sábado, 26 de febrero de 2022

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 6, 39-45



39. Les hizo también esta comparación:


«¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?»

40. El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. 




41. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? 

42. ¿Cómo puedes decir a tu hermano:

«Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo»

Tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo?

¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano!

43. No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos:

44. Cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas.

45. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca».


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Gabriel de la Dolorosa - Año 1862 - Fiesta Febrero 27

 



Nació en Asís (Italia) el 1 de marzo de 1838. Su nombre en el mundo era Francisco Possenti. Era el décimo entre 13 hermanos. Su padre trabajaba como juez de la ciudad. A los cuatro años quedó huérfano de madre. El papá, que era un excelente católico, se preocupó por darle una educación esmerada, mediante la cual logró ir dominando su carácter fuerte que era muy propenso a estallar en arranques de ira y de mal genio. Tuvo la suerte de educarse con dos comunidades de excelentes educadores: los Hermanos Cristianos y los Padres Jesuitas; y las enseñanzas recibidas en el colegio le ayudaron mucho para resistir los ataques de sus pasiones y de la mundanalidad.

Francisco (que tomó más tarde como nombre religioso Gabriel de la Dolorosa), tenía un "temperamento suave, jovial, insinuante, decidido y generoso, poseía también un corazón sensible y lleno de afectividad... Era de palabra fácil, apropiada, inteligente, amena y llena de una gracia que sorprendía".




El joven era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Y sus facciones elegantes y su fino trato, a la vez que su rebosante alegría y la gran agilidad para bailar, lo hacían el preferido de las muchachas en las fiestas. Su lectura favorita eran las novelas, pero le sucedía como en otro tiempo a San Ignacio, que al leer novelas, en el momento sentía emoción y agrado, pero después le quedaba en el alma una profunda tristeza y un mortal hastío y abatimiento. Sus amigos lo llamaban "el enamoradizo". Pero los amores mundanos eran como un puñal forrado con miel, dulces por fuera y dolorosos en el alma. En una de las 40 cartas que de él se conservan, le escribe a un antiguo amigo, cuando ya se ha entrado de religioso:


"Mi buen colega; si quieres mantener tu alma libre de pecado y sin la esclavitud de las pasiones y de las malas costumbres, tienes que huir siempre de la lectura de novelas y del asistir a teatros donde se dan representaciones mundanas. Mucho cuidado con las reuniones donde hay licor y con las fiestas donde hay sensualidad y huye siempre de toda lectura que pueda hacer daño a tu alma. Yo creo que si yo hubiera permanecido en el mundo no habría conseguido la salvación de mi alma. ¿Dirás que me divertí bastante? Pues de todo ello no me queda sino amargura, remordimiento, temor y hastío. Perdóname si te di algún mal ejemplo y pídele a Dios que me perdone también a mí"


Al terminar su bachillerato, y cuando ya iba a empezar sus estudios universitarios, Dios lo llamó a la conversión por medio de una grave enfermedad. Lleno de susto prometió que si se curaba de aquel mal, se iría de religioso. Pero apenas estuvo bien de salud, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo. Un año después enferma mucho más gravemente. Una laringitis que trata de ahogarlo y que casi lo lleva al sepulcro. Lleno de fe invoca la intercesión de un santo jesuita martirizado en las misiones y promete irse de religioso, y al colocarse una reliquia de aquel mártir sobre su pecho, se queda dormido y cuando despierta está curado milagrosamente. Pero apenas se repone de su enfermedad empieza otra vez el atractivo de las fiestas y de los enamoramientos, y olvida su promesa. Es verdad que pide ser admitido como jesuita y es aceptado, pero él cree que para su vida de hombre tan mundano lo que está necesitando es una comunidad rigurosa, y deja para más tarde el entrar a una congregación de religiosos.

Estalla la peste del cólera en Italia. Miles y miles de personas van muriendo día por día. Y el día menos pensado muere la hermana que él más quiere. Considera que ésto es un llamado muy serio de Dios para que se vaya de religioso. Habla con su padre, pero a éste le parece que un joven tan amigo de las fiestas mundanas se va a aburrir demasiado en un convento y que la vocación no le va a durar quizá ni siquiera unos meses. Pero un día asiste a una procesión con la imagen de la Virgen Santísima. Nuestro joven siempre le ha tenido una gran devoción a la Madre de Dios (y probablemente esta devoción fue la que logró librarlo de las trampas del mundo) y en plena procesión levanta sus ojos hacia la imagen de la Virgen y ve que Ella lo mira fijamente con una mirada que jamás había sentido en su vida. Ante ésto ya no puede resistir más. Se va a donde su padre a rogarle que lo deje irse de religioso. El buen hombre le pide el parecer al confesor de su hijo, y recibida la aprobación de este santo sacerdote, le concede el permiso de entrar a una comunidad bien rígida y rigurosa, los Padres Pasionistas.




Descripción de cómo intervino la Virgen María


La graciosa ciudad italiana de Spoleto, en Perugia, se levantó radiante de alegría una mañana en la octava de la Asunción de María, el 22 de agosto de 1856. Sus habitantes celebraban con júbilo la fiesta de su Patrona, agradeciéndole muy especialmente haber sido librados de la peste que había asolado la región en los últimos años.

Un hermoso cuadro de la Madre de Dios, conocido como la Madonna del Duomo (Virgen de la Catedral) o la Sacra Icona (Sagrada Imagen), había sido retirado de su relicario para ser llevado por las calles, en solemne procesión. Era un icono de estilo bizantino donado a la ciudad por el emperador Federico Barbarroja, en 1155, en señal de reconciliación y de paz.

Según cuenta la tradición, había sido pintado por San Lucas y se conservaba en la catedral de Constantinopla hasta la época de las persecuciones iconoclastas. No había, en aquellas animadas calles, quien no cayese de rodillas al ver desfilar con gran pompa a la milagrosa imagen de la Reina del Cielo. Todos esperaban recibir de Ella una anhelada gracia, un consuelo, una bendición particular. Entre la multitud de los fieles, esperando que pasara el venerado icono, se destacaba, un joven de porte distinguido y jovial. Cuando la Sagrada Imagen de la Santísima Virgen pasó por delante de él y miró fijamente a los ojos arrebatadores de la Imagen, oyó claramente en su interior estas inolvidables palabras:




"Francisco, ¿tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa"


El 10 de septiembre de 1856 entró en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata) y tomó el nombre religioso de Gabriel. Tenía sólo 18 años. Su entrega fue con todo su corazón y en la vida religiosa encontró su felicidad:


"La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles"

 

Al entrar de religioso se cambia el nombre y en adelante se llamará:



GABRIEL DE LA DOLOROSA. Gabriel, que significa: el que lleva mensajes de Dios. Y de la Dolorosa, porque su devoción mariana más querida consiste en recordar los siete dolores o penas que sufrió la Virgen María. Desde entonces será un hombre totalmente transformado.




Gabriel había gozado siempre de muchas comodidades en la vida y le había dado gusto a sus sentidos, y ahora entra a una comunidad donde se ayuna y donde la alimentación es tosca y nada variada. Los primeros meses sufre un verdadero martirio con este cambio tan brusco, pero nadie le oye jamás una queja, ni lo ve triste o disgustado. Gabriel, lo que hacía, lo hacía con toda el alma. En el mundo se había dedicado con todas sus fuerzas a las fiestas mundanas, pero ahora, entrado de religioso, se dedicó con todas las fuerzas de su personalidad a cumplir exactamente los Reglamentos de su Comunidad. Los religiosos se quedaban admirados de su gran amabilidad, de la exactitud total con la que cumplía todo lo que se le mandaba, y del fervor impresionante con el que cumplía sus prácticas de piedad. Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría:


"Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años"


Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentía ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien. Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes:


"Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor, prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación"


Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu. Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos:


"Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad"


La Comunidad de los Pasionistas tiene como principal devoción el meditar en la Santísima Pasión de Jesús. Y al pensar y repensar en lo que Cristo sufrió en la Agonía del Huerto, y en la Flagelación y Coronación de Espinas, y en la Subida al Calvario con la Cruz a cuestas y en las horas de mortal agonía que el Señor padeció en la Cruz, sentía Gabriel tan grande aprecio por los sufrimientos que nos vuelven muy semejantes a Jesús sufriente, que lo soportaba todo con un valor y una tranquilidad impresionantes. Pero había otra gran ayuda que lo llenaba de valor y esperanza, y era su fervorosa devoción a la Madre de Dios. Su libro mariano preferido era "Las Glorias de María", escrito por San Alfonso, un libro que consuela mucho a los pecadores y débiles, y que aunque lo leamos diez veces, todas las veces nos parece nuevo e impresionante. La devoción a la Santísima Virgen llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad. A un religioso le aconsejaba:


"No hay que fijar la mirada en rostros hermosos, porque ésto enciende mucho las pasiones"


A otro le decía:




"Lo que más me ayuda a vivir con el alma en paz es pensar en la presencia de Dios, el recordar que los ojos de Dios siempre me están mirando y sus oídos me están oyendo a toda hora y que el Señor pagará todo lo que se hace por Él, aunque sea regalar a otro un vaso de agua"


Y el 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido. Su alma había volado a la eternidad a recibir de Dios el premio de sus buenas obras y de sus sacrificios. Apenas iba a cumplir los 25 años. Poco después empezaron a conseguirse milagros por su intercesión.

Treinta años más tarde, el 17 de octubre de 1892, se iniciaron los trámites para inscribirlo entre los santos, ya que la devoción de los fieles y los milagros que realizaba eran muchos.


  1. Fue canonizado por Benedicto XV, en 1920.
  2. Declarado copatrón de la juventud católica italiana, en 1926.
  3. Patrón principal de Abruzzo, en 1959.


San Gabriel de la Dolorosa:
pídele a la Santísima Virgen
por tantos jóvenes
tan llenos de vitalidad
y de entusiasmo
para que encaucen
las enormes fuerzas
de su alma, no a dejarlas
perderse en goces mundanos,
sino a ganarse un gran
premio en el cielo
dedicándose a salvar
su propia alma
y la de muchos más


Fuente - Texto tomado de EWTN:

URGENTE - Recemos para que Dios salve a Ucrania y al mundo entero... de la Tercera Guerra Mundial

 



Recemos para que Dios salve a Ucrania y al mundo entero... de la Tercera Guerra Mundial.


El siguiente texto hace parte de la profecía que dijo Jesús a Berthe Petit:


"Todas las naciones se hallan encaminadas hacia un CATACLISMO TERRIBLE. Yo Soy el Único que puede apaciguar el odio y las discordias y emprender algo positivo para que se afiance la paz. Lo haré cuando se cumpla Mi Deseo respecto al Corazón de Mi Madre, ÉSTO ACAECERÁ CUANDO LLEGUE LA HORA DESESPERADA, en que se ha de reparar todo. Entonces, en respuesta a las súplicas que han de subir al Corazón Doloroso e Inmaculado de Mi Madre, YO MANIFESTARÉ MI PODER POR UNA INTERVENCIÓN MILAGROSA que se impondrá a todos. La cristiandad entera se inclinará ante este TRIUNFO QUE YO, COMO HIJO, DESEO PARA MI MADRE".




El siguiente es el enlace a todas las profecías:



Clamemos a Dios por intercesión de la Virgen María, para que suspenda esta guerra maquiavélica que se inició con la invasión de Rusia a Ucrania.


Roguemos a Dios con profunda fe, y ofreciendo todas nuestras oraciones, súplicas y sacrificios, para que finalice esta sed satánica de poder, para imponer la dictadura del comunismo a nivel global.


Que Dios salve a Ucrania
y al mundo entero...


Rezar


Oren por Ucrania


Padrenuestro
Avemaría
Gloria
Amén


Paren la guerra


Detengan la guerra


No más guerras




May God save Ukraine
and the whole world...


#Pray


#PrayForUkraine


Our Father
Hail Mary
Glory
Amen


#StopWar


#StopTheWar


#NoMoreWars




Oración al Divino Niño Jesús
para verse libre de peligros




Señor Dios, Rey Omnipotente
en tus manos están puestas todas las cosas.
Si quieres salvar a tu pueblo
nadie puede resistir a tu voluntad.
Tú hiciste el cielo y la tierra,
y todo cuanto en ellos se contiene.
Tú eres el dueño de todas las cosas.
¿Quién podrá pues resistir a tu Majestad?
Señor Dios de nuestros padres,
ten misericordia de tu pueblo,
porque los enemigos del alma quieren perdernos
y las dificultades que se nos presentan
son muy grandes, Tú has dicho:
"Pedid y se os dará.
El que pide recibe.
Pero pedid con fe".
Escucha pues nuestras oraciones.
Perdona nuestras culpas.
Aleja de nosotros los castigos que merecemos
y haz que nuestro llanto
se convierta en alegría,
para que viviendo
alabemos tu Santo Nombre
y continuemos alabándolo
eternamente en el cielo.
Amén.


Oración
Súplicas para tiempos difíciles




Divino Niño Jesús:
Tengo mil dificultades, ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En los desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Amén.
        

Oración en demanda
del socorro de María




¡Madre de Dios y reina de los ángeles!
¡Esperanza de los hombres!
¡Mira al que te llama y a Ti recurre!
Me postro ante Ti, yo, pobre esclavo,
me consagro por tu siervo para siempre
y me ofrezco a servirte y honrarte
cuanto pueda, toda la vida.

Poco puede honrarte un esclavo tan ruin
y rebelde que tanto ha ofendido
a mi Dios y Redentor.
Pero si me aceptas, aunque sin merecerlo,
y con tu intercesión me haces digno,
tu misma misericordia me hará santo
y te daré el honor que yo sólo no puedo.
Acéptame y no me rechaces, Madre mía.

Estas ovejas perdidas vino a rescatar
el Verbo eterno, y por salvarlas se hizo
Hijo tuyo. ¿Despreciarás a esta oveja
extraviada que a Ti recurre para encontrar
a Jesús? Ya está entregado el rescate
que me salva; mi Salvador ya derramó
Su Sangre preciosa, la que basta
para salvar mil mundos.

Basta que esa Sangre se me aplique,
y ésto en tus manos está, Virgen bendita.
En tus manos está salvar al que quieres.
Ayúdame, mi Reina, y sálvame.
En Ti confío a tu intercesión me entrego.
Salud de los que te invocan, sálvame.


Oración a San Miguel Arcángel





San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla;
sé nuestro amparo contra la perversidad
y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes;
y tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos,
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.





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