sábado, 25 de junio de 2022

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 9, 51-62



51. Y cuando estaba para cumplirse el tiempo en que Jesús había de salir del mundo, se puso en camino, mostrando un semblante decidido para ir a Jerusalén a consumar su sacrificio.

52. Y despachó a algunos delante de sí para anunciar su venida; los cuales habiendo partido entraron en una ciudad de samaritanos a prepararle hospedaje.




53. Mas no quisieron recibirle, porque daba a conocer que iba a Jerusalén.

54. Viendo ésto sus discípulos Santiago y Juan, dijeron:


"¿Quieres que mandemos que llueva fuego del cielo y los devore?"


55. Pero Jesús vuelto a ellos los reprendió, diciendo:


"No sabéis a qué espíritu pertenecéis.

 

56. El Hijo del hombre no ha venido para perder a los hombres, sino para salvarlos".


Y con ésto se fueron a otra aldea.

57. Mientras iban andando su camino, hubo un hombre que le dijo:


"Señor, yo te seguiré a donde quiera que fueres"




58. Pero Jesús le respondió:


"Las raposas tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas entiende que el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza"




59. A otro, empero, le dijo Jesús:




"Sígueme"


Mas éste respondió:


"Señor, permíteme que vaya antes, y de sepultura a mi padre"


60. Replicóle Jesús:


"Deja tú a los muertos, o a los que no tienen fe, el cuidado de sepultar a sus muertos; pero tú, que eres llamado de lo alto, ve, y anuncia el reino de Dios"


61. Y otro le dijo:


"Yo te seguiré, Señor; pero primero déjame ir a despedirme de mi casa"


62. Respondióle Jesús:




"Ninguno que después de haber puesto mano en el arado vuelve los ojos atrás, es apto para el reino de Dios"


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Pelayo - Mártir de la castidad juvenil - Fiesta Junio 26

San Pelayo (Paio) de Córdoba


Nació en Albeos, Crecente (España), en el 911. Murió el 26 de junio de 925 en Córdoba. 

Fue un cristiano martirizado durante el califato de Abderramán III, y canonizado posteriormente por la Iglesia Católica, como ejemplo de la virtud de la castidad juvenil frente a la homosexualidad. Su día en el santoral católico es el 26 de junio.

Su martirio, descrito truculentamente en el santoral, fue por despedazamiento o desmembramiento mediante tenazas de hierro. Tras la batalla de Valdejunquera (920), muchos cristianos del Reino de León fueron llevados prisioneros a Córdoba, entre los que estaban él y su tío, Hermigio, obispo de Tuy. Éste es liberado con el fin de reunir el rescate, mientras que Pelayo queda en calidad de rehén.

Se dice que el califa Abderramán III le requirió contactos sexuales, a los que se negó, lo que provocó su tortura y muerte.

Su hagiografía refleja que durante los cuatro años que pasó en Córdoba en calidad de rehén, sin que el rescate fuera pagado por su tío obispo, el muchacho destacó por su inteligencia y su fe, haciendo proselitismo de Cristo, insistiendo en que esta actividad fue la que provocó que fuera tentado por Abderramán III para convertirse al islamismo, lo que él rechazó con vehemencia:


"Si, oh rey, soy cristiano. Lo he sido y lo seré por la gracia de Dios. Todas tus riquezas no valen nada. No pienses que por cosas tan pasajeras voy a renegar de Cristo, que es mi Señor y tuyo aunque no lo quieras"


El martirio en defensa de su fe justifica su canonización. Enseguida pasó a recibir culto. A partir del siglo XI, en que los reinos cristianos intervenían en la política interior de los reinos de taifas, muchos santos cristianos fueron trasladados al norte, y este fue lo que ocurrió con sus restos: primero a León y luego al monasterio benedictino de Oviedo que lleva su nombre (y que no debe confundirse con el de Don Pelayo, el primer rey de Asturias).

San Pelayo es el santo patrón de: Seminario Menor de Tuy (provincia de Pontevedra, España); Villanueva Matamala (provincia de Burgos, España); Castro-Urdiales (Burgos, España) y de Zarauz (Guipúzcoa, País Vasco, España).


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro - Día Noveno - Junio 26 de 2022

 



Día Noveno


Consagrarse a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y servirla con fidelidad.


En este día consagrémonos a María; y para esto hagamos por Ella lo que Ella hace por nosotros. María nos ama; pues amémosla nosotros. ¡Qué honra para nosotros amar a la Madre de Dios! Amémosla, entregándonos a Ella con entera confianza, por ser nuestra verdadera Madre. María es nuestra bienhechora; es nuestro Perpetuo Socorro. Por nuestra parte, prometámosle recurrir constantemente a su misericordia; prometámosle sinceramente perseverar en nuestros ejercicios o prácticas diarias de devoción en honor suyo, y experimentaremos cuán cierta es esta sentencia que el verdadero devoto de María no puede condenarse.


Pedir la gracia
que se desea conseguir.
Rezar 3 Avemarías
y la oración correspondiente


Oración


¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Yo os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos y mi alma con sus potencias. De aquí en adelante quiero serviros con fervor, invocaros sin cesar y trabajar por ganar corazones que os amen. ¡Oh Madre mía! Haced que no pase día alguno de mi vida sin que os invoque con amor filial. Así sea.


Fuente - Texto tomado del Libro "Acudamos a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro" - Heraldos del Evangelio (Caballeros de la Virgen)