lunes, 30 de noviembre de 2020

Día Mundial del SIDA: recemos con la Iglesia por todos los que sufren - Diciembre 1 de 2020

 



REDACCIÓN CENTRAL, 1 de diciembre de 2016 / 12:09 a.m. (ACI)


Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la lucha contra el SIDA, una enfermedad que continúa cobrando muchas vidas. La Iglesia Católica es la institución que más hace por las víctimas, atendiendo a uno de cada cuatro enfermos en todo el mundo.

Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA o UNAIDS en inglés), en el 2014, 36.9 millones de personas vivían con el VIH. Es decir, seres humanos que tienen el virus, pero que aún no han desarrollado la enfermedad y para quienes es importante el uso de los retrovirales.

En junio de 2015 solo 15.8 millones tenían acceso al tratamiento antirretroviral y más del 50 por ciento no podían acceder al mismo, entre ellos aproximadamente 1.8 millones de niños.

Asimismo sólo en 2014, “alrededor de 2 millones de personas se infectaron con el VIH y 1.2 millones de personas murieron de enfermedades relacionadas con el SIDA”, indica UNAIDS.

Un dato preocupante que dan a conocer los expertos es que la cantidad de personas que no saben que están infectadas asciende a 17.1 millones.


Cifras actualizadas según la ONU
al año 2019:




A diferencia de muchos organismos e instituciones que proponen métodos anticonceptivos como el uso del preservativo (condón) para frenar el SIDA, la Iglesia destaca que la fidelidad en los esposos y la castidad hasta el matrimonio es el medio más seguro para evitar todo tipo de enfermedad de transmisión sexual.




San Juan Pablo II, con motivo de la Jornada Mundial del enfermo 2005, envió un mensaje al mundo y recordó que para combatir el SIDA de modo responsable “es preciso aumentar su prevención mediante la educación en el respeto del valor sagrado de la vida y la formación en la práctica correcta de la sexualidad”.

“En efecto, aunque son numerosas las infecciones que se transmiten por contagio a través de la sangre especialmente durante la gestación (infecciones que hay que combatir con todo empeño), mucho más numerosas son las que se producen por vía sexual, y que pueden evitarse sobre todo con una conducta responsable y la observancia de la virtud de la castidad”, enfatizó.

Hasta el año 2010, del total de personas infectadas en el mundo con el VIH/SIDA, aproximadamente el 25 por ciento era atendida por alguna institución de la Iglesia Católica. Este porcentaje aumentaba en el caso de África, en donde la Iglesia cuidaba de casi el 50 por ciento de los afectados por este flagelo.

Por ello, en este día especial de lucha contra el SIDA, unidos a miles de cristianos, proponemos la siguiente oración para que Dios dé fortaleza a los que sufren de este mal.


Oración por los enfermos de SIDA




Oh Dios, Padre nuestro, escucha nuestra oración por los que están enfermos por el SIDA, por los que están en peligro de muerte. Concédeles el consuelo de tu presencia, haz que busquen tu rostro, y encuentren la fuerza en ti que eres la fuente de la vida. Señor Jesús, escucha nuestra oración por los que acaban de enterarse que están infectados por el virus VIH pero que no están aún enfermos. Recuérdales que tienen aún una vida ante ellos: haz que encuentren en ti la Vida, el Camino y la Verdad. Espíritu Santo de Dios, escucha nuestras oraciones por los que se ocupan de las personas enfermas de SIDA. Concédeles la certeza de la presencia del Padre y el amor de Jesús. Concédeles tu consuelo, dales tu paz. Padre, te rogamos para que todos oigamos tu llamada en estas circunstancias, una llamada de arrepentimiento, una llamada de ayuda a los otros. Ayúdanos para que podamos vivir de manera responsable, no pensando solamente en nosotros sino también en los que están en nuestro entorno. Te rogamos por los científicos y los médicos para que encuentren un remedio al Sida. Guíanos para que podamos dar tu consuelo a los que tienen necesidad de ayuda. Eleva nuestros corazones de compasión para que los enfermos de Sida tengan la certeza de que la Iglesia los ayudará; guíanos para que sepamos cómo ayudar a los que tienen necesidad. Esto te lo pedimos porque tu misericordia por nosotros es inmensa. Señor de misericordia, escucha nuestra oración. Amén.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:

San Andrés - Apóstol Siglo I - Fiesta Noviembre 30




"Dichoso tú, querido apóstol Andrés,
que tuviste la suerte de ser el primero
de los apóstoles en encontrar a Jesús.
Pídele a Él que nosotros le seamos
totalmente fieles en todo, hasta la muerte"


San Andrés (cuyo nombre significa "varonil"), nació en Betsaida, población de Galilea, situada a orillas del lago Genesaret. Era hijo del pescador Jonás y hermano de Simón Pedro. La familia tenía una casa en Cafarnaúm, y en ella se hospedaba Jesús cuando predicaba en esta ciudad. Como lo demuestran las profesiones que ejercían los doce apóstoles, Jesús dio la preferencia a los pescadores, aunque dentro del colegio apostólico están representados los agricultores con Santiago el Menor y su hermano Judas Tadeo, y los comerciantes con la presencia de Mateo.

Andrés tiene el honor de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y éste al ver pasar a Jesús (cuando volvía del desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó:




"He ahí el cordero de Dios"


Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de Jesús (junto con Juan Evangelista), Jesús se volvió y les dijo:


"¿Qué buscan?"


Ellos le dijeron:


"Señor, ¿dónde vives?"


Jesús les respondió:


"Vengan y verán"


Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde. Nunca jamás podría olvidar después Andrés el momento y la hora y el sitio donde estaban cuando Jesús les dijo las palabras anteriores. Esa llamada cambió su vida para siempre. Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo:


"Hemos encontrado al Salvador del mundo"


Y lo llevó a donde Jesús. Así le consiguió a Cristo un formidable amigo, el gran San Pedro. Al principio Andrés y Simón no iban con Jesús continuamente, sino que acudían a escucharle siempre que podían, y luego regresaban a sus labores de pesca. Pero cuando el Salvador volvió a Galilea, encontró a Andrés y a Simón remendando sus redes y les dijo:




"Vengan y me siguen"




Y ellos dejando a sus familias y a sus negocios y a sus redes, se fueron definitivamente con Jesús. Después de la pesca milagrosa, Cristo les dijo:


"De ahora en adelante serán pescadores de almas"




Por ésto Andrés ocupa un puesto eminente en la lista de los apóstoles: los evangelistas Mateo y Lucas lo colocan en el segundo lugar después de Pedro. Además del llamamiento, el Evangelio habla del apóstol Andrés otras tres veces:




  • En la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho con unos panes y unos peces.
  • Cuando se hace intermediario de los forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús.
  • Y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.


El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. Andrés presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus maravillosos sermones. Vivió junto a Él por tres años. En el día de Pentecostés, Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.




Después de la Ascensión, la Escritura no habla más de él. Los muchos escritos apócrifos que tratan de colmar este silencio, son demasiado fabulosos para que se les pueda creer. La única noticia probable es que Andrés anunció la buena noticia en regiones bárbaras como la Scitia, en la Rusia meridional, como refiere el historiador Eusebio. 

Una tradición muy antigua cuenta que el apóstol Andrés fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya, en Grecia. Que lo amarraron a una cruz en forma de X y que allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en la religión a todos los que se le acercaban. Dicen que cuando vio que le llevaban la cruz para martirizarlo, exclamó:




"Yo te venero oh cruz santa que me recuerdas la cruz donde murió mi Divino Maestro. Mucho había deseado imitarlo a Él en este martirio. Dichosa hora en que tú al recibirme en tus brazos, me llevarán junto a mi Maestro en el cielo"


La tradición coloca su martirio en el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio cruel de Nerón. Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de noviembre es festejada ya por San Gregorio Nacianceno.

Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias, trasladadas de Patrasso, probable lugar del martirio, a Constantinopla y después a Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI. 


Fuente - Texto tomado de EWTN: