Oración al Sagrado Corazón de Jesús Sacramentado



SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS,
EN VOS CONFÍO




Postrado a vuestros pies humildemente,
vengo a pediros, dulce Jesús mío,
poderos repetir constantemente:
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!




Si la confianza es prueba de ternura
esta prueba de amor daros ansío
aún cuando esté sumido en la amargura
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!




En las horas más tristes de mi vida,
cuando todos me dejen, ¡oh Dios mío!
y el alma esté por penas combatida,
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!




Aunque sienta venir la desconfianza
y os obligue a mirarme con desvío
no será confundida mi esperanza
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!







Si en el Bautismo que hermoseara mi alma
yo os prometí ser vuestro y Vos ser mío
clamaré siempre en tempestad y en calma
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!




Yo siento una confianza de tal suerte
que sin ningún temor, ¡oh Dueño mío!
espero repetir hasta la muerte
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!




Reina Señor, fervientes suplicamos,
sea tu amor faro en nuestro camino,
prometiste reinar y lo esperamos

¡Venga tu reino, Corazón Divino!

Solemnidad Sagrado Corazón de Jesús - Fiesta Junio 11 de 2021



En la Iglesia Católica, el Sagrado Corazón es la devoción referida al corazón físico de Jesús de Nazareth, como un símbolo de amor divino. Metafóricamente, se refiere a la vida emocional y moral de Jesús, especialmente, a su amor por la humanidad.

El Sagrado Corazón de Jesús es representado por un corazón humano con una corona de espinas y heridas, a veces con llamas o una cruz, y simboliza el amor y el dolor de Jesucristo por los hombres.




Historia




La devoción al Corazón de Jesús es de origen medieval, siendo los escritos de Santa Matilde de Hackeborn, Santa Gertrudis de Helfta y la Santa Ángela de Foligno los testimonios más antiguos. Sin embargo, la fuente más importante de la devoción, en la forma en que la conocemos actualmente, es Santa Margarita María de Alacoque

Digamos de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los devotos del Sagrado Corazón:




"Jesús manso y humilde de corazón,
haz nuestro corazón
semejante al tuyo"


"Sagrado Corazón de Jesús.
En Ti confío"


Santa Margarita María de Alacoque (1690) novicia de la Visitación, recibe apariciones de Jesús, quien le muestra Su Corazón y le comunica mensajes que transformaron su vida. En la primera de las apariciones (27 de diciembre de 1673), Jesús le comunicó:


"Mi Corazón divino está tan apasionado de amor por los hombres, y por ti en particular, que al no poder contener en sí las llamas de su ardiente caridad, hay que transmitirlas con todos los medios"




"Mira este Corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradoramente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio"


Jesús se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres, y lo mucho que le dolía a Su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado. Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que Su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

El pecado nos aleja de Jesús y ésto lo entristece, porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él.


Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.


El Corazón de Jesús
nos vincula con la Eucaristía,
la Iglesia y la Virgen María




  • Eucaristía: La devoción al Sagrado Corazón está vinculada con el amor a la Eucaristía. La Eucaristía es la Presencia Real de Jesús, es su Corazón vivo que se nos da.
  • La Iglesia: Es el Cuerpo Místico de Cristo. La devoción al Corazón nos mueve a desear ser Iglesia con todo el corazón y a propagarla por el mundo entero. Es así que el devoto al Corazón de Jesús busca propagar Su Reino.
  • Virgen María: Nadie como Ella ama el Corazón de Su Hijo. Como nos expone San Juan Eudes, los dos Corazones inseparables. Nosotros somos llamados a unirnos a ellos en un solo pensar y sentir.


Adoramos el Corazón de Cristo


Porque es el Corazón del Verbo Encarnado, del Hijo de Dios hecho Hombre. Una devoción permanente y actual, porque la Iglesia celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el viernes posterior al II Domingo de Pentecostés. Todo el mes de junio está, de algún modo, dedicado por la piedad cristiana al Corazón de Cristo.





Novena al Sagrado Corazón de Jesús




I


Oh, Jesús mío, que dijiste:
"En verdad os digo, pedid y obtendréis,
buscad y encontraréis, llama y os abrirán".
He aquí porque yo llamo, yo busco,
yo pido la gracia: ...
(Mencione el favor que desea).

Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


II


Oh, Jesús mío, que dijiste:
"En verdad os digo todo aquello
que pidiereis en mi Nombre a mi Padre,
Él os lo concederá".
He aquí porque al Eterno Padre,
en Tu Nombre, yo pido la gracia: ... 
(Mencione el favor que desea).

Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


III


Oh, Jesús mío, que dijiste:
"En verdad os digo,
pasarán los cielos y la tierra,
pero mis palabras jamás".
He aquí que basándome en la infalibilidad
de tus santas palabras,
yo pido la gracia...
(Mencione el favor que desea).

Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


Oración Final

Oh, Sagrado Corazón de Jesús,
al cual es imposible no sentir compasión
por los infelices, ten piedad de nosotros
pobres pecadores y concédenos las gracias
que pedimos por medio del
Inmaculado Corazón de María,
Tú y nuestra tierna Madre.
San José, Padre Putativo del
Sagrado Corazón de Jesús,
ruega por nosotros.

Dios te salve...


Esta oración la recitaba diariamente el Santo Padre Pío por todos aquellos que le solicitaban que rezara por sus intenciones.




Devoción



La devoción al Sagrado Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.

La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo XVII, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.

El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su Corazón, salía una cruz.




Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir:


"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este Sacramento de Amor"


Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón.


Son dos los actos esenciales de esta devoción:
Amor y Reparación

Amor
(por lo mucho que Él nos ama)

Reparación y desagravio
(por las muchas injurias que recibe
sobre todo en la Sagrada Eucaristía)


Letanías al
Sagrado Corazón de Jesús
(Aprobadas para toda
la Iglesia en 1891)




Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.


(A las siguientes invocaciones
se responde: TEN PIEDAD DE NOSOTROS)


Dios, Padre Celestial, ...
Dios Hijo, Redentor del mundo, ...
Dios, Espíritu Santo, ...
Santísima Trinidad, que eres un sólo Dios, ...
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, ...
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, ...
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, ...
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ...
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ...
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ...
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ...
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ...
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ...
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, ...
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, ...
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, ...
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, ...
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ...
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ...
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ...
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ...
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ...
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ...
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, ...
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, ...
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, ...
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia, ...
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, ...
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, ...
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, ...
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados, ...
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, ...
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, ...
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, ...
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, ...
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, ...
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, ...
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, ...
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, ...
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, ...
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, ...
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, ...
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan, ...
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ...
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, ...
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón, 
Haz nuestro corazón semejante al tuyo.


Oración




Oh Dios Todopoderoso y Eterno,
mira el Corazón de tu amantísimo Hijo,
las alabanzas y satisfacciones
que en nombre de los pecadores
te ofrece y concede el perdón
a éstos que piden misericordia
en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo,
El cual vive y reina contigo
por los siglos de los siglos.
Amén.





LAS 12 PROMESAS




Estas son las 12 Promesas del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque, en favor de aquellos que son sus devotos adoradores:




1ª - A las almas consagradas a mi Corazón les daré las gracias necesarias para su estado.

2ª - Daré paz a sus familias.


3ª - Las consolaré en todas sus aflicciones.


4ª - Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, principalmente en la hora de la muerte.


5ª - Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.


6ª - Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.


7ª - Las almas tibias se harán fervorosas.


8ª - Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.


9ª - Bendeciré las casas en las que la imagen de mi Corazón se exponga y sea honrada.


10ª - Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.


11ª - Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.


12ª - A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final… a los que me tributen gloria, amor y reparación, prometo un especial auxilio durante su vida pero principalmente a la hora de su muerte.



Las condiciones para ganar
esta gracia son tres:




1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.

2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.


3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.


ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(Santa Margarita María Alacoque)




Con esta oración todos los católicos
podemos consagrarnos al
Sagrado Corazón de Jesús:




Yo _______________ me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y vida, acciones, penas y sufrimientos para que utilice mi cuerpo solo para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito definitivo, único, ser todo de Él, y hacer todo por amor a Él, y al mismo tiempo renunciar con todo mi corazón cualquier cosa que no le complace, además tomarte, Oh Sagrado Corazón, para que seas el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguro de salvación, el remedio para mis debilidades e inconstancia, la solución a los errores de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé pues, Oh Corazón de Bondad, mi intercesor ante Dios Padre, y líbrame de su sabia ira. Oh Corazón de amor, pongo toda mi confianza en ti, temo mis debilidades y fallas, pero tengo esperanza en tu Divinidad y Bondad. Quita de mí todo lo que está mal y todo lo que provoque que no haga tu santa voluntad, permite a tu amor puro a que se imprima en lo más profundo de mi corazón, para que yo no me olvide ni separe de ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en Tu corazón, para depositar en ti toda mi felicidad y gloria, vivir y morir en bondad tuya.
Amén.












DETENTE
EL CORAZÓN DE JESÚS
ESTÁ CONMIGO




Entre las diversas representaciones del Sagrado Corazón de Jesús, una se destaca por la milagrosa circunstancia en que se volvió célebre a los ojos del mundo católico.

Se trata del “¡Detente!”, un pedazo de paño donde se pinta o borda la figura del Corazón divino revelado a Santa Margarita María, teniendo como molde la frase: “¡Detente! ¡El Corazón de Jesús está conmigo!




El origen de ese objeto piadoso se remonta a un caso de protección sobrenatural en que se vio favorecido un joven romano, que se alistara como zuavo pontificio para defender al Papado en las guerras de unificación italiana del siglo XIX.

Antes de partir, su madre le colgó al cuello un pedazo de paño en que ella había bordado el Sagrado Corazón de Jesús con la cruz, la corona de espinas y las llamas, de la misma forma en que fuera visto en éxtasis por la vidente de Paray-le-Monial.

Armado con este singular escudo que le forjara el afecto materno, el joven combatiente se lanzó con denuedo y coraje en reñidas y sangrientas batallas. Durante uno de esos enfrentamientos, cuando las balas adversarias hacían gran estrago en las filas pontificias, una de ellas alcanzó de lleno el pecho del heróico joven, quedando clavada en la estampa del Corazón de Jesús suspendida en su cuello.

Al tomar conocimiento de ese hecho, el Papa Pío IX concedió una bendición especial a todos los escapularios elaborados según el modelo hecho por aquella cariñosa madre cristiana.


Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG:

Fuente - Texto tomado del Coleccionable - Magazine El Católico - Evangelización de la Fundación Social Juan Pablo II - Edición N° 114 (Marzo - Abril - Mayo de 2012)

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM:
http://www.devocionario.com/jesucristo/corazon_2.html#N1



Texto: ¡Detente! ¡El Corazón de Jesús está conmigo! - Tomado del folleto Campaña Salvadme Reina de Fátima por la gracia de Jesús.

San Bernabé - Apóstol Siglo I - Fiesta Junio 11



La historia de San Bernabé está escrita en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, en la Sagrada Biblia. Antes se llamaba José, pero los apóstoles le cambiaron su nombre por el de Bernabé, que significa "el esforzado", "el que anima y entusiasma".

Era judío, de la tribu de Leví, pero nació en la isla de Chipre. Se hizo muy popular en la primitiva Iglesia, porque vendió las fincas que tenía y luego llevó el dinero que obtuvo y se lo dio a los apóstoles para que lo repartieran a los pobres. Un mérito formidable de San Bernabé es el haber descubierto el gran valor que había en aquel recién convertido que se llamaba Saulo, y que más tarde se llamaría San Pablo. Cuando después de su conversión Saulo llegó a Jerusalén, los cristianos sospechaban de él y se le alejaban, pero entonces Bernabé lo tomó de la mano y lo presentó a los apóstoles y se los recomendó. Y él será el que lo encaminará después a emprender sus primeras grandes labores apostólicas. La Sagrada Biblia, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, hace de Bernabé unos elogios que es difícil encontrarlos respecto de otros personajes. Dice así:




"Bernabé era un hombre bueno, lleno de fe y de Espíritu Santo" (Hechos 11, 24)


Cuando Saulo o San Pablo tuvo que salir huyendo de Jerusalén porque los judíos trataban de asesinarlo, se fue a su ciudad de Tarso, y allá se quedó un tiempo. Mientras tanto en la ciudad de Antioquía había sucedido algo muy especial. Al principio los discípulos de Jesús solamente predicaban el Evangelio a los israelitas, pero de pronto algunos empezaron a enseñar las doctrinas cristianas a los paganos en Antioquía, y resultó que aquellas gentes respondieron de una manera admirable y se convirtieron por centenares. Al saber esta noticia, los apóstoles lo enviaron desde Jerusalén a que se informara de lo que allí estaba sucediendo y les llevara noticias. Bernabé se quedó encantado del fervor de aquellos paganos convertidos y estuvo con ellos por un buen tiempo animándolos y acabando de instruirlos. En aquella ciudad fue donde por primera vez se llamó "cristianos" a los seguidores de Cristo.

Entonces se le ocurrió a Bernabé la feliz idea de dirigirse a Tarso a invitar a Saulo, a que se le uniera en el apostolado en Antioquía y éste aceptó con gusto. Desde entonces Bernabé y Saulo trabajaban asociados ayudándose en todo el uno al otro, y obteniendo resonantes triunfos. Por todo un año predicaron en Antioquía, ciudad que se convirtió en el gran centro de evangelización, del cual fueron saliendo misioneros a evangelizar a diversos lugares.




Por aquel tiempo hubo una gran hambre en Jerusalén y sus alrededores, y los cristianos de Antioquía hicieron una colecta y la enviaron a los apóstoles por medio de Bernabé y Saulo. Ellos al volver a Jerusalén se trajeron a Marcos (el futuro San Marcos evangelista), que era familiar de Bernabé. Venía a ayudarles en la evangelización. Un día, mientras los cristianos de Antioquía estaban en oración, el Espíritu Santo habló por medio de algunos de ellos que eran profetas y dijo:


"Separen a Bernabé y Saulo, que los tengo destinados a una misión especial"


Los cristianos rezaron por ellos, les impusieron las manos, y los dos, acompañados de Marcos, después de orar y ayunar, partieron para su primer viaje misionero. En Chipre, la isla donde había nacido San Bernabé, encontraron muy buena aceptación a su predicación, y lograron convertir al cristianismo nada menos que al mismo gobernador, que se llamaba Sergio Pablo. En honor a esta notable conversión, Saulo se cambió su nombre por el de Pablo. Y Bernabé tuvo la gran alegría de que su tierra natal aceptara la religión de Jesucristo. Luego emprendieron su primer viaje misionero por las ciudades y naciones del Asia Menor.

En la otra ciudad de Antioquía (de Pisidia) al ver que los judíos no querían atender su predicación, Bernabé y Pablo declararon que de ahora en adelante les predicarían a los paganos, a los no israelitas, con lo cual los paganos sintieron una inmensa alegría al saber que la nueva religión no los despreciaba a ellos, sino que más bien los prefería. Allí en Iconio estuvieron a punto de ser apedreados por una revolución tramada por los judíos y tuvieron que salir huyendo. Pero dejaron una buena cantidad de convertidos y confirmaron sus enseñanzas con formidables señales y prodigios que Dios obraba por medio de estos dos santos apóstoles.

En la ciudad de Listra, al llegar curaron milagrosamente a un paralítico y entonces la gente creyó que ellos eran dos dioses. A Bernabé por ser alto y majestuoso le decían que era el dios Zeus, y a Pablo por la facilidad con la que hablaba lo llamaban el dios Mercurio. Y ya les iban a ofrecer un toro en sacrificio, cuando ellos les declararon que no eran tales dioses, sino unos simples mortales. Luego llegaron unos judíos de Iconio y promovieron un tumulto y apedrearon a Pablo y cuando lo creyeron muerto se fueron, pero él se levantó luego y curado instantáneamente entró otra vez en la ciudad.

Después de todo ésto Bernabé y Pablo se devolvieron ciudad por ciudad donde habían estado evangelizando, y se dedicaron a animar a los nuevos cristianos y les recordaban que:




"Es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hechos 14, 22)


Al llegar a Antioquía se encontraron con que los cristianos estaban divididos en dos partidos:


  1. Unos (dirigidos por los antiguos judíos), decían que para salvarse había que circuncidarse y cumplir todos los detalles de las leyes de Moisés.
  2. Otros decían que no, que basta cumplir las leyes principales.


Bernabé y Pablo se pusieron del lado de los que decían que no había que circuncidarse, y como la discusión se ponía acalorada, los de Antioquía enviaron a Jerusalén una embajada para que consultara con los apóstoles. La embajada estaba presidida por Bernabé y Pablo. Los apóstoles reunieron un concilio y le dieron la razón a Bernabé y Pablo, y luego pasaron horas muy emocionantes oyéndoles contar las formidables aventuras de sus viajes misioneros. Volvieron a Antioquía y dispusieron organizar un segundo viaje misionero. Pero Bernabé quería llevar como ayudante a su primo Marcos, y Pablo se oponía, porque Marcos les había abandonado en la mitad del viaje anterior (por miedo a tantas dificultades). Y así fue que se separaron y Bernabé se fue a acabar de evangelizar en su isla de Chipre y San Pablo se fue a su segundo viaje. Más tarde se encontraron otra vez como amigos misionando en Corinto (1 Cor. 9, 6).

Después que se separó de Pablo, no se tienen más noticias de Bernabé. Escritos apócrifos hablan de un viaje a Roma y de su martirio, hacia el año 70, en Salamina, por mano de los judíos de la diáspora que lo lapidaron.


¿Qué me enseñará
la vida de San Bernabé?
¿A compartir
mis bienes con los pobres?
¿A tratar de descubrir
las aptitudes que otros
tienen para el apostolado
y a ayudarles a emplearlas bien?
¿A dedicar mi vida a propagar
nuestra santa religión?
El Espíritu Santo me ilumine.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET: