jueves, 17 de febrero de 2022

Santa Bernardita Soubirous - Vidente de Lourdes - Fiesta 18 de Febrero

 



Martirologio Romano


En Nevers, en Francia, Santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María, y después abrazó la vida religiosa y llevó una vida escondida y humilde.

El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el Rosario.

Bernardita Soubirous nació en Lourdes (Francia) en 1844. Hija de padres supremamente pobres. En el bautismo le pusieron por nombre María Bernarda (nombre que ella empleará después cuando sea religiosa), pero todos la llamaban Bernardita. Era la mayor de varios hermanos. Sus padres vivían en un sótano húmedo y miserable, y el papá tenía por oficio botar la basura del hospital. La niña tuvo siempre muy débil salud a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba.

En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó sumamente debilitada. A causa también del clima terriblemente frío en invierno, en aquella región, Bernardita adquirió desde los 10 años la enfermedad del asma, que al comprimir los bronquios produce continuos ahogos y falta de respiración. Esta enfermedad la acompañará y la atormentará toda su vida. Al final de su existencia sufrirá también de tuberculosis. En ella se cumplieron aquellas palabras de Jesús:


"Mi Padre, el árbol que más quiere, más lo poda (con sufrimientos) para que produzca más frutos" (Jn. 15)


En Bernardita se cumplió aquello que dijo San Pablo:


"Dios escoge a lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir las vanidades del mundo"


 



Bernardita a los 14 años no sabía leer ni escribir, ni había hecho la Primera Comunión porque no había logrado aprenderse el catecismo. Pero tenía unas grandes cualidades: rezaba mucho a la Virgen y jamás decía una mentira.

Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Santísima Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita. Nuestra Señora le dijo:


"No te voy a hacer feliz en esta vida, pero sí en la otra"


Y así sucedió. La vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo. Las gentes le llevaban dinero, después de que supieron que la Virgen Santísima se le había aparecido, pero ella jamás quiso recibir nada. Nuestra Señora le había contado tres secretos, que ella jamás quiso contar a nadie. Probablemente uno de estos secretos era que no debería recibir dineros ni regalos de nadie y el otro, que no hiciera nunca nada que atrajera hacia ella las miradas. Por eso se conservó siempre muy pobre y apartada de toda exhibición. Ella no era hermosa, pero después de las apariciones, sus ojos tenían un brillo que admiraba a todos.

Le costaba mucho salir a recibir visitas porque todos le preguntaban siempre lo mismo y hasta algunos declaraban que no creían en lo que ella había visto. Cuando la mamá la llamaba a atender alguna visita, ella se estremecía y a veces se echaba a llorar.




"Vaya"le decía la señora.

"¡Tenga valor!"


Y la jovencita se secaba las lágrimas y salía a atender a los visitantes demostrando alegría y mucha paciencia, como si aquello no le costara ningún sacrificio. Para burlarse de ella porque la Virgen le había dicho que masticara unas hierbas amargas, como sacrificio, el señor alcalde le dijo:


"¿Es que la confundieron con una ternera?"


Y la niña le respondió:


"Señor alcalde, a usted sí le sirven lechugas en el almuerzo? Claro que sí. ¿Y es que lo confunden con un ternero?"


Todos rieron y se dieron cuenta de que era humilde pero no era tonta.

Bernardita pidió ser admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. Demoraron en admitirla porque su salud era muy débil. Pero al fin la admitieron. A los cuatro meses de estar en la comunidad estuvo a punto de morir por un ataque de asma, y le recibieron sus votos religiosos, pero enseguida curó. En la comunidad hizo de enfermera y de sacristana, y después por nueve años estuvo sufriendo una muy dolorosa enfermedad, siempre entre la vida y la muerte. Cuando le llegaban los más terribles ataques exclamaba:


"Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Santísima Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores"




Uno de los medios que Dios tiene para que las personas santas lleguen a un altísimo grado de perfección, consiste en permitir que les llegue la incomprensión, y muchas veces de parte de personas que están en altos puestos y que al hacerles la persecución piensan que con ésto están haciendo una obra buena. Bernardita tuvo por superiora durante los primeros años de religiosa a una mujer que le tenía una antipatía total, y casi todo lo que ella hacía lo juzgaba negativamente. Así, por ejemplo, a causa de un fuerte y continuo dolor que la joven sufría en una rodilla, tenía que cojear un poco. Pues bien, la superiora decía que Bernardita cojeaba para que la gente al ver las religiosas pudiera distinguir desde lejos cuál era la que había visto a la Virgen. Y así en un sinnúmero de detalles desagradables la hacía sufrir. Y ella jamás se quejaba ni se disgustaba por todo esto. Recordaba muy bien la noticia que le había dado la Madre de Dios:


"No te haré feliz en esta vida, pero sí en la otra"


A pesar de haber sido dócil instrumento para extender la devoción a la Inmaculada, Bernardita no se contaminó con la gloria humana. El día que el obispo de Lourdes, ante 50.000 peregrinos, colocó la estatua de la Virgen sobre la roca de Massabielle, Bernardita tuvo que permanecer en su celda, víctima de un ataque de asma. Y cuando el dolor físico se hacía más insoportable, suspiraba:


"No, no busco alivio, sino sólo la fuerza y la paciencia"


Su breve existencia transcurrió en la humilde aceptación del sufrimiento físico como generosa respuesta a la invitación de la Inmaculada para pagar con la penitencia el rescate de tantas almas que viven prisioneras del mal.




Mientras junto a la gruta de las apariciones se estaba construyendo un grande santuario para acoger a los numerosos peregrinos y enfermos en busca de alivio, Bernardita pareció desaparecer en la sombra. Pasó seis años en el Instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia.

Duró 15 años de religiosa. Los primeros seis años estuvo trabajando, pero fue tratada con mucha indiferencia por las superioras. Después los otros nueve años padeció noche y día de dos terribles enfermedades: el asma y la tuberculosis. Cuando llegaba el invierno, con un frío de varios grados bajo cero, se ahogaba continuamente y su vida era un continuo sufrir. Deseaba mucho volver a Lourdes, pero desde el día en que fue a visitar la Gruta por última vez para irse de religiosa, jamás volvió por allí. Ella repetía:


"Ah quién pudiera ir hasta allá, sin ser vista. Cuando se ha visto una vez a la Santísima Virgen, se estaría dispuesto a cualquier sacrificio con tal de volverla a ver. Tan bella es"


A quien la animaba le contestaba con la radiante sonrisa de los momentos de felicidad cuando estaba a la presencia de la blanca Señora de Lourdes:




"María es tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla"


Al llegar a la Comunidad reunieron a las religiosas y le pidieron que les contara cómo habían sido las apariciones de la Virgen. Luego le prohibieron volver a hablar de esto, y en los 15 años de religiosa ya no se le permitió tratar este tema. Son sacrificios que a los santos les preparan altísimo puesto en el cielo. Cuando ya le faltaba poco para morir, llegó un obispo a visitarla y le dijo que iba camino de Roma, que le escribiera una carta al Santo Padre para que le enviara una bendición, y que él la llevaría personalmente. Bernardita, con mano temblorosa, escribe:


"Santo Padre, qué atrevimiento, que yo una pobre hermanita le escriba al Sumo Pontífice. Pero el Sr. Obispo me ha mandado que lo haga. Le pido una bendición especial para esta pobre enferma"


A vuelta del viaje el Sr. Obispo le trajo una bendición especialísima del Papa y un crucifijo de plata que le enviaba de regalo el Santo Padre. El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada:


"Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡qué hermosa era!"


Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada:


"Ruega Señora por esta pobre pecadora"


 



Y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Bernardita, la humilde pastorcita que pudo contemplar con sus propios ojos a la Virgen Inmaculada, murió el 16 de abril de 1879. Tenía apenas 35 años. A los funerales de Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios, en favor de los que le pedían su ayuda. Fue beatificada el año 1925. Y el 8 de diciembre de 1933, el Santo Padre Pío XI la declaró Santa.


Nota: La Iglesia católica la festeja el 16 de abril, día de su fallecimiento, pero en Francia se la festeja el 18 de febrero.


Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Bernardita_Soubirous.htm

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=36845

REVELA UN EXORCISTA: «Los pecados contra el Primer Mandamiento son los que más agradan al diablo»

 



(ReL/InfoCatólica) - 7/01/18 - 4:59 p.m.


El P. Pedro Paulo Alexandre, exorcista de la Arquidiócesis de Florianópolis (Brasil), advirtió que actualmente se puede observar una mayor acción del demonio debido a «los pecados practicados contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios». 

En su nuevo libro «Fenómenos Preternaturales: sobre las acciones de los ángeles y de los demonios», el P. Alexandre da una explicación sobre este tema basándose en la Biblia, la teología, el magisterio de la Iglesia y otros recursos. 




En una entrevista concedida a la agencia ACI, el exorcista resaltó que «en medio de un contexto delicado en el que vivimos –en el que se multiplican las prácticas de superstición, ocultismo, adivinación, magia, prácticas que son prohibidas en las Sagradas Escrituras– es fundamental conocer que el magisterio, los Papas, las conferencias episcopales, especialistas, historiadores nos hablan al respecto de estos temas». «Es urgente ayudar a las personas a que perciban los riesgos espirituales que están en torno de esas prácticas», expresó. 

El sacerdote indicó que la mayor apertura a la acción del demonio se debe a los pecados cometidos contra el Primer Mandamiento, entre los que se destaca «la superstición por la cual divinizamos alguna criatura o fuerza criada, cayendo así en la idolatría (Ex 20, 2-17)».

El P. Pedro Paulo Alexandre también dijo que otro de los pecados que intensifican la acción demoníaca es la «adivinación» y al respecto recordó las palabras de San Alfonso María de Ligorio, quien en su libro «Teología moral» explica que «la adivinación se da cuando alguien invoca la ayuda tácita o explícita de los demonios con el fin de conocer las cosas futuras contingentes –no necesarias– o cosas ocultas que no se pueden conocer naturalmente».

Haciendo referencia a ese mismo santo, el exorcista indicó que el tercer pecado contra el Primer Mandamiento es la «magia» porque ésta «atribuye honras divinas a las criaturas, esperando de ellas algo que solo debemos esperar de Dios y también porque intenta entrar en un pacto con el demonio».

«A través de esos pecados el demonio corrompe nuestra relación con Dios», manifestó el P. Alexandre.

Por otro lado, el exorcista lamentó que actualmente «muchos niegan la existencia de Satanás y de sus demonios». En ese sentido, recordó que el autor inglés C.S. Lewis, en el prólogo de su libro «Cartas de un diablo a su sobrino», escribió que «hay dos errores iguales y opuestos en los cuales podemos caer al respecto de los demonios. Uno es no creer en su existencia y el otro es creer y sentir un interés excesivo y no saludable por ellos. Ellos están igualmente satisfechos con ambos errores».

También subrayó que «es urgente conocer la incompatibilidad que existe entre la fe católica y las otras doctrinas».

En cuanto a su propio libro, el P. Alexandre expresó que desea «cooperar con todos los que buscan comprender a partir de la fe de la Iglesia y de los grandes estudiosos la realidad de la acción preternatural: principalmente la acción de Satanás y de sus demonios en nuestro mundo».

«En segundo lugar, pretende ser una ayuda pastoral. Ante el sufrimiento, las personas buscan respuestas. Hoy, muchas personas heridas golpean a la puerta de la Iglesia pidiendo socorro. Profundizar los temas ligados a la acción preternatural, podrá ayudar mucho en el arduo proceso del discernimiento de cada caso», precisó.

En tercer lugar, dijo, el libro «es una invitación al estudio». «En la parte final del libro presento como apéndices diversos textos, entrevistas y temas de gran importancia, los cuales fui recibiendo a lo largo del tiempo de parte de amigos exorcistas, de grandes autores y especialistas en diversas áreas».

Según el sacerdote, la obra consta de «un vasto y excelente material de formación» en el cual el lector «descubrirá la preciosidad de la fe católica, de los grandes tesoros espirituales que Jesús concedió a su Iglesia, de las diversas armas que tenemos para frenar esa batalla espiritual cotidiana».


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Fuente - Texto tomado de INFOCATOLICA.COM: