sábado, 24 de julio de 2021

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 6, 1-15



1. Después de ésto pasó Jesús al otro lado del mar de Galilea, que es el Lago de Tiberíades.

2. Y como le siguiese una gran muchedumbre de gentes, porque veían los milagros que hacía con los enfermos.

3. Subióse a un monte, y sentóse allí con sus discípulos.

4. Acercábase ya la Pascua, que es la gran fiesta de los judíos.

5. Habiendo, pues, Jesús levantado los ojos, y viendo venir hacia sí un grandísimo gentío, dijo a Felipe:


"¿Dónde compraremos panes para dar de comer a toda la gente?"


6. Mas ésto lo decía para probarle, pues bien sabía Él mismo lo que había de hacer.

7. Respondióle Felipe:




"Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno de ellos tome un bocado"


8. Dícele uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro:


9. "Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos peces: mas ¿qué es ésto para tanta gente?"

 



10. Pero Jesús dijo:


"Haced sentar a esas gentes"


El sitio estaba cubierto de hierba. Sentáronse, pues, al pie de cinco mil hombres.

11. Jesús entonces tomó los panes; y después de haber dado gracias a su Eterno Padre, repartiólos por medio de sus discípulos entre los que estaban sentados, y lo mismo hizo con los peces, dando a todos cuanto querían.

12. Después que quedaron saciados, dijo a sus discípulos:


"Recoged los pedazos que han sobrado para que no se pierdan"


13. Hiciéronlo así, y llenaron doce cestos de los pedazos que habían sobrado de los cinco panes de cebada, después que todos hubieron comido.

14. Visto el milagro que Jesús había hecho, decían aquellos hombres:


"Éste sin duda es el gran profeta que ha de venir al mundo"


15. Por lo cual, conociendo Jesús que habían de venir para llevársele por fuerza, y levantarle por rey, huyóse Él sólo otra vez al monte.


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Santiago El Mayor - Apóstol Año 44 - Fiesta Julio 25



El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban: "Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago.

Fue uno de los 12 apóstoles del Señor. Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tenían una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su situación económica era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias semanas, como lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en el Jordán escuchando a Juan Bautista. Santiago formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía:




"Desde ahora seréis pescadores de hombres"


Dejó sus redes y a su padre y a su empresa pesquera y se fue con Jesucristo a colaborarle en su apostolado. Presenció todos los grandes milagros de Cristo, y con Pedro y Juan fueron los únicos que estuvieron presentes en la Transfiguración del Señor, y en su Oración en el Huerto de Getsemaní.


¿Por qué lo prefería tanto Jesús?

"Quizás porque (como dice San Juan Crisóstomo) era el más atrevido y valiente para declararse amigo y seguidor del Redentor, o porque iba a ser el primero que derramaría su sangre por proclamar su fe en Jesucristo"


Cuenta el santo Evangelio que una vez al pasar por un pueblo de Samaria, la gente no quiso proporcionarles ningún alimento, y que Santiago y Juan le pidieron a Jesús que hiciera llover fuego del cielo y quemara a esos maleducados. Cristo tuvo que regañarlos por ese espíritu vengativo, y les recordó que Él no había venido a hacer daño a nadie, sino a salvar al mayor número posible de personas. Santiago no era santo cuando se hizo discípulo del Señor. La santidad le irá llegando poquito a poco.

Otro día Santiago y Juan comisionaron a Salomé, su madre, para que fuera a pedirle a Jesús que en el día de su gloria los colocara a ellos dos en los primeros puestos: uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús les dijo:


"¿Serán capaces de beber el cáliz de amargura que Yo voy a beber?"




Ellos le dijeron:


"Sí somos capaces"


Cristo añadió:


"El cáliz de amargura sí lo beberán, pero el ocupar los primeros puestos no me corresponde a Mí el concederlo, sino que esos puestos son para aquellos para quienes los tiene reservado mi Padre Celestial"


Los otros apóstoles se disgustaron por esta petición tan vanidosa de los dos hijos de Zebedeo, pero Jesús les dijo a todos:


"El que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir"




Seguramente que con esta lección de Jesús, habrá aprendido Santiago a ser más humilde. Después de la Ascensión de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el grupo de los apóstoles. 




Por eso cuando el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a Pedro. Así el hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.




Antiguas tradiciones (del siglo VI) dicen que Santiago alcanzó a ir hasta España a evangelizar. Y desde el siglo IX se cree que su cuerpo se encuentra en la catedral de Compostela (norte de España), y a ese santuario han ido miles y miles de peregrinos por siglos y siglos, y han conseguido maravillosos favores del cielo. El historiador Pérez de Urbel dice que lo que hay en Santiago de Compostela son unas reliquias, o sea restos del Apóstol, que fueron llevados allí desde Palestina.

Es Patrono de España y de su caballería. Los españoles lo han invocado en momentos de grandes peligros y han sentido su poderosa protección. También nosotros si pedimos su intercesión conseguiremos sus favores.

Apóstol Santiago:

 

Pídele a Jesús que seamos muchos, muchos, los que como tú, nos dediquemos con toda valentía y generosidad a propagar por el mundo la religión de Cristo.


Fuente - Texto tomado de EWTN:
http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Santiago_el_Mayor.htm




Favor leer esta hermosa historia:


En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol"


La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que:


"Permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio"


Nuestra Señora, la Virgen María y su advocación como:





Cardenal Sarah: «Prohibir o suspender la forma extraordinaria solo puede estar inspirado por el demonio»



Por INFOVATICANA | 24 de julio de 2021


Cuando era prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, la máxima autoridad de la Iglesia -tras el Papa- en lo relativo a la Misa, el cardenal Robert Sarah concedió una entrevista a Edward Pentin, del National Catholic Register, con motivo de la publicación de un libro.

Era septiembre de 2019. Pentin, en la extensa entrevista, preguntó al purpurado por qué cada vez más jóvenes se veían atraídos por la forma extraordinaria del rito romano. Les ofrecemos la respuesta del cardenal Sarah, en un extracto de la entrevista que en su día tradujo InfoCatólica:


«No es que lo crea. Es que soy testigo de ello. Y muchos jóvenes me han confiado su absoluta preferencia por la forma extraordinaria, más educativa y más insistente en la primacía y la centralidad de Dios, en el silencio y en el significado de la trascendencia sagrada y divina. Pero, sobre todo, ¿cómo podemos entender, como no podemos sorprendernos y estar profundamente impactados porque lo que era la norma ayer sea prohibido hoy? ¿No es cierto que prohibir o suspender la forma extraordinaria solo puede estar inspirado por el demonio que desea nuestra asfixia y muerte espiritual?


Cuando se celebra la forma extraordinaria en el espíritu del Vaticano II, se revela toda su fecundidad: ¿Cómo nos puede sorprender que una liturgia que han transmitido tantos santos continúe sonriendo a tantas almas jóvenes sedientas de Dios?


Como el Papa Benedicto XVI, espero que las dos formas del Rito Romano continúen enriqueciéndose mutuamente. Esto implica salir de una hermenéutica de la ruptura. Ambas formas comparten la misma fe y la misma teología. Oponerlas es un profundo error eclesiológico. Significa destruir la Iglesia separándola de su Tradición y haciendo creer que lo que la Iglesia consideraba sagrado en el pasado, es erróneo e inaceptable. ¡Qué decepción y qué insulto a todos los santos que nos han precedido! Qué visión de la Iglesia.


Debemos alejarnos de las oposiciones dialécticas. El Concilio no quería romper con las formas litúrgicas heredadas de la Tradición sino, al contrario, entrar y participar mejor y más plenamente en ellas.


La Constitución Conciliar estipula que «las nuevas formas adoptadas deberían, de algún modo, crecer orgánicamente a partir de las ya existentes».


Por lo tanto, sería un error oponer el Concilio a la Tradición de la Iglesia. En este sentido, es necesario que aquellos que celebran la forma extraordinaria lo hagan sin espíritu de oposición y por ende en el espíritu de la Sacrosanctum Concilium.


Necesitamos la forma extraordinaria para saber en qué espíritu celebrar la ordinaria. En cambio, celebrar la forma extraordinaria sin tener en cuenta las indicaciones de Sacrosanctum Concilium es arriesgarse a reducir esta forma a un vestigio arqueológico sin vida y sin futuro.


Sería también deseable incluir en el apéndice de una futura edición del misal el Rito Penitencial y el Ofertorio de la forma extraordinaria para enfatizar que las dos formas litúrgicas se iluminan mutuamente, en continuidad y sin oposición.


Si vivimos en este espíritu, entonces la liturgia dejará de ser un lugar de rivalidades y críticas y finalmente nos conducirá hacia la gran liturgia celestial».


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:




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