domingo, 8 de agosto de 2021

Santa Teresa Benedicta de la Cruz - Edith Stein - Santa Patrona de Europa - Fiesta Agosto 9



Santa Teresa Benedicta de la Cruz, una de las tres santas mujeres a las que el también Santo Papa Juan Pablo II declaró, mediante carta apostólica en forma Motu Proprio el 1 de octubre del año 1999, patrona de Europa junto a Santa Catalina de Siena y a Santa Brígida de Siena, pasando así a engrosar una nómina en la que ya militaban San Benito de Nursia y los hermanos San Cirilo y San Metodio.




Deja claro el Papa el hecho de que la elección es personal: “el motivo que ha orientado específicamente mi opción por estas tres santas se halla en su vida misma”. Y repara especialmente en el hecho de que se haya dirigido su elección hacia tres mujeres:

“Considero particularmente significativa la opción por esta santidad de rostro femenino, en el marco de la tendencia providencial que, en la Iglesia y en la sociedad de nuestro tiempo, se ha venido afirmando, con un reconocimiento cada vez más claro de la dignidad y de los dones propios de la mujer. En realidad, la Iglesia, desde sus albores, no ha dejado de reconocer el papel y la misión de la mujer, aún bajo la influencia, a veces, de los condicionamientos de una cultura que no siempre la tenía en la debida consideración”.




Santa Teresa Benedicta es, de las tres santas seleccionadas para tan alto designio, la más recientemente canonizada, pues lo había sido en año tan próximo como 1998 por el propio San Juan Pablo II, que aporta estas razones para la declaración de Santa Teresa Benedicta como patrona del continente:

“No sólo transcurrió su existencia en diversos países de Europa, sino que con toda su vida de pensadora, mística y mártir, lanzó como un puente entre sus raíces judías y la adhesión a Cristo, moviéndose con segura intuición en el diálogo con el pensamiento filosófico contemporáneo y, en fin, proclamando con el martirio las razones de Dios y del hombre en la inmensa vergüenza de la “shoah” [nombre hebreo del holocausto judío]. Se ha convertido así en la expresión de una peregrinación humana, cultural y religiosa que encarna el núcleo profundo de la tragedia y de las esperanzas del continente europeo”.




Y más adelante:

“Contemplamos hoy a Teresa Benedicta de la Cruz, reconociendo en su testimonio de víctima inocente, por una parte, la imitación del Cordero inmolado y la protesta contra todas las violaciones de los derechos fundamentales de la persona y, por otra, una señal de ese renovado encuentro entre judíos y cristianos que, en la línea deseada por el Concilio Vaticano II, está conociendo una prometedora fase de apertura recíproca. Declarar hoy a Edith Stein copatrona de Europa significa poner en el horizonte del viejo continente una bandera de respeto, de tolerancia y de acogida que invita a hombres y mujeres a comprenderse y a aceptarse, más allá de las diversidades étnicas, culturales y religiosas, para formar una sociedad verdaderamente fraterna”.


Biografía


Edith nace en 1891 en una familia judía de Breslau, territorio por entonces alemán. Iniciada por su madre en la filosofía racionalista y en el abandono de la práctica religiosa, entra en contacto con la espiritualidad cristiana a través de la lectura de Santa Teresa de Jesús, cuyo nombre adopta, y otros místicos. Por este camino llega al bautismo y después a la vida contemplativa en la orden carmelita.




Teresa Benedicta deja una obra escrita en la que destacan títulos como “El problema de la empatía” o “La mujer. Su misión según la naturaleza y la gracia” en la que, como destaca el propio San Juan Pablo II, es “apreciable su militancia en favor de la promoción social de la mujer, y resultan verdaderamente penetrantes las páginas en las que ha explorado la riqueza de la femineidad y la misión de la mujer desde el punto de vista humano y religioso”.

Aunque Teresa Benedicta no reniega en momento alguno de sus raíces judías, ello no le libró de la incomprensión de sus familiares. Como señala San Juan Pablo II “el desacuerdo de su madre, sobre todo, le causó un dolor indecible”...

Edith hizo suyo el sufrimiento del pueblo judío en la feroz persecución nazi. “Sintió entonces -escribe San Juan Pablo II- que en el exterminio sistemático de los judíos se cargaba la cruz de Cristo sobre su pueblo, y vivió como una participación personal en ella su deportación y ejecución en el tristemente famoso campo de Auschwitz-Birkenau”, en el que morirá gaseada a los 51 años de edad el día 9 de agosto de 1942.


Su último testamento:




El telegrama que Edith había enviado a la Priora de Echt antes de ser llevada a Auschwitz, contenía esta declaración:


"No se puede adquirir la ciencia de la Cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la cruz. Desde el primer instante he tenido la convicción íntima de ello y me he dicho desde el fondo de mi corazón: Salve, Oh Cruz, mi única esperanza"


Es beatificada el 1 de mayo de 1987 por el Papa Juan Pablo II y canonizada el 11 de octubre de 1998 por el mismo Papa. Es también patrona de los judíos convertidos.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=37092

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/santos/edith_stein.htm

Novena por la Asunción de la Virgen María - Día Cuarto - Agosto 9 de 2021

 


Cuarto día


En el nombre del Padre,
del Hijo,
y del Espíritu Santo
Amén


“Hijo, ¿Por qué has hecho así con nosotros?”


Versículo introductorio


V. María conservaba todas estas cosas.

R. Meditándolas en su corazón.


Lectura


Lc 2:41-52 - Jesús entre los doctores.


Comentario


La pregunta de María, doliéndose por la pérdida del hijo, se hace lenguaje de amor, de docilidad plena, a la vez que manifiesta su pobreza, su íntima humillación, su dolor, su entrega a los planes divinos.


“Sin embargo es consolador para nosotros saber que también la Virgen preguntó “por qué” a Jesús en una circunstancia de intenso sufrimiento… demostrándonos en esta escena evangélica que la Virgen no siempre, ni inmediatamente comprendió el comportamiento de su Hijo… pero a pesar de ello María creía, confiaba y “conservaba todo esto en su corazón” (Lc 2, 51) (Juan Pablo)


Ante este episodio que nos narra San Lucas, María nos enseña una doble actitud: su silencio ante la respuesta del Hijo y su serenidad y equilibrio, virtudes tan necesarias en nuestra búsqueda constante de Dios, a través de todos los acontecimientos prósperos o adversos, a través de toda la vida, tanto en momentos de gozo como en circunstancias dolorosas y a veces humanamente incomprensibles. María nos muestra el camino: silencio, fe y oración.


Peticiones




a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.


Ave María… y Gloria al Padre


b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.


Ave María… y Gloria al Padre


c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.


Ave María… y Gloria al Padre


Oración final


Señor, Padre santo, que quisiste que Jesús se quedara en el templo y estuviera a tu plena disposición, concédenos, por intercesión de Santa María, profundizar en el misterio de tu voluntad y haz que seamos verdaderos discípulos de tu Hijo conservando y meditando en nuestro corazón tu Palabra divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/recursos/cuarto-dia-de-la-novena-por-la-solemnidad-de-la-asuncion-de-la-virgen-maria-1358/

MILAGRO - La espada milagrosa de San Galgano en Montesiepi



La increíble espada de San Galgano: es real y fue clavada por un santo en una roca sólida.

En el siglo XII, un caballero italiano realizó un inexplicable milagro que todavía puede admirarse en la región de Toscana.


Miércoles 15 de mayo de 2019


Héctor Fuentes


Las crónicas históricas cuentan que San Galgano (1148-1181) fue un caballero italiano que, nacido como Galgano Guidotti en la pequeña ciudad de Chiusdino, en la provincia de Siena (Toscana), vivió una juventud despreocupada y disoluta antes de sentir el llamado de las armas, convirtiéndose en un caballero arrogante, mundano y pendenciero.




La tradición cuenta que un día, mientras cabalgaba en su brioso corcel, Galgano experimentó la visión del arcángel Miguel, general de las fuerzas angélicas, quien le mostró el camino de la salvación a través de la pobreza, la caridad, la contemplación y la oración, indicándole además la localización de una cueva ubicada en el monte Siepi, una colina cercana a Chiusdino, donde Galgano debería construir una ermita para vivir allí como ermitaño.

Resistiéndose al llamado divino, Galgano un día visitó a su novia a lomos de su caballo, luciendo ricos ropajes, cuando el corcel inexplicablemente se encabritó, arrojando a su jinete al suelo. Entonces, una fuerza invisible levantó de golpe a Galgano y una voz celestial le ordenó que se dirigiera al monte Siepi. Cuando Galgano llegó al pie de la colina, se encontró de nuevo con el arcángel San Miguel, quien le indicó que se detuviera y mirara hacia su cima. Fue en ese momento cuando el noble caballero tuvo una visión de un templo donde estaban Jesús y María, rodeados por los Doce Apóstoles. A continuación, la misma voz de antes le ordenó que subiera la colina.


Escultura expuesta en la
Pinacoteca Nacional de Italia, en Siena,
que muestra a San Galgano
clavando la espada en la piedra


Cuando Galgano alcanzó la cima del monte Siepi, la voz divina le habló de nuevo ordenándole renunciar a todos los deseos, posesiones y placeres mundanos. Sin embargo, el terco Galgano se opuso, esgrimiendo el argumento de que cumplir esa orden sería “tan fácil” como partir en dos una roca con su espada. Acto seguido, para probar lo que decía, el caballero desenvainó su espada y la estampó violentamente en una piedra, pero, en forma inexplicable, el arma se hundió en la roca sólida con la misma facilidad con que un cuchillo caliente atraviesa la mantequilla. Y a partir de ese instante -y hasta el día de hoy- la espada quedaría allí clavada perfectamente en la piedra, formando una cruz la empuñadura.


La espada de San Galgano


Galgano, después del milagro, comprendió el mensaje divino y decidió renunciar a su otrora vida militar, malvada, superficial y mundana. Desde entonces se dedicó a predicar en los lugares cercanos y vivió en el monte Siepi como un ermitaño, en la más absoluta pobreza, acompañado por animales salvajes y ocasionalmente visitado por aldeanos y monjes, hasta el día de su muerte, a los 33 años de edad, acaecida el 30 de noviembre de 1181, día de su celebración litúrgica.


Restos de la Abadía de San Galgano


Abadía de San Galgano
(hoy en ruinas y sin techo)
pero curiosamente al mirar hacia arriba
se observa el cielo en forma de cruz


En 1189 comenzaría su proceso de canonización, mientras que por la misma época sería construida una capilla en la cima del monte, en torno a su espada aún clavada en la piedra.




El mito de la espada de San Galgano crecería con el paso de los siglos y aunque algunos postularon que la espada de San Galgano clavada en la piedra era sencillamente una falsificación moderna, una investigación relativamente reciente, basándose en la composición del metal y el estilo de la espada, concluyó que se trataba de una espada real del siglo XII. Además, valiéndose de un georradar, los investigadores también descubrieron que existía una cavidad de entre uno y dos metros de largo por debajo de la espada, que quizás según algunos podría albergar los restos del mismo San Galgano. Por otra parte, dataciones con radiocarbono demostraron que un par de manos momificadas conservadas en la capilla de la iglesia también databan del siglo XII.




Curiosamente, estas dos manos momificadas, según narra otra leyenda, también estarían relacionadas con San Galgano. Se cuenta que el mismo diablo envió al monte Siepi a un asesino que se hizo pasar por un monje para asesinar a Galgano. Sin embargo, los lobos salvajes de la colina, amigos del santo, lo protegieron del asesino, atacándolo y devorándolo. Una vez muerto, sus dos manos quedaron momificadas, exponiéndose posteriormente en la iglesia allí erigida en honor al santo.




La espada de San Galgano, que nunca se ha logrado quitar de la roca, todavía puede ser admirada en un lugar próximo a las ruinas de la Abadía de San Galgano, donde los visitantes pueden apreciar la empuñadura y unos pocos centímetros de la hoja. Y desde el siglo pasado permanece protegida de los intrusos por una resistente vitrina de vidrio a prueba de vándalos, debido a que algunos curiosos, turistas e incluso amantes del mito artúrico solían acercarse a la capilla de la iglesia para intentar extraer desde la roca la famosa arma del santo.




Tomando en cuenta que la historia de San Galgano y su espada clavada en la piedra inspiraría las leyendas medievales sobre el Rey Arturo y su mítica espada Excálibur, el arma del santo ha sido también denominada como la “Excálibur italiana”.


Fuente - Texto tomado de GUIOTECA.COM:

Santo Domingo de Guzmán - Presbítero y Fundador de la Orden de Predicadores "Los Dominicos" - Fiesta Agosto 8

 



Nombre: Domingo de Guzmán Garcés
Nacimiento: Año 1170 - Caleruega - Reino de Castilla (España)
Fallecimiento: Agosto 6 de 1221 - Bolonia - Sacro Imperio Romano Germánico
Canonización: Año 1234 - Patrono de la provincia de Burgos. Y fundador del Santo Rosario. Fue canonizado por el Papa Gregorio IX. Religioso español y santo católico.
Fundador de la Orden de Predicadores, más conocidos como Dominicos.


La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Santo Domingo a rezar el Rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la fe.

Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Santo Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Santo Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.


La Virgen acude en ayuda
de Santo Domingo de Guzmán




La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un Rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de celo, con el Rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque muchos albingenses volvieron a la fe católica.

Lamentablemente la situación entre albingenses y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón De Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el Rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del Rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.


Las Promesas de la Virgen
a los que recen el Rosario




  1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
  2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
  3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
  4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
  5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
  6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
  7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
  8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
  9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
  10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
  11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
  12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
  13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
  14. Los que rezan el Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
  15. La devoción al Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.


Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (más conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.




El Rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del Rosario y reiteró las promesas dadas a Santo Domingo referentes al Rosario.

Su Santidad Juan Pablo II nos insiste en el rezo del Santo Rosario:


"Recen en familia, en grupos.
Recen en privado.
Inviten a todos a rezar.
No tengan miedo de compartir la fe.
Nada más importante.
El mundo está en crisis.
Nuestras fuerzas humanas no son suficientes.
La victoria vendrá una vez más
por la Virgen María.
Es la victoria de su Hijo,
el Señor Rey del Universo: Jesucristo"




Sus armas para convertir eran la oración, la paciencia, la penitencia, y muchas horas dedicadas a instruir a los ignorantes en religión. Cuando algunos católicos trataron de acabar con los herejes por medio de las armas, o de atemorizarlos para que se convirtieran, les dijo:


"Es inútil tratar de convertir a la gente con la violencia. La oración hace más efecto que todas las armas guerreras. No crean que los oyentes se van a conmover y a volver mejores porque nos ven muy elegantemente vestidos. En cambio con la humildad sí se ganan los corazones"


Y cuentan las antiguas tradiciones que Santo Domingo vio en sueños que la ira de Dios iba a enviar castigos sobre el mundo, pero que la Virgen Santísima señalaba a dos hombres que con sus obras iban a interceder ante Dios y lo calmaban. El uno era Domingo y el otro era un desconocido, vestido casi como un pordiosero. Y al día siguiente estando orando en el templo vio llegar al que vestía como un mendigo, y era nada menos que San Francisco de Asís. Nuestro santo lo abrazó y le dijo:


"Los dos tenemos que trabajar muy unidos, para conseguir el Reino de Dios"


Y desde hace siglos ha existido la bella costumbre de que cada año, el día de la fiesta de San Francisco, los padres dominicos van a los conventos de los franciscanos y celebran con ellos muy fraternalmente la fiesta, y el día de la fiesta de Santo Domingo, los padres franciscanos van a los conventos de los dominicos y hacen juntos una alegre celebración de buenos hermanos.

El gran fundador le dio a sus religiosos unas normas que les han hecho un bien inmenso por muchos siglos. Por ejemplo éstas:

Primero contemplar, y después enseñar. O sea: antes dedicar mucho tiempo y muchos esfuerzos a estudiar y meditar las enseñanzas de Jesucristo y de su Iglesia, y después sí dedicarse a predicar con todo el entusiasmo posible.

Predicar siempre y en todas partes. Santo Domingo quiere que el oficio principalísimo de sus religiosos sea predicar, catequizar, tratar de propagar las enseñanzas católicas por todos los medios posibles. Y él mismo daba el ejemplo: donde quiera que llegaba empleaba la mayor parte de su tiempo en predicar y enseñar catecismo.

La experiencia le había demostrado que las almas se ganan con la caridad. Por eso todos los días pedía a Nuestro Señor la gracia de crecer en el amor hacia Dios, y en la caridad hacia los demás y tener un gran deseo de salvar almas. Ésto mismo recomendaba a sus discípulos que pidieran a Dios constantemente. Los santos han dominado su cuerpo con unas mortificaciones que en muchos casos son más para admirar que para imitar. Recordemos algunas de las que hacía este hombre de Dios:


Mortificaciones padecidas
por Santo Domingo de Guzmán

  • Cada año hacía varias cuaresmas, o sea, pasaba varias temporadas de a 40 días ayunando a pan y agua.
  • Siempre dormía sobre duras tablas.
  • Caminaba descalzo por caminos irisados de piedras y por senderos cubiertos de nieve.
  • No se colocaba nada en la cabeza ni para defenderse del sol, ni para guarecerse contra los aguaceros.
  • Soportaba los más terribles insultos sin responder ni una sola palabra. 
  • Cuando llegaban de un viaje empapados por los terribles aguaceros, mientras los demás se iban junto al fuego a calentarse un poco, el santo se iba al templo a rezar.
  • Un día en que por venganza los enemigos los hicieron caminar descalzos por un camino con demasiadas piedrecitas afiladas, el santo exclamaba:


"La próxima predicación tendrá grandes frutos, porque los hemos ganado con estos sufrimientos"


Y así sucedió en verdad. Sufría de muchas enfermedades, pero sin embargo, seguía predicando y enseñando catecismo sin cansarse ni demostrar desánimo. Era el hombre de la alegría, y del buen humor. La gente lo veía siempre con rostro alegre, gozoso y amable. Sus compañeros decían:


"De día nadie más comunicativo y alegre. De noche, nadie más dedicado a la oración y a la meditación"


Pasaba noches enteras en oración. Era de pocas palabras cuando se hablaba de temas mundanos, pero cuando había que hablar de Nuestro Señor y de temas religiosos entonces sí que charlaba con verdadero entusiasmo. Sus libros favoritos eran el Evangelio de San Mateo y las Cartas de San Pablo. Siempre los llevaba consigo para leerlos día por día y prácticamente se los sabía de memoria. A sus discípulos les recomendaba que no pasaran ningún día sin leer alguna página del Nuevo Testamento o del Antiguo. Los que trataron con él afirmaban que estaban seguros de que este santo conservó siempre la inocencia bautismal y que no cometió jamás un pecado grave.

Totalmente desgastado de tanto trabajar y sacrificarse por el Reino de Dios, a principios de agosto del año 1221 se sintió falto de fuerzas, estando en Bolonia, la ciudad donde había vivido sus últimos años. Tuvieron que prestarle un colchón porque no tenía. Y el 6 de agosto de 1221, mientras le rezaban las oraciones por los agonizantes cuando le decían:


"Que todos los ángeles y santos salgan a recibirte"


Dijo:


"¡Qué hermoso, qué hermoso!"


Y expiró. A los 13 años de haber muerto, el Sumo Pontífice Gregorio IX lo declaró santo y exclamó al proclamar el decreto de su canonización:


"De la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo"


Fuente - Texto tomado de ES.WIKIPEDIA.ORG:
http://es.wikipedia.org/wiki/Domingo_de_Guzm%C3%A1n

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/maria/rosario_historia.htm

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=484