martes, 8 de septiembre de 2020

San Pedro Claver - Patrono de Colombia - Fiesta Septiembre 9



  • Nombre: Juan Pedro Claver
  • Nacimiento: Verdú - Cataluña (España) Junio de 1580; bautizado en Junio 16
  • Fallecimiento: Cartagena (Colombia) - Septiembre 9 de 1654
  • Canonización: Ciudad del Vaticano - Enero 15 de 1888
  • Patronazgo: Declarado patrono de las misiones entre los negros (Julio 7 de 1896) - Declarado defensor de los derechos humanos en 1985. Es patrono de Colombia y de las personas afro-americanas


Se graduó de la Universidad de Barcelona y a los 19 años decide ser Jesuita e ingresó a Tarragona. Mientras estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encontró con San Alonso Rodríguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura misión del joven Pedro, y desde entonces no paró de animarlo a ir a evangelizar los territorios españoles en América.

Pedro creyó en esta inspiración y con gran fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la Nueva Granada en 1610.




Al llegar a América, Pedro encontró la terrible injusticia de la esclavitud institucionalizada, que había comenzado desde el segundo viaje de Colón el 12 de enero de 1510. Cartagena por ser lugar estratégico en la ruta de las flotas españolas, se convirtió en el principal centro del comercio de esclavos en el Nuevo Mundo.

Estudió su teología en Santa Fe de Bogotá durante dos años, uno más en Tunja y luego fue enviado a Cartagena, donde fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1616.

En aquellos tiempos, la trata de negros era uno de los espectáculos más deprimentes de la humanidad. Arrancados de África, eran transportados como mercancía en el fondo de los barcos, donde morían muchas veces más de dos tercios de los que viajaban. Mal alimentados, desnudos, atados con argollas, eran presa de la viruela negra y de toda clase de enfermedades.




Mil esclavos desembarcaban cada mes y cuando anunciaban su llegada, el padre Claver salía a visitarlos, les llevaba comida, los instruía y los bautizaba. Se calcula que catequizó y bautizó a más de 300.000 negros en los 40 años de intensa labor misionera que realizó en Cartagena, convirtiéndose en apóstol de los esclavos negros.

Aterrorizados por la idea de que los llevaban para hacer aceite de sus cuerpos, eran vendidos en trata pública al llegar el barco a alguna de las ciudades de América. De ésto, hace sólo tres siglos...

Pedro Claver espera los barcos en el puerto, alimenta a los negros que llegan sin fuerzas, cura a los enfermos. Intenta comprar a los que puede y a los que nadie quiere. Bautiza a los moribundos. Y cuando sus manos se resisten a cuidar las llagas más repugnantes, saca el cilicio y la disciplina y se somete a sus efectos hasta que sangra; después, besa las purulencias de los apestados.




Es el padre de los negros, de los negros en esclavitud, de los abandonados por enfermos o por inútiles... A una pobre mujer aislada en una alta choza, a causa del nauseabundo olor que despide, la visita tres o cuatro veces por día, durante varios años. 




Como ha adquirido fama de santo, algunas damas que se consideran virtuosas van a él para confesarse; y a veces las damas virtuosas tienen que esperar a que pasen todos los negros, que están formando cola para recibir su absolución y sus consejos.

En Cartagena, Claver es acusado de infectar las iglesias con sus negros, con el olor de sus negros. Casi todos los ricos y poderosos de la ciudad le desprecian. Pero él no se inmuta. Se ha trazado un camino y piensa seguirlo hasta la muerte.

En 1650 se declara en la población una peste. Los más atacados por su virulencia son, precisamente, los negros. Claver se desvive, va de un lado para otro, ejerciendo sus ministerios, socorriendo a todos en lo posible y en todas formas.






Pero, al fin, sucumbe también él y cae víctima de una parálisis rara, desconocida. Es la última prueba que Dios le deparaba. Ya no puede visitar a sus enfermos... y sus enfermos se olvidan de él.

Pedro Claver pasa cuatro años abandonado de todo el mundo, sin poderse mover. Los mismos que están en torno suyo lo maltratan. Y con paciencia imponente lo resiste todo, porque cree merecer aquello como castigo de Dios por sus pecados.

El día 6 de septiembre de 1654 corre por la ciudad una noticia: el Padre Claver se está muriendo. Y es entonces cuando empiezan a surgir de nuevo cuantos le deben la vida o la fe, todos aquellos a quienes él en otros tiempos favoreció.

La estancia del Padre Pedro se llena de negros y de blancos. De todas partes acude gente que lo quiere ver, que lo quiere oír por última vez, que quiere tocar sus manos. Así dos días. Al octavo del mes, languidece el Santo irremediablemente y su alma se evade del peso de su cuerpo para ir a gozar de la bienaventuranza eterna. ¡Había cumplido setenta años!





En la mañana del 9 de septiembre de 1654, con gran paz se fue al cielo. Beatificado el 16 de julio de 1850 por Pío IX. Canonizado el 15 de enero de 1888 por León XIII junto con Alonso Rodríguez.

El 7 de julio de 1896 fue proclamado patrón especial de todas las misiones católicas entre los negros, por su entrega a aliviar el sufrimiento de los esclavos del puerto de Cartagena de Indias (Colombia). El Papa Juan Pablo II rezó ante los restos mortales de San Pedro Claver en la Iglesia de los Jesuitas en Cartagena. En 1985, el Congreso de la República de Colombia lo declaró "Defensor de los Derechos Humanos".


Fuente - Texto tomado de WIKIPEDIA.ORG:

Fuente - Texto tomado de MULTIMEDIOS.ORG - BEC:

Novena a Nuestra Señora de los Dolores - Día Tercero - Septiembre 9 de 2020




Oración
Señor Mío Jesucristo


Señor mio, Jesucristo, 
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío, 
por ser Vos quién sois
y porque os amo
sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón
haberos ofendido; 
propongo firmemente
nunca más pecar, 
apartarme de todas
las ocasiones de ofenderos, 
confesarme y,
cumplir la penitencia
que me fuera impuesta.

Ofrezco, Señor,
mi vida, obras y trabajos, 
en satisfacción de todos
mis pecados, y, así como lo suplico,
así confío en vuestra
bondad y misericordia infinita, 
que los perdonareis,
por los méritos de vuestra
preciosísima sangre,
pasión y muerte,
y me dareis la gracia
para enmendarme,
y perseverar en vuestro
santo amor y servicio, 
hasta el fin de mi vida.
Amén


Oración Inicial




Oh Virgen, la más dolorosa del mundo después de tu Hijo, a cuyos dolores estuviste perpetuamente asociada: te ruego que me alcances fortaleza para sufrir por mis pecados, como tú sufriste por los nuestros, a fin de que, crucificando mis pasiones y concupiscencias en la cruz de Cristo, llevando la cruz de mi deber por el camino de mi vida, caminando en pos de mi Señor y perseverando constantemente a tu lado, oh Madre mía, al pie de la cruz de tu Hijo, viva siempre y muera contigo, redimido y santificado por la sangre preciosísima de nuestro Redentor. También te pido, por tus dolores, que oigas mi petición en esta novena y, si conviene, me la concedas. 


Rezar la oración
del día correspondiente:


Día Tercero


Oh Virgen Dolorosa, por el dolor que tuviste cuando el soberbio y ambicioso Herodes quiso dar muerte a tu Hijo, que venía a darnos vida, líbrame de toda ambición y soberbia y haz que, en vez de arrojar de mi lado a tu Hijo, le llame a mi, y, pospuestos todos mis intereses, le haga reinar sobre mi, siendo yo su vasallo fiel y obediente, para reinar con él en la gloria.


Terminar con la
oración final
para todos los días


Oración Final
para todos los días




Acuérdate, Virgen Madre de Dios,
cuando estés en la presencia del Señor,
de hablar en favor nuestro y que aparte
su indignación de nosotros.

Oh Santísima Madre,
hazme esta gracia:
fija en mi corazón
con eficacia las llagas
de Jesús crucificado.

Haz que de Cristo
en mí lleve la muerte,
que participe su pasión y suerte
y medite en sus llagas apenado.

Para que no arda
en los eternos fuegos,
defiéndeme tú, oh Virgen,
con tus ruegos, en el día del juicio.

Y tú, oh Cristo,
al salir yo de esta vida,
por tu Madre querida,
haz que llegue a la palma de victoria.

Cuando mi cuerpo muera,
haz que mi alma adquiera
del paraíso la gloria.


Rezar tres Avemarías


Ruega por nosotros,
Virgen dolorosísima,
que estuviste constantemente
junto a la cruz de Jesucristo.

Nuestra Señora de la Buena Muerte,
ruega por nosotros.




Siete gracias concedidas
por la Santísima Virgen María




Favor leer el siguiente link:




Oremos:


Te rogamos, Señor Nuestro Jesucristo,
que interceda ante tu clemencia
la bienaventurada Virgen María
Tu Madre, cuya alma atravesó
la espada de dolor
en la hora de tu Pasión.
Lo pedimos por Ti,
oh Jesucristo, Salvador del mundo,
que vives y reinas con el Padre
y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén

San José,
ruega por nosotros


Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM:

¿Eres humilde? Estas 20 señales te ayudarán a descubrirlo




5 de septiembre de 2018 - 6:31 pm - Redacción ACI Prensa


Un autor católico decidió crear un listado para ayudar a los fieles en su camino hacia la santidad, identificando aquellas señales de falta de humildad que alejan al hombre de Dios.

Inspirado en las reflexiones de los santos, Angelo Stagnaro presenta su lista en un artículo publicado en el National Catholic Register, y recuerda que “nada destruye el crecimiento espiritual como un odioso caso de narcisismo” y que “Jesús es el mejor ejemplo para los cristianos que buscan seguir humildemente el plan de Dios para su vida”.

“La humildad es la virtud de dejar de lado nuestro orgullo, vanidad, narcisismo y arrogancia. Así como algunos dicen que el orgullo es la principal raíz de los siete pecados capitales, la humildad es su cura”, aseguró.


20 señales para detectar
la falta de humildad


(Las 12 primeras han sido tomadas del libro “Surco” de San Josemaría Escrivá)


1. Pensar que lo que haces o dices está mejor hecho o dicho que lo de los demás.

2. Querer salirte siempre con la tuya.

3. Disputar sin razón o —cuando la tienes— insistir con tozudez y de mala manera.

4. Dar tu parecer sin que te lo pidan, ni lo exija la caridad.

5. Despreciar el punto de vista de los demás.

6. No mirar todos tus dones y cualidades como prestados.

7. Excusarte cuando se te reprende.

8. Oír con complacencia que te alaben, o alegrarte de que hayan hablado bien de ti.

9. Dolerte de que otros sean más estimados que tú.

10. Negarte a desempeñar oficios inferiores.

11. Insinuar palabras de alabanza hacia uno mismo o que dan a entender tu honradez, tu ingenio o destreza, tu prestigio profesional.

12. Avergonzarte porque careces de ciertos bienes.

13. No estar dispuesto a admitir el error o la derrota.

14. Creer que no es necesario arrepentirse de los pecados del pasado y del presente.

15. Olvidar, a veces intencionalmente, que Dios ama a todos los seres humanos por igual.

16. Insistir en tener la última palabra.

17. Estar más preocupado por tus propios sentimientos que por los de los demás.

18. Negarse a perdonar a los demás.

19. Mentir para obtener un beneficio.

20. Presumir de la “gran fortuna” obtenida en la vida.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/eres-humilde-estas-20-senales-te-ayudaran-a-descubrirlo-69872

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 1, 1-16; 18-23



Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo.




Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:




«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados»

Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta:




"Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros»"


Palabra de Dios,

Gloria a Ti, Señor Jesús