domingo, 21 de febrero de 2021

Decálogo de Cuaresma - Guía para conseguir una especial preparación interior



El tiempo de Cuaresma es un momento de especial preparación interior. Este decálogo cuaresmal puede ser una buena guía para cumplir con este propósito.




1. Romperás de una vez por todas con lo que tú bien sabes que Dios no quiere, aunque te agrade mucho, aunque te cueste “horrores” dejarlo. Lo arrancarás sin compasión como un cáncer que te está matando.




¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? (Mc 8, 36)


2. Compartirás tu pan con el hambriento, tus ropas con el desnudo, tus palabras con el que vive en soledad, tu tiempo y consuelo con el que sufre en el cuerpo o en el alma, tu sonrisa con el triste, tu caridad con TODOS. Examinarás esto con cuidado cada noche.




En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis (Mt 25, 40)


3. Dedicarás un buen tiempo todos los días para estar a solas con Dios, para hablar con Él de corazón a Corazón. Será un tiempo de agradecer, de pedir perdón, de alabarle y adorarle, de suplicar por la salvación de TODOS. Este tiempo no es negociable.




“Sucedió que por aquellos días se fue Él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios” (Lc 6, 12)


4. Confiarás en Dios a pesar de tus pecados y miserias. Creerás que Dios es más fuerte que todo el mal del mundo. No permitirás que ni dolor, ni pesar alguno, ni “tu negra suerte”, ni las injusticias y traiciones sufridas te hagan dudar ni por un momento del amor infinito que Dios te tiene. Él ha muerto en cruz para salvarte de tus pecados.




“Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan” (Sal 23, 4)


5. Mirarás sólo a Dios y a tus hermanos. Mirarte tanto te hace daño, porque te envaneces viendo los dones que no son tuyos o te desalientas viendo sin humildad tus miserias. Mira a Jesús y habrá paz en tu corazón. Mira las necesidades de tus hermanos y ya no tendrás tiempo de pensar en ti; te harás más humano, más cristiano.




“Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra” (Col 3, 1-2)


6. Ayunarás de palabras vanas: serás benedicente. Ayunarás de malos pensamientos: serás puro de corazón. Ayunarás de acciones egoístas: serás una persona para los demás. Ayunarás de toda hipocresía: serás veraz. Ayunarás de lo superfluo: serás pobre de espíritu.




“¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?” (Is 58, 6)


7. Perdonarás una y mil veces a quien te ha herido, con causa o sin ella, justa o injustamente, esté arrepentido o no. Un perdón que no será sólo tolerar o soportar sino que ha de brotar del amor sincero y sobrenatural. Los perdonarás uno por uno, primero en tu corazón y luego, si te es posible, también con tus palabras. No permitirás que el rencor ni el resentimiento envenenen tu corazón.




“Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34)


8. Ofrecerás sacrificios agradables al Señor. Los harás en silencio, sin que nadie se dé cuenta. Buscarás con ello reparar por tus pecados y los de TODOS los hombres. Querrás con ello desprenderte de las cosas materiales, que tanto te agradan, para poder hacerte más libre y ser un hijo para Dios. Pero sobre todo ejercerás el sacrificio de vivir con perfección la caridad en todo momento con TODOS tus hermanos.




“No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios” (Heb 13, 16)


9. Amarás la humildad y procurarás vivirla de la siguiente manera: reconocerás tus pecados; considerarás a los demás mejores que tú; agradecerás las humillaciones sin dejarte arrastrar por el amor propio; no buscarás los honores, ni los puestos, ni el poder, ni la fama, que todo eso es de Dios; te harás servidor de todos.




“El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos” (Mc 10, 43-44)


10. Anunciarás a los hombres la verdad del Evangelio. Les dirás sin temor que Dios los ama, que se ha hecho hombre por ellos y ha muerto en la cruz para salvarlos. Les mostrarás que sólo Él los puede hacer plenamente felices. Les harás ver que la vida que tiene su origen en Dios, es muy corta, se pasa rápido y que Dios es su destino final; vivir por Dios, con Dios y en Dios es lo sensato y seguro.




“Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»  (Mc 16, 15)


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

La Cátedra del Apóstol San Pedro - Fiesta Febrero 22



Martirologio Romano


Fiesta de la cátedra de San Pedro, apóstol, al que el Señor dijo:


"Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"




En el día en que los romanos acostumbraban a recordar a sus difuntos, se celebra la sede de aquel apóstol, cuyo sepulcro de conserva en el campo Vaticano y ha sido llamado a presidir en la caridad a toda la Iglesia.

Hoy se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro, una ocasión solemne que se remonta al cuarto siglo y con la que se rinde homenaje y se celebra el primado y la autoridad de San Pedro

La palabra "cátedra" significa asiento o trono y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también "sede" (asiento o sitial): la "sede" es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del obispo de Roma, el Papa. 




Hace no muchos años, antes de rezar el Ángelus en este día, el Papa Juan Pablo II recordó que:


"La festividad litúrgica de la Cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe. En esto consiste el ´ministerium petrinum´, ese servicio peculiar que el obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial". "Recemos -dijo- para que la Iglesia, en la variedad de culturas, lenguas y tradiciones, sea unánime en creer y profesar las verdades de fe y de moral transmitidas por los apóstoles". 


La cátedra es en realidad el trono que Carlos el Calvo regaló al papa Juan VIII y en el que fue coronado emperador el día de Navidad del año 875. Carlos el Calvo era nieto de Carlomagno. Durante muchos años la silla fue utilizada por el papa y sus sucesores durante las ceremonias litúrgicas, hasta que fue incorporada al Altar de la Cátedra de Bernini en 1666. 




Tradiciones, leyendas y creencias afirmaron durante muchos años que la silla era doble y que algunas partes se remontaban a los primeros días de la era cristiana e incluso que la utilizó San Pedro en persona. La silla ha sido objeto de numerosos estudios a lo largo de los siglos y la última vez que fue extraída del nicho que ocupa en el altar de Bernini fue durante un período de seis años, entre 1968 y 1974. Los análisis efectuados en aquella ocasión apuntaban a que se trataba de una sola silla cuyas partes mas antiguas eran del siglo VI. Lo que se había tomado por una segunda silla era en realidad una cubierta que servía tanto para proteger el trono como para llevarlo en procesión. 

Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la misa del Capítulo de San Pedro.


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

San Pedro Damián - Obispo de Ostia - Cardenal - Doctor de la Iglesia - Año 1072 - Fiesta Febrero 21



San Pedro Damián fue un hombre austero y rígido que Dios envió a la Iglesia Católica en un tiempo en el que la relajación de costumbres era muy grande y se necesitaban predicadores que tuvieran el valor de corregir los vicios con sus palabras y con sus buenos ejemplos. Nació en Ravena (Italia) el año 1007.

Quedó huérfano muy pequeño y un hermano suyo lo humilló terriblemente y lo dedicó a cuidar cerdos y lo trataba como al más vil de los esclavos. Pero de pronto un sacerdote, el Padre Damián, se compadeció de él y se lo llevó a la ciudad y le costeó los estudios. En honor a su protector, en adelante nuestro santo se llamó siempre Pedro Damián.

El antiguo cuidador de cerdos resultó tener una inteligencia privilegiada y obtuvo las mejores calificaciones en los estudios y a los 25 años ya era profesor de universidad. Pero no se sentía satisfecho de vivir en un ambiente tan mundano y corrompido, y dispuso hacerse religioso.

Estaba meditando cómo entrarse a un convento, cuando recibió la visita de dos monjes benedictinos, de la comunidad fundada por el austero San Romualdo, y al oírles narrar lo seriamente que en su convento se vivía la vida religiosa, se fue con ellos. Y pronto resultó ser el más exacto cumplidor de los severísimos reglamentos de su convento.

Pedro, para lograr dominar sus pasiones sensuales, se colocó debajo de su camisa correas con espinas (cilicio, se llama esa penitencia) y se daba azotes, y se dedicó a ayunar a pan y agua. Pero sucedió que su cuerpo, que no estaba acostumbrado a tan duras penitencias, empezó a debilitarse y le llegó el insomnio, y pasaba las noches sin dormir, y le afectó una debilidad general que no le dejaba hacer nada. Entonces comprendió que las penitencias no deben ser tan exageradas, y que la mejor penitencia es tener paciencia con las penas que Dios permite que nos lleguen, y que una muy buena penitencia es dedicarse a cumplir exactamente los deberes de cada día y a estudiar y trabajar con todo empeño.

Esta experiencia personal le fue de gran utilidad después al dirigir espiritualmente a otros, pues a muchos les fue enseñando que en vez de hacer enfermar al cuerpo con penitencias exageradas, lo que hay que hacer es hacerlo trabajar fuertemente en favor del reino de Dios y de la salvación de las almas.

En sus años de monje, Pedro Damián aprovechó aquel ambiente de silencio y soledad para dedicarse a estudiar muy profundamente la Sagrada Biblia y los escritos de los santos antiguos. Esto le servirá después enormemente para redactar sus propios libros y sus cartas que se hicieron famosas por la gran sabiduría con la que fueron compuestas.

En los ratos en que no estaba rezando o estudiando, se dedicaba a labores de carpintería, y con los pequeños muebles que construía ayudaba a la economía del convento.

Al morir el superior del convento, los monjes nombraron como su abad a Pedro Damián. Este se oponía porque se creía indigno pero entre todos lo lograron convencer de que debía aceptar. Era el más humilde de todos, y pedía perdón en público por cualquier falta que cometía. Y su superiorato produjo tan buenos resultados que de su convento se formaron otros cinco conventos, y dos de sus dirigidos fueron declarados santos por el Sumo Pontífice (Santo Domingo Loricato y San Juan de Lodi. Este último escribió la vida de San Pedro Damián).

Muchísimas personas pedían la dirección espiritual de San Pedro Damián. A cuatro Sumos Pontífices les dirigió cartas muy serias recomendándoles que hicieran todo lo posible para que la relajación y las malas costumbres no se apoderaran de la Iglesia y de los sacerdotes. Criticaba fuertemente a los que son muy amigos de pasear mucho, pues decía que el que mucho pasea, muy difícilmente llega a la santidad.

A un obispo que en vez de dedicarse a enseñar catecismo y a preparar sermones pasaba las tardes jugando ajedrez, le puso como penitencia rezar tres veces todos los salmos de la Biblia (que son 150), lavarles los pies a doce pobres y regalarles a cada uno una moneda de oro. La penitencia era fuerte, pero el obispo se dio cuenta de que sí se la merecía, y la cumplió y se enmendó.

Los dos peores vicios de la Iglesia en aquellos años mil, eran la impureza y la simonía. Muchos sacerdotes eran descuidados en cumplir su celibato, o sea ese juramento solemne que han hecho de esforzarse por ser puros, y además la simonía era muy frecuente en todas partes. Y contra estos dos defectos se propuso luchar Pedro Damián.

Varios Sumos Pontífices, sabiendo la gran sabiduría y la admirable santidad del Padre Pedro Damián, le confiaron misiones delicadísimas. El Papa Esteban IX lo nombró Cardenal y Obispo de Ostia (que es el puerto de Roma). El humilde sacerdote no quería aceptar estos cargos, pero el Papa lo amenazó con graves castigos si no lo aceptaba. Y allí, con esos oficios, obró con admirable prudencia. Porque al que es obediente consigue victorias.

Resultó que el joven emperador Enrique IV quería divorciarse, y su arzobispo, por temor, se lo iba a permitir. Entonces el Papa envió a Pedro Damián a Alemania, el cual reunió a todos los obispos alemanes, y valientemente, delante de ellos le pidió al emperador que no fuera a dar ese mal ejemplo tan dañoso a todos sus súbditos, y Enrique desistió de su idea de divorciarse.

Sus sermones eran escuchados con mucha emoción y sabiduría, y sus libros eran leídos con gran provecho espiritual. Así, por ejemplo, uno que se llama "Libro Gomorriano", en contra de las costumbres de su tiempo. (Gomorriano, en recuerdo de Gomorra, una de las cinco ciudades que Dios destruyó con una lluvia de fuego porque allí se cometían muchos pecados de impureza).




A los Pontífices y a muchos personajes les dirigió frecuentes cartas pidiéndoles que trataran de acabar con la Simonía, o sea con aquel vicio que consiste en llegar a los altos puestos de la Iglesia comprando el cargo con dinero (y no mereciéndolo con el buen comportamiento). Este vicio tomó el nombre de Simón el Mago, un tipo que le propuso a San Pedro apóstol que le vendiera el poder de hacer milagros. En aquel siglo del año mil era muy frecuente que un hombre nada santo llegara a ser sacerdote y hasta obispo, porque compraba su nombramiento dando mucho dinero a los que lo elegían para ese cargo. Y esto traía terribles males a la Iglesia Católica porque llegaban a altos puestos unos hombres totalmente indignos que no iban a hacer nada bien sino mucho mal. Afortunadamente, el Papa que fue nombrado al año siguiente de la muerte de San Pedro Damián, y que era su gran amigo, el Papa Gregorio VII, se propuso luchar fuertemente contra ese vicio y tratar de acabarlo. La gente decía:


"El Padre Damián es fuerte en el hablar, pero es santo en el obrar, y eso hace que le hagamos caso con gusto a sus llamadas de atención"


Lo que más le agradaba era retirarse a la soledad a rezar y a meditar. Y sentía una santa envidia por los religiosos que tienen todo su tiempo para dedicarse a la oración y a la meditación. Otra labor que le agradaba muchísimo era el ayudar a los pobres. Todo el dinero que le llegaba lo repartía entre la gente más necesitada. Era mortificadísimo en comer y dormir, pero sumamente generoso en repartir limosnas y ayudas a cuantos más podía.

El Sumo Pontífice lo envió a Ravena a tratar de lograr que esa ciudad hiciera las paces con el Papa. Lo consiguió, y al volver de su importante misión, al llegar al convento sintió una gran fiebre y murió santamente. Era el 21 de febrero del año 1072. Inmediatamente la gente empezó a considerarlo como un gran santo y a conseguir favores de Dios por su intercesión. El Papa lo canonizó y lo declaró Doctor de la Iglesia por los elocuentes sermones que compuso y por los libros tan sabios que escribió.


San Pedro Damián: consíguenos de Dios la gracia de que nuestros sacerdotes y obispos sean verdaderamente santos y sepan cumplir fielmente su celibato.


Escribió el "libro Gomorriano", en contra de las costumbres impuras de su tiempo. (Gomorriano, en referencia a Gomorra, una de las ciudades que Dios destruyó por su impureza). Su estilo es vehemente. Todas sus obras llevan la huella de su espíritu estricto, particularmente cuando se trata de los deberes de los clérigos y monjes. El santo escribió un tratado al obispo de Besancon, en el que atacaba la costumbre que tenían los canónigos de esa diócesis de cantar sentados el oficio divino. San Pedro Damián recomendaba el uso de la disciplina más que los ayunos prolongados. Escribió cosas muy severas sobre las obligaciones de los monjes y protestó contra la costumbre de ciertas peregrinaciones, pues consideraba que el retiro era la condición esencial del estado monacal. Decía:


"Es imposible restaurar la disciplina una vez que ésta decae; si nosotros, por negligencia, dejamos caer en desuso las reglas, las generaciones futuras no podrán volver a la primitiva observancia. Guardémonos de incurrir en semejante culpa y transmitamos fielmente a nuestros sucesores el legado de nuestros predecesores" 


Predicó a favor del celibato eclesiástico. Pedía que el clero diocesano viviese en comunidad. Su carácter vehemente se manifestaba en todos sus actos y palabras. Se ha dicho de él que:


"Su genio consistía en exhortar y mover al heroísmo, en predicar acciones extraordinarias y recordar ejemplos conmovedores... ; en sus escritos arde el fuego de una extraordinaria fuerza moral"


A pesar de su severidad, San Pedro Damián sabía tratar a los pecadores con bondad e indulgencia, cuando la caridad y la prudencia lo pedían. Enrique IV de Alemania se había casado con Berta, la hija de Otón, marqués de las Marcas de Italia; pero dos años más tarde, había pedido el divorcio, alegando que el matrimonio no había sido consumado. Con promesas y amenazas logró ganar para su causa al arzobispo de Mainz, quien convocó un concilio para anular el matrimonio; pero el Papa Alejandro II le prohibió cometer semejante injusticia y envió a San Pedro Damián a presidir el sínodo. El anciano legado se reunió en Frankfurt con el rey y los obispos, les leyó las órdenes e instrucciones de la Santa Sede y exhortó al rey a guardar la ley de Dios, los cánones de la Iglesia y su propia reputación y también, a reflexionar sobre el escándalo y el mal ejemplo que daría, si no se sometiera. Los nobles se unieron al santo para rogar al joven monarca que no manchase su honor. Ante tal oposición, Enrique renunció a su proyecto de divorcio, aunque interiormente no cambiase de actitud. 

Pedro retornó, en cuanto pudo, a su retiro en Fonte Avellana para vivir en profunda austeridad hasta el fin de su vida. En los ratos en que no se hallaba absorto en la oración o el trabajo, acostumbraba hacer cucharas de madera y otros utensilios para no estar ocioso. 

El Papa Alejandro II envió a San Pedro Damián a arreglar el asunto del arzobispo de Ravena, que había sido excomulgado por las atrocidades que había cometido. Cuando San Pedro llegó, el arzobispo ya había muerto; pero el santo pudo convertir a sus cómplices, a los que impuso justa penitencia. Este fue el último servicio público que el santo prestó a la Iglesia.


Oficio de lectura
21 de febrero
San Pedro Damián
Obispo y Doctor de la Iglesia

Tras la tristeza, espera con alegría el gozo

De las cartas de San Pedro Damián
(Libro 8,6:PL 144, 473-476)


Me has pedido, dilectísimo hermano,
que te transmita por carta
unas palabras de consuelo
capaces de endulzar tu razón,
amargado por tantos sufrimientos
como te afligen.

Pero si tu inteligencia está despierta,
a mano tienes el consuelo que necesitas,
pues la misma palabra divina
te instruye como a hijo,
destinado a obtener la herencia.
Medita en aquellas palabras:
Hijo mío, cuando te acerques
al temor de Dios, prepárate para las pruebas;
mantén el corazón firme, sé valiente.

Donde está el temor está la justicia.
La prueba que para nosotros supone
cualquier adversidad no es un castigo
de esclavos, sino una corrección paterna.

Por esto Job,
en medio de sus calamidades, si bien dice:
Que Dios se digne triturarme
y cortar de un tirón la trama de mi vida,
añade a continuación:
Sería un consuelo para mí;
aún torturado sin piedad,
saltaría de gozo.

Para los elegidos de Dios,
sus mismas pruebas son un consuelo,
pues en virtud de estos sufrimientos
momentáneos dan grandes pasos
por el camino de la esperanza
hasta alcanzar la felicidad del cielo.

Lo mismo hacen el martillo
y la lima con el oro,
quitándole la escoria para que brille más.
El horno prueba la vasija del alfarero,
el hombre se prueba en la tribulación.
Por esto dice también Santiago:
Hermanos míos: teneos por muy dichosos
cuando os veáis asediados
por toda clase de pruebas.

Con razón deben alegrarse
quienes sufren por sus malas obras
una pena temporal, y, en cambio,
obtienen por sus obras buenas
los premios sempiternos del cielo.

Todo ello significa que no deben deprimir
tu espíritu los sufrimientos que padeces
y las correcciones con que te aflige
la disciplina celestial;
no murmures ni te lamentes,
no te consumas en la tristeza
o la pusilanimidad.
Que resplandezca en tu rostro
la serenidad, en tu mente la alegría,
en tu boca la acción de gracias.

Alabanza merece la dispensación divina,
que aflige temporalmente a los suyos
para librarlos del castigo eterno,
que derriba para exaltar,
corta para curar y deprime para elevar.

Robustece tu espíritu con éstos
y otros testimonios de la Escritura y,
tras la tristeza, espera con alegría
el gozo que vendrá.

Que la esperanza te levante ese gozo,
que la caridad encienda tu fervor.
Así tu mente, bien saciada,
será capaz de olvidar los sufrimientos
exteriores y progresará en la posesión
de los bienes que contempla en su interior.


Oración


Dios todopoderoso,
concédenos seguir con fidelidad
los consejos y ejemplos
de San Pedro Damián, obispo,
para que, amando a Cristo sobre todas las cosas,
y dedicados siempre al servicio
de tu Iglesia, merezcamos llegar
a los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/santos/pedro_damiani.htm

«Nos inclinamos sin rechistar» ante el Nuevo Orden Mundial: la viral homilía de un obispo indignado - Con excusa del COVID-19 se ataca a la Iglesia

Adair Guimarães se mostró muy contundente
en su homilía ante la situación actual


El prelado denuncia que con el virus se está produciendo un ataque a la Iglesia.

«Nos inclinamos sin rechistar» ante el Nuevo Orden Mundial: la viral homilía de un obispo indignado.


ReL / 10 de Febrero de 2021


Monseñor Adair José Guimarães es obispo de una pequeña diócesis brasileña pero que se ha hecho conocido en todo el mundo debido a una contundente homilía, en la que alertaba de cómo el Nuevo Orden Mundial está aprovechando el coronavirus para acabar con la libertad, entre ella religiosa.

El obispo de Formosa pastorea una diócesis cercana a Brasilia, capital del país, y que según datos de Catholic Hierarchy tiene algo más de 260.000 católicos, en torno al 70% de la población.

Su homilía empezó a circular rápidamente por Brasil hasta viralizarse y ser traducida a varios idiomas, entre ellos el español. Entre otras cosas, monseñor Guimarães denuncia que:


“Obispos y sacerdotes” se están “inclinando” ante las autoridades civiles durante esta pandemia a pesar de ser medidas arbitrarias que contradicen el derecho al culto y la libertad religiosa.


El tremendo eco de la homilía de este obispo se debe a que sus denuncias no son algo que haya ocurrido en su diócesis sino que se está reproduciendo por todo el mundo. Numerosos países han cerrado durante estos meses iglesias, prohibido misas públicas o permitiéndolas con unas restricciones mucho mayores que a otros colectivos, a pesar de que en las iglesias no se han producido grandes focos de contagio.

Por ello, monseñor Adair pone el foco en el conocido como Nuevo Orden Mundial, al que también llama “Estado profundo” formado por una “élite globalista” que quiere transformar la sociedad para imponer su agenda social y política. Este hecho queda también de manifiesto en el libro El proyecto Soros publicado por la editorial Libros Libres.




En la homilía, el obispo de Formosa afirmaba que:


"Se está viviendo un triste momento, golpeado por este nuevo orden mundial, de las tentativas de crear un nuevo Estado, un Estado profundo, de control de la humanidad, un estado que quiere colocarse en lugar de Dios como siempre fueron los intentos de implantación de sistemas marxistas de amordazar al pueblo y quitarle la libertad.


El prelado de poco más de 60 años denunciaba también que:


“El Estado profundo tiene el propósito de hacer un reset, un reinicio, resetear todo lo que tenemos de la cultura de defensa de la vida, de la fe, de la familia, de la propiedad privada y de la propia libertad para crear una sociedad manipulada”


Sin embargo, Adair José Guimarães cree que:


“Ya estamos siendo manipulados” con tantas “incertidumbres” y “tonterías que se están haciendo” en relación a la “peste” del coronavirus.


Y citaba concretamente el cierre de las iglesias, un “absurdo” que “clamará a Dios encima de la vida de aquellos que no respetan los derechos de Dios”.


De este modo, el obispo brasileño afirmaba que:


“El pueblo no va a abdicar de su libertad” y añadió que “no podemos aceptar que ninguna autoridad venga con esos discursos de cerrar nuestros templos, de privar a la humanidad de darle a Dios lo que es derecho de Dios, la alabanza”.


Además, hizo autocrítica y señaló a la responsabilidad de la jerarquía católica. “Somos muy débiles, nosotros los obispos y sacerdotes inclinándonos ante esos gobernadores y alcaldes. Nunca antes en la historia habíamos visto esto. Y nos inclinamos sin rechistar”, aseguraba en su sermón.


Mientras se han cerrado iglesias –añadía monseñor Guimãraes- los bancos siguen abiertos, los aviones vuelan repletos o incluso se permiten mítines políticos. “Aquí no está el virus, el virus no está en el altar, en la hostia consagrada. Y los cristianos no somos hijos del miedo, somos hijos del coraje. ¿Y si tenemos que morir por la pandemia? ¿Vamos a morir en la fe?”, se preguntaba.


Por último, el obispo de Formosa concluía su contundente homilía así:


“Nunca podremos inclinarnos ante los hombres. Estamos llamados, como la Santísima Virgen, a inclinarnos ante Cristo”.


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:

"Dios está con nosotros" - General del Ejército de Colombia pronuncia esta rotunda frase (Video - Tweet)



"Somos soldados del @COL_EJERCITO, y no nos dejaremos vencer por más víboras venenosas y perversas que quieran atacarnos, señalarnos o debilitarnos. Oficiales, suboficiales y soldados, no nos rendimos, no desfallecemos, siempre fuertes con la cabeza en alto. Dios está con nosotros": Gral. Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda - Comandante del Ejército Nacional de Colombia.




Este es el enlace a este tweet:





Favor leer esta noticia adjunta:






Los siguientes son los versículos de la Biblia relacionados en el video presentado por el general Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda - Comandante del Ejército Nacional de Colombia:


2 Carta a los Corintios 4:9

"Perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados".


Salmo 91:3

"Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa"


2 Corintios 4:8

"Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados"


A continuación les presento los versículos originales publicados en su video, por parte del general Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda:


2 Corintios 4:9 - Perseguidos, más no desamparados.

2 Corintios 4:9 - Derribados, pero no destruidos.

Salmos 91:3 - Él te librará del lazo del cazador.

2 Corintios 4:8 - En apuros, más no desesperados.

Nunca te rindas confía en Dios.




Recordemos esta noticia:

Arrodillado ante Dios, Zapateiro Altamiranda




Favor leer esta noticia aquí:





Es muy importante que tomemos atenta nota de lo siguiente:


"Quien adora verdaderamente a Dios se pone de rodillas ante Él o se postra en el suelo. En esto se muestra la verdad de la relación entre Dios y el hombre: Él es grande y nosotros somos pequeños. Al mismo tiempo el hombre nunca es mayor que cuando se arrodilla ante Dios en una entrega libre"


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:


Este mensaje que le deseo transmitir al general Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda y a todos los héroes de Colombia, como también a todos los héroes de otros países a nivel mundial:

Usted es:

1. Un soldado de Cristo.

2. Un soldado de la patria y defensor de los ciudadanos que están a su cuidado.

Cada uno de los católicos somos soldados de Cristo, que confiamos plenamente en Dios. Por tal razón, rezo cada día por todos y cada uno de los integrantes de las fuerzas públicas, que defienden a sus respectivos países a nivel mundial, porque son nuestros héroes que requieren de todo nuestro apoyo espiritual, a través de nuestras oraciones que elevamos a Dios, para que Él les brinde protección, fe, sabiduría, fortaleza, y mayor valentía, para enfrentar a los enemigos que buscan destruir a la humanidad. Igualmente, les agradecemos de todo corazón, por su loable y valiente labor en defensa de sus países, de los ciudadanos, de la libertad y justicia de sus respectivas patrias.


Recordemos: este extracto del video de la película La Pasión de Cristo...
Jesús aplasta a la serpiente (Satanás):




Video tomado de YOUTUBE:


Original video:

Iguana vs Snakes | Planet Earth II - By BBC Earth




Video tomado de YOUTUBE - Video original de la BBC:




No permitamos que las fuerzas malignas destruyan nuestros países... recordemos la famosa Batalla de Lepanto:

La Virgen María intercedió en la histórica Batalla de Lepanto, y por la cual el Papa San Pío V, instituyó el 7 de octubre, como la fiesta de Nuestra Señora La Virgen María del Rosario (como el aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en esta batalla naval)




Video tomado de YOUTUBE:





Por eso todo los católicos rezamos juntos el Santo Rosario: