miércoles, 5 de agosto de 2020

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 17, 1-9




1. Seis días después tomó Jesús consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan su hermano; y subiendo con ellos solos a un alto monte.

2. Se transfiguró en su presencia; de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la nieve.

3. Y al mismo tiempo les aparecieron Moisés y Elías conversando con Él de lo que debía padecer en Jerusalén.

4. Entonces Pedro, tomando la palabra, y dijo a Jesús:

"Señor, bueno es estarnos aquí; si te parece, formemos aquí tres pabellones, uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías"

5. Todavía estaba Pedro hablando, cuando una nube resplandeciente vino a cubrirlos; y al mismo instante resonó desde la nube una voz que decía:




"Éste es mi querido Hijo, en quien tengo todas mis complacencias. A Él habéis de escuchar"

6. A esta voz los discípulos cayeron sobre su rostro en tierra, y quedaron poseídos de un grande espanto.

7. Mas Jesús se llegó a ellos, los tocó, y les dijo:

"Levantaos, y no tengáis miedo"

8.  Y alzando los ojos, no vieron a nadie, sino a sólo Jesús.

9. Y al bajar del monte, les puso Jesús precepto, diciendo:





"No digáis a nadie lo que habéis visto, hasta tanto que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos"


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús

Solemnidad La Transfiguración del Señor - Fiesta Agosto 6 de 2020




La Iglesia celebra
la Transfiguración del Señor


Una explicación sobre el por qué de la celebración en la Iglesia de la Transfiguración del Señor como una Fiesta importante


La Fiesta de hoy se instauró en el Oriente en el siglo XI, y se introdujo al calendario romano en 1457, para conmemorar la victoria sobre el Islam en Belgrado. Después se celebró en los ritos Siriaco, Bizantino y Copto. En el hecho de la Transfiguración, el Señor quiere preparar el corazón de sus discípulos para que superen el escándalo de la Cruz. Pero esta Fiesta es, además, un anuncio de la adopción maravillosa que nos hace hijos de Dios en Jesucristo y del resplandor con que un día brillará todo el cuerpo de la Iglesia.

Jesús había hablado a sus discípulos de su inminente Pasión y Muerte. Y para que no vacilasen en la fe, invita a tres de ellos, Pedro, Santiago y Juan, a subir con Él al Monte Tabor, precisamente los tres que verían su agonía en Getsemaní. En el Tabor les mostró el Señor su gloria y esplendor, a la vez que Moisés y Elías se aparecían hablando con Jesús. Allí se transfiguró delante de ellos. Su rostro brillaba como el sol, y sus vestidos se volvieron  de un blanco deslumbrador. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de ella, que decía:


"ÉSTE ES MI HIJO AMADO
EN QUIEN TENGO PUESTAS
TODAS MIS COMPLACENCIAS, ESCUCHADLE"




Esta Voz les confortaría en el momento de la prueba. La Voz del Padre es apremiante. Si Jesús es el Amado en quien tiene puestas todas sus complacencias, quiere decir que sólo se complacerá el Padre en nosotros en cuanto nos parezcamos a Jesús, en cuanto le imitemos, en cuanto reflejemos su imagen, y reproduzcamos sus gestos y Palabras. Sólo se complacerá el Padre en nosotros, si escuchamos a Jesús, que es Su Palabra, al que ha nombrado heredero de todo, y es el reflejo de Su Gloria.


Algunos Santos Padres
aportan una curiosa interpretación
a la Transfiguración


Jesús, dicen, siempre estaba transfigurado, su Divinidad irradiaba siempre a través de la envoltura de la naturaleza humana, su rostro siempre estaba resplandeciente "ese halo luminoso que despiden las almas más santas", pero los discípulos, enredados en problemas de preeminencias, enfrascados en pequeños detalles, mezclados entre las multitudes, entretenidos en pequeñas cosas, no podían vislumbrar el brillo del rostro de Jesús. Bastó que dejaran el espesor del valle, que subieran a la montaña, que dejaran aparte sus minúsculas preocupaciones, que se purificaran los ojos, que miraran más fijamente, sin estorbos, al rostro de Jesús, para que descubrieran el fulgor de su mirada, el rostro siempre radiante de Jesús.


¿Qué nos enseña
este acontecimiento?




  • Nos enseña a seguir adelante aquí en la tierra aunque tengamos que sufrir, con la esperanza de que Él nos espera con su gloria en el Cielo, y que vale la pena cualquier sufrimiento por alcanzarlo.
  • A entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se convierte en sacrificio y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres. A valorar la oración, ya que Jesús constantemente oraba con el Padre.
  • A entender que el Cielo es algo que hay que ganar con los detalles de la vida de todos los días.
  • A vivir el mandamiento que Él nos dejó:

"Amaos los unos a los otros como Yo os he amado"

Habrá un juicio final que se basará en el Amor, es decir, en cuánto hayamos amado o dejado de amar a los demás. Dios da su gracia a través de la oración y los sacramentos. Su gracia puede suplir todas nuestras debilidades.





Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 17, 1-9





1. Seis días después tomó Jesús consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan su hermano; y subiendo con ellos solos a un alto monte.

2. Se transfiguró en su presencia; de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la nieve.

3. Y al mismo tiempo les aparecieron Moisés y Elías conversando con Él de lo que debía padecer en Jerusalén.

4. Entonces Pedro, tomando la palabra, y dijo a Jesús:

"Señor, bueno es estarnos aquí; si te parece, formemos aquí tres pabellones, uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías"

5. Todavía estaba Pedro hablando, cuando una nube resplandeciente vino a cubrirlos; y al mismo instante resonó desde la nube una voz que decía:




"Éste es mi querido Hijo, en quien tengo todas mis complacencias. A Él habéis de escuchar"

6. A esta voz los discípulos cayeron sobre su rostro en tierra, y quedaron poseídos de un grande espanto.

7. Mas Jesús se llegó a ellos, los tocó, y les dijo:

"Levantaos, y no tengáis miedo"

8.  Y alzando los ojos, no vieron a nadie, sino a sólo Jesús.

9. Y al bajar del monte, les puso Jesús precepto, diciendo:





"No digáis a nadie lo que habéis visto, hasta tanto que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos"


Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús




Texto Explicativo





La Transfiguración, hecho que de suyo es glorioso, aparece enmarcado en la perspectiva de la muerte y resurrección de Jesús.





Y los apóstoles necesitaban lo primero para afrontar lo segundo. También nosotros necesitamos momentos de gloria para mantenernos firmes en los momentos dolorosos.

Este importante acontecimiento, en el que por un momento la divinidad y el mundo celestial irrumpen en la vida terrena de Jesús, estuvo envuelto para los discípulos que lo presenciaron, y también para nosotros, en el velo del misterio; no podemos llegar a una plena comprensión de él. Los evangelistas, para expresar lo inefable, se valen de imágenes como "... brillante como el sol, ... blancos como la luz", y añaden que los discípulos estaban llenos de miedo, aunque las palabras de Pedro revelan bienaventuranza y complacencia.




De la nube, que es símbolo y revelación de la presencia de Dios, salió una Voz divina que, al igual que en el Jordán, atestiguaba que Jesús es el Hijo amado y único de Dios. La Voz del cielo constituye el elemento central de la escena del Tabor, y va dirigida expresamente a los discípulos, para quienes significaba una confirmación divina de la mesianidad de Jesús, afirmada poco antes por Pedro y ratificada por el propio Cristo. El "Escuchadle", que resuena aquí y no en el Bautismo, se refiere a toda la actividad doctrinal de Jesús, cuya personalidad ha quedado divinamente garantizada y definida.

Santo Tomás de Aquino comenta que en la Transfiguración:

"Apareció toda la Trinidad: El Padre en la Voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa"




Y una plegaria de la liturgia bizantina dice al Señor Jesús:

"Tú te transfiguraste en la montaña, y tus discípulos, en la medida en que eran capaces, contemplaron tu Gloria, oh Cristo Dios, a fin de que, cuando te vieran crucificado, comprendieran que tu Pasión era voluntaria, y anunciaran al mundo que Tú eres verdaderamente la irradiación del Padre"



Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Fuente - Texto explicativo tomado del Directorio Franciscano:

MILAGRO - La espada milagrosa de San Galgano en Montesiepi






La increíble espada de San Galgano: es real y fue clavada por un santo en una roca sólida.

En el siglo XII, un caballero italiano realizó un inexplicable milagro que todavía puede admirarse en la región de Toscana.


Miércoles 15 de mayo de 2019


Héctor Fuentes


Las crónicas históricas cuentan que San Galgano (1148-1181) fue un caballero italiano que, nacido como Galgano Guidotti en la pequeña ciudad de Chiusdino, en la provincia de Siena (Toscana), vivió una juventud despreocupada y disoluta antes de sentir el llamado de las armas, convirtiéndose en un caballero arrogante, mundano y pendenciero.





La tradición cuenta que un día, mientras cabalgaba en su brioso corcel, Galgano experimentó la visión del arcángel Miguel, general de las fuerzas angélicas, quien le mostró el camino de la salvación a través de la pobreza, la caridad, la contemplación y la oración, indicándole además la localización de una cueva ubicada en el monte Siepi, una colina cercana a Chiusdino, donde Galgano debería construir una ermita para vivir allí como ermitaño.

Resistiéndose al llamado divino, Galgano un día visitó a su novia a lomos de su caballo, luciendo ricos ropajes, cuando el corcel inexplicablemente se encabritó, arrojando a su jinete al suelo. Entonces, una fuerza invisible levantó de golpe a Galgano y una voz celestial le ordenó que se dirigiera al monte Siepi. Cuando Galgano llegó al pie de la colina, se encontró de nuevo con el arcángel San Miguel, quien le indicó que se detuviera y mirara hacia su cima. Fue en ese momento cuando el noble caballero tuvo una visión de un templo donde estaban Jesús y María, rodeados por los Doce Apóstoles. A continuación, la misma voz de antes le ordenó que subiera la colina.


Escultura expuesta en la Pinacoteca Nacional de Italia,
en Siena, que muestra a San Galgano
clavando la espada en la piedra


Cuando Galgano alcanzó la cima del monte Siepi, la voz divina le habló de nuevo ordenándole renunciar a todos los deseos, posesiones y placeres mundanos. Sin embargo, el terco Galgano se opuso, esgrimiendo el argumento de que cumplir esa orden sería “tan fácil” como partir en dos una roca con su espada. Acto seguido, para probar lo que decía, el caballero desenvainó su espada y la estampó violentamente en una piedra, pero, en forma inexplicable, el arma se hundió en la roca sólida con la misma facilidad con que un cuchillo caliente atraviesa la mantequilla. Y a partir de ese instante -y hasta el día de hoy- la espada quedaría allí clavada perfectamente en la piedra, formando una cruz la empuñadura.


La espada de San Galgano


Galgano, después del milagro, comprendió el mensaje divino y decidió renunciar a su otrora vida militar, malvada, superficial y mundana. Desde entonces se dedicó a predicar en los lugares cercanos y vivió en el monte Siepi como un ermitaño, en la más absoluta pobreza, acompañado por animales salvajes y ocasionalmente visitado por aldeanos y monjes, hasta el día de su muerte, a los 33 años de edad, acaecida el 30 de noviembre de 1181, día de su celebración litúrgica.



Restos de la Abadía de San Galgano


Abadía de San Galgano (hoy en ruinas y sin techo)
pero curiosamente al mirar hacia arriba
se observa el cielo en forma de cruz



En 1189 comenzaría su proceso de canonización, mientras que por la misma época sería construida una capilla en la cima del monte, en torno a su espada aún clavada en la piedra.


El mito de la espada de San Galgano crecería con el paso de los siglos y aunque algunos postularon que la espada de San Galgano clavada en la piedra era sencillamente una falsificación moderna, una investigación relativamente reciente, basándose en la composición del metal y el estilo de la espada, concluyó que se trataba de una espada real del siglo XII. Además, valiéndose de un georradar, los investigadores también descubrieron que existía una cavidad de entre uno y dos metros de largo por debajo de la espada, que quizás según algunos podría albergar los restos del mismo San Galgano. Por otra parte, dataciones con radiocarbono demostraron que un par de manos momificadas conservadas en la capilla de la iglesia también databan del siglo XII.


Curiosamente, estas dos manos momificadas, según narra otra leyenda, también estarían relacionadas con San Galgano. Se cuenta que el mismo diablo envió al monte Siepi a un asesino que se hizo pasar por un monje para asesinar a Galgano. Sin embargo, los lobos salvajes de la colina, amigos del santo, lo protegieron del asesino, atacándolo y devorándolo. Una vez muerto, sus dos manos quedaron momificadas, exponiéndose posteriormente en la iglesia allí erigida en honor al santo.




La espada de San Galgano, que nunca se ha logrado quitar de la roca, todavía puede ser admirada en un lugar próximo a las ruinas de la Abadía de San Galgano, donde los visitantes pueden apreciar la empuñadura y unos pocos centímetros de la hoja. Y desde el siglo pasado permanece protegida de los intrusos por una resistente vitrina de vidrio a prueba de vándalos, debido a que algunos curiosos, turistas e incluso amantes del mito artúrico solían acercarse a la capilla de la iglesia para intentar extraer desde la roca la famosa arma del santo.




Tomando en cuenta que la historia de San Galgano y su espada clavada en la piedra inspiraría las leyendas medievales sobre el Rey Arturo y su mítica espada Excálibur, el arma del santo ha sido también denominada como la “Excálibur italiana”.


Fuente - Texto tomado de GUIOTECA.COM: