lunes, 19 de julio de 2021

Divino Niño Jesús - Colombia y otros países - Fiesta Julio 20







En el año 1935 llegó el Padre Salesiano Juan del Rizzo (nacido el 16 de mayo de 1882, en Azzano Décimo, Véneto, Italia) al barrio "20 de julio", al sur de Bogotá (Colombia), una región muy solitaria y abandonada en aquellos tiempos. Le habían prohibido emplear la imagen del Niño de Praga, porque una asociación muy antigua reclamaba para ella el derecho exclusivo de propagar esa imagen.

El Padre del Rizzo estaba convencido de que a Dios le agrada mucho que honremos la infancia de Jesús, pues así lo ha demostrado con innumerables y numerosos milagros. ¿Si otros niños son tan inocentes y tan dignos de ser amados, cuánto más lo será el Niño Jesús? Además, recordaba muy bien la promesa hecha por Nuestro Señor a una santa:




"Todo lo que quieres pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado si te conviene conseguirlo"


Por lo tanto, no desistió de propagar la devoción al Divino Niño por eso dispuso adquirir una nueva imagen. Se fue a un almacén de arte religioso llamado "Vaticano", propiedad de un artista italiano, y le encargó una imagen bien hermosa del Divino Niño. Le prestaron una imagen bellísima, el padre la llevó para sus solitarios, desérticos y abandonados campos del "20 de julio". Ahora empezaría una nueva era de milagros en esta región.


Esta es una de las imágenes más hermosas y agradables que han hecho de Nuestro Señor. Con los brazos abiertos como queriendo recibir a todos. Con una sonrisa imborrable de eterna amistad. Atrae la atención y el cariño desde la primera vez que uno le contempla. Allí a su alrededor se han obrado y se siguen obrando maravillosos favores, son muy ciertos para quienes recuerdan la promesa de Jesús:


"Según sea tu fe así serán las cosas que te sucederán"


El Padre Juan comenzó a narrar a las gentes los milagros que hace el Divino Niño Jesús a quienes le rezan con fe y a quienes ayudan a los pobres, y empezaron a presenciarse prodigios admirables: 
enfermos que obtenían la salud, gentes que conseguían buenos empleos o estudio para los niños, o casa o éxito en los negocios. Familias que recobraban la paz. Pecadores que se convertían. Y cada persona que obtenía un favor del Divino Niño Jesús, que se encargaba de propagar su devoción entre amigos y conocidos.




Las Cuatro Condiciones
que recomendaba el Padre Juan, para obtener favores
del Divino Niño Jesús:


  1. Ofrecerle la Santa Misa durante nueve domingos y confesarse y comulgar al menos en uno de ellos.
  2. Dar una libra de chocolate (o equivalente en dinero o en comida) a los pobres.
  3. Si la persona es pudiente dar un mercado para familias pobres (o su equivalente en dinero). No repartir en la calle porque se forma desorden.
  4. Propagar la devoción al Divino Niño, narrando a otros los milagros que Él hace a sus devotos, y repartiendo novenas, estampas, almanaques, etc., e invitando a otras personas que hagan el ensayo de visitar al Niño Jesús y de pedirle lo que necesitan.


El Padre Juan recomendaba también:




  1. No dejar ningún domingo sin asistir a Misa. El que abandona a Dios, lo abandona Dios. El que no deja domingos sin asistir a Misa recibe favores que jamás había imaginado.
  2. No vivir en pecado mortal. Si se vive en unión libre, o en matrimonio civil, o robando o emborrachándose, u odiando, y si se admiten en casa parejas no casadas por lo católico, con todo eso se atraen maldiciones y castigos de Dios sobre el hogar. El Padre Juan repetía mucho esa frase de San Pablo: "Los que viven en impureza, los borrachos, los ladrones, no entrarán en el Reino de los Cielos".
  3. Que la limosna que se da sea costosa. Si solamente se da a los pobres y a Dios lo que sobra, lo que no vale nada, eso no le gusta a Nuestro Señor. La Sagrada Biblia dice que para Dios y para los pobres hay que dar la décima parte de lo que se gana (el Diezmo), y que Dios le devolverá a cada uno cien veces más de lo que haya dado, y le concederá después la vida eterna.


Santuario del Divino Niño Jesús
Ubicado en el barrio 20 de Julio
de Bogotá (Colombia)
Dirección: Calle 27 Sur N° 5A-27





Oración al Divino Niño Jesús
para verse libre de peligros




Señor Dios, Rey Omnipotente
en tus manos están puestas
todas las cosas.
Si quieres salvar a tu pueblo
nadie puede resistir a tu voluntad.
Tú hiciste el cielo y la tierra,
y todo cuanto en ellos se contiene.
Tú eres el dueño de todas las cosas.
¿Quién podrá pues resistir a tu Majestad?
Señor Dios de nuestros padres,
ten misericordia de tu pueblo,
porque los enemigos del alma
quieren perdernos y las dificultades
que se nos presentan son muy grandes,
Tú has dicho:
"Pedid y se os dará.
El que pide recibe.
Pero pedid con fe".
Escucha pues nuestras oraciones.
Perdona nuestras culpas.
Aleja de nosotros los castigos
que merecemos
y haz que nuestro llanto
se convierta en alegría,
para que viviendo
alabemos tu Santo Nombre
y continuemos alabándolo
eternamente en el cielo.
Amén.




Oración
Súplicas para tiempos difíciles




Divino Niño Jesús:
Tengo mil dificultades, ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En los desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Amén.






Divino Niño Jesús
Novena recomendada
por el Padre Juan del Rizzo





Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño, te amo tanto...
Tú lo sabes, pero yo quiero amarte más:
haz que te ame hasta donde no pueda amarte
más una criatura,
que te ame hasta morir...

Ven a mí, Niño mío; ven a mis brazos,
ven a mi pecho, reclínate sobre mi corazón
un instante siquiera,
embriágame con tu amor.

Pero si tanta dicha no merezco,
déjame al menos que te adore,
que doblegue mi frente sobre el césped
que huellas con tus pies,
cuando andas en el pastoreo de tu rebaño.

Pastorcillo de mi alma, pastorcito mío,
mira esta ovejita tuya
cómo ansiosa te busca,
cómo anhela por Ti.
Quisiera morar contigo para siempre
y seguirte a donde quiera que fueras,
para ser en todo momento iluminada
con la lumbre de tus bellísimos ojos
y recreada con la sin par hermosura de tu rostro
y regalada con la miel dulcísima
que destila de tus labios.

Quisiera ser apacentada de tu propia mano
y que nunca más quitaras tu mano de ella.
Más, quisiera Jesús mío:
quisiera posar mis labios
sobre la nívea blancura de tus pies.


Sí, amor mío, no quieras
impedirme tanto bien;
déjame que me
anonade a tus plantas
y me abrace con tus pies
y los riegue
con las lágrimas salidas
de mi pecho amante, encendidas en el sagrado fuego de tu amor;
déjame besarte y después...
no quiero más,
muérame luego.
Sí, muérame amándote, muérame por tu amor,
muérame por Ti, Niño mío que eres sumo bien,
mi dicha, mi hermosura,
la dulzura de mi alma,
la alegría de mi pecho, la paz de mi corazón,
el encanto de mi vida.




Ah, morir enfermo de amor
y de amor por Ti,
luz mía, qué dicha para mi alma,
que consuelo, qué felicidad.

Todo tuyo es mi ser, pues de la nada lo creaste
y me lo diste y otra vez vino a ser tuyo
cuando me redimiste y con el precio de tu sangre
me compraste; y otras tantas veces hasta hoy,
he sido tuyo, cuántos son los instantes
que he vivido pues esta vida que tengo,
Tú mismo a cada instante me la otorgas,
la conservas y la guardas.

Por eso, Jesús mío, a Ti quiero tornarme,
de quien tantos bienes en uno he recibido.
Tú, pues, serás hoy más, mi dueño único.
Tú, el único amado de mi alma,
porque sólo Tú eres mi Padre
y mi Hermano y mi Amigo;
y sólo tú eres mi Rey y Creador
y Redentor y Tú sólo mi Dios
y mi soberano Señor.

Dulce Jesús mío, Divino Niño de mi alma:
dime una vez más que sí me amas
y dame en prenda de amor,
de amor eterno, tu Santa Bendición:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.


Rezar 3 Padrenuestros
y 1 Salve al final de cada día.
Procurar comulgar todos los días
de la Novena o al menos el último día.
Confesarse al inicio o en cualquier
día de la Novena. 
No dejar de rezar
hasta haber obtenido la gracia.




Fuente - Textos tomados de EWTN.COM:
http://www.ewtn.com/spanish/DivinoNi%C3%B1o/Historia.htm
http://www.ewtn.com/Spanish/prayers/sp_pleadsdivinonino.htm

Fuente - Texto tomados de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/jesus/divino_nino.htm

Fuente - Texto tomado del Plegable - Caballeros de la Virgen - Divino Niño Jesús

San Elías - Profeta - Año 850 A.C. - Fiesta Julio 20



Síguenos enviando muchos profetas
que, "Señor Dios:
como Elías, anuncien tus mensajes
y luchen valientemente contra el pecado
y las falsas enseñanzas
de los enemigos de la religión"


En contraposición a un montón de falsas divinidades que el pueblo ignorantemente estaba adorando, suscitó Dios a un gran profeta para que recordara a su pueblo que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé (Éste es el nombre que Dios se dio a Sí Mismo cuando Moisés le preguntó:


"¿Cuál es tu Nombre?"


Y el Señor le respondió:


"Mi Nombre es Yahvé, que significa: Soy el que Soy. Yo hice a todos, y a Mí nadie me hizo" (Éxodo 3,14) 


Ése fue el oficio de Elías: tratar de convencer a los israelitas de que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé, el Creador de cielos y tierra.



Historia del Profeta Elías


Reinaba en Israel Acab, un hombre de débil voluntad que se dejaba dominar por su esposa Jezabel, que era pagana y extranjera y deseaba imponer entre el pueblo la religión de los falsos dioses. Esta mujer perversa hizo asesinar a los profetas y sacerdotes del Dios verdadero, de los cuales solamente se salvaron de la muerte unos cien, a quienes escondió en cavernas Abdias, el mayordomo del rey, y los alimentó durante la época de máximo peligro. Elías se libró de la muerte huyendo a su tierra natal, al otro lado del Jordán, y yéndose después a una ciudad fenicia, llamada Sarepta. Pero cuando parecía que ya Jezabel iba a lograr destruir por completo la verdadera religión en Israel, entra en escena el gran campeón de la religiosidad, Elías, y empieza el combate total entre las fuerzas del bien y las del mal. Elías aparece de repente en pleno reinado de Acab, para anunciar, que como un castigo por haber abandonado la verdadera religión, vendrá sobre la nación un verano de tres años seguidos. Y en efecto deja de llover durante 36 meses y el hambre y la sed hacen estragos.




Por orden de Dios, Elías se retira a vivir a una cueva junto a una fuente de agua. Allá los cuervos le llevan pan por la mañana y carne por la tarde.




El profeta viste pobremente: una tosca piel de camello y una correa (así vestirá más tarde Juan Bautista). Cuando la fuente de agua se secó, Dios le ordenó que se fuera a vivir a una ciudad extranjera, llamada Sarepta. Al llegar a Sarepta se encuentra con una viuda que está recogiendo leña para cocinar. Él le dice:


 

"Por favor tráigame un poco de agua y un pan"

 

Ella le respondió:

 

"No tengo sino un poquito de harina y una migaja de aceite. Voy a hacer un pan para mi hijo y yo, y después nos moriremos de hambre"


Elías le dijo:

 

"Haga un pan para mí, y ya verá que la harina no se le acabará en su artesa, ni el aceite en su vasija, hasta el día en que vuelva a llover sobre la tierra"

 

La mujer hizo lo que el profeta le mandaba, y sucedió como le había anunciado: ni la harina se acabó en su artesa, ni el aceite se disminuyó en su vasija, durante todos esos meses de escasez. Y así pudo alimentar a su hijo y al profeta. El primer caso de un resucitado, que se narra en la S. Biblia, sucedió en tiempos del profeta Elías. El hijo de la viuda que lo hospedaba se enfermó gravemente y se murió. La pobre mujer desconsolada le reclamó al profeta el por qué le tenía qué suceder a ella tan grande desgracia. Elías se dedicó a rezar con toda fe junto al cadáver del niño y Dios resucitó al muerto. La madre del jovencito, al ver a su hijo vivo otra vez, exclamó:




"Ahora sé que eres un hombre de Dios y que en verdad Yahvé habla por tus labios"


Elías hizo que el rey Acab reuniera a todo el pueblo de Israel, junto al Monte Carmelo y también a los 450 profetas del falso dios Baal. Y estando todos allí reunidos les hizo este desafío:


"Vamos a poner dos altares. En el uno estarán los sacerdotes de Baal. Y en el otro estaré yo en nombre de Yahvé. Y ellos invocarán a Baal para que envíe fuego del cielo y queme sus ofrendas. Y yo invocaré a Yahvé. Y el que responda, ése es el verdadero Dios"




Y descendió fuego del cielo y consumió todo el sacrificio que él había colocado en el altar (y eso que el profeta había hecho inundar con mucha agua todos los alrededores de su altar, para que no fuera fácil allí quemar nada). El pueblo emocionado ante este milagro, acabó con todos los sacerdotes del falso dios Baal. Cuando la malvada reina Jezabel supo que habían acabado con los sacerdotes de su falso dios Baal, dio orden a la policía de que asesinara a Elías. Y éste tuvo que salir huyendo por el desierto, para salvar la vida. Y le sucedió que entonces tuvo una gran depresión de ánimo y deseó morirse.




Pero Dios le envió un ángel que le trajo un pan y una jarra de agua, y con este alimento tuvo fuerzas para andar 40 días por el desierto, hasta llegar al Monte Horeb o Sinaí y esconderse allí. Y estando allí en el Monte Santo sintió que Dios se le iba a aparecer. Y llegó un violento huracán, pero allí no iba Dios. Y sucedió un espantoso terremoto, pero ahí no estaba Dios. Y vino un fuego devorador, y allí tampoco llegaba Dios. Enseguida sintió una suave brisa, y ahí sí venía Dios. Y el Señor mandó a Elías que volviera otra vez a Israel y que consagrara a Eliseo como su sucesor, y a Jehú como nuevo rey. Y desde aquella aparición, aprendió el gran profeta a no ser violento (como el huracán), ni duro (como el terremoto), ni asustador (como el fuego), sino suave y amable (como la brisa).




El rey Acab deseaba conseguir una finca que le agradaba, pero Nabot, su dueño, no se la quería vender porque era la herencia muy amada de sus padres. Entonces la reina Jezabel hizo asesinar a Nabot y el rey se apoderó de la finca. Elías se presentó y le anunció que por haber cometido semejante crimen, todos los hijos varones del rey Acab serían asesinados, y que a Jezabel se la comerían los perros. Acab se asustó mucho y empezó a hacer penitencia. Entonces Dios le avisó a Elías que por esas demostraciones de arrepentimiento, los castigos no llegarían sino cuando el rey ya se hubiera muerto. Y así sucedió. Muerto Acab, fue nombrado rey un general llamado Jehú, el cual hizo asesinar a todos los hijos del difunto rey, y mandó echar desde un balcón hasta el piso de la calle a Jezabel, y allí la devoraron los perros.




El profeta nombró como su sucesor a Eliseo y fue avisado por Dios de que iba a ser llevado al cielo. En compañía de Eliseo llegó al río Jordán y lo tocó con su manto, y el río se abrió en dos y pasaron al otro lado sin mojarse los pies. Eliseo le pidió como último favor:


"Que me pase a mí lo más importante de tu espíritu (de tus poderes y de tus cualidades)"


Elías le dijo:


"Si me ves cuando suba al cielo se te concederá lo que has pedido"




Y llegó un carro de fuego y se llevó a Elías al cielo. Eliseo lo vio mientras subía por las nubes, y se le transmitieron a él las cualidades y los poderes de Elías, y empezó a hacer milagros.


Su espiritualidad y su mensaje


En cuanto precede ya va implícita y explícita su espiritualidad y su mensaje para el hombre de hoy, que no puede ser más actual. Todo él se resume en su doble espíritu, que siempre enarboló el Carmelo como fundamento de su espiritualidad. Éste era su lema en doble vertiente:


  1. Vida contemplativa, intimidad divina: "Vive el Señor, en cuya presencia yo vivo, yo estoy" (1 Re. 17,1).
  2. Vida apostólica, celo por la gloria de Dios y la justicia: "Me abraso de celo por el Señor, Dios de los ejércitos" (1 Re. 19,10).


Elías profeta es el CANTOR incansable del Dios vivo. Si a este doble espíritu se le añade el amor tierno y filial a MARÍA -a la que según la tradición él viera prefigurada en la célebre Nubecilla (1 Re. 19,44)- ya está completo el CARISMA DEL CARMELO.


Nos recordaba el Papa Juan Pablo II
(24 de septiembre de 1983):

 

"Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo Testamento. Él fue un hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un ejemplo a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades del prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios, testigos de la trascendencia divina, apóstoles de la Divina economía".

 

Resumen

  • Que prediquemos y vivamos al Dios único y verdadero.
  • Que demos muerte a los muchos ídolos que nos rodean.
  • Que vivamos siempre en la presencia del Señor.
  • Que contemplemos a María y tratemos de imitarla.

Su oración


Dios todopoderoso y eterno, que concediste a tu Profeta Elías, nuestro Padre, vivir en tu presencia y arder por el celo de tu gloria, concédenos buscar siempre tu rostro y ser en el mundo testigos de tu amor. Amén.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Traditionis custodes del Papa Francisco y la irreversibilidad imposible



Por Carlos Esteban | 19 de julio de 2021


El reciente motu proprio papal que deroga el que promulgara solo 14 años atrás su predecesor, Benedicto XVI, es quizá el paso más brusco y contestado del Papa Francisco en su notoria obsesión por hacer irreversibles las reformas, una misión imposible.

El drama de este pontificado es que se basa cada vez más en un amasijo de contradicciones. Cada día es más frecuente en el Santo Padre la diatriba contra la ‘rigidez’, pero el propio discurso, por incesante, resulta sobremanera rígido, inflexible.

Se habla también de continuo de misericordia; incluso se quiere motejar este pontificado como el pontificado de la misericordia, pero el trato que se da al creciente número de fieles que asisten a la Misa Tradicional en este motu proprio no es ni mucho menos el primer ejemplo de decisiones implacables contra los disidentes de la ‘renovación’: los comisariamientos y disoluciones tajantes se han sucedido desde el principio.

La sinodalidad, la colegialidad y la descentralización en la toma de decisiones es otro ‘ritornello’ al que se le va a dedicar incluso un ‘sínodo de sínodos’, pero nunca ha sido tan cierto en la jerarquía que el que se mueva no sale en la foto, y el margen de actuación para diócesis y conferencias episcopales solo funciona en una dirección, nunca en la contraria. Roma ha intervenido directamente sobre las deliberaciones de la Iglesia de Estados Unidos, por ejemplo, en dos ocasiones flagrantes: cuando prohibió a la asamblea aprobar una política propia para luchar contra el encubrimiento de abusos sexuales y, más recientemente, cuando Luis Ladaria, prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, advirtió a los obispos veladamente que no aprobaran una política nacional de negar la comunión a políticos abortistas.

El ‘diálogo’ y la ‘escucha atenta’, que se han presentado como el bálsamo de Fierabrás, la panacea en cualquier conflicto, se ha negado a cualquiera que muestre algún apego a las tradiciones de la Iglesia, empezando por los cuatro cardenales que presentaron los Dubia sobre la carta postsinodal Amoris laetitia y terminando en este mismo motu proprio.

Por último, el ardiente anhelo de Su Santidad de hacer irreversibles sus reformas cae en la evidente contradicción de que son reformas, es decir, de que revierten decisiones de sus predecesores. Un Papa no puede ‘atar’ a sus sucesores con una decisión, se aduce para justificar Traditionis custodes; pero ese mismo argumento sirve para entender que no puede haber nada irreversible en lo que decida Francisco.

Solo hay que leer la bula Quo primum, por la que el Papa San Pío V instituyó el canon de esa misma misa que ahora se intenta suprimir, partes como esta:


“Que a este Misal justamente ahora publicado por Nos, nada se le añada, quite o cambie en ningún momento y en ésta forma Nos lo decretamos y Nos lo ordenamos a perpetuidad”.


O, en el último párrafo:


“Así pues, que absolutamente a ninguno de los hombres le sea lícito quebrantar ni ir, por temeraria audacia, contra esta página de Nuestro permiso, estatuto, orden, mandato, precepto, concesión, indulto, declaración, voluntad, decreto y prohibición. Más si alguien se atreviere a atacar esto, sabrá que ha incurrido en la indignación de Dios omnipotente y de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo”.


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
https://infovaticana.com/2021/07/19/traditionis-custodes-y-la-irreversibilidad-imposible/






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