lunes, 24 de enero de 2022

La Conversión de San Pablo Apóstol - Fiesta Enero 25

 



La Sagrada Biblia, en el Capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así la conversión de San Pablo:

"Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén. Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía:




"Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"


Él respondió:


"¿Quién eres tú Señor?"


Y oyó que le decían:




"Yo Soy JESÚS a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer"


Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión:


"¡Ananías!"


Él respondió:


"Aquí estoy Señor"


Y el Señor le dijo:


"Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista"


Respondió Ananías y dijo:


"Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu Nombre"


El Señor le respondió:


"Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi Nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi Nombre"


Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo:


"Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor JESÚS, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo"


Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían:




"¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el Nombre de JESÚS?"


Y


"¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión?"


Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo. Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice:


"Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago. Las iglesias de Judea no me conocían pero decían: el que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir. Y glorificaban a Dios a causa de mi"




Apóstol San Pablo:
que tu conversión sea como un ideal
para todos y cada uno de nosotros.
Que también en el camino de nuestra
vida nos llame Cristo y nosotros
le hagamos caso y dejemos nuestra
antigua vida de pecado y empecemos
una vida dedicada a la santidad,
a las buenas obras y al apostolado.




Oración a San Pablo


Glorioso apóstol San Pablo,
vaso escogido del Señor
para llevar su Santo Nombre
por toda la tierra; por tu celo
apostólico y por tu abrasada
caridad con que sentías
los trabajos de tus prójimos
como si fueran tuyos propios;
por la inalterable paciencia
con que sufriste persecuciones,
cárceles, azotes, cadenas,
tentaciones, naufragios y hasta
la misma muerte; por aquel celo
que te estimulaba a trabajar día
y noche en beneficio de las almas y,
sobre todo, por aquella prontitud
con que a la primera Voz de Cristo
en el camino de Damasco te rendiste
enteramente a la gracia, te ruego,
por todos los apóstoles de hoy,
y que me consigas del Señor
que imite tus ejemplos oyendo
prontamente la voz de sus
inspiraciones y peleando contra
mis pasiones, sin apego ninguno
a las cosas temporales y con aprecio
de las eternas, para gloria de
Dios Padre, que con el Hijo y el
Espíritu Santo vive y reina
por todos los siglos de los siglos.
Amén.





Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM:

Milagro de la Virgen del Carmen - Sólo su escapulario quedó intacto cuando el rayo le dejó calcinado… y milagrosamente él sobrevivió

 



El protagonista es un pastor que cuidaba de su rebaño en la montaña.

Sólo su escapulario quedó intacto cuando el rayo le dejó calcinado… y milagrosamente él sobrevivió.


Javier Lozano / Cari Filii News / 24 de enero de 2021


Son muchos los frutos e historias milagrosas producidos durante siglos por el escapulario de la Virgen del Carmen, un sacramental muy difundido por la Iglesia y que muchos católicos siguen utilizando a día de hoy desde que María se lo entregó a San Simón Stock en el siglo XIII.

Una de estas historias la protagonizó un humilde pastor de ovejas italiano, que mientras cuidaba de su rebaño en las montañas le sorprendió una fuerte tormenta y un rayo le alcanzó de lleno. Otros pastores lo encontraron completamente calcinado y desnudo, a excepción del escapulario que llevaba encima. De manera milagrosa logró sobrevivir y hacer una vida normal que él siempre achacó a la amorosa protección de la Virgen a través de aquel escapulario que quedó intacto.

La historia de este pastor italiano la cuenta Kevin Di Camillo, bisnieto del protagonista de este hecho excepcional y ahora profesor de literatura inglesa en la Universidad de Niágara. En un artículo a través de su blog del National Catholic Register recuerda que este bisabuelo materno era pastor en la región de los Abruzzos y era una persona pobre, como todos los que desempeñaban este trabajo.


Kevin Di Camillo es profesor universitario y bisnieto del protagonista


En esta región llevaban a las ovejas a pastar en grupos de tres o cuatro pastores a la vez. Pero no podía haber demasiadas ovejas juntas en un solo lugar ya que acabarían comiéndose toda la hierba. De modo que los pastores se desplegaban en abanico, siempre en movimiento, siempre manteniendo a las ovejas en movimiento levemente para evitar “minar la hierba”.

Al estar dispersos los pastores se comunicaban con silbidos. Cada uno de ellos tenía un silbido propio distintivo para hacerse reconocer por los demás. Así se aseguraban de que todos estuvieran bien. Únicamente se juntaban para comer y finalmente para volver a casa.

Su bisnieto cuenta la historia familiar:

“Un día mientras los pastores vigilaban sus rebaños se desató una violenta tormenta: lluvias torrenciales, relámpagos y truenos sacudiendo los valles. Esto naturalmente asustó a las ovejas, ya que los animales tienen un sexto sentido para estos fenómenos naturales. Se dispersaron en busca de refugio, lo que hizo que el trabajo de mi bisabuelo fuera mucho más difícil exactamente en el punto en el que necesitaba calma y ‘refugiarse en un lugar’ hasta que pasara la tormenta”.

Una vez que pasó el temporal, como era costumbre, los pastores se silbaron para asegurarse de que todos estaban bien. Todos silbaron excepto uno: su bisabuelo.

En ese momento, sus compañeros comenzaron su búsqueda y siguieron silbando esperando que contestara. Pero no llegaba respuesta.




“Cuando finalmente encontraron a mi bisabuelo tendido en el suelo, había algunos hechos evidentes: primero, había sido alcanzado por un rayo, ya que todo su cuerpo estaba carbonizado. En segundo lugar, los clavos de las suelas de sus botas habían salido disparados por la fuerza de la electricidad que lo había atravesado. En tercer lugar, su cuerpo quemado estaba completamente desnudo. Completamente, a excepción de su Escapulario del Carmen”, relata Kevin Di Camillo.

Pese al horroroso aspecto que presentaba estaba vivo. Así, su bisnieto cuenta que:

“Los otros pastores lo llevaron al pueblo donde mi bisabuela y las esposas de los otros pastores le aplicaron una cataplasma de claras de huevo para ayudarle con las quemaduras de todo el cuerpo”.

“El bisabuelo estaba vivo, lo cual ya fue una especie de milagro. Pero a veces los milagros también van acompañados de signos. Y el hecho de que su Escapulario permaneciera intacto y sin quemar fue una señal de un milagro”, afirma convencido Di Camillo.

“Esto no es más que un cuento”, pueden protestar algunos sobre esta historia. Sin embargo, su bisnieto explica que:

“Se recuperó por completo (o al menos tan completamente como fue posible dado que no había ningún tratamiento médico real), y atestiguó que efectivamente había sido alcanzado por un rayo y atribuyó su salvación al Señor misericordioso a través de la intercesión de María”.

Pero además –prosigue Kevin Di Camillo-:

“A diferencia de muchos de otros parientes, el bisabuelo nunca emigró a los Estados Unidos, donde podría haber contado esta historia en la mesa durante las reuniones familiares. Más bien, la historia en sí cruzó el océano gracias a sus parientes que fueron edificados por él. Y no tenían ninguna razón para inventar mentiras del Viejo Mundo para acompañar sus vidas en el Nuevo Mundo”.

Reflexionando sobre la historia de su bisabuelo, Di Camillo cree que:

“Así es como nos presentaremos ante el juez misericordioso en nuestro día del juicio, que puede golpear a cualquiera de nosotros en cualquier momento como un rayo: desnudos, pero con la ayuda de María (en este caso, a través del uso del escapulario del Monte Carmelo)”.

Artículo publicado originariamente en Cari Filii News.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM: