jueves, 9 de junio de 2022

Decálogo del enfermo - San Juan María Vianney (Santo Cura de Ars)

 



1.-"La cruz es el regalo que Dios hace a sus amigos"




2.-"Deberíamos ir afanosos en busca de la cruz, como va el avaro tras el dinero"




3.-"Las contradicciones nos ponen al pie de la Cruz y la cruz a la puerta del cielo"




4.-"La mayor cruz es no tener cruz"




5.-"Yo no comprendo cómo un cristiano puede odiar la cruz y sacudirla de sus hombros"




6.-"Nada nos hace tan parecidos a Nuestro Señor como llevar su cruz; y todas las penas son dulces cuando se sufren en unión con Él"




7.-"¡Cuán felices nos consideraremos en el día del juicio por nuestros sufrimientos!"




8.-"¡Qué dulce es morir cuando se ha vivido siempre sobre la cruz!"




9.-"El temor de la cruz es la más grande de nuestras cruces"




10.-"¡Qué dulce, qué bello es conocer, amar y servir a Dios! Esto es lo único que tenemos que hacer en este mundo".




Cuando el sufrimiento te apriete, recuerda este decálogo de San Juan María Vianney (el Cura de Ars) y repite las siguientes palabras:




"Qué dulce es morir cuando se ha vivido siempre sobre nuestra cruz".




SONRÍE a tu cruz y te será más fácil aceptarla y llevarla.


Fuente - Texto tomado de ES.PAPERBLOG.COM:

El milagro de Dios - Amor para salvar de la muerte

 



¡Cómo ayuda el amor de un hermano!


El cariño y el amor entre unos hermanos es muy especial, y puede ayudar en un momento difícil. 


Por: Myriam de Leal


EL MILAGRO DE DIOS


Como cualquier buena mamá, cuando Karen supo que estaba esperando un bebé, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo Michael de tres años a prepararse para una nueva etapa en su vida.

Supieron que el nuevo bebé iba a ser una niña, y día y noche, Michael le cantaba a su hermanita en el vientre de su madre. Él estaba encariñándose con su hermanita aún antes de conocerla.

El embarazo de Karen progresó normalmente. A tiempo empezó su labor de parto, pronto los dolores eran cada cinco, cada tres y finalmente cada minuto. Pero una complicación se presentó de repente y Karen tuvo horas de labor de parto.

Finalmente, después de muchas horas de lucha, la hermanita de Michael nació, pero en muy malas condiciones.

La llevaron inmediatamente en una ambulancia a la Unidad de Cuidados Intensivos, sección neonatal del Hospital St. Mary, en Knoxville, Tennessee.

Los días pasaron y la niña empeoraba. Los pediatras tuvieron que decirle finalmente a los padres las terribles palabras:


"Hay muy pocas esperanzas, prepárense para lo peor"


Karen y su esposo contactaron al cementerio local para apartar un lugar para su hijita. Ellos habían creado un cuarto nuevo para su hija y ahora se encontraban haciendo arreglos para un funeral.

Sin embargo, Michael, les rogaba a sus padres que le dejaran ver a su hermanita:


"Quiero cantarle"


Decía una y otra vez.

Estuvieron dos semanas en Terapia Intensiva y parecía que el funeral vendría antes de que acabara la semana.

Michael siguió insistiendo que quería cantarle a su hermanita, pero le explicaban que no se permitía la entrada de niños a Terapia Intensiva.

De pronto Karen se decidió, llevaría a Michael a ver a su hermanita, ¡la dejaran o no! Si no veía a su hermanita en ese momento, tal vez no la vería viva nunca.

Ella le puso un overol inmenso y lo llevó a Terapia Intensiva, Michael parecía una enorme canasta de ropa sucia.

Pero la jefa de enfermeras se dio cuenta de que era un niño y se enfureció..


"¡Saquen a ese niño de aquí ahora mismo! ¡No se admiten niños aquí!"


El carácter fuerte de Karen afloró y, olvidándose de sus lindos modales de dama, que siempre la habían caracterizado, miró con ojos de acero a la enfermera, sus labios eran una sola línea y con firmeza dijo:


"Él no se va hasta que le cante a su hermanita"


Y levantó a Michael y lo llevó a la cama de su hermanita.

Él miró a la pequeñita, perdiendo la batalla por conservar la vida.

Después de un momento empezó a cantar con la voz que le salía del corazón de un niño de tres años.

Michael le cantó:


"Eres mi luz del sol, mi única luz, tu me haces feliz cuando el cielo es gris...." 


(Conocida canción en inglés
" You are my sunshine")


Instantáneamente, la bebé pareció responder al estímulo de la voz de Michael, su pulso se empezó a volver normal.


"Sigue cantando, Michael"


Le pedía desesperadamente su mamá con lágrimas en los ojos.

Y el niño seguía:


"Tú no sabrás nunca, querida, cuánto te amo, por favor no te lleves mi luz del sol..."


Al tiempo que Michael cantaba a su hermana, la bebé se movía y su respiración se volvía tan suave como la de un gatito cuando lo acarician.


"Sigue cantando cariño"


Le decía su mamá y él continuaba haciéndolo como cuando todavía su hermanita estaba en el vientre de su madre.


"La otra noche, querida, cuando dormía, soñé que te abrazaba en mis brazos..."


Seguía cantando el niño; la hermanita de Michael empezó a relajarse y a dormir con un sueño reparador que parecía que la mejoraba por segundos.


"Sigue cantando Michael"...


Ahora era la voz de la enfermera gruñona que con lágrimas en los ojos no dejaba de pedirle al niño que continuara.


"Tú eres mi luz del sol, mi única luz del sol, por favor no te lleves mi sol..."


Al día siguiente... el mismísimo día siguiente... la niña estaba en perfectas condiciones para irse a casa.

La revista "Woman´s Day" lo llamó "El Milagro de la canción del Hermano". Los doctores le llamaron simplemente un milagro. Karen le llamó:


"El Milagro del amor de Dios"


Nunca te rindas por la gente que amas.... El amor es increíblemente poderoso. La vida es demasiado buena como para desperdiciarla...

Confía en que Dios sabe que estás exactamente donde debes estar.

Nunca olvides las infinitas posibilidades que nacen de la Fe.




"Puedo hacer todas las cosas pues Cristo es quien me fortalece"...


Si tienen alguien a quien amar (padres, hermanos, novios, esposos, amigos) que realmente valoren mucho, no se cansen de dar, porque el amor, es eso, pertenencia. Porque te pertenece, estás obligado a hacer todo, pero todo, para que sean inmensamente felices.


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
https://es.catholic.net/op/articulos/11811/cat/256/como-ayuda-el-amor-de-un-hermano.html

Jesucristo - Sumo y Eterno Sacerdote - Fiesta Junio 9 de 2022

  


Jesucristo:
Sumo y Eterno Sacerdote


El jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés, se celebra en algunos países del mundo la Fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Aunque no figura en el calendario de la Iglesia universal, esta fiesta se ha ido extendiendo por muchos países y diócesis. Hoy Junio 9 de 2022 se celebra en otros países.


Sacerdote


Es un mediador autorizado para ofrecer sacrificios a Dios en reconocimiento de Su dominio supremo y en expiación por los pecados.

Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. (Hebreos 5,1).


Cristo es Dios y hombre
como tal es el definitivo
Profeta y Sacerdote
de la Nueva Alianza




Dios lo ha dicho y hecho todo en Su Hijo quien, como Hombre, Eterno y Sumo Sacerdote, se ofreció a sí mismo una vez y por todas en la Cruz. Él es al mismo tiempo sacerdote y víctima de valor infinito, y por lo tanto, su sacrificio acaba con la necesidad de los antiguos sacrificios que debían repetirse constantemente. Al no necesitarse los antiguos sacrificios, tampoco se necesita el antiguo sacerdocio. Hay un sólo sacerdocio porque hay un sólo sacrificio.

Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos -Jesús, el Hijo de Dios- mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Hebreos 4,14-15.


El sacrificio de la Santa Misa




Cristo se ofreció al Padre en la Cruz. Este sacrificio se hace presente en la Misa para que nosotros podamos ofrecer nuestras vidas y unirnos a Él. Esto es posible porque el sacerdocio del Nuevo Testamento es muy superior al del Antiguo Testamento. La ofrenda de animales no logra la unión con Dios. Pero ahora es Cristo, Dios y hombre, quien se ofrece para expiar por nuestros pecados y romper las barreras que nos separaban de Dios.

Cristo quiso comunicarnos Su Vida, no sólo en el bautismo sino también en la Santa Misa y los otros sacramentos. Para recibirlos necesitamos que haya un sacerdocio ministerial que imparta estos sacramentos. Los sacerdotes, actuando en la persona de Cristo, ofrecen el sacrificio de la Misa y perdonan los pecados. Cuando el sacerdote ofrece la Misa, es Cristo quien se ofrece; cuando el sacerdote confiesa es Cristo quien perdona los pecados (Cf. Jn. 20,22-23). Es Cristo quien actúa por medio de los sacerdotes para comunicar Su propia Vida.

Los protestantes llaman a sus pastores "ministros" porque no han recibido el sacramento del orden. No participan del sacerdocio ministerial de Cristo y por eso no tienen el poder de ofrecer el sacrificio de la Santa Misa (en su lugar, dirigen un "servicio"). No pueden tampoco perdonar pecados en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Diferencias entre
los católicos y los protestantes




Católicos

  1. Sumo Sacerdote (Cristo) - Único sacerdocio del Nuevo Testamento.
  2. Sacerdocio ministerial (Participan del sacerdocio de Cristo como todos los fieles y además reciben el sacramento del orden para servir a los fieles como pastores e impartirles los sacramentos).
  3. Sacerdocio de los fieles (Participan de Cristo por el bautismo, crecen en esa unión por medio de la Eucaristía y otros sacramentos que reciben por medio del sacerdote ministerial).


Protestantes

  1. Sumo Sacerdote (Cristo) - Único sacerdocio del Nuevo Testamento.
  2. No tienen sacerdocio ministerial (Tienen pastores que pueden bautizar pero no ofrecer el sacrificio de la Santa Misa o impartir los otros sacramentos).
  3. Sacerdocio de los fieles (Participan de Cristo por el bautismo pero no lo reciben en la Eucaristía ni otros sacramentos).


El sacerdote en la Santa Misa
NO ofrece nuevos sacrificios




Cristo posee un "sacerdocio perpetuo", por lo tanto su sacrificio es perpetuo. Ese sacrificio que ofreció en el Calvario hace 2.000 años se hace presente en la Santa Misa, no es un nuevo sacrificio ni una repetición, sino el mismo y único sacrificio por el cual nos unimos a Cristo para salvarnos del pecado y entrar en la vida nueva:

Pero éste posee un sacerdocio perpetuo porque permanece "para siempre". De ahí que pueda también salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor. Así es el Sumo Sacerdote que nos convenía: Santo, Inocente, Incontaminado, Apartado de los pecadores, Encumbrado por encima de los cielos, que no tiene necesidad de ofrecer sacrificios cada día, primero por sus pecados propios como aquellos Sumos Sacerdotes, luego por los del pueblo: y ésto lo realizó de una vez para siempre, ofreciéndose a Sí Mismo. (Hebreos 7,24-27).


El sacerdote
es sacerdote EN CRISTO
y no por cuenta propia




Es Cristo, actuando en el sacerdote, quien consagra y ofrece Su Cuerpo y Sangre en la Santa Misa. San Pablo lo explica:


"Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: "Hijo mío eres Tú; Yo te he engendrado hoy" (Hebreos 5,1-5).


Los Apóstoles fueron los primeros sacerdotes y fueron ordenados por Jesús el Jueves Santo, cuando les dijo:


"Éste es Mi Cuerpo que es entregado por vosotros; haced ésto en recuerdo Mío" (Lucas 22,19)


 

Hasta el fin de los tiempos




Cristo vino no sólo para una generación sino para estar con nosotros hasta el fin del mundo. Su sacrificio del Calvario ha de ser renovado perpetuamente para que todos puedan participar en Él. Para ello se vale de los sacerdotes quienes actúan en Su Nombre y con Su Poder. Es por eso que San Pablo dice a Tito:


"El motivo de haberte dejado en Creta fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené" (Tt. 1,5).


Los obispos y sacerdotes reciben el sacramento del orden que viene de los Apóstoles, como Tito lo recibió de Pablo, por medio de la ordenación. Esta línea que da ordenaciones que viene del mismo Cristo por medio de los Apóstoles se llama "Sucesión Apostólica".






También vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediación de Jesucristo. (I Pedro 2,5).


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG: