miércoles, 4 de agosto de 2021

Dedicación de la Basílica de Santa María La Mayor (Roma) - Fiesta Agosto 5

 



Basílica Santa María la Mayor (Roma)
Memoria: 5 de agosto


Una de las cuatro basílicas mayores de Roma.


Historia de la Basílica


Después del Concilio de Éfeso (431), en el que la madre de Jesús fue proclamada Madre de Dios, el papa Sixto III (432-440) erigió en Roma, sobre el monte Esquilino, una basílica dedicada a la Santa Madre de Dios, basílica que fue llamada más tarde «Santa María la Mayor». Es la iglesia más antigua dedicada en Occidente a la Virgen María.

La basílica actual sigue siendo la más grande dedicada a la Madre de Dios en Roma y la más esplendorosa en Italia después de Loreto. Debido a su enorme tamaño y esplendor pero sobre todo por ser la más antigua dedicada a la Virgen, recibió el título de Basílica de Santa María la Mayor. (Hay cuatro basílicas mayores, las otras tres siendo: San PedroSan Juan de LetránSan Pablo Extramuros). 

En esta basílica el Papa proclamó a la Virgen como Reina de cielos y tierra. Se alberga aquí a la Virgen María, salvadora del pueblo romano «salus populi romani». En varias situaciones de gran necesidad se le ha sacado en procesión. En una ocasión acabó con la plaga en Roma.

Desde el comienzo de su pontificado el Santo Padre Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de María, salus, como testimonio de su gran devoción. El mismo Papa, el 8 de diciembre del 2001, inauguró otra perla preciosa de la basílica: el Museo, cuya estructura moderna y la antigüedad de sus obras maestras ofrecen al visitador un "panorama" único.

Se le llama también Iglesia de Santa María de las Nieves. Un mosaico sobre la entrada recuerda el milagro de la nieve.


En Santa María la Mayor.
Reina de la Paz
Instalada por Pío XII
en agradecimiento por el final
de la II Guerra Mundial


Aspectos de la Basílica




A través de los siglos, los Papas han considerado un honor y un privilegio el embellecer y adornar la basílica de Nuestra Madre Santísima. El carácter original de la capilla ha sido preservado, a pesar de la cantidad de decoraciones y mejoras que le han añadido. Los mosaicos de la parte cerca del altar y de las paredes de la nave, son de los más finos de Roma. Representan escenas de la vida de la Virgen María. El hermoso techo está decorado con el primer oro que trajo Colón de América.

La capilla del Santísimo Sacramento, construida por el Papa Sixto V, es una de las más espléndidas de Roma.

La Capilla Paulina fue construida por Pablo V para entronizar a la imagen de Nuestra Señora. Su riqueza de mármol, piedras preciosas y la iluminación hacen de ella la más rica de toda la ciudad y uno de los mejores monumentos del siglo XVI. En las Misas Solemnes hacen que caigan del techo pétalos de rosa blancos para simbolizar la caída milagrosa de nieve que indicó el sitio y el tamaño de la basílica. También representa las gracias que la Virgen sigue derramando sobre sus hijos. Es una costumbre conmovedora. La fachada es una adición del siglo XVIII.


La Basílica es también conocida por otros nombres:

  • Iglesia de Santa María de las Nieves (por el milagro).
  • Basílica Liberiana, en memoria del Papa Liberio, que la consagró.
  • Iglesia de Santa María de la Cuna porque la basílica conserva lo que, según una tradición es un fragmento de la cuna del Niño Jesús, traída de Roma por Santa Helena.


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

Nuestra Señora Virgen de las Nieves - Fiesta 5 de agosto



Nuestra Señora se apareció
a un matrimonio en Roma
y al Santo Padre


Según una tradición, en el siglo IV vivía en Roma una piadosa pareja. Él se llamaba Juan Patricio mientras que el nombre de su esposa se desconoce. Habían sido bendecidos con abundancia de bienes y también de fe. Sin embargo, su gran dolor era no tener hijos con los que pudieran compartir sus dones. Durante años habían rezado por un hijo y heredero. En esta situación pasaron muchos años sin ningún resultado. Por fin decidieron nombrar como heredera a la Santísima Virgen y le rezaron con devoción para que los guiara en la asignación de la herencia.




Nuestra Señora les agradeció sobremanera y la noche del 4 de agosto, se le apareció a Juan Patricio y a su esposa, diciéndoles que deseaba que construyeran una basílica en el Monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma), en el punto preciso que ella señalaría con una nevada. También se le apareció al Papa Liberio con el mismo mensaje. En la mañana siguiente, el 5 de agosto, mientras brillaba el sol en pleno verano, la ciudad quedó sorprendida al ver un terreno nevado en el Monte Esquilino.




La pareja, feliz, se apresuró al lugar y el Papa Liberio marchó hacia el mismo en solemne procesión. La nieve cubrió exactamente el espacio que debía ser utilizado para la basílica y desapareció una vez señalado el lugar. Pronto se construyó la Basílica de Santa María la Mayor.




Grandes devotos
de la Santísima Virgen




El Papa Liberio buscaba una imagen de la Santísima Virgen que fuera digna de esta espléndida Basílica de Santa María la Mayor. Él mismo donó la famosísima Madonna, Nuestra Señora y el Niño, la cual, según una tradición había sido pintada por San Lucas sobre una gruesa tabla de cedro de casi cinco pies de alta y tres y un cuarto de ancha, y llevada a Roma por Santa Helena. Esta obra es venerada en el oratorio pontificio.

A lo largo de los años, el pueblo de Roma ha sido muy devoto de la Madonna. Cada vez que Roma se encontraba en peligro de calamidades o de pestilencia, corría en bandadas al santuario de Nuestra Señora para pedirle auxilio. La imagen era llevada en procesión solemne, con gran devoción. La Virgen Santísima les demostró ser una poderosa protectora con grandes milagros.


Durante el pontificado
de San Gregorio el Grande


Una peste terrible arrasó con la ciudad de Roma. El Pontífice ordenó que se hiciera una procesión penitencial desde Santa María la Magiore, en la cual él mismo llevaba una estatua de la Virgen. Durante la procesión 80 personas murieron, pero el pontífice continuaba sus oraciones. Cuando llegaron al puente que cruza el río Tiber, oyeron cantos de ángeles en el cielo. De pronto sobre el castillo (que hoy se llama "de San Angelo"), se apareció el Arcángel San Miguel. En su mano derecha llevaba una espada que metió en su vaina. En ese mismo momento cesó la peste.




San Miguel Arcángel en el castillo de Sant'Angelo


En la actualidad, esta advocación se le llama Nuestra Señora, Protectora de Roma o Auxilio del Pueblo Romano. El Señor también ha obrado milagros (por medio de la Santísima Virgen) a través de numerosas réplicas, particularmente sobre una que pertenecía a los Padres Jesuitas.




Los Papas siempre han sentido una tierna devoción por esta imagen de la Virgen María. Algunos han pasado incluso noches enteras en oración ante ella. Benedicto XIV hizo el compromiso de hacerse presente para el canto de las letanías de Santa María la Mayor todos los sábados. El Papa Pablo V, la noche en que iba a morir, manifestó el deseo de que lo llevaran a la capilla de Nuestra Señora para así poder morir a sus pies.


Instauración de la fiesta
de María, Reina


El 1 de noviembre de 1954, al final del Año Mariano, el Santo Padre Pío XII colocó una corona enjoyada sobre la pintura de Nuestra Señora, Protectora de Roma. En ese momento, se levantó un fuerte llanto de entre la gran multitud congregada en Santa María la Mayor: "¡Viva la Reina!" El Papa nombró a la Virgen Reina de los cielos y tierra y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título.

No era éste un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano desde los primeros siglos y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces fiesta en particular que lo conmemorara. La fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, 5 de agosto, se celebraba, en principio, solamente en la basílica, se extendió en el siglo XIV a toda Roma y, finalmente, San Pío V la declaró fiesta de la Iglesia universal en el siglo XVII.


Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

La tenebrosa historia del Cura de Ars que te convencerá de usar el escapulario


Créditos: mycatholic.life / Youtube


Por Andrés Jaromezuk - Julio 15 de 2021


En los ocho siglos que lleva la devoción de la Virgen del Carmen y el escapulario, se conocieron cientos de historias milagrosas ligadas a este sacramental.

Barcos que se salvaron del naufragio, conversiones inexplicables o personas que sobrevivieron milagrosamente a accidentes; son algunos de los testimonios de los favores que se conceden a través del uso del escapulario.

Sin embargo, existe una historia poco conocida que revela el real poder de protección que este sacramental le da a los devotos, no por sí mismo, lo cual lo convertiría en un amuleto; sino por la consagración que implica a la Virgen María.
La tenebrosa historia del Cura de Ars que te convencerá de usar el escapulario

Al Santo Cura de Ars se lo conoce por ser un confesor admirable e incansable. En una ocasión, una joven se acercó al sacerdote para confesarse. Estaba pronta a ingresar a la vida religiosa

Durante la conversación el Santo Cura de Ars le preguntó:


—¿Recuerdas, hija mía, en cierta noche de baile, dónde estabas? Había un hombre muy joven, muy lindo, desconocido, distinguido, admirado, y todas las chicas querían bailar con él.


—Sí, recuerdo cuando nunca vino a preguntarme, estaba triste, pero todas las demás chicas tuvieron el privilegio de bailar con ese joven.


—Te hubiera gustado bailar con él, ¿no?


—Sí.


—¿Recuerdas, cuando ese joven salía del salón de baile, viste bajo sus pies dos llamas azules? ¿Y pensaste que era una ilusión de tus ojos? Cuando viste a ese joven salir del salón de baile, ¡viste fuego bajo sus pies! No fue una ilusión de tus ojos, hija mía. Ese hombre era un demonio. Y si no vino a invitarte a bailar es por una razón: llevabas la vestidura de Nuestra Señora del Monte Carmelo.


¡Increíble!
¿Qué piensas de esta historia sobre el escapulario?


¡Virgen del Carmen, ruega por nosotros!



Fuente - Texto tomado de ES.CHURCHPOP.COM:
https://es.churchpop.com/2021/07/15/la-tenebrosa-historia-del-cura-de-ars-que-te-convencera-de-usar-el-escapulario/?fbclid=IwAR0Je2mOcmeu7eSAMHv3kHaQGDNhmkW9OYooyA9qL4AK8YQShEx-EqCnxeQ

10 enseñanzas del Santo Cura de Ars tras sus combates con el demonio



Gaudium Press | Agosto 4 de 2017


Satanás quiso impedir que celebrara misa e incendió su dormitorio.




El Santo Cura de Ars nació en Francia en el año 1786. Fue un gran predicador, hacía muchas mortificaciones, fue un hombre de oración y caridad. Tenía un don especial para la Confesión. Por eso, venían personas de diferentes lugares para confesarse con él y escuchar sus santos consejos. Debido a su fructífero trabajo pastoral fue nombrado Patrono de los Sacerdotes. También combatió contra el maligno en varias ocasiones, inclusive en algunas no solo espiritualmente.

En una de ellas, mientras se preparaba para celebrar la Misa, un hombre le dijo que su dormitorio se estaba incendiando. ¿Cuál fue su respuesta?


“El Gruñón está furioso. Cuando no consigue agarrar el pájaro, él quema su jaula”


Entregó la llave para aquellos que iban ayudar a apagar el fuego. Sabía que Satanás quería impedir la misa y no lo permitió. Dios premió su perseverancia delante de las pruebas con un poder extraordinario que le permitía expulsar demonios de las personas poseídas. Su confianza en Dios y fe inamovible nos dan varias lecciones que pueden también ayudarnos en nuestras luchas del día-a-día en nuestra caminata en esta tierra. Sí, el mal existe; pero, Dios puede más… “¿Quién cómo Dios?”.


Verifique:


1. No imagine que exista un lugar en la tierra donde podamos escapar de la lucha contra el demonio; si tenemos la gracia de Dios, que nunca nos es negada, podemos siempre triunfar.




2. Como el buen soldado no tiene miedo del combate, así el buen cristiano no debe tener miedo de la tentación. Todos los soldados son buenos en el campamento, pero es en el campo de batalla que se ve la diferencia entre corajudos y cobardes.


3. El demonio tienta solamente las almas que quieren salir del pecado y aquellas que están en estado de gracia. Las otras ya le pertenecen, no precisa tentarlas.


4. Una Santa se quejó a Jesús después de la tentación, preguntando a Él: “¿Dónde estabas, mi Jesús adorable, durante esta horrible tempestad?” A lo que Él le respondió: “Yo estaba bien en medio de su corazón, encantado en verla luchar”.




5. Un cristiano debe siempre estar listo para el combate. Como en tiempo de guerra, tiene siempre centinelas aquí y allí para ver si el enemigo se aproxima. De la misma manera, debemos estar atentos para ver si el enemigo nos está preparándonos trampas y, si él viene a tomarnos de sorpresa…




6. Tres cosas son absolutamente necesarias contra la tentación: la Oración, para aclararnos; los Sacramentos, para fortalecernos; y la Vigilancia para preservarnos..


7. Con nuestros instintos la lucha es raramente de igual a igual: o nuestros instintos nos gobiernan o nosotros gobernamos nuestros instintos. ¡Cómo es triste dejarse llevar por los instintos! Un Cristiano es un noble; él debe, como un gran señor, mandar en sus vasallos.




8. Nuestro Ángel de la Guarda está siempre a nuestro lado, con la pluma en la mano, para escribir nuestras victorias. Precisamos decir todas las mañanas: “Vamos, mi alma, trabajemos para ganar el Cielo”.


9. El demonio deja bien tranquilo los malos Cristianos; nadie se preocupa con ellos, mas contra aquellos que hacen el bien él suscita mil calumnias, mil ofensas.




10. La Señal de la Cruz es temida por el demonio porque es por la Cruz que escapamos de él. Es preciso hacer la Señal de la Cruz con mucho respeto. Comenzamos por la cabeza: es el principal, la creación, el Padre; después el corazón: el amor, la vida, la redención, el Hijo; por último, los hombros: la fuerza, el Espíritu Santo. Todo nos recuerda la Cruz. Nosotros mismos somos hechos en forma de Cruz.


Por el Profesor Felipe Aquino en Gaudium Press.


Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:
https://es.aleteia.org/2017/08/04/10-ensenanzas-del-cura-de-ars-tras-sus-combates-con-el-demonio/

10 cosas que tal vez no sabías del Santo Cura de Ars



REDACCIÓN CENTRAL, 03 de agosto de 2016 / 12:01 pm (ACI).


"Si fuera sacerdote, querría conquistar muchas almas", dijo una vez a su madre San Juan María Vianney, también conocido como el Santo Cura de Ars, cuya fiesta se celebra el 4 de agosto.

Aquí 10 cosas que tal vez no sabías de este sacerdote diocesano, miembro de la Tercera Orden Franciscana y patrono de los párrocos.


1. Su primera comunión fue accidentada


La Revolución Francesa trajo persecución contra los sacerdotes y aún después de ella debían disfrazarse para pasar de incógnito. Cuando el joven Juan recibió la primera comunión, llevaron carros de heno, los pusieron frente a las ventanas de la casa de su mamá y empezaron a descargar el material durante la ceremonia para evitar problemas con las autoridades.

El Santo siempre recordará este día en que derramó lágrimas de alegría al recibir al Señor y atesoró el Rosario que su madre le regaló en aquella ocasión.


2. Casi se retira de la escuela de seminaristas


Cuando la Iglesia obtuvo algo de libertad en Francia, el P. Balley, párroco de Ecculy, abrió una pequeña escuela para jóvenes con inquietudes vocacionales. Juan logró ingresar, pero por su dificultad para los estudios, estuvo a punto de renunciar. El sacerdote le sugirió que hiciera un peregrinaje al Santuario de San Francisco de Regis y regresó renovado.


3. Desertó del ejército


Napoleón quería conquistar toda Europa y Juan fue llamado al ejército porque no aparecía en la relación de ningún seminario. Cayó gravemente enfermo y cuando recuperó la salud, fue en busca de su regimiento que ya se había marchado, pero en el camino volvió a enfermar. Buscó refugio por varios días y se dio cuenta que, sin querer, se había convertido en un desertor.

Buscó a un mayor que escondía desertores y éste le aconsejó que se quedara en casa de uno de sus familiares. Adoptó el nombre de Jerome Vincent y con este nombre logró incluso abrir una escuela para los niños de la villa. Más adelante un decreto imperial concedió amnistía a los desertores.


4. Lo botaron del seminario


Juan logró ingresar al Seminario Mayor de Lyon, pero por su insuficiente conocimiento del latín no entendía ni podía responder a los formadores. Le pidieron que se marchara, lo que le produjo un inmenso dolor y desaliento, pero el P. Balley nuevamente fue en su ayuda y siguió los estudios en privado en Ecculy, cerca de Lyon. Sus cualidades morales sobrepasaron cualquier deficiencia académica.


5. Su maestro fue su primer penitente


Una vez ordenado sacerdote lo enviaron a ayudar al P. Balley, pero las autoridades diocesanas no le dieron permiso para confesar. El P. Balley intercedió y fue él mismo el primero en confesarse con San Juan María Vianney. Tiempo después el P. Balley murió en brazos del santo, quien sufrió como si hubiera perdido a su padre.


6. Tuvo una profecía en Ars


Las autoridades eclesiásticas lo enviaron al pequeño pueblo de Ars porque pensaban que con sus limitaciones intelectuales no podría servir en una comunidad grande. Al llegar hizo una profecía:


"La parroquia no será capaz de contener a las multitudes que vendrán hacia aquí".


Poco a poco se fue ganando el amor del pueblo y les inculcó el amor a la Eucaristía, siendo su fiesta favorita el Corpus Christi.

Cuando el Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción, el santo pidió a los fieles que iluminaran sus casas en la noche y las campanas del templo resonaron por horas. La gente de los pueblos cercanos, al ver los destellos, pensó que el pueblo se estaba quemando y acudieron a apagar el supuesto incendio.


7. Tenía una profunda devoción a Santa Filomena


San Juan tenía una profunda devoción a Santa Filomena, una joven mártir de los primeros siglos del cristianismo, a quien llamaba su “agente con Dios”, construyó una capilla en su honor y un santuario. Cierto día enfermó de gravedad y prometió ofrecer 100 Misas en honor de Santa Filomena.

Cuando la primera Misa estaba siendo ofrecida, cayó en éxtasis y se le escuchó murmurar varias veces “Filomena”. Al volver en sí, exclamó que estaba curado y se lo atribuyó a la Santa.


8. La tentación era recurrente en su vida


El cura de Ars sufrió la tentación de desear la soledad y se sentía incapaz para el servicio que brindaba en la ciudad. En una oportunidad le rogó a su Obispo que lo dejase renunciar y hasta en tres ocasiones llegó a irse del pueblo, pero siempre regresó.


9. Luchó pacientemente contra el demonio




El demonio siempre molestaba al Santo Cura de Ars con ruidos extraños y fuertes por las noches. Su intención era agotarlo para que no tuviera fuerzas para confesar o celebrar la Eucaristía. Cierto día que el santo se disponía revestirse para la Santa Misa, el maligno incendió su cama.




San Juan, sabiendo que el enemigo quería detener el oficio divino, dio las llaves del cuarto a aquellos que iban a apagar el fuego y prosiguió.




"El villano, al no poder atrapar al pájaro le prende fuego a su jaula"


Fue lo único que dijo. Mucho tiempo después, el Señor premió al santo con un extraordinario poder de expulsar demonios de las personas poseídas.


10. Nunca fue nombrado párroco


Todos conocen a San Juan María Vianney con el título de Cura de Ars. “Poco importa la opinión de algún canonista exigente que dirá, a nuestro juicio con razón, que el Santo no llegó a ser jurídicamente verdadero párroco de Ars, ni aún en la última fase de su vida, cuando Ars ganó en consideración canónica”, según explica Lamberto de Echeverría, autor del libro El Santo Cura de Ars.

El Obispo de Belley solo le concedió el título de canónigo pero “el hecho real es que consagró prácticamente toda su vida sacerdotal a la santificación de las almas del minúsculo pueblo de Ars y que de esta manera unió, ya para siempre, su nombre y la fama de su santidad al del pueblecillo”.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/10-cosas-que-tal-vez-no-sabias-del-santo-cura-de-ars-68124/