lunes, 4 de julio de 2022

Asombroso testimonio: sacerdote condenado al Infierno - Madre Angélica entrevistó al Padre Steven Scheier

  



Madre Angélica entrevista a un sacerdote que fue condenado al infierno. Este es el estremecedor testimonio del Padre Steven Scheier, quien tras un accidente de auto, pierde la vida pero la misericordia infinita de Jesucristo le permite estar de vuelta, sabiendo él mismo que no había sido fiel a su vocación recibe, gracias a la intercesión de Nuestra Madre y de las oraciones de los fieles de distintas denominaciones cristianas la gracia de regresar. Steven Scheier era un sacerdote que no vivía según la vocación a la que había sido llamado, un accidente de auto termina con su existencia, al menos temporalmente, en ella se da cuenta que su vida sacerdotal la había vivido hipócritamente, y que se presentaba frente a Jesús con las manos vacías y manchadas, su parroquia ora por él, incluso feligreses de distintas denominaciones cristianas, y la intercesión de Nuestra Madre es decisiva para el nuevo rumbo de la vida del Padre Scheier. (1997-04-15 - EWTN).

El P. Steven Scheier sabe de primera mano lo difícil que es hacer una buena confesión. En su caso, lo que le reveló la gravedad del estado de su alma y la importancia de una verdadera contrición al confesarse fue una experiencia cercana a la muerte tras un accidente de coche en 1985, en la que sufrió una fractura del cuello y un corte cerebral.

Le daban una probabilidad de recuperación de 15% pero se recuperó por completo. Meses después, leyó la parábola del árbol que no daba fruto e iba a ser cortado pero por las súplicas de un hortelano se le concedió otra oportunidad. Recordó entonces una conversación que le había cambiado la vida en la que creyó oír la voz del Señor Jesucristo y a Su Santísima Madre.

Al ser juzgado y oír sus pecados no confesados, sólo pudo asentir a cada uno sin encontrar ninguna excusa porque estaba ante la Verdad. Al oír la sentencia de infierno, pensó que sí, que sabía que se lo merecía, que era la única conclusión lógica. En ese momento oyó una voz femenina que pedía a Su Hijo por su vida y su alma. El Señor respondió que había sido un sacerdote por sí mismo en vez de para Él. Ella insistió, diciendo que si le daban gracia y ayuda especiales quizás mejoraría y si no, que se hiciera Su Voluntad. El Señor dijo:


“Madre, es tuyo”





Fuente - Texto tomado de INFOCATOLICA.COM:
http://infocatolica.com/blog/sarmientos.php/0909260333-sacerdote-que-se-oyo-condenad

Video tomado de YOUTUBE:
https://www.youtube.com/watch?v=iPh5fFkY1Ow

San Antonio María Zaccaría - Sacerdote y Fundador - Año 1539 - Fiesta Julio 5

 



Nació en Cremona, ciudad de Lombardía (Italia) en 1502. Cuando tenía dos años murió su padre, Lazzaro. Su madre, Antonia Pescorali, queda viuda a los 18 años pero no quiso volver a casarse y se dedicó a la educación de su hijo.

Antonio María estudió medicina en la Universidad de Padua. Aunque era de familia adinerada, desde joven renunció a los vestidos elegantes y a los ambientes de juerga. El dinero que ahorraba lo repartía entre los más necesitados. A los 22 años recibió el doctorado y se graduó de médico, deseando poner su profesión al servicio de los pobres y ayudarles al mismo tiempo a encontrarse con Jesús. Pero el Señor lo llamó al sacerdocio. Fue ordenado a los 26 años de edad, convirtiéndose así en médico de los cuerpos y de las almas. Entregó su herencia a su madre. Se dice que vieron ángeles en torno al altar durante su primera misa.




Desde niño, Antonio tuvo gran amor por los pobres. Volvía a veces a casa de la escuela sin saco, por haberlo regalado a un pobre. Ya como sacerdote, todo lo que consigue lo reparte entre los pobres. Fue a vivir a Milán, la gran ciudad del norte de Italia, para poder extender su apostolado. Allí, junto a la hermana Luisa Torelli fundó la comunidad de las hermanas llamadas "Angelicales de San Pablo" (nombradas así porque su convento se llamaba de "Los Santos Ángeles"). Su apostolado era con las jóvenes en peligro o ya caídas en vicios.

Luego fundó la "Sociedad de Clérigos de San Pablo", los cuales, por vivir en un convento llamado de San Bernabé, fueron llamados por la gente "Barnabitas". Se dedicaron a predicar el Evangelio, con gran devoción al amor a la Pasión y Cruz del Señor. Buscaban la renovación espiritual del pueblo. Animaban a los laicos a recibir con frecuencia la Eucaristía y a trabajar en el apostolado. San Carlos, arzobispo de Milán, dijo de ellos:


"Son la ayuda más formidable que he encontrado en mi arquidiócesis"


San Antonio María
tenía un profundo amor
por la Eucaristía




Propagó la devoción a las Cuarenta Horas, que consiste en dedicar tres días cada año, en cada templo, a honrar solemnemente a la Eucaristía con rezos, cantos y otros actos solemnes de culto.


Tenía gran devoción
a la Pasión y Muerte de Cristo




Cada viernes, a las tres de la tarde hacía sonar las campanas para recordar a la gente que a esa hora había muerto Nuestro Señor. Siempre llevaba una imagen de Jesús Crucificado, y se esmeraba por hacer que todos meditaran en los sufrimientos de Jesús en Su Pasión y Muerte, porque ésto aumenta mucho el amor hacia el Redentor.


Una tercera devoción
fue por las Cartas de San Pablo




Su lectura lo emocionaba e inspiraba en sus prédicas. A sus discípulos les insistía en que las leyeran frecuentemente y que meditaran sus enseñanzas.

Vivió en el tiempo de Lutero, quien proclamaba una reforma llena de graves errores doctrinales. Muchos católicos tenían el santo deseo de una verdadera reforma para vencer la frialdad y el pecado. Esa verdadera reforma debía ser en todo fiel a la Iglesia, la cual siempre necesita de santos reformadores. Uno de ellos fue San Antonio María, como también San Ignacio y sus jesuitas.

Siendo un joven de 37 años, iba en una misión de paz, sintiéndose mal fue a casa de su madre y murió en sus brazos el 5 de julio de 1539. Se dice que tuvo una visión de San Pablo antes de morir. Su trabajo por Cristo y su Iglesia había sido enorme.

Está enterrado en Milán, en el convento de San Pablo. Beatificado en 1849 por el Papa Pío IX. Canonizado en 1897 por el Papa León XIII.


Oración


Señor, que encendiste
en el corazón de
San Antonio María Zaccaría
un ardiente celo
por la salvación
de sus hermanos.
Te pedimos por su intercesión
que nos sintamos
siempre urgidos
a evangelizar
a los hombres
de nuestro tiempo
por amor a Ti.
Por Jesucristo,
Nuestro Señor.
Amén.


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG: