la adquisición de poder, prestigio, dinero, lujo, satisfacción placentera), es más fácil hacerse interesante como agente de este programa de un «Nuevo Orden Mundial sin Dios» (según las lecturas capitalistas o comunistas). «¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?» (Mt 16,26). Si queremos ser discípulos de Jesús, también debemos obedecer su palabra: «Buscad más bien su reino, y lo demás se os dará por añadidura» (Lc 12,31). No existe una oposición estricta entre los bienes eternos/espirituales y las necesidades temporales/perecederas de la vida. Pero antes pedimos a Dios, nuestro Padre, que venga su Reino y que se haga su santa Voluntad en el cielo como en la tierra. Y también pedimos el pan de cada día, el perdón de nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, y la salvación de todos los males derivados de nuestra separación pecaminosa de Dios, como origen y meta de todo ser humano. En su sucesión de San Pedro, el Papa une diariamente a toda la Iglesia en la confesión de Jesús: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16,16). Y Cristo construye su Iglesia sobre Pedro, la roca, dándole a él y a los obispos la autoridad para proclamar el Evangelio del Reino de Dios, administrar los Sacramentos y, como buenos pastores, conducir el rebaño de Cristo al buen pasto de la Palabra y de la Gracia.


Müller sobre el camino sinodal alemán: En el lenguaje teatral, no se sabría exactamente si hablar de tragedia o de comedia con respecto a este acontecimiento


P-Toda la Iglesia sigue con atención y preocupación los pasos del Camino Sinodal alemán ¿Qué opina de las decisiones de la IV Asamblea del Camino Sinodal alemán?


R-En el lenguaje teatral, no se sabría exactamente si hablar de tragedia o de comedia con respecto a este acontecimiento. Todos los textos, muy abundantes pero no muy profundos, no tratan de la renovación de los católicos en Cristo, sino de una rendición ante un mundo sin Dios. El único tema entre todos los temas es la sexualidad. Sin embargo, no se entiende cómo el don de Dios concedido a los seres humanos como personas creadas (en nuestra naturaleza masculina y femenina), del que se deriva la responsabilidad de participar como padre y madre en la obra de la Creación de Dios y la voluntad universal de salvación para con la propia descendencia, sino como una especie de droga para adormecer el sentimiento básico nihilista con la máxima satisfacción de placer.


El papa no tiene autoridad para cambiar la enseñanza de la Iglesia


P-Tanto el cardenal Marx como Georg Bätzing apoyaron los textos que pedían al papa un cambio en la moral sexual, la ordenación de mujeres y la visión de la homosexualidad, ¿qué opina?


R-Hay dos errores en esto que solo los ignorantes teológicos pueden cometer: 1) el papa no tiene autoridad para cambiar la enseñanza de la Iglesia, que está afianzada en la revelación de Dios. Al hacerlo, se exaltaría como hombre por encima de Dios. 2) los apóstoles solo pueden enseñar y disponer lo que Jesús les mandó enseñar (Mt 28,19). Son precisamente los obispos, al igual que sus próximos sucesores, los que están llamados a la «enseñanza de los apóstoles» (Hechos 2,42) en la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y las definiciones doctrinales certeras de anteriores decisiones catedralicias papales o concilios ecuménicos. «El Romano Pontífice y los Obispos […] no aceptan ninguna nueva revelación pública como perteneciente al divino depósito de la fe» (Lumen gentium 25; cf. Dei verbum 10).


P-¿Ha tenido la oportunidad de hablar con alguno de los obispos de Alemania que ocupan estos cargos?


R-Según la lógica del poder, que rehúye la verdad como el diablo el agua bendita, no tiene sentido que hablen con el antiguo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Pero incluso el cardenal Kasper, al que antes celebraban como aliado en la cuestión de la comunión de los divorciados casados de nuevo, es silenciado por ellos tras sus declaraciones críticas sobre el camino sinodal.


P-¿Cuál cree que es la razón para intentar reformar la Iglesia cambiando toda la moral, los principios, las enseñanzas y las tradiciones?


R-Muchos funcionarios bien pagados en el establecimiento de la empresa «Iglesia alemana» (como el mayor empleador de Alemania) sufren el hecho de que la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y los mandamientos 6º y 9º del Decálogo contradicen la corriente principal de la sociedad debido a la revolución sexual de 1968. No soportan la contradicción con la voluntad de Dios en su comportamiento personal y los comentarios burlones de sus contemporáneos sobre el «mundo católico de la fe y la moral rezagado en la Edad Media». Por eso también quieren proyectarse como modernos y seguir la vanguardia de la ciencia de la psicología y la sociología. Quieren estar allí y no ser considerados como forasteros (como el «hijo sórdido de la nación», como lamentaba el obispo de Aquisgrán).


Su objetivo es la transformación de la Iglesia del Dios Trino en una organización de bienestar mundano (ONG)


P-¿Cree que la Iglesia en Alemania corre el riesgo de iniciar un cisma con Roma?


R-En su ciega arrogancia, no piensan en la división, sino en apoderarse de la Iglesia universal. Alemania es demasiado pequeña para que puedan ejercer su ideología de gobierno. Reclaman un papel principal en la Iglesia universal. Se trata nada menos que de contentar al mundo entero con su sabiduría y de liberar a los católicos atrasados e incultos y a sus obispos de los demás países, incluido el papa, de la carga de la revelación y los Mandamientos divinos. Su objetivo es la transformación de la Iglesia del Dios Trino en una organización de bienestar mundano (ONG). Entonces habríamos llegado finalmente a la «religión de la fraternidad universal», es decir, a una religión sin el Dios de la revelación en Cristo, sin una Verdad que llegue más allá de la razón finita, sin Dogmas y Sacramentos como medios de Gracia necesarios para la salvación, tal como lo describió el gran filósofo de la religión ruso Vladimir Soloviev en su escrito Breve historia del Anticristo (1899). El gobernante mundial de la filantropía universal sin Dios es contradicho aquí por el papa Pedro II, que lanza la siguiente confesión al Anticristo que se ha instalado en el trono de Dios: «Nuestro único Señor es Jesucristo, el Hijo del Dios vivo».


P-¿Qué cree que le deparará el futuro a la Iglesia Católica a nivel universal?


R-Cuando uno ve la megalomanía de nuestros políticos e ideólogos desde Pekín a Moscú y desde Bruselas a Washington, no se puede esperar mucho bien para el futuro de la humanidad. Un verdadero futuro para cada ser humano en la vida y en la muerte solo lo podemos esperar de Dios , que por Amor dio a su Hijo para la salvación del mundo (cf. Jn 3,16). En un mundo en el que los hombres presumen de ser Dios, de crearse y de redimirse (cf. el principal consejero del Nuevo Orden Mundial: Yuval Noah Harari, Homo Deus), a los cristianos solo nos queda el testimonio de la Palabra y, si es necesario, de la sangre, de que solo el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo es nuestro Salvador, porque ha vencido al mundo, a su prepotencia y a su pecado y a la muerte como precio por el pecado.

Solo cuando no adoramos a «la bestia» del abismo (la impiedad), su estatua y su falso profeta, alcanzamos la vida y el dominio con Cristo, que abarca nuestro futuro temporal y eterno. Porque la muerte temporal y eterna ya no tiene poder sobre nosotros (cf. Ap 20,6). Tenemos la paz del corazón en el Hijo de Dios, que dice a sus discípulos: «En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33).


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM: