sábado, 3 de octubre de 2020

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 21, 33-43



33. Escuchad otra parábola. Érase un padre de familia que plantó una viña y la cercó de vallado; y cavando hizo en ella un lagar, edificó una torre, arrendóla después a ciertos labradores, y se ausentó a un país lejano.

34. Venida ya la sazón de los frutos, envió sus criados a los renteros para que percibiesen el fruto de ella.




35. Mas los renteros, acometiendo a los criados, apalearon a uno, mataron al otro, y al otro le apedrearon.

36. Segunda vez envió nuevos criados en mayor número que los primeros, y los trataron de la misma manera.

37. Por último les envió a su hijo, diciendo para consigo:




"A mi hijo, por lo menos, le respetarán"


38. Pero los renteros, al ver al hijo, dijeron entre sí:



 

"Este es el heredero; venid, matémosle, y nos alzaremos con su herencia"


39. Y agarrándole le echaron fuera de la viña, y le mataron.

40. Ahora bien; en volviendo el dueño de la viña, ¿Qué hará a aquellos labradores?

41. Hará, dijeron ellos, que esta gente tan mala perezca miserablemente, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen los frutos a sus tiempos.


42. "¿Pues no habéis jamás leído en las Escrituras, les añadió Jesús:


 


 

La piedra que desecharon los fabricantes, esa misma vino a ser la clave del ángulo? El Señor es el que ha hecho esto en nuestros días, y es una cosa admirable a nuestros ojos.


 





 

43. Por lo cual os digo que os será quitado a vosotros el reino de Dios, y dado a gentes que rindan frutos de buenas obras"


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Francisco de Asís - Estigmatizado - Fundador de la Orden de los Franciscanos - Fiesta Octubre 4



Nació en Asís (Italia) en el año 1182 y murió el 3 de octubre de 1226 a la edad de 44 años. Después de una juventud frívola se convirtió, renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. Santo italiano que fue diácono, fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas, ambas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia Católica en la Edad Media. Dio a sus seguidores unas sabias normas, que luego fueron aprobadas por la Santa Sede. Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Es el primer caso conocido en la historia de Estigmatizaciones visibles y externas.


La expulsión de los
demonios de Arezzo




Francisco, hombre evangélico, pacífico y pacificador, al comienzo de todas sus predicaciones saludaba al pueblo anunciándole la paz con estas palabras:

 

"El Señor os de la paz"

Tal saludo lo aprendió por revelación divina, como él mismo lo confesó más tarde en su Testamento. De ahí que, según la palabra profética de Isaías y movido en su persona del espíritu de los profetas, anunciaba la paz, predicaba la salvación y con saludables exhortaciones, reconciliaba en una paz verdadera a quienes, siendo contrarios a Cristo, habían vivido antes lejos de la salvación.

Y así sucedió que en cierta ocasión llegó Francisco a Arezzo, cuando toda la ciudad se hallaba agitada por unas luchas internas tan espantosas, que amenazaban hundirla en una próxima ruina. Alojado en el suburbio, vio sobre la ciudad unos demonios que daban brincos de alegría y azuzaban los ánimos perturbados de los ciudadanos para lanzarse a matar unos a otros. Con el fin de ahuyentar aquellas insidiosas potestades aéreas, envió delante de sí, como mensajero, al hermano Silvestre, varón de colombina simplicidad, diciéndole:

 

"Marcha a las puertas de la ciudad y, de parte de Dios omnipotente, manda a los demonios, por santa obediencia, que salgan inmediatamente de allí"

Se apresuró el hermano Silvestre a cumplir las órdenes del Padre y, prorrumpiendo en alabanzas ante la presencia del Señor, llegó a la puerta de la ciudad y se puso a gritar con voz potente:

 

"De parte de Dios omnipotente y por mandato de su siervo Francisco, marchaos lejos de aquí, demonios todos"

Al punto quedó apaciguada la ciudad, y sus habitantes, en medio de una gran serenidad, volvieron a respetarse mutuamente en sus derechos cívicos. Expulsada, pues, la furiosa soberbia de los demonios, que tenían como asediada la ciudad, por intervención de la sabiduría de un pobre, es decir, de la humildad de Francisco, tornó la paz y se salvó la ciudad.


La predicación a las aves




Asaltó a Francisco una angustiosa duda, que le atormentaba en gran manera y muchos días, sobre si debía entregarse del todo al ejercicio de la oración o, más bien, ir a predicar por el mundo. Veía las muchas ventajas de la oración, para la que creía haber recibido una mayor gracia que para la palabra. Pero veía también que el Hijo unigénito de Dios descendió del seno del Padre para amaestrar al mundo con su ejemplo, y predicar el mensaje de salvación a los hombres. Y, por más que durante muchos días anduvo dando vueltas al asunto con sus hermanos, Francisco no acertaba a ver con toda claridad cuál de las dos alternativas debería elegir como más acepta a Cristo.

Así, pues, llamó a dos de sus compañeros y los envió al hermano Silvestre y a la santa virgen Clara, encareciéndoles que averiguasen la voluntad del Señor sobre el particular. Tanto el venerable sacerdote como la virgen consagrada a Dios, coincidieron de modo admirable en lo mismo, a saber, que era voluntad divina que el heraldo de Cristo saliese afuera a predicar. Tan pronto como volvieron los hermanos y le comunicaron a Francisco la voluntad del Señor, se levantó en seguida, se ciñó y sin ninguna demora emprendió la marcha.

Acercándose a Bevagna, llegó a un lugar donde se había reunido una gran multitud de aves de toda especie. Al verlas el santo de Dios, corrió presuroso a aquel sitio y saludó a las aves como si estuvieran dotadas de razón. Todas se le quedaron en actitud expectante, con los ojos fijos en él, de modo que las que se habían posado sobre los árboles, inclinando sus cabecitas, lo miraban de un modo insólito al verlo aproximarse hacia ellas. Y, dirigiéndose a las aves, las exhortó encarecidamente a escuchar la palabra de Dios, y les dijo:

"Mis hermanas avecillas, mucho debéis alabar a vuestro Creador, que os ha revestido de plumas y os ha dado alas para volar, os ha otorgado el aire puro y os sustenta y gobierna, sin preocupación alguna de vuestra parte"

Mientras les decía estas cosas y otras parecidas, las avecillas, gesticulando de modo admirable, comenzaron a alargar sus cuellecitos, a extender las alas, a abrir los picos y mirarle fijamente. Entre tanto, el varón de Dios, paseándose en medio de ellas con admirable fervor de espíritu, las tocaba suavemente con la fimbria de su túnica, sin que por ello ninguna se moviera de su lugar, hasta que, hecha la señal de la cruz y concedida su licencia y bendición, remontaron todas a un mismo tiempo el vuelo. Todo esto lo contemplaron los compañeros que estaban esperando en el camino. Vuelto a ellos el varón simple y puro, comenzó a inculparse de negligencia por no haber predicado hasta entonces a las aves.


El milagro de la ovejita


San Buenaventura refiere que, cierto día, estando el Santo en el convento de Nuestra Señora de los Ángeles, una persona tuvo a bien regalarle una ovejita, y la recibió con mucho agradecimiento, porque le complacía ver en ella la imagen de la mansedumbre. Después de recibida, mandó San Francisco a la ovejita que atendiese a las alabanzas que se tributaban a Dios, y no turbase la paz de los religiosos con sus balidos. El animal, como si hubiese entendido al siervo de Dios, observaba con fidelidad su mandato pues tan pronto como oía el canto de las divinas alabanzas en el coro, se aquietaba, y si alguna vez se metía en la capilla, quedábase inmóvil en un rinconcito sin causar la menor molestia.

Pero el prodigio era ver cómo después del rezo divino, si se celebraba el santo Sacrificio de la Misa, al tiempo de elevar el sacerdote la Sagrada Hostia, la ovejita, sin ser enseñada de nadie, se ponía de pie e hincaba las rodillas en señal de reverencia a su Señor.




De la Carta de San Francisco de Asís
dirigida a todos los fieles


La venida al mundo del Verbo del Padre, tan digno, tan santo y tan glorioso fue anunciada por el Padre altísimo, por boca de su santo Arcángel Gabriel, a la santa y gloriosa Virgen María, de cuyo seno recibió una auténtica naturaleza humana, frágil como la nuestra. Él, siendo rico sobre toda ponderación, quiso elegir la pobreza, junto con su santísima madre. Y, al acercarse su pasión, celebró la Pascua con sus discípulos. Luego oró al Padre diciendo:


 

"Padre mío, si es posible, que pase y se aleje de mí ese cáliz"

Sin embargo, sometió su voluntad a la del Padre. Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, a quien entregó por nosotros y que nació por nosotros, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y víctima en el ara de la Cruz, con su propia sangre, no por sí mismo, por quien han sido hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Y quiere que todos nos salvemos por Él y lo recibamos con puro corazón y cuerpo casto.

¡Qué dichosos y benditos son los que aman al Señor y cumplen lo que dice el mismo Señor en el Evangelio:

 

¡Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y al prójimo como a ti mismo!


 



Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y con mente pura, ya que Él nos hace saber cuál es su mayor deseo, cuando dice:

 

"Los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad"


Porque todos los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y verdad. Y dirijámosle, día y noche, nuestra alabanza y oración, diciendo: Padre nuestro, que estás en los cielos; porque debemos orar siempre sin desanimarnos. 

Procuremos, además, dar frutos de verdadero arrepentimiento. Y amemos al prójimo como a nosotros mismos. Tengamos caridad y humildad y demos limosna, ya que ésta lava las almas de la inmundicia del pecado. En efecto, los hombres pierden todo lo que dejan en este mundo, tan sólo se llevan consigo el premio de su caridad y las limosnas que practicaron, por las cuales recibirán del Señor la recompensa y una digna remuneración.

No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino más bien sencillos, humildes y puros. Nunca debemos desear estar por encima de los demás, sino, al contrario debemos, a ejemplo del Señor, vivir como servidores y sumisos a toda humana criatura, movidos por el amor de Dios. El Espíritu del Señor reposará sobre los que sí obren y perseveren hasta el fin, y los convertirá en el lugar de su estancia y su morada, y serán hijos del Padre celestial, cuyas obras imitan; ellos son los esposos, los hermanos y las madres de Nuestro Señor Jesucristo.


Oración Simple de
San Francisco de Asís




Oh, Señor,
hazme un instrumento de tu paz.

Donde hay odio,
que lleve yo el amor.

Donde haya ofensa,
que lleve yo el perdón.

Donde haya discordia,
 que lleve yo la unión.

Donde haya duda,
que lleve yo la fe.

Donde haya error,
que lleve yo la verdad.

Donde haya desesperación,
que lleve yo la alegría.

Donde haya tinieblas,
que lleve yo la luz.


Oh, Maestro,
haced que yo no busque
tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.

Porque es:

Dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita
a la Vida Eterna.

Amén.




Saludo
a la Bienaventurada
Virgen María
San Francisco de Asís


Salve, Señora, Santa Reina,
Santa Madre de Dios,
María, que eres Virgen
hecha iglesia y elegida
por el santísimo Padre del cielo,
a la cual consagró Él
con su santísimo amado Hijo
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la cual estuvo y está
toda la plenitud de la gracia
y todo bien.
Salve, palacio suyo;
salve, tabernáculo suyo;
salve, casa suya.
Salve, vestidura suya; 
salve, esclava suya; 
salve, Madre suya 
y todas vosotras,
santas virtudes, 
que sois infundidas
por la gracia e iluminación
del Espíritu Santo en los corazones
de los fieles, para que de infieles
hagáis fieles a Dios.

S. Francisco de Asís


Bendición
de San Francisco de Asís
a Fray Leo

Con ella desaparece
tentación que nos atormenta







La poderosa arma que estos 12 santos usaban contra satanás



Editor de ChurchPOP - Septiembre 27 de 2018


Dios habla muy bien de los humildes. Si quieres ser un santo, ¡es importante ser humilde! El orgullo del diablo es lo que causó su caída, por lo que odia la humildad.

San Francisco de Sales dijo:


“El arma más poderosa para vencer al diablo es la humildad” 

Proverbios 16: 5 también dice:

“Todo corazón orgulloso es una abominación para el Señor …”

Jesús dice en Mateo 11:29:

“Tomad mi yugo sobre ti y aprende de mí, porque soy manso y humilde de corazón; y encontrarán descanso para ustedes mismos”

Y en Mateo 23:12 dirá:




“El que se ensalza será humillado; pero el que se humilla será enaltecido”


La humildad es una parte vital de la vida cristiana. ¡Los santos también lo sabían! Aquí hay 12 citas sobre la humildad de los santos que seguramente te inspirarán en tu viaje a la santidad y te ayudarán a evitar el mal.







“Fue el orgullo lo que cambió a los ángeles en demonios; es la humildad lo que hace a los hombres como ángeles”






“[Jesús] me enseñó que la única gloria que importa es la gloria que dura para siempre, y que uno no tiene que realizar actos brillantes para ganar eso, sino esconder los actos de virtud de los demás, e incluso de uno mismo, de modo que ‘la mano izquierda no sabe lo que está haciendo la mano derecha’”






“La humildad y la caridad son los dos acordes maestros: uno, el más bajo; el otro, el más alto; todos los demás dependen de ellos. Por lo tanto, es necesario, sobre todo, mantenernos en estas dos virtudes; para observar bien que la preservación de todo el edificio depende de la base y el techo”






“La humildad, por profunda que sea, ni inquieta ni perturba el alma; va acompañado de paz, alegría y tranquilidad. Lejos de perturbar o deprimir el alma, [la humildad] lo agranda y lo hace apto para servir mejor a Dios”






“No debes desanimarte o dejarte abatir si tus acciones no han tenido el éxito esperado. ¿Qué esperas? Estamos hechos de arcilla y no todos los suelos rinden los frutos esperados por quien los cultiva. Pero humillémonos siempre y reconozcamos que no somos nada si no tenemos la asistencia Divina”






“La humildad aleja a Satanás, y aprecia los dones y las gracias del Espíritu Santo dentro de nosotros. Y por esa razón todos los Santos, y especialmente el Rey de los Santos y Su Santísima Madre, siempre han estimado la gracia de la humildad por encima de todas las otras virtudes”






“Un alma no se beneficia como debería del sacramento de la confesión si no es humilde. El orgullo lo mantiene en la oscuridad. El alma no sabe ni desea probar con precisión las profundidades de su propia miseria. Se pone una máscara y evita todo lo que pueda traerle la recuperación”


8. St. Elizabeth Ann Seton




“La puerta del cielo es muy baja; solo los humildes pueden entrar en él”






“No debemos ser sabios ni prudentes según la carne, sino que debemos ser simples, humildes y puros”






“Del autoconocimiento fluye la corriente de humildad, que nunca se aprovecha de un mero informe, ni se ofende por nada, sino que porta cada insulto, cada pérdida de consuelo y cada pena, desde cualquier dirección que puedan llegar, pacientemente, con alegría”






“Por la decaída o la exaltación, no debemos entender nada más que esto, que caemos por auto-exaltación y nos exaltamos por humildad. Y la escalera así establecida es nuestra vida en el mundo, que el Señor nos levanta al cielo, si nuestro corazón es humillado. Porque llamamos a nuestro cuerpo y alma las barandas de la escalera, y en estos se soporta nuestra vocación divina e insertamos los diferentes peldaños de humildad y disciplina que debemos subir”






“Mi amado, que cada caída, incluso si es un pecado serio y habitual, siempre se convierta para nosotros en un pequeño paso hacia un mayor grado de perfección”.


“De hecho, la única razón por la cual la Inmaculada nos permite caer es curarnos de nuestra arrogancia, de nuestro orgullo, de hacernos humildes y así hacernos dóciles a las gracias divinas”


Fuente - Texto tomado de ES.CHURCHPOP.COM:
https://es.churchpop.com/2018/09/27/la-poderosa-arma-que-estos-12-santos-usaban-contra-satanas/

Foto tomada de CATOLICIDAD.COM:
http://www.catolicidad.com/2018/08/el-orgullo-convierte-al-hombre-en.html